~Capítulo 36~

¡Hey!, antes de comenzar quisiera decir que lamento si estos últimos capítulos fueron más fuertes, de todas maneras la historia debe seguir su ritmo. Más cosas se vienen. 😶

¡Disfruten!

*-*-*-*

Los sutiles movimientos de Jack despertaron a Hiccup, mientras el mayor trataba de deslizarse fuera de la cama. Se dio la vuelta y envolvió a Hiccup con la manta suavemente, luego besó su frente.

- Hey, tengo que irme, pero te prometo que volveré, ¿sí? No dejaré de venir ni un solo día. Lo prometo. - Sus dedos estaban fríos contra los labios de Hiccup, mientras trazaba el contorno de su boca ligeramente. - Así que, descansa un poco y volveré tan pronto como pueda Hiccup, ¿de acuerdo?

- De acuerdo. - susurró Hiccup. - Te amo.

- Yo también te amo, Hiccup. Te amo. - Jack lo besó y siguió mirándolo por encima del hombro mientras se alejaba en dirección a la puerta; luego de hacer un gesto con la mano, se fue.

El chico de ojos esmeraldas se acurrucó más profundamente en la manta, intentando no gemir adolorido por sus cortes y magulladuras. Aunque, principalmente era el dolor en la pierna lo que le molestaba. “Es verdad, nunca podré caminar como antes”, se cubrió la cabeza con las mantas, conforme nuevos pensamientos atravesaban su mente.

“Voy a ser un fenómeno aún más grande de lo que ya era”. El recuerdo de Val brilló ante sus ojos y sintió una punzada en el pecho. “Nada es como era antes. Todo se está rompiendo más y más.”

- ¿Hiccup? – El muchacho se movió al escuchar su nombre, asomándose entre las mantas para mirar a su padre, que se hallaba en su silla - ¿Está todo bien? ¿Te duele alguna parte del cuerpo o quieres que llame a una enfermera? - Estoico estaba despierto, lucía como si no hubiera dormido en absoluto. Conociéndolo, probablemente no lo hizo.

Rodando dolorosamente sobre su espalda, Hiccup miró al techo.

- Estoy bien. - mintió. “No hay la necesidad de preocupar a nadie”; cerró los ojos tratando de conciliar el sueño, pero descubrió que no podía hacerlo sin Jack a su lado. Entonces, sintiéndose desprotegido y con frio, se quedó despierto, con los ojos cerrados pero consciente de todo su alrededor.

Había una profunda sensación de pérdida en su ser, tanto por Val como por su pierna. Sabía que ambas cosas faltaban, pero simplemente su cabeza no lo asimilaba y no podía sacar a flote ni una emoción. Con el tiempo, se quedó en un estado entre dormido y despierto, tratando de entender todo en su mente.

Se escuchó un golpe en la puerta y por una fracción de segundo pensó que era Val. Su corazón latió con fuerza en su pecho hasta que miró en aquella dirección, y vio al Viejo Wrinkly en compañía de Toothless en el marco de la puerta. Cargaban bolsas de compras llenas de regalos y el plástico de estas se tensaba en la base debido al peso.

- Trajimos todos los regalos, excepto el de… - El anciano se detuvo a mitad de la oración y tosió dejando las bolsas en una silla. - No sé qué quieran hacer con ellos.

Estoico apoyó los codos en las rodillas y se pasó la mano por el cabello.

- No hay problema. - murmuró. - ¿Furvus? - Toothless lo miró, sus habituales ojos alegres lucían decaídos. - ¿Dormiste bien? – El niño asintió con la cabeza, se acercó a Hiccup y sin decir una palabra se acostó a su lado, apegándose ligeramente contra su costado. - Gracias por vigilarlo. - dijo Estoico mientras lo miraba de reojo.

- No fue nada. – El Viejo Wrinkly hizo un leve gesto con la cabeza y se sentó. - Él durmió en tu cama; no pensé que te importaría.

Ante esa frase, Hiccup miró a Toothless y vio que se le humedecían los ojos mientras se pegaba más a él. “No es de extrañar que huela como el perfume de mamá, durmió de ese lado de la cama. ¿No es así?”; levantó la mano y apretó los dedos de Toothless, sujetándolos con fuerza.

- Hiccup, ¿cómo te sientes? – La voz de su abuelo lo hizo reaccionar.

Pensó en todas las cosas que podía decir. Todas las posibles mentiras que podía decirles para hacerles creer que estaba bien. Pero, el Viejo Wrinkly lo sabría al instante. Él siempre sabría cuando estaba ocultando algo. Entonces, en lugar de mentir, se aclaró la garganta y mantuvo los ojos en el techo.

- Me duele la pierna. - Toothless pareció alejarse de sus piernas, dándole una mirada preocupada, temiendo haberle hecho daño. - Estás bien… - lo calmó - es sólo que… - “¿solo que qué? ¿Solo el hecho de que ahora mismo tengo un muñón donde debería estar mi pie? Vaya, feliz navidad para mí”.

Rápidamente se reprendió a sí mismo internamente y miró a otro lado. Val le estaría diciendo lo afortunado que era de estar vivo. Si es que ella estuviera viva. “Ella estaría haciendo reír y sonreír a todos, tratando de animar la habitación”. Se sintió enfermo y emitió un gemido lastimero desde la parte posterior de su garganta.

- Hamish, si sientes dolor, dínoslo y llamaremos a los médicos. - Estoico se levantó y salió de la habitación, llamando a una enfermera antes de que Hiccup pudiera detenerlo. Regresó con una enfermera y le hizo un gesto a su hijo con un movimiento del brazo. - Le duele la pierna, ¿hay algo que pueda darle para eso?

La enfermera se acercó al portapapeles que colgaba del borde de la cama y lo leyó, chasqueando la lengua de vez en cuando.

- Sí, puedo darle algo, solo denme un minuto y estaré de regreso. – Ella le dio a Hiccup una rápida mirada y salió de la habitación.

“¿Hay alguna medicina para no poder sentir nada?”, Hiccup pasó su pulgar por los nudillos de Toothless, sintiendo lo ásperos que estaban los dedos de sí mismo durante ese proceso, todavía tenía algunas heridas.

“¿Hay alguna pastilla para hacerte sentir algo que no sea dolor?”; trató de formar patrones en el techo mentalmente, pero descubrió que no había ninguno que pudiera decirle lo que necesitaba saber. El Viejo Wrinkly movió una de las bolsas a su lado, antes de hablar.

- ¿Por qué no abrimos los regalos? Quizás eso ayude.

“¿Ayudar con qué?”, Hiccup frunció los labios. Podía entender la intención de su abuelo, pero parecía que nada iba a ayudarlo a sentirse diferente.

- Toothless… - dijo el adolescente - abre tus regalos, está bien. – “Al menos puedo intentar estar bien.”

Toothless se arrastró fuera de la cama y se dirigió hacia el Viejo Wrinkly. El anciano le entregó todos sus regalos y luego el niño volvió al lado de Hiccup.

La enfermera entró con una bandeja, sobre la cual, se hallaban dos pastillas en un pequeño recipiente y un poco de agua en un vaso para tomarlas. El chico las tragó sin pensarlo dos veces y la atención de todos se volvió hacia Toothless; primero abrió el regalo de parte de Hiccup, con lentitud. Era un elegante dragón negro que había elaborado con arcilla.

- Gracias. - dijo el menor en voz baja.

- No fue nada. - Hiccup lo vio tomar otro regalo, uno delgado y rectangular. Era un videojuego, pero fue la etiqueta encima lo que hizo que Toothless se detuviera a mitad de camino. Era de parte de Val, había corazones escritos con su nombre. El niño de cabello negro lo dejó a un lado y se quedó mirándolo, sin saber qué hacer con él. - ¿No quieres ver qué es? – Preguntó Hiccup, aunque su propia voz se sentía monótona.

- Ya sé lo que es. - susurró.

Estoico parecía estar al borde de las lágrimas una vez más.

- Furvus, ¿de qué estás hablando?

Toothless alejó más el obsequio, haciendo una mueca que hacía parecer como si él fuera el que necesitaba analgésicos.

- Ella siempre me daba lo que quiero. – explicó murmurando. - Pero ya no quiero eso. – Luego de esa frase, la pregunta obvia se hallaba dando vueltas por la cabeza de todos. Hiccup sintió como si sus pulmones se encogieran repentinamente cuando su hermano habló, con una voz inusualmente pequeña. - La quiero a ella de vuelta.

Después de un minuto de silencio, Estoico se puso de pie y salió de la habitación, tapándose la frente con la mano. Hiccup bajó la mirada para que estuviera en sus propias manos que había cruzado frente a él. Se clavó las uñas en la piel y trató de pensar en otra cosa además de Val. “¿Desde cuándo nos hemos vuelto tan rotos?”

El Viejo Wrinkly se acercó a Toothless y ahuecó su rostro entre sus frágiles manos.

- Furvus, vas a escucharme muy bien, ¿de acuerdo? Tu madre se ha ido, pero siempre estará en nuestros corazones. Recuerda eso jovencito. Ella siempre estará con nosotros sin importar a dónde vayamos. - Lo sacudió un poco y ambos estaban teniendo una pelea de miradas, intentando averiguar quién renunciaría primero. - Puede que ella no pueda volver, pero siempre te cuidará. Así que compórtate y sé bueno por ella, ¿me has entendido?

Hiccup miró hacia otro lado cuando Toothless asintió, agachando la cabeza.
El niño tomó otro regalo, uno proveniente de Estoico y empezó a abrirlo, actuando como si nada hubiera pasado. Pero las pequeñas lágrimas en el rabillo de sus ojos, mostraban lo contrario.

*-*-*-*

Tooth estaba ocupada hablando con Bunnymund en la sala de estar, agitando la mano en el aire cuando Jack entró en la habitación, con el rostro pálido.

- ¿Qué ocurre? - Preguntó ella, acercándose a él y observando sus ojos. - ¿Hiccup está bien?

Jack hizo un ruido en el fondo de su garganta, que sonó como si estuviera sufriendo, y se frotó los ojos, dándose la vuelta por un momento.

- Está bastante lastimado y... - Su estómago se revolvió al recordar lo que sintió debajo de la manta del hospital.

Durante la noche, cuando movió las piernas, esperaba golpear el pie izquierdo de Hiccup, pero no sintió nada allí. Solo había un espacio vacío, y mientras tanto Hiccup como Estoico dormían, pasó sus dedos temblorosos sobre la manta, sintiendo el muñón bajo esta. “Debe haber sido un momento horrible.”

- Eso es terrible. - susurró Tooth. Bunnymund miró entre ellos algo confundido y ella le tocó el hombro. - Hiccup tuvo un accidente el fin de semana, pero parece que estará bien.

Jack intentó hablar de nuevo, pero la voz se le atascó en la garganta.

- V…Val… - El chico de cabello blanco se sobresaltó y perdió el valor para continuar cuando Tooth lo miró. - Ella ... ella no... - Él simplemente negó con la cabeza y Tooth se tapó la boca con ambas manos, sus ojos desbordaron lágrimas instantáneamente. - Lo siento mamá. – “Ellas se habían vuelto tan cercanas y ahora...”

Bunnymund rápidamente tomó a su hermana en sus brazos y la abrazó mientras ella lloraba en su hombro.

- Retina, shh. Solo cálmate…. - Miró a Jack con simpatía en sus ojos pálidos. - Lo siento Jack. - dijo amablemente - Realmente lamento escuchar todo esto. Espero que Hiccup esté bien.

- Yo también lo espero. - murmuró Jack. Sus dedos envolvieron el copo de nieve colgando sobre su pecho por costumbre y sintió una nueva ola de emociones atravesarlo. – Él parecía tan distante cuando lo visité. - admitió - Estoy preocupado. – “¿Y si nunca vuelve a ser el mismo Hiccup? No puedo perderlo ahora.”

- Bueno, todos estamos aquí sí nos necesitas, lo mismo va para Hiccup también. - El hombre corpulento meció a Tooth lentamente, sus llantos se convirtieron en sollozos poco a poco.

Emma entró en la habitación lentamente, como si se acercara a un animal salvaje. Vio a Tooth llorando y sus ojos marrones se agrandaron, luego miró a Jack.

El universitario cerró los ojos por un momento y luego la miró, tratando de sonreír, pero se derrumbó rápidamente, sus ojos ardían conforme más lágrimas se aproximaban.

- Hey niña. Escucha, voy a estar mucho tiempo en el hospital con Hiccup, pero podrás mantenerte ocupada, ¿verdad? Puedes jugar videojuegos bajando las escaleras, en mi cuarto cuando quieras mientras estoy fuera. - Ella asintió con la cabeza y él se arrodilló para que sus ojos estuvieran al mismo nivel. - Hiccup va a estar bien, solo va a necesitar un tiempo para que se cure por completo. Así que, cuando regrese tendremos que hacerlo feliz de nuevo.

- Pero, ¿qué hay de ti? - Bunnymund captó la mirada de Jack. - ¿ vas a estar bien?

El muchacho abrazó a Emma; ya que, ella estaba comenzando a llorar. Los Overlands eran más emocionales que otras familias, supuso. Todo lo que parecían hacer en momentos como esos era llorar. “¿Qué más podemos hacer?”

- Estaré bien. – dijo él. Emma temblaba en sus brazos y le besó la coronilla de la cabeza. - Oye, ¿por qué no me muestras todos los regalos que recibiste hoy? Tal vez incluso pueda abrir el mío y podamos ver quién recibió los mejores obsequios. - Ella apoyó la cabeza contra su pecho y murmuró de acuerdo antes de alejarse, saliendo de la habitación.

Bunnymund finalmente logró que Tooth se calmara, y volvió a hablar.

- ¿Volverás al hospital más tarde?

- Sí, le prometí que lo visitaría todos los días. - dijo simplemente. - No voy a romper esa promesa. - Mirando hacia donde Emma se alejó, suspiró. - ¿Dónde está papá?

Tooth se frotó los ojos y respiró hondo antes de responder.

- Estaba arriba guardando algo la última vez que lo vi. - Bunnymund le frotó la espalda y ella tosió suavemente, apartándose el cabello de la cara. - Estoy bien, solo necesito un momento.

Jack salió de la habitación y subió las escaleras, tratando de encontrar a Emma. Intentó ver si estaba en su cuarto y luego en el de sus padres, la halló en los brazos de Norte, quien la abrazaba con fuerza.

- ¿Papá? – Él se acercó a ellos, dándose cuenta de cómo su familia se vio afectada por la muerte de Val y el accidente de Hiccup. El accidente automovilístico estaba causando un impacto mayor de lo que pensaba.

- Jack… - Norte lo miró. – Emma acaba de decirme todo. Lo siento.

- Sí. – Dijo sin más, ya que no podía pensar en nada más que decir. Todo lo que quería hacer era ducharse, comer y luego volver con Hiccup. Sabía que probablemente su familia estaba con él, pero eso no significaba que todo estuviera bien.

Había algo mal con Hiccup, era como si estuviera reprimiendo sus sentimientos o algo parecido y Jack quería asegurarse de que todo estuviera bien con el menor. O al menos tan bien como las cosas podrían ser.

Y se quedaría con Hiccup hasta que estuviera seguro de que aquello se estaba cumpliendo.

*-*-*-*

Cuando la mayoría de los regalos fueron abiertos, la familia Haddock se halló en medio del desastre que había en la habitación. Había papel de regalo roto por todas partes y regalos por toda la cama. No había ni una sola sonrisa en el rostro de nadie cuando intercambiaron sus agradecimientos y comenzaron a limpiar el cuarto.

Los médicos habían vuelto unos momentos después y cambiaron el vendaje envuelto alrededor de la pierna izquierda de Hiccup. También dijeron que, dado que estaba mostrando signos de mejoría tan rápidamente, podrían trasladarlo a otra habitación.

Lo colocaron en una silla de ruedas y lo llevaron a otra sección del hospital que estaba destinada a la recuperación de los pacientes. Había otras personas que vio que estaban en peores condiciones que él, pero Hiccup no conocía sus historias y ellos no conocían la suya.

Finalmente, el muchacho se acomodó en su nueva camilla, luego le trajeron el almuerzo y comió hasta que se sintió mal; realmente no tenía apetito.

Después de que se llevaran lo que quedaba de su comida, Spitelout y Patán vinieron a visitarlo. Parecían incómodos cuando vieron a Hiccup y luego a Estoico. Los dos hermanos salieron al pasillo para hablar mientras el Viejo Wrinkly vigilaba a los tres menores, principalmente a Patán, mientras se acercaba a sus dos primos.

- Uhm… - tartamudeó el adolescente mayor. - hola.

Hiccup lo miró y asintió un poco.

- Hola. – Dijo; Toothless por su lado, parecía un gato acurrucado en una esquina de la cama, con la espalda encorvada y a la defensiva. - Feliz Navidad. - No había alegría en ninguno de sus tonos empleados.

- Sí. - dijo Patán. - Siento lo de tu mamá y tu… - Sus ojos se posaron en las piernas de Hiccup y la habitación se llenó de silencio. - Mi papá trajo sus regalos aquí para que pudieran abrirlos.

- Okey. – El castaño trató de calmar a Toothless, moviéndose en la camilla para que ambos pudieran sentarse uno al lado del otro. - Tus regalos y los de tu papá están aquí también, pueden abrirlos cuando quieran. - Patán asintió y caminó hacia los sofás que estaban acomodados a lo largo de la pared. No eran como las sillas hechas de plástico duro que había en la otra habitación; en cambio, estos muebles eran acolchados y grandes.

Estoico regresó con Spitelout siguiéndolo, ambos parecían cansados.

- Lo siento, Hiccup. - dijo Spitelout - espero que te recuperes rápidamente.

- Gracias. – El chico de ojos esmeraldas se encogió de hombros y Toothless se inclinó contra él. El niño de cabello oscuro parecía estar pegado a él más de lo habitual e Hiccup simplemente asumió que era porque estaba de duelo por su madre. Realmente nunca quiso preguntarle, ya que Toothless estaba en un estado muy frágil.

- Entonces, ¿qué vas a…? - Spitelout comenzó a hablar, pero alguien lo empujó un poco para entrar en la habitación. - ¿Disculpa…? - Espetó, viendo al extraño ir directamente hacia Hiccup.

- Hiccup… - murmuró Jack. - Hola, ¿qué tal estás? - Ignorando a todos en la habitación, lo besó suavemente, tomando su rostro entre sus manos y juntando sus labios. - Siento llegar tan tarde, no pude encontrar tu habitación, y luego tuve que correr para encontrar esta. Pero estoy aquí ahora. - Se besaron de nuevo y se separaron cuando Estoico hizo un ruido en el fondo de la garganta. - Hola Sr. Haddock. – lo saludó mirando en su dirección.

Spitelout sujetó el brazo de su hermano y lo apretó con fuerza, para luego hablar.

- ¿Qué está pasando aquí?

Patán estaba igual de sorprendido, con la boca y los ojos muy abiertos mientras miraba a Jack, hizo un ruido de balbuceo y se movió en su asiento, sin saber qué hacer. El Viejo Wrinkly no pareció sorprendido en lo más mínimo, y cruzó las manos sobre su regazo. Jack le dio una pequeña sonrisa cuando el anciano le guiñó un ojo, puesto que recordó que ese era el hombre que lo había ayudado en la recepción el día anterior.

Hiccup estaba más preocupado por Toothless y lo que pensaría de aquello; pero cuando miró a su hermano menor, no parecía haber ninguna señal de confusión en sus rasgos.

- Escuchen todos, este es Jack. - anunció Estoico. Se aclaró la garganta varias veces antes de hablar de nuevo, señalando al universitario. - Él es el..., mmm Hiccup y él…ellos dos son... - Su mano volvió a caer a su costado.

- Soy su novio. - aclaró Jack. Hiccup lo miró y se relajó cuando sus ojos se encontraron. Spitelout arrastró a su hermano fuera de la habitación una vez más, y luego de un momento sus voces se escucharon chocando en el pasillo. Jack empezó a quitarse la chaqueta y dejó la bolsa que trajo en el suelo. - Te extrañé, ¿te sientes bien? ¿ya comiste algo? - Hiccup asintió. - ¿Te sientes mejor entonces?

Toothless se bajó de la cama y se sentó junto al Viejo Wrinkly. Hiccup se movió más hacia un extremo y Jack se sentó a su lado, ambos se apoyaron cómodamente en las almohadas. Sus manos se encontraron y entrelazaron sus dedos con firmeza.

- No tenías que venir… -  dijo Hiccup – hoy es Navidad. Probablemente tenías cosas que hacer con tu familia. - Estaba discutiendo y regañándolo en desacuerdo por estar allí con él, pero su agarre en la mano de Jack decía todo lo contrario.

Jack lo besó por lo que pareció ser la centésima vez, pero para Hiccup nunca sería suficiente.

- No, mi familia lo entiende y envían su amor y apoyo. Incluso Bunnymund. - Él sonrió, sus ojos azules brillaban con cariño. - Además, te dije que vendría todos los días. No voy a dar marcha atrás en esa promesa. - Levantó sus manos entrelazadas, y presionó sus labios contra los nudillos de Hiccup. - Te amo.

Patán estaba sentado a unos metros de ellos, todavía luciendo como una estatua. Todos esos años se había burlado de Hiccup por ser gay y ahora lo estaba presenciando por sí mismo.

El Viejo Wrinkly y Toothless también estaban en la habitación e Hiccup podría haberse apartado del chico de cabello blanco y hacerse el tonto. Podría haberse reído y fingir dormir. Podría negar todo en relación a su propia sexualidad, ya que había estado haciendo eso durante casi tres años. En cambio, apoyó la cabeza contra la curva del cuello de Jack, acariciándolo con la nariz.

- Yo también te amo. – susurró el menor.

- Puedo llamar a Astrid más tarde y decirle que estás bien, pero creo que tu papá ya se ha puesto en contacto con ellos. ¿Hay algo que quieras que le diga? - Jack besó la parte superior de su cabeza, enterrando su nariz en su cabello castaño. “Haría todo lo que desees, Hiccup, solo dímelo y lo haré. No lo dudaré ni un segundo.”

Hiccup intentó pensar en algo que decirle, sabía que probablemente ella estaría entrando en pánico por todo lo ocurrido. En su opinión, Astrid era la amiga perfecta.

- Solo dile que la quiero, que la amo mucho y la llamaré tan pronto como salga. – Ante sus palabras, Jack hizo una mueca leve y entrecerró los ojos. - ¿Qué?

El adolescente de cabello blanco miró hacia otro lado por un momento, bajando el volumen de la voz.

- No lo sé. Simplemente no me gusta que le digas eso a nadie aparte de tu familia y de mí. -  murmuró. Hiccup sintió un torrente de sangre instalarse en su rostro, conforme su sonrojo se intensificaba y se preguntó desde cuándo se sentía tan bien que alguien se pusiera celoso por ti. - Pero está bien, la llamaré y se lo diré. No te preocupes. - Él le dio una cálida sonrisa. - ¿Hay algo que quieras? Puedo comprártelo si me dejan traerlo aquí.

- No tienes que hacerlo - dijo Hiccup. - Probablemente tengas trabajo de la universidad y otras cosas más que hacer. ¿No está Jamie preocupado por ti? – “Quiero que te quedes aquí, no quiero que te vayas.” - Deberías ir a hacer las cosas que tienes que hacer, estaré bien. – “Estoy mintiendo. Por favor, no me escuches.”

- No. - dijo Jack rotundamente. - Dije que no me iría y esa es una promesa. Solo traeré mi trabajo de la universidad aquí e incluso tú puedes ayudarme si gustas; Jamie sabe lo que está pasando y entiende que necesito estar aquí. - Su sonrisa se ensanchó e Hiccup sintió que las cosas casi habían vuelto a la normalidad. - Así que, no te preocupes por mí. Solo apóyate en mí y juntos superaremos esto. – “Hiccup, no tienes que preocuparte.”

Patán hizo un ruido y se puso de pie, para luego hablar.

- Yo…yo voy a ir a buscar a mi papá y um...sí… - Desapareció de la habitación sin decir una palabra más y Jack frunció los labios, Patán dejó sus regalos olvidados en su prisa por salir.

Hiccup había olvidado por completo que otras personas estaban allí. Se había sentido como si solo estuvieran él y Jack.

“No debería sentirme tan feliz”, pensó enojado, “debería estar llorando. Debería estar gritando o algo así. No puedo ser feliz ahora, no con todo lo que está ocurriendo. No”. Cerró los ojos y Jack soltó su mano para poder deslizar su brazo alrededor de la cintura de Hiccup. “¿Por qué me haces sentir así?” El cuerpo de Jack era cálido y se más inclinó hacia él, con la mandíbula apretada. “¿Por qué no puedo llorar como todos los demás?”

Estoico entró nuevamente y los miró, llamando la atención de Jack, puesto que no tenía los ojos cerrados.

- Hiccup, tu tío y Patán se fueron a casa, pero esperan que te recuperes pronto. – Su padre asintió, Hiccup le murmuró algo a Jack, quien le susurró algo en respuesta, deslizando sus dedos sobre sus mejillas pecosas. Estoico frunció los labios y se volvió hacia el Viejo Wrinkly. - ¿Por qué no vamos a almorzar a la cafetería del hospital? Furvus, estoy seguro de que tienes hambre.

Toothless se puso de pie y agarró la mano del Viejo Wrinkly, luego miró a Hiccup.

- Solo necesita descansar, ven Furvus. – Su abuelo suspiró, tirando del chico hacia la puerta con gentileza.

- ¿Cuándo estará mejor? - Toothless preguntó, hablando suavemente.

El Viejo Wrinkly se inclinó para que pudieran mirarse correctamente a los ojos.

- Su cuerpo sanará rápido, pero su corazón tomará más tiempo. - Sus ojos claros, como el mármol, se dirigieron rápidamente a Jack. – Pero, habrá gente que lo ayudará con eso. - Se puso de pie y le dio al niño una pequeña sonrisa. - Todos necesitaremos un tiempo para curarnos. Es como si nuestros corazones tuvieran pequeñas grietas, pero Val está ahí, cosiéndolas de nuevo. - Toothless parpadeó y él inclinó la cabeza hacia la puerta. - Bueno, vayamos a comer algo.

Ellos se fueron e Hiccup le dio un codazo a Jack.

- Ve a comer algo con ellos. – dijo el menor.

- No. - respondió Jack rápidamente. “No te voy a dejar.”

Hiccup frunció el ceño, moviéndose para poder mirarlo de frente.

- Ve a comer, probablemente no hayas comido nada saludable. Así que, ve y come algo ahora.

El adolescente mayor negó con la cabeza y tomó el control remoto que movía la cama hacia arriba y hacia abajo. La reclinó para que ambos estuvieran recostados boca arriba y rodó sobre su costado.

- Ya te lo dije, no te voy a dejar. Comeré más tarde, pero por ahora… - sonrió al menor - voy a estar aquí.

Luego de dar un pequeño suspiro, Hiccup se acurrucó en sus brazos y se abrazaron.

- Gracias Jack… – “Por no irte”. Jack solo lo besó en respuesta, primero sobre sus ojos, luego en su nariz, finalmente se movió hacia sus labios con lentitud, tomándose su tiempo para disfrutar el momento. Hiccup le clavó los dedos en la espalda, temiendo que si lo soltaba algo sucedería. - Te amo.

Jack lo besó, de una forma increíblemente dulce, recordándole a Hiccup que no estaba solo.

- Yo también te amo Hiccup.

*-*-*-*

Mmmm.. ¿por qué creen que Hiccup no puede llorar como los demás? ¿Quizás Jack tiene razón al decir que hay algo mal con él? ☹

Esperemos que el accidente no lo haya cambiado para siempre...

Espero les haya gustado, ¡no olviden votar y comentar si así lo desean!, nos vemos en la siguiente actualización.

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