En el instante que te largaste a llorar, las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos sin poder contenerlas.

Mi hermano me preguntaba qué me pasaba, por qué me ponía así, y lo único que pude responder es: "porque es Leo"

Nunca fui una fiel seguidora del fútbol, no le encontraba sentido en ver a veintidós hombres persiguiendo una pelota y tratando de meterla en un arco. No entendía las reglas, como funcionaban los torneos y copas y mucho menos la pasión que generaba en la gente.

 Sin embargo, sentía algo inexplicable cuando te veía en la tele, algo que hasta el día de hoy no puedo explicar.

Recuerdo pocas cosas en la vida, pero la imagen tuya cantando el himno en el mundial de 2018 me quedó grabada. 
Estaba con mi familia, en la casa de mi abuela. El comedor lleno de banderas, mis primos y yo cantando y, claramente, mi tío pidiendo silencio porque los nervios lo carcomían. Con mis primas hablábamos de que jugador nos parecía más lindo y nos reíamos llenas de inocencia, pero tu imponencia y perfección era indiscutida.

Mientras escribo, veo la camiseta de las tres estrellas colgada en una silla, tiene tu nombre en la espalda.
"Messi", suena casi irreal; "Messi" leo otra vez y todavía no me creo hasta donde llegaste. Aquel chico rosarino que resaltaba entre los demás no te creería si le contás donde estas parado ahora. 

No te gusta que te llamemos "Dios", pero es que no encuentro otra palabra para describirte. Tu habilidad en la cancha es de otro mundo, tu humildad fuera de ella es admirable y lo que generás en la gente es pura fé y esperanza, sos Dios; nuestro Dios criado a base de mate, asado y alfajorcitos de maicena.

"Porque es Leo". Se repite en mi cabeza la respuesta que le di a mi hermano, y me arrepiento de no haberle explicado todo lo que acá relaté. 

Podría haberle dicho: "Porque es Leo, el mejor jugador de todos los tiempos y la esperanza de todo una país, incluso de todo un continente.", pero igualmente me hubiese quedado corta.

Podría haber buscado una foto tuya tomando mate sentado en una lona en el pasto, pero me hubiese quedado corta.

Podría mostrarle un video de toda la comunidad argentina llevado tu nombre en su espalda, pero me hubiese quedado corta.

Por que al fin y al cabo, sos lo que sos porque sos Leo, y nada más.