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Mi signo zodiacal es virgo y, aunque no creo mucho en la astrología y que los planetas y estrellas pueden afectar el rumbo de mi vida, me gusta pensar que mis manías y mi forma de ser son determinadas por los astros.

Si hablamos de verdad, no es que me fascine creer eso, casi que lo hago como una manera de justificar mis problemas, lo uso como un salvavidas para sobrevivir en la locura a la que llamamos vida. En lo más profundo de mi mente están mis verdaderas convicciones, las cuales me taladran todo el día diciendo que nada es real y que es solo mi forma de escape.

Me gustaría creer ciegamente en el horóscopo y vivir un poco más relajada. Me encantaría poder decir que mi gran nivel de organización es por mi signo y no porque busco darle a las cosas el orden que no hay en mi vida. Ojalá pudiera demostrar que mis buenas notas y la autoexigencia en la escuela se deben a mi signo y no a la gran presión que mi mamá puso en mí desde una temprana edad. Sería genial que mi irritabilidad continua y mis dificultades para expresarme los haya impuesto mi signo y no la falta de un lugar seguro para poder hablar de mis problemas. Deseo que mi forma lógica y analítica de ver las cosas sea por mi signo y no porque en mi infancia nunca me dejaron mostrar mis emociones y sentimientos porque debía ser "madura" y eso hizo que crea que tengo que permanecer de esa manera para agradarle a los demás. Daría lo que fuera para que ese sentimiento de que no le gusto a nadie sea por ser virginiana y no porque me hicieron creer que soy difícil de amar. Me gustaría tanto que todas mis características, esas que algunos llaman "cualidades" y otros "defectos", sean culpa de ser de Virgo y no de haber tenido una mala infancia llena de traumas y problemas.

Pero sin importarme nada, sigo mintiéndome a mi misma diciendo que todo lo que me pasa es por ser de Virgo.