~Capítulo 30~
¡La cita llegó! Acomódense, pongan su playlist favorita y traigan algo de comer. El romance ya está aqui ❤.
¡Disfruten!
*-*-*-*
Hiccup se removió en sus sábanas, logró quedarse dormido a las dos de la mañana. No podía dejar de pensar en Jack y en lo que el Viejo Wrinkly le había dicho. Finalmente se despertó, abriendo los ojos poco a poco, mirando hacia la pared. Bostezando, se dio la vuelta y encontró al Viejo Wrinkly de pie junto a él, con las manos cruzadas tras la espalda. Hiccup gritó a punto de caer de la cama.
- ¡Viejo Wrinkly! ¿Qué haces?
- Solo vine a despedirme antes de irme a casa. - el anciano se rió. - Además, pensé que podría despertarte. - Miró hacia el escritorio de Hiccup y vio algunos bocetos reposando en la parte superior. Cuando el pequeño adolescente se desenredó de sus sábanas, el hombre mayor los revisó detenidamente. De pronto se detuvo y miró a su nieto. - ¿Debo asumir que tuviste un mal día cuando dibujaste esto?
- ¿De qué estás hablando? - Hiccup se frotó los ojos con el dorso de la mano y tomó el dibujo. Era el que había dibujado Jack. - Oh... - dijo en voz baja. - Yo no dibujé eso. - "Me olvidé de guardar esto". Aunque eso era mentira; lo dejó sobre su escritorio para poder verlo todos los días.
El Viejo Wrinkly asintió y dejó el resto de los papeles en su lugar.
- ¿Acompañarías a este anciano a su auto? - Miró en dirección al menor, Hiccup bostezó y asintió, ambos bajaron las escaleras, las maletas del anciano ya se encontraban al lado de la puerta. - Ya me despedí del hombre de pocas palabras (es decir, Estoico) y logré sacar a Toothless de la cama y decirle adiós. - Él sonrió, faltándole algunos dientes en ciertas zonas, pero nunca se molestó en reemplazarlos. - Tu madre probablemente esté esperándome al lado del auto junto con todas sus preocupaciones.
Hiccup se rió, tomó las maletas y abrió la puerta principal. Tal como dijo el Viejo Wrinkly, Val estaba allí, metiendo algunos recipientes con comida sobrante de la noche anterior en el auto. El Viejo Wrinkly se acercó a ella y la abrazó, depositando un beso en su frente.
- Fue un placer verte de nuevo Val, nos vemos en Navidad.
- Por favor, cuídate mucho papá; ya no tenemos a mamá para que te cuide. - Val parecía preocupada cuando lo despidió y su padre se dirigió al maletero. Su padre poseía un automóvil viejo, uno en el que había que usar una llave para desbloquearlo.
- ¿Estás bromeando? - Se burló el mayor. - ¡Esa mujer siempre está cuidándome! Te juro que la escucho regañarme en mis sueños. - Hiccup colocó las maletas en el maletero, alejándose mientras su abuelo lo cerraba. - Créeme Val, tu madre no me ha dejado solo. - Ella hizo un ruido un poco dudoso y él la ignoró, acercándose a Hiccup. Envolvió al chico en un abrazo, susurrándole algo que solo el menor pudiera oír. - Se puede ver que él te gusta mucho.
Hiccup se sintió aturdido. Su cuerpo no se movía y temía que Val lo hubiera oído.
- ¿Q...Qué? - Él murmuró.
El Viejo Wrinkly soltó una risa baja y rasposa.
- Vi su firma en el dibujo. Siempre que te trate bien, estoy seguro de que Jack es un gran chico. - Se apartó e Hiccup luchaba por pensar una respuesta.
"¿Cómo lo supo?", el chico de ojos verdes continuaba mirando a su abuelo abriendo y cerrando la boca.
- ¿Cómo lo supe? - El Viejo Wrinkly sonrió. - Bueno, no es tan difícil verlo si prestas atención a los detalles. No te preocupes Hamish.
Val se cruzó de brazos con nerviosismo.
- ¿Qué estás diciéndole a Hiccup papá?
El Viejo Wrinkly se acarició la barba.
- Estoy tratando de recordar dónde puse mi pipa. - El hombre se rió disimuladamente. - Está bien Val, me voy por ahora. - La abrazó y ella le devolvió el abrazo con fuerza. - No te preocupes tanto, tu padre no es tan frágil cómo crees.
- Por favor, ten cuidado al conducir. - Val se mordió el labio mientras el otro se deslizaba en el asiento del conductor. - Asegúrate de llamarme una vez que llegues a casa.
- No voy a estrellarme Val, relájate. - Encendió el motor y cuando empezó a dar marcha atrás, el coche se sacudió un poco, lo cual la hizo chillar. El Viejo Wrinkly bajó la ventanilla del pasajero y se rió. - Sólo estoy bromeando querida.
- ¡Papá! - Ella gruñó entre molesta y apenada, finalmente el anciano se alejó, agitando una mano por la ventana antes de desaparecer por completo. - Lo juro.... - suspiró - ese hombre va acabar conmigo un día de estos.
Hiccup todavía estaba atrapado en su propio mundo, su mente iba a un millón de millas por segundo. "El Viejo Wrinkly lo descubrió en menos de veinticuatro horas", dio un paso hacia adelante y casi se cae, "¡¿Qué pasa si mi familia lo ha sabido desde el principio?! No, eso no es posible. El Viejo Wrinkly es diferente". Val lo miró y finalmente el adolescente se dio cuenta de lo inusual que él mismo habría de verse.
- Lo siento mamá, estaba pensando en algo. - dijo distraídamente.
- Bueno, deberías arreglarte un poco, vas a salir esta noche con Jack, ¿verdad? - Val lo miró haciéndole recordar aquello, ahora Hiccup estaba temblando, su corazón martilleaba fuertemente en su pecho. Por unos segundos él temió que ella también hubiera descubierto su secreto. - Espero que se diviertan, recuerdo que cuando era más joven, nunca salía tanto con mis amigos. - Ella se encogió de hombros y él se frotó los brazos. - ¿Astrid irá con ustedes?
Se dio cuenta de que ella estaba hablando de ellos como amigos. Nada más que eso. Él negó con la cabeza lentamente y ella asintió.
- Está bien, bueno, entremos, hace mucho frío aquí. - Su madre ingresó a la casa. Él asintió de nuevo, siguiéndola al interior.
No fue hasta que estuvo en su habitación que otra ola de pavor pasó sobre él. "Oh mierda", se cubrió el rostro con las manos; "Tengo una cita con Jack esta noche". Se le revolvió el estómago y pudo notar las náuseas que sintió durante la cena de Acción de Gracias. "Yo...tengo una cita ... con Jack..., tengo una cita...". Recordó lo que el Viejo Wrinkly había dicho y respiró hondo, tomando aliento. "Muy bien", apretó las manos a los costados; "¡Tengo una cita con Jack!"
*-*-*-*
Jack se encontraba de pie en medio de aquella tienda de flores, mordiéndose la punta del pulgar mientras miraba a su alrededor. No le gustaba mucho las flores, diablos, ni siquiera recordaba la última vez que tocó una flor. Ahora estaba atrapado en medio de un bosque de ellas, completamente inseguro de qué hacer. Cuando estaba a punto de entrar en pánico y darse por vencido, sintió un suave tirón en su mano.
Miró hacia abajo y halló a la anciana del parque, con su rostro pequeño y arrugado sonriéndole. Su cabello gris estaba atado en dos trenzas que colgaban sobre sus hombros encorvados.
- Oh, hola... - Jack tartamudeó. Ella le dio unas ligeras palmaditas en la mano y rebuscó en su bolso, sacando una libreta y un bolígrafo. Pasó un rato antes de que la anciana garabateara algo con el bolígrafo en una hoja de la libreta y se la entregase.
Veo que estás buscando flores. ¿Es para una cita especial? Lamento el inconveniente para poder comunicarme, pero he estado enferma desde hace unos días.
- No, está bien, no se preocupe. Y de hecho sí, tengo una cita esta noche. - Jack se la devolvió. - ¿qué hay de usted?
Vine a conseguir flores para la tumba de mi marido.
- Lamento oír eso, pero es muy amable que esté haciendo esto para él. - El adolescente se frotó la parte de atrás de la cabeza y miró a su alrededor a todos los diferentes tipos de flores y plantas que posiblemente podría comprar. "Pero, tiene que ser algo especial para Hiccup", pensó, "no puedo darle una flor normal". La anciana le dio unos golpecitos en el brazo con la libreta y él la tomó nuevamente.
Estás comprando flores para ese chico. El que está siempre contigo, el que viene al parque a menudo con su hermano menor.
Jack se sonrojó levemente.
- ¿Y cómo lo sabe?
Ella sonrió y escribió.
Los ancianos tenemos formas de ver las cosas que nadie más puede ver. En tu caso era obvio.
Ambos se miraron antes de que él hiciera un gesto a su alrededor.
- Bueno, ya que usted parece prudente, ¿le importaría ayudarme? - Bajó el volumen de su voz. - En realidad no sé qué regalarle. - Ella asintió y tomó su mano, llevándolo hacia las rosas. Había todo tipo de contenedores llenos de diferentes colores y formas, recién cortadas. Jack se sintió abrumado por el olor y tuvo que tomarse un momento para finalmente hablar. - Pero no quiero regalarle ninguna flor típica. Es un chico especial y quiero que sea como él. Algo único.
Cualquier flor puede ser única si es dada de la manera correcta.
Ella tomó la libreta de nuevo una vez que él terminó de leer y pasó a una nueva página, tardando mucho en escribir.
Mientras tanto Jack se tomó el tiempo de mirar las rosas y descubrió que no estaban tan mal. "Sólo quiero que esto sea perfecto". Tocó un pétalo de una rosa roja, sintiendo lo suave que era bajo sus dedos. Le recordó a la piel de Hiccup, la forma en que su suave mejilla se sentía bajo su toque. "Todo por él."
La anciana terminó de escribir y le entregó la libreta a Jack.
Cada color de rosa representa un sentimiento diferente. Debes elegir aquellas que simbolicen lo que deseas expresarle. Lo hará más significativo y más fácil para ti.
Rojo - Amor.
Blanco - Celestial o inocencia.
Rosa - Gentileza o admiración.
Amarillo - Una forma de decir que te importa.
Naranja - Deseo.
Durazno - Una forma de decir que deseas estar con esa persona.
Coral - Felicidad.
Lavanda - Encantamiento por alguien.
Negro - Adiós o despedida. (no recomiendo este si estás tratando de impresionarlo).
Azul - Lo imposible.
Jack volvió a leer sus palabras dos veces antes de mirarla.
- ¿Entonces está diciendo que puedo hacer una conversación completa en base a las flores? - Ella asintió con la cabeza y le indicó que comenzara a escoger. Leyó los significados de las flores una vez más y pronto, estaba eligiendo exactamente aquellas que usaría para decir cómo se sentía.
*-*-*-*
Hiccup había pasado por al menos cinco atuendos diferentes que podría usar, antes de decidirse por unos simples jeans que se pegaban a su piel y un suéter bastante holgado para no tener frío. Incluso se cepilló el cabello para que se viera, bueno, mejor de lo que solía verse.
Cuando terminó, solo eran las cuatro y media de la tarde. "Dos horas más". Se quedó mirando el reloj, su cuerpo prácticamente zumbaba ansioso. "Dos horas más hasta que Jack esté aquí."
Su puerta se abrió y Toothless entró, dándole una mirada divertida.
- ¿Por qué te vestiste tan bien? Solo vas a pasar el rato con Jack.
- ¿No puedo verme bien simplemente para salir? - El adolescente vio a Toothless ir a su cama y acostarse en ella. - Algunos de nosotros tenemos la dignidad de lucir decentes cuando salimos. - El niño murmuró algo entre las sábanas, pero no se movió. - ¿Por qué estás aquí? No recuerdo haber traído comida ni llamarte.
- Estoy aburrido. - murmuró Toothless. - ¿Puedo ir con ustedes esta noche?
"Sí, claro, traigamos a mi hermano de doce años a la primera cita que tuve con un chico. Por supuesto". Hiccup no puedo evitar con sarcasmo, luego miró a su hermano menor desde su lugar.
- Toothless, vamos a hacer cosas que probablemente no te gustarán. - mintió. Sinceramente, no tenía idea de lo que Jack había planeado. - Solo serán un montón de cosas de adolescentes.
Toothless gimió y se movió un poco más, por lo que se acurrucó bajo las sábanas.
- Soy casi un adolescente, también puedo hacer esas cosas. - Mientras hablaba, Hiccup solo podía ver su nariz sobresaliendo debajo de las sábanas. - No soy un niño.
Hiccup se acercó y suspiró antes de subirse encima de su hermano.
- Mira, saldremos otro día, ¿cómo suena eso? - Saltó levemente y se oyó un jadeo desde abajo. Siguió haciéndolo hasta que Toothless finalmente habló.
- ¿Habrá comida?
- Habrá comida. - se rió Hiccup. - E incluso te llevaré a ese arcade de videojuegos que hay en la ciudad. - Toothless se las arregló para salir de debajo de él y sonrió. - Entonces, ¿qué dices? ¿Nos dejarás a Jack y a mí salir esta noche?
- Está bien, pero tienes que recordar tu promesa. - El menor extendió una mano y el adolescente con pecas la estrechó, cerrando su trato. - Entonces, ¿podemos al menos salir antes de que te vayas con Jack?
Hiccup lo miró mientras el otro comenzaba a hacer pucheros, su labio inferior sobresalía y sus ojos parpadeaban imitando a los de un cachorro. Suspiró y se puso de pie, poniendo las manos en sus caderas.
- Está bien, vamos. - Bajaron las escaleras y viajaron a la sala de estar donde se sentaron en el sofá, enredando las piernas mientras se relajaban. Toothless encendió la televisión y dejó en emisión una caricatura. - ¿Esta es tu idea de salir?
- Sí. - dijo el niño. Le dio un golpecito a Hiccup con el pie. - ¿Por qué? ¿Cuál es tu idea de salir? - Ahora ambos se pateaban ligeramente, luchando amistosamente de alguna manera.
- Bueno, esto no. - dijo Hiccup, pero estaba sonriendo. Pronto estaban tratando de arrojarse el uno al otro del sofá con solo los pies, usando sus manos para agarrarse y no caer. Finalmente, Hiccup estaba con medio cuerpo fuera del sofá cuando su teléfono comenzó a vibrar. Estiró una mano para responder, pateando a Toothless en la rodilla. - ¿Hola?
- Ya ha pasado un minuto después de las seis en punto y voy a tener un colapso mental porque no te acordaste.
Hiccup fue tomado tan desprevenido que Toothless logró tirarlo al piso con una patada rápida. Se apresuró en ponerse de pie y arreglar su ropa.
- Lo siento mucho, maldición, perdí la noción del tiempo. Estaré fuera en un minuto lo prometo. No te muevas. - Toothless lo miró y el chico colgó rápidamente. - Jack está aquí, tengo que irme. Compórtate, pequeño niño demonio. - le advirtió gentilmente y burlón.
Toothless le sacó la lengua y volvió a mirar el programa que había puesto. Hiccup corrió por la casa para encontrar a Val. Ella estaba en su cuarto de trabajo, eligiendo algunas joyas para un collar. Se acercó por detrás de ella y se aclaró la garganta.
- Mamá, ya me voy; tengo mi teléfono conmigo.
Val se volvió hacia él y sonrió.
- Muy bien, solo mantente en contacto y diviértete. Dile a Jack hola de mi parte.
El muchacho asintió, saliendo apresuradamente de la habitación. Se puso los zapatos y tomó una chaqueta liviana con la esperanza de que lo que Jack había planeado fuera algo en el interior.
Salió por la puerta en cuestión de minutos, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho y vio el auto azul oscuro esperando junto a la acera. Como se acercaba el invierno, el cielo se oscurecía antes y el sol prácticamente se estaba poniendo mientras corría por el césped.
Jack salió del lado del conductor, con la sonrisa más asombrosa en su rostro. Hiccup no pudo evitar sonreír también, con su propio ser iluminado por la emoción.
- Hola. - dijo el menor en voz baja.
- Hola. - Jack se apresuró a dar la vuelta y le abrió la puerta para que el otro chico entrara. Con una mirada rápida a la casa para asegurarse de que nadie estuviera mirando, Hiccup se deslizó dentro, el miedo repentinamente inundó su cuerpo.
"¿Qué pasa si estropeo algo y él piensa que soy un completo idiota? Podría parecer tan idiota que él reconsideraría si es buena idea salir conmigo... Oh no". Cuando Jack cerró la puerta del auto de golpe, Hiccup salió de sus pensamientos. "No, Jack no es así". Se enderezó un poco más en el asiento y se abrochó el cinturón de seguridad, saltando un poco mientras Jack entraba y también cerraba la puerta del conductor.
- Entonces, ¿qué haremos exactamente esta noche? - Hiccup se movió en su asiento ya que Jack todavía no arrancó el motor.
Jack levantó un dedo en el aire.
- Es una sorpresa, pero primero, como lo prometí...
Hiccup gimió interrumpiéndolo.
- La última vez que dijiste eso, yo estaba atrapado escuchándote narrar un documental sobre pingüinos. - Soltó una ligera risa mientras Jack fingía una mirada herida. - Pero admito que fue bastante divertido.
- Bien. - El chico de cabello blanco se aclaró la garganta. - Ahora, volviendo a lo que estaba diciendo. No estoy usando un esmoquin ni nada, pero... - extendió la mano hacia el asiento trasero, - te traje algo.
Hiccup frunció los labios, sabiendo que no había traído nada para darle a Jack y de repente la culpa se estaba acumulando en su estómago.
- No tenías que hacerlo. - murmuró. Jack simplemente negó con la cabeza, todavía buscando a tientas en el asiento trasero hasta que agarró algo. "Me siento horrible ahora, debí traerle algo."
Sin previo aviso, el rostro de Hiccup estaba siendo cubierto por rosas, los suaves pétalos rozaban su cara y el sonido del envoltorio llegaba hasta sus oídos.
- Te traje flores. - anunció Jack. - Quiero decir... - titubeó - si te gustan las flores. Bueno, me refiero a que..., ya sabes... - Suspiró e Hiccup las apartó para que pudieran mirarse el uno al otro. - Si no te gustan, siempre puedo dárselas a Emma o algo así. - Había un rubor en sus mejillas y sobre el borde de su nariz. "Debería haberle preguntado primero a Astrid o algo así. Soy un idiota."
- No. - dijo Hiccup - me gustan. Es solo que nadie me había regalado flores antes. Así que, uhm... gracias. - No sabía qué más decir. Había ocho colores diferentes de rosas, todos perfectamente elegidos. - Son muy bonitas. - se rió. "Realmente no sé qué decir."
Ahora Jack sonrió ampliamente y las señaló.
- Los colores significan diferentes cosas, me lo dijo esa anciana del parque. - Ante esa explicación, el adolescente más pequeño lo miró y solo sonrió. - Es una larga historia, pero, de todos modos... - tocó la rosa amarilla, - esta significa 'preocupación' y bueno... - hizo una pausa, - sabes que me intereso y me preocupo por ti.
Hiccup podía sentir su rostro calentándose, el sonrojo característico no tardó en aparecer y Jack detuvo su explicación, apenado.
- Esto probablemente sea vergonzoso. Me detendré ahora. - El muchacho mayor murmuró de manera nerviosa pero el castaño negó con la cabeza, tratando de animarlo a seguir hablando. - ¿Enserio? - Una pequeña sonrisa se formó en sus labios. - Bien, entonces... - Señaló la blanca. - Esta significa lo 'celestial' o algo que indica 'inocencia', la elegí porque ... tú eres celestial. - Ahora señaló la de color rosa. - Y esta indica 'gentileza' o 'admiración', y bueno, ya sabes, eres gentil y amable.
- Sigue. - dijo Hiccup. Inclinó la cabeza ligeramente a un lado y Jack trató de tragarse el nudo que crecía en su garganta.
- Entonces, uh... - Tocó la rosa color coral. - 'Felicidad', bueno, esa es obvia, me siento feliz cuando estas cerca, - luego miró la de color Lavanda. - Esa indica 'Encantamiento por alguien', aunque suena como un cuento de hadas. - Su rostro estaba ardiendo mientras continuaba, sintiendo boca repentinamente seca. "Nunca me había sentido así antes", pensó, "no puedo concentrarme cuando sé que él me está mirando". Después señaló la rosa naranja. - Bueno, no te lo tomes a mal, pero esta significa 'deseo'. - Ambos apartaron la mirada por un momento. Jack recuperó la mayor parte de su compostura y tocó la rosa color durazno. - y esta... 'Cerrar el asunto'.
Hiccup arqueó una ceja, confundido.
- ¿Cerrar qué asunto? - "¿Podría estar hablando de...?"
Jack tosió y miró por la ventana, sintiendo que el espacio entre ellos se hacía más pequeño.
- Bueno, cerrando el asunto entre nosotros. Es decir, poder ser una pareja. Si eso tiene sentido. - Ambos guardaron silencio.
- Oh.
- Sí.
- Y, ¿qué pasa con la roja? - Hiccup la sostuvo con cuidado, haciéndola girar bajo su nariz.
Con una risa nerviosa, Jack trató de dominar sus nervios y tomó la mano libre de Hiccup. Ambos tenían el rostro escarlata y no podían mirarse de frente.
- Uhm, significa que... 'aprecio tu existencia'. - Los dedos de Hiccup se movieron suavemente bajo los suyos y Jack se maldijo a sí mismo mientras sus pensamientos se arremolinaban en su ser. "Probablemente estoy empeorando todo al esforzarme demasiado en esta cita. Mierda, así no es como se suponía que iba a ser. No debería haberle regalado flores y...."
- También aprecio tu existencia. - dijo Hiccup en voz baja.
Mordiéndose el labio. Jack retiró su mano, intentando arrancar el motor con los dedos temblorosos.
- Probablemente deberíamos irnos antes de que el lugar cierre.
Hiccup acomodó las flores en sus brazos, acunándolas suavemente.
- ¿A dónde vamos?, al menos deberías decirme eso.
Después de que se alejaran de la acera. Jack finalmente pudo calmarse y sonrió.
- Ese, Hiccy, es mi pequeño secreto por ahora.
*-*-*-*
Fue un viaje en automóvil de veinte minutos, pero Jack finalmente se detuvo en un estacionamiento. Prácticamente el muchacho se balanceaba en su asiento mientras estacionaba el auto, volviéndose hacia Hiccup con sus ojos azules emocionados.
- ¡Estamos aquí! - Abrió los brazos lo más que pudo en el pequeño espacio.
Hiccup solo se rió.
- ¿Dónde es 'aquí' exactamente? - Movió un poco las rosas en sus brazos, deleitándose con otra oleada de su exquisito aroma.
Jack sacó su llave de la ranura del encendido del auto y se la metió en el bolsillo, saliendo fuera del auto sin dar una explicación. Hiccup estaba a punto de salir también, pero las flores en sus brazos lo hicieron detenerse.
"¿Dónde las pongo? No puedo llevarlas conmigo, ¿verdad?", sus pensamientos se vieron interrumpidos y se sobresaltó cuando el otro dio un ligero golpe en su ventana. Abrió la puerta y miró a Jack, señalando las flores.
- No sé dónde ponerlas; si las dejo en el auto, ¿se marchitarán o morirán?
- No lo sé. - dijo el mayor encogiéndose de hombros.
- Pero... - Hiccup las miró, - no quiero que mueran.
"Oh no", Jack se mordió el labio pensando, "está siendo muy lindo."
- Estoy seguro de que estarán bien, quiero decir, hace bastante frío, así que no deberían marchitarse. - Ante sus palabras, el adolescente más joven asintió vacilante antes de dejarlas en el asiento suavemente mientras salía. "A él realmente le gustan". Jack tomó su mano y por un momento Hiccup casi se apartó, con los ojos verdes muy abiertos. - Descuida, nadie va a decir nada aquí. - "Ya pensé en ese detalle", se felicitó a si mismo mentalmente.
- Lo siento. - suspiró Hiccup. - Sé que probablemente sea estúpido que te preocupes por esas cosas debido a mí. - Jack simplemente tiró de él y se dirigieron hacia el edificio frente a ellos. Había un gran y algo gastado letrero con el nombre: Pista de hielo de M.K.
- ¿Has patinado sobre hielo alguna vez? - Jack sonrió, le abrió la puerta y entraron.
Estaba casi vacío, solo había algunas parejas y una madre persiguiendo a su hija que solo tenía un zapato de patinaje puesto. Un mostrador se encontraba en la parte de atrás, el cual estaba lleno de patines de hielo para que la gente los alquilara y a su izquierda estaba la puerta que daba hacia la pista de hielo.
Hiccup se encogió de hombros y miró a su alrededor, encontrando que el lugar era muy hogareño.
- Lo hice una o dos veces cuando era pequeño, pero nunca supe como hacerlo realmente. - Miró al otro algo apenado, Jack lo acercó al mostrador de alquiler, le pidió dos pares de patines a la mujer que estaba detrás y sacó el dinero de su billetera. - Espera, Jack no. Yo pagaré mi parte.
- No, nada de eso. - resopló el adolescente de cabello blanco, - ¿ahora cuál es tu talla de zapato?
- No te la diré hasta que me dejes pagar por mí mismo.
- Y eso nunca va a suceder, así que ¿por qué no me la dices ahora? - Jack tamborileó con los dedos contra el mostrador y la mujer pareció sentirse incómoda al escucharlos discutir. - Vamos, dije que esto sería perfecto y voy a hacer exactamente eso.
Hiccup frunció un poco el ceño.
- Perfecto no significa que tengas que pagar por mí. Me siento horrible ahora. Me diste flores, me trajiste a patinar sobre hielo, quieres pagar por mí. - Apretó la parte inferior de su suéter con las manos, tirando hacia abajo. - Siento que no estoy haciendo nada por ti.
Ante eso Jack sonrió suavemente.
- Estás haciendo todo con solo estar aquí, así que relájate, ¿sí?
El adolescente más pequeño sopló su flequillo y le dijo a la mujer su talla. Se colocaron los patines y avanzaron hasta llegar a la entrada de la pista, observando que solo había cinco personas en total patinando. Jack tomó su mano una vez más y entró al hielo, mirando a Hiccup.
- Estarás bien; ven, vamos a divertirnos un poco.
- Si tú lo dices. - Y con eso, Hiccup estaba sobre el hielo, logrando mantenerse equilibrado mientras Jack giraba en círculos a su alrededor. - ¿Asumo que has hecho esto antes?
Jack se rió entre dientes, deteniéndose perfectamente frente a él.
- Venía aquí casi todos los meses con mi hermana. - Tomó las dos manos de Hiccup y comenzó a tirar de él hacia el centro de la pista, observando mientras el castaño luchaba por mantenerse derecho y estable. - Eso es, solo mira mis pies y haz lo que hago. - Hiccup asintió, mordiéndose el labio en concentración.
Mientras ambos giraban en suaves círculos, los dedos de Hiccup apretaron los de Jack.
- Bueno, esto no es tan malo. Creo que ya me estoy acostumbrando. -El adolescente de ojos esmeraldas movió los pies y se las arregló para seguir el paso de Jack. Al sentirse más relajado se rió y se soltó del mayor, girando solo mientras Jack lo miraba.
- No creo que necesites que te tome de la mano más. - dijo el universitario. "Pero ya sabes...yo podría hacerlo igualmente."
Hiccup se acercó a él, sus movimientos eran más fluidos que antes. Sus dedos se entrelazaron con los de Jack, cálidos con fríos.
- No, creo que podría necesitar un poco más de entrenamiento. - No le importaba que las otras personas pudieran verlo. No le importaba lo que pensaran mientras se tomaban de la mano. Era increíble.
- ¿Podemos hacer lo del Titanic? - Jack sonrió con satisfacción mientras recorrían la pista, incluso dejando atrás a algunas personas.
- No. - dijo Hiccup rotundamente. Se movió un poco hacia adelante para que Jack estuviera detrás de él, descubriendo que patinar no era tan difícil como pensó inicialmente.
- Aw, vamos... - se quejó Jack. Aceleró para que estuviera justo al lado de Hiccup. - Tenemos que. - Hiccup le dio una mirada sin humor y el mayor puso mala cara. - Dijiste que sentías que no estabas haciendo nada por mí, así que, ¿qué tal si me pagas dejándome hacer lo del Titanic?
- Estás realmente empeñado con el momento de Titanic ¿no?
- Sí, sí, lo estoy. - Jack se acercó, teniendo la oportunidad de acariciarle la mejilla. - Así que, ¿por favor?
Hiccup frunció los labios y miró hacia otro lado, tratando de ocultar su sonrojo.
- Solo cuando todos se hayan ido.
Jack se rió y continuaron moviéndose juntos. En algún momento, Jack se alejó de él para patinar más rápido y hacer algunos saltos y giros. Hiccup solo rodaría los ojos cada vez que eso sucediera, esperando que el otro no se diera cuenta de lo emocionado que estaba en realidad. Mientras Jack patinaba de espaldas y miraba a Hiccup, se topó con un par de risas del menor, que aún se deslizaba lento. "Es tan agradable estar con él y no preocuparse de otras cosas", el chico de ojos verdes suspiró alegre con sus pensamientos.
- Entonces, ¿cómo estuvo mi patinaje? - Jack pasó volando, regresando. - ¿Fue increíble? ¿Cuánto le das? ¿Diez? Yo le daría un once si estuviera juzgando.
- Eh, yo diría un siete punto cinco. Tal vez incluso un seis. - Hiccup se encogió de hombros. - Demasiado llamativo para mi gusto.
Jack entrecerró los ojos y antes de que Hiccup pudiera detenerlo, ambos se estaban besando.
- ¿Qué te parece ahora? - Murmuró el universitario mientras se alejaba.
Hiccup farfulló, olvidando de repente cómo patinar.
- U...Uh, d...diez - dijo. Jack frunció el ceño. - Está bien... - se calmó un poco - once. - El chico de cabello blanco sonrió, volviendo a dar otra vuelta.
Después de una hora más o menos, la pista estaba empezando a vaciarse y pronto solo ellos eran los únicos patinando. Jack pasó un brazo alrededor del cuello de Hiccup, con la nariz fría presionada contra su mejilla.
- ¿Titanic? - Su respiración era cálida e Hiccup se estremeció, inclinándose hacia él.
- Está bien, pero ¿quién va a estar al frente?
Jack se tocó la barbilla.
- Bueno, yo no puedo ser la chica, obviamente soy Jack Dawson. Tengo el mismo nombre y todo.
Hiccup lo miró.
- ¿Entonces también te ahogaste en agua helada?
- Eso a lo mejor sucede después de todo esto. Así que tú tienes que ser Rose. - Dijo rápidamente, yendo detrás de él. Hiccup casi saltó cuando el otro puso sus manos en sus caderas, cerrando el espacio entre ellos. - ¡Ahora patina Rose, patina!
- ¡No quiero ser Rose! - Gritó el más pequeño, pero Jack lo empujó hacia adelante de todos modos. - ¡Esto no es justo! - Se movieron en sincronía, aunque la mente de Hiccup no podía olvidar el hecho de que las manos de Jack lo rodeaban, manteniéndolo cerca. Sus gritos cesaron y se inclinó hacia él, sin saber qué hacer con sus manos.
Jack movió sus propias manos hacia arriba lentamente, mientras un pequeño ruido escapaba de la boca de Hiccup debido a aquello. El mayor pasó sus manos por debajo de los brazos del pecoso hasta que las manos de ambos se encontraron y luego las levantó hacia arriba. Ambos tenían los brazos extendidos, sus dedos se entrelazaron mientras continuaban moviéndose.
- Di la línea Hiccy. - se rió.
- ¿Qué línea? - Hiccup estaba sonriendo.
- Sabes exactamente de qué línea estoy hablando. - Su barbilla se clavaba en su hombro, pero Hiccup no estaba dispuesto a quejarse, estaba disfrutando aquello demasiado.
- ¡Eso ni siquiera lo dijo Rose! - Él se rió, echando la cabeza hacia atrás. - Ese fue Jack.
Jack lo besó, debido a la diferencia de altura funcionó perfectamente, sus labios se moldearon uno contra el otro. El chico de cabello blanco los condujo hacia una esquina donde aún podían saborearse el uno al otro, el calor hacía que sus mentes se nublaran.
- Soy el rey del mundo. - susurró mirando al más bajo, sin cambiar su posición.
Hiccup movió su pie hacia atrás mientras Jack intentó avanzar y las cuchillas de sus patines chocaron, enviándolos a ambos al suelo. Jack se las arregló para aterrizar sobre Hiccup, quien se llevó la mayor parte de la caída, su cuerpo escocía un poco por el impacto sobre el hielo. El chico siseó e intentó moverse, pero Jack estaba encima de él, tratando de ver si estaba gravemente herido.
- Mierda, ¿estás bien Hiccup? Siento no haber prestado atención.
- Estoy bien. - gimió Hiccup. Jack le dio una mirada preocupada y ante aquello le sonrió. - Solo tendré unos pocos moretones, nada de qué preocuparse. - El adolescente mayor se inclinó y lo besó suavemente, ambos continuaban enredados en un montón sobre el hielo.
De pronto una tos interrumpió aquello y ambos jadearon separándose, mirando a la mujer que los atendió en la entrada.
- Uhm, disculpen chicos, ya casi es la hora de cerrar. Así que deberían, eh..., irse a casa. - Ella tenía las mejillas enrojecidas y evitaba el contacto visual con los muchachos. - Lamento molestarlos.
Jack se puso de pie y ayudó a Hiccup a levantarse, que estaba tratando de ocultar su rostro. Pasaron junto a ella para regresar al área principal donde se quitaron los patines y volvieron a ponerse sus propios zapatos. Una vez que estuvieron listos, se dirigieron al auto, ya se había oscurecido afuera.
- Bueno, espero que haya sido divertido para ti. Siento hacerte caer, eso no era parte del plan.
- No, está bien. Soy torpe de todos modos. - Hiccup sonrió y Jack le devolvió la sonrisa. - Entonces, ¿qué sigue? ¿Vamos a tener sexo caliente en la parte trasera de tu auto? ¿Puesto que luego vas a ahogarte en el mar mientras yo vivo y me hago anciano? - Jack soltó una risa falsa y abrió la puerta para que él entrara. Hiccup movió las rosas para que estuvieran en sus brazos nuevamente; no parecían haberse marchitado, así que era una buena señal. Jack hizo un ruido, llamando su atención.
- ¿Confías en mí? - Dijo algo serio.
Hiccup no perdió el ritmo.
- Confío en ti.
Ahora Jack sonrió yendo a su lado para entrar en el asiento del conductor. Arrancó el auto y antes de acelerar, miró a Hiccup y habló.
- ¿A dónde señor?
- A las estrellas.
*-*-*-*
Jack detuvo el auto junto a una acera. Era la parte de la ciudad donde había todo tipo de pequeñas tiendas diferentes una al lado de la otra.
- Es hora de la cena romántica. - Sonrió él, señalando la tienda frente a la que estaban. Hiccup vio el pequeño letrero sobre la puerta. The Warren Island. - Bunnymund la dejó abierta hasta tarde para que pudiéramos comer.
- ¡Jack! No necesitabas hacer eso. - suspiró Hiccup. - Una simple parada en McDonald's habría estado bien. Me siento mal al saber que has tenido a tu tío aquí hasta tarde. - Hizo un puchero y Jack salió del auto, yendo a su lado para abrirle la puerta. A pesar de estarse quejando, el menor salió, colocando cuidadosamente las flores en el asiento. - Esto es demasiado.
- Te dije que iba a ser perfecto. - Jack señaló la entrada. La abrió e hizo una reverencia cuando Hiccup pasó delante de él, todavía inseguro.
El pequeño adolescente jadeó, sus ojos se ensancharon mientras miraba a su alrededor. Linternas doradas colgaban del techo, enviando luz cálida hacia abajo. Las paredes estaban pintadas con brillantes colores primaverales de hermosos paisajes de fantasía. Hiccup dio vueltas en círculos, contemplando las impresionantes obras de arte y las decoraciones.
- Este lugar es asombroso. - dijo.
Jack se acercó por detrás, deslizando su brazo alrededor de su cintura.
- Bunnymund lo pintó todo él solo.
Justo cuando se dijo su nombre, Bunnymund salió de una puerta que decía "solo empleados". Se estaba limpiando las manos en el delantal negro que estaba atado a su cintura.
- Así que, llegaste a tiempo. - Murmuró el hombre de cabello gris. - Impresionante.
Hiccup pareció volverse tímido, agachando la cabeza cuando Bunnymund lo miró. Jack se dio cuenta y miró a su tío, dándole una sonrisa sincera.
- Gracias por dejarnos comer aquí.
- Gracias. - dijo Hiccup en voz baja.
- Bueno, tomen asiento; Sandy acaba de terminar todo en la parte de atrás. Saldrá pronto. - Bunnymund señaló las mesas redondas situadas frente al mostrador. Había una con una vela encendida, ya preparada con dos platos dispuestos. - Solo instálense. - Volvió por la puerta por la que entró.
Se sentaron e Hiccup se movió inquieto, acomodando la servilleta en su regazo. Jack suspiró, apoyando su barbilla en su mano.
- Descuida Hiccup, Bunnymund generalmente se queda hasta tarde de todos modos, solo que esta vez nosotros también estamos aquí. - Jack observó al otro chico, quien tenía una mirada inocente en el rostro y al ver aquello su corazón tartamudeó. "Bajo esta luz luce absolutamente impresionante". - Así que, disfruta de la comida.
- Realmente eres demasiado bueno. - susurró el de ojos esmeraldas. "No valgo todo este esfuerzo".
- ¿Qué? - Jack se enderezó en su asiento.
- ¿Qué? - Hiccup ladeó la cabeza, confundido.
- Mereces completamente este esfuerzo.
Entonces Hiccup se sonrojó, dándose cuenta de que había dicho su pensamiento en voz alta.
- Uh...no quise decir eso. - tosió levemente.
Jack se inclinó sobre la mesa, tocando sus dedos ligeramente.
- Si tú no valieras esto, entonces no estaríamos aquí genio. - "¿No lo entiendes? Eres especial. Eres diferente. Eres perfecto."
Antes de que Hiccup pudiera responder, Sandy apareció, empujando un carrito pequeño con dos platos de espaguetis humeantes encima. Hizo unos gestos con las manos (todavía no podía hablar) y puso la comida en sus platos. Hiccup le agradeció ya que también les dio pan de ajo y un vaso de agua. Dio una palmada y se fue sin dar otro movimiento de mano.
- Bueno, disfruta la cena. - dijo Jack. Ambos empezaron a comer e Hiccup quedó impresionado por la comida. Era increíble. Incluso las albóndigas eran maravillosas y apenas levantó la vista de su comida, mientras comía contento. Después de un rato miró hacia arriba. Jack lo estaba mirando con una sonrisa en sus labios. Hiccup se atragantó y se tapó la boca con la servilleta. - Lo siento, ¿interrumpí tu comida?
Hiccup cerró los ojos con fuerza por un momento. "Me estaba viendo comer como un animal. Mierda, probablemente piensa que soy repugnante justo ahora. Oh no". Soltó un suspiro tembloroso y volvió a mirar a Jack.
- No, estoy lleno. - mintió disminuyendo el volumen de su voz.
Jack frunció los labios cuando los ojos de Hiccup se desviaron hacia la última albóndiga en el tazón de Jack.
- Te la daré si quieres. Podemos ser como la Dama y el Vagabundo. - De repente el mayor sonrió, tomando una albóndiga con el tenedor y extendiéndola en su dirección. - Vamos.
- ¿Por qué siempre soy la chica en estas situaciones? - Hiccup hizo un puchero, pero realmente quería esa albóndiga. - Primero Titanic, ahora la Dama y el Vagabundo. Tienes un fetiche de recreación de películas. - Jack agitó la albóndiga en el aire y los ojos de Hiccup la siguieron. - Tú, amigo mío, eres una persona horrible. Ahora dámela.
- No, tienes que comértela del tenedor. - explicó Jack. Tenía una mirada oscura y una sonrisa en la boca. - Por favor, por el ambiente romántico. - Hiccup suspiró ruidosamente, inclinándose hacia adelante y mordiendo la albóndiga del tenedor en un movimiento rápido. - Bueno, eso no fue muy sensual.
Hiccup intentó hablar mientras comía.
- ¿Qué pensaste que iba a hacer? ¿Besarme con ella?
- Se supone que debes hacer eso conmigo, duh. - Jack rodó los ojos. - Hablando de eso, hay algo más que quiero probar de esa película. - El muchacho de ojos azules tomó una hebra de pasta de su plato con el tenedor y enarcó una ceja. - ¿Qué piensas?
- ¿Te das cuenta de que el aire mágico del romance debería crearse por sí mismo? - Hiccup le dio una sonrisa torcida mientras el otro ponía un extremo de la pasta en su boca. Sostuvo el otro extremo con el tenedor, esperando a que Hiccup lo tomara. - ¿No puedes estar hablando en serio o sí?
Jack hizo una mueca y él suspiró.
- Está bien, está bien, pero si le dices a alguien que hice esto, lo lamentarás. - El menor levantó la ceja, pero Jack encogió los hombros sin prestarle atención, y por eso el otro se cruzó de brazos. - Le diré a Astrid que me lastimaste. - El adolescente mayor negó con la cabeza rápidamente ante la amenaza, el miedo atravesó sus rasgos. - Bien. - Hiccup tomó el otro extremo de la pasta, colocándolo entre sus labios. Continuaron comiendo hasta que sus labios estuvieron a punto de juntarse, ambos tuvieron que inclinarse sobre la mesa.
Hiccup trató de averiguar cómo iba a terminar esto. Sin embargo, Jack no necesitaba pensar tanto, mordió la pasta por la mitad justo cuando sus labios se tocaron. Se besaron hasta sentir el calor de las velas quemar ligeramente su piel ya que estaban tan cerca de ellas. Cuando Hiccup se volvió para mirar a su alrededor, Bunnymund estaba de pie cerca, con el carro a su lado. "¡¿Por qué cada vez que nos besamos alguien tiene que estar mirando?!"
- Traje el postre. - fue todo lo que dijo el hombre. Les retiró los platos y dejó dos rebanadas de pastel de chocolate, se veía húmedo y rico, con una fresa a un lado. - Ahora no se aloquen demasiado. - advirtió, dejándolos solos una vez más.
- Esto se ve increíble. - dijo Hiccup. Quería superar la vergüenza pasada. Jack asintió con la cabeza y cada uno cortó su trozo para comer, gimiendo al unísono de lo delicioso que estaba. - Necesito venir aquí más seguido. - suspiró felizmente.
Jack solo sonrió y continuaron comiendo, finalmente el universitario hizo una pausa, dejando el tenedor a un lado en su plato.
- Entonces, Hiccup, ¿qué vamos a hacer exactamente?
- ¿Qué? - Hiccup dejó de comer. - Pensé que habías planeado toda la noche...
- No, me refiero a lo que vamos a hacer respecto a nosotros. -Jack hizo un gesto entre ellos. - Quiero decir, ¿es posible que quieras salir conmigo? - "¿Por qué estoy tan nervioso de repente?"
Hiccup se reclinó en su silla, los nervios empezaban a apoderarse de él, pero se atrevió a hablar.
- Bueno, pensé que estarías más indeciso en salir conmigo. Ni siquiera he salido del closet frente mi familia y... será difícil, además... probablemente no soy la persona más atractiva por los alrededores. - Se interrumpió a sí mismo, sus ojos cayeron a su regazo. "No creí que quisieras quedarte cerca de mí."
- Pero eso no significa que no pueda intentar que esto funcione. - Ante las palabras de Jack, el otro levantó la cabeza y sus ojos se encontraron. - Sé que probablemente será difícil y existe la posibilidad de que surjan problemas, pero ¿no es eso lo que hace que valga la pena? - Su voz era suave pero decidida. - Entiendo que suelo coquetear mucho, incluso cuando no es mi intención, o que puedo ser agotador a veces, pero enserio... - respiró hondo, - quiero ver si esto funciona para ambos.
Hiccup se echó a reír, cubriéndose la cara con las manos. Jack frunció el ceño, sus cejas se juntaron.
- No creo que esto sea muy divertido. - gruñó mirando al menor.
- No... - Hiccup negó con la cabeza. - Es sólo que... - resopló - eres tan perfecto y nunca en mi vida imaginé que alguien como tú quisiera salir con alguien como yo. - Su risa se detuvo poco a poco y suspiró, pasando una mano por su cabello. - Lo siento, solo estaba tratando de entender eso.
Jack sonrió un poco.
- Entonces, ¿estás diciendo que piensas que tenemos una oportunidad?
- Sí, eso creo... - Tomó su tenedor y empujó su pastel suavemente en su plato. Bajó el volumen de la voz y habló solo para que Jack pudiera oírlo. - Realmente me gustas.
- Entonces deberíamos salir.
- Muy bien.
*-*-*-*
Después de dar las gracias a Bunnymund y Sandy, desafortunadamente, era hora de que Jack llevara a Hiccup a casa, ya que se acercaba la hora límite de su permiso para salir. Jack se detuvo frente a la casa de Hiccup, tamborileando distraídamente con los dedos en el volante, sus ojos se mantenían enfocados hacia adelante.
- Así que, ¿tuviste una buena noche? - Preguntó.
- Sí. - dijo Hiccup, - todo fue perfecto, como dijiste. - Ante esa respuesta Jack sonrió. - Pero la próxima vez yo planearé todo. - El menor bajó la mirada en dirección a las rosas y se sonrojó, sintiendo que el calor lo inundaba.
Hubo silencio durante un rato y luego Jack se volvió hacia él, sujetando su mano suavemente. Hiccup giró su rostro hacia él y simplemente gravitaron el uno hacia el otro, sus labios se encontraron sin demora. Fue un contacto suave y dulce, acabaron fundiéndose en un beso más profundo que casi le quitó el aliento a Hiccup.
Jack se apartó, con las manos aún juntas y murmuró.
- Así que, ahora estamos saliendo, ¿verdad?
- Supongo que sí.
- ¿Entonces eres mi novio?
- Seguro, podría decirse que sí. - Hiccup se desabrochó el cinturón y abrió la puerta, poniéndose de pie. Echaba de menos la mano de Jack alrededor de la suya.
- Te llamaré mi novio.
- ¿Jack?
- ¿Sí?
Hiccup miró su rostro, repentinamente lleno de emoción y felicidad; no pudo evitar sonreír también. Sacudió la cabeza lentamente, sonriendo con tanta fuerza que le dolía, incluso en el pecho. Después de un último beso se alejó un poco del auto, levantando la mano en un gesto de despedida.
"Creo que te amo". Esas palabras casi escapan de su boca, su corazón latía salvajemente contra su caja torácica.
Quería decirlo. ¡Por supuesto que quería decirlo! Habría sido el momento perfecto para hacerlo, pero Hiccup sabía que probablemente era demasiado pronto. No estaba dispuesto a tentar el destino tan pronto. Entonces, en cambio, asintió con la cabeza, caminando hacia su casa.
- Gracias por esta noche.
*-*-*-*
Jack es un romántico total, ¿no lo creen? Tuvo muchas ideas buenas para esa noche. ¡Oficialmente nuestros muchachos son pareja!
¿Qué? ¿Creyeron que el drama había pasado?, no, no, aún falta más.
¡Espero les haya gustado!, no olviden votar y comentar si así lo desean. Bos vemos en el siguiente capítulo.
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