~Capítulo 17~

¡Hola! Feliz año a todos. Espero les vaya muy bien en este 2021. 😁

He aquí un nuevo capítulo, descubrirán varias cosas interesantes, además que el drama continúa.

Disfruten. 😊

*-*-*-*

El martes por la mañana el clima era frio y el sol brillaba con fuerza en el cielo, haciendo que Hiccup entrecerrara los ojos mientras miraba hacia arriba brevemente, esperando a que Astrid saliera de su hogar. Cuando finalmente estuvo a su lado, ella le dio un codazo en el hombro al ver al otro sonriendo.

- ¿Qué tal estás chico enamorado? ¿Por qué traes esa sonrisa tonta? - Preguntó ella, sonriendo también.

- Bueno, ayer volví a salir con Jack - dijo, sintiéndose un poco orgulloso de sí mismo. - Pero, por supuesto, estaban Toothless y su amigo. Así que no hubo mucha charla. - Suspirando, saltó sobre una grieta. - Conmigo de todos modos.

- Aw, lamento oír eso Romeo. - Astrid le revolvió el cabello como un gesto reconfortante.

Hiccup intentó aprovechar su oportunidad.

- Pero…- el chico levantó un dedo en el aire - nos invitó a una fiesta el viernes ...

- No.

- Astrid es solo una…

- Dije que no. No voy a ir a una fiesta y tú tampoco deberías. Fin de la discusión. - Ella le dio una mirada de padre autoritario e Hiccup metió las manos en los bolsillos de la chaqueta, tratando de mantener la calma mientras se acercaban a la escuela.

Tendría que intentarlo de nuevo otro día. Era la única manera.

*-*-*-*

Sentado en la cafetería durante el almuerzo del día miércoles, Hiccup pensó que podría tener otra oportunidad para pedirle a Astrid que fuera a la fiesta nuevamente. La única cosa era que había una persona extra sentada con ellos y no se iba a ir sin importar cuántas miradas recibiera de la pandilla.

- Uh… - Astrid golpeó la mesa con los dedos - Brutacio, te das cuenta de que estás sentado en la mesa equivocada, ¿verdad? - Ella le dio una mirada rápida a Hiccup, quien se encogió de hombros a la defensiva, completamente inconsciente de cuáles eran los motivos del chico mayor cuando deslizó su bandeja en la mesa y se sentó junto al adolescente delgado de ojos verdes al comienzo del almuerzo.

- Esto es un país libre, puedo sentarme donde quiera – dijo Brutacio comiendo un bocado de pollo. Bajó la cabeza por un momento, tragando. - Simplemente no quiero sentarme con ellos en este momento. Me están haciendo enojar. - Agarró su tenedor con más fuerza, tanto que Hiccup pensó que se iba a romper por la mitad.

Sophie parecía aterrorizada por el chico mayor, sus ojos verdes amarillentos estaban muy abiertos. Patapez se movió de su asiento habitual para poder sentarse junto a ella y consolarla. Después de un rato, ella pareció olvidar que Brutacio incluso estaba allí y estaba sonriéndole a Patapez mientras le explicaba un nuevo libro que estaba leyendo.

Hiccup se movió inquieto, incómodo con las miradas que ahora estaban atrayendo. Al otro lado del comedor, la mesa de Patán tenía el nuevo hábito de darse la vuelta para mirarlos. Brutilda solo miraba confundida y herida a su hermano de vez en cuando, apartando su larga trenza rubia de su hombro mientras se volvía hacia Patán.

Mientras miraba su comida. Hiccup se aclaró la garganta.

- Entonces Astrid, sobre el viernes…

- ¡No! Hiccup en serio; sabes que no voy a fiestas, más aún cuando… - bajó la voz, - hay alcohol de por medio.

El chico castaño se mordió el labio y le dio su mejor mirada suplicante.

- Nunca dije que iba a haber alcohol o que tendrías que beber si había algo - susurró. Brutacio los miró a los dos, sorprendentemente sin hacer ningún comentario. - Mira, por favor, piénsalo, ¿por mí…?

- Hiccup… -murmuró Astrid, cubriendo su rostro.

Él sonrió e inclinó la cabeza.

- ¿Puedo tomar eso como un 'tal vez'?

*-*-*-*-*

Al día siguiente después de la escuela, mientras ambos caminaban a casa, el ambiente estaba lleno de tensión mientras Hiccup peleaba consigo mismo acerca de si debía seguir intentando pedirle a Astrid que fuera a la fiesta. Ya era jueves y sus esperanzas caían lentamente. Pateó una piedra y Astrid se detuvo de repente, cruzando los brazos.

- Hiccup, sé que estás por pedirme que vaya a la fiesta de nuevo.

- Será sólo una noche y nos divertiremos. - Él se encogió de hombros y la miró, sin siquiera intentarlo más. - Por favor - agregó con cansancio.

Ella sacudió la cabeza lentamente.

- ¿Por qué quieres ir como sea? ¿Estás tratando de actuar cool porque crees que así le agradarás más a Jack? - Su voz era acusadora e Hiccup desvió la mirada, sus mejillas pecosas se sonrojaron. - Esa no es la manera de hacer las cosas, Hiccup…

El chico frunció los labios y la miró.

- ¡¿Entonces cómo debería hacerlo Astrid?! ¿Cómo debo llamar la atención de este chico? Puede que ni siquiera sea gay y solo estoy tratando de pasar tiempo con él porque me hace feliz, ¡¿está bien?! - Temblando, tragó saliva y trató de mantener su tono estable. - Lo…lo siento, pero, realmente no sé qué hacer. Pensé que esta fiesta podría ser mi oportunidad de saber más sobre él, pero ... –Su voz se apagó, sus ojos esmeraldas cayeron al suelo.

Astrid lo abrazó, apretándolo con fuerza.

- Lo siento Hic, supongo que no sé por lo que estás pasando. - Ella lo apartó un poco para que pudieran mirarse a los ojos. - Él realmente te gusta, ¿no?

Hiccup se sonrojó y asintió. Ella suspiró y le dio un fuerte puñetazo en el pecho.

- Odio cómo puedes ser tan inocente y adorable a veces. Ugh - gimió - está bien, iré a la maldita fiesta. - Él se iluminó sonriendo y ella le pellizcó la mejilla. – Pero…- advirtió, - no emborracharse, no sexo al azar, y será mejor que haya un conductor designado.

La abrazó, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello.

- ¡Sí! ¡Astrid, te adoro! ¡Gracias! - La besó en la mejilla varias veces antes de que un hombre que pasaba por la acera tosiera y se separaran. - ¡Eres la mejor!

Ella sonrió.

- Creo que tengo una idea de lo increíble que soy. - Continuaron su camino a casa. - Entonces, ¿exactamente cómo haremos esto? Mis padres probablemente me matarían antes de dejarme ir a una fiesta, especialmente a una fiesta universitaria.

- Jack dijo que podemos pensar en algo. Lo llamaré esta noche y luego podremos pensar en un plan. - Hiccup se rió y echó la cabeza hacia atrás sonriendo. - Gracias Astrid, de verdad. Esto significa mucho.

- Digamos que me debes una, ¿sí? -Ella le dio un codazo. Él asintió con la cabeza y pasó un brazo alrededor de su hombro, caminando así durante el resto del camino.

*-*-*-*

Hiccup estaba radiante el viernes por la mañana, su corazón se aceleraba cada vez que pensaba en la fiesta. Había llamado a Jack inmediatamente cuando llegó a casa y había ideado un plan para llevarlo a él y a Astrid a la fiesta sin que nadie más lo supiera. Es decir, si Astrid no se echaba atrás en el último minuto.

Sabía que ella no quería ir y solo la estaba forzando por sus propias razones egoístas, pero esperaba que al menos se divirtiera un poco una vez que llegaran allí.

Astrid se acercó por detrás y enganchó el brazo alrededor de su cuello, tirando de su cabeza hacia abajo.

- ¿Entonces? ¿Cuál es el plan de fuga? - Preguntó, se podía detectar un poco de emoción en su voz.

- Bueno, no me rompas el cuello y te lo diré. -Ella lo soltó y él se apartó el flequillo castaño del rostro, sonriendo. - Muy bien, le dije a mi mamá que iría a casa de Jack para estudiar con él por la noche debido a un gran exámen y que me quedaría hasta tarde. Luego, vamos a recogerte y les dices a tus padres que vas a estar conmigo toda la noche. - Explicó, moviendo sus manos mientras hablaba. – Nos quedamos un rato en casa de Jack, Jamie vendrá y dirá que nos va a dejar en nuestras casas con Jack, quien dice que se quedará en casa de Jamie. Finalmente, todos nos vamos a la fiesta. - Hiccup tuvo que admitirlo; incluso él estaba un poco confundido por el plan.

- ¿Y estás seguro de que esto va a funcionar? -Astrid le lanzó una mirada cansada.

Levantó los hombros y agitó una mano en el aire.

- Vale la pena intentarlo – suspiró él. Un automóvil pasó a su lado con los gemelos en él, Brutacio conducía mientras Brutilda estaba en el asiento del pasajero. Ambos parecían estar discutiendo cuando entraron al estacionamiento de la escuela. - Oye, ¿sabes qué está pasando con Brutacio? Ha estado raro…- hizo una pausa, - últimamente.

Astrid negó con la cabeza.

- Pensé que tú sabías lo que estaba pasando. Parece estar pegado a ti después de lo que pasó con Patán. - Corrieron por la calle hasta llegar a las puertas de la escuela. – Creo que puede estar tratando de ser tu guardaespaldas o algo así.

Hiccup rodó los ojos.

- Sí, y yo soy la reina de Inglaterra.

- Bueno…- ella corrió hacia adelante, riendo, - la Reina de Inglaterra necesita guardaespaldas, ¿no es así?

*-*-*-*

Pasó el período entre el séptimo y el octavo. Hiccup estaba junto a su casillero, tomando su libro de inglés ya que siempre parecía olvidarlo cuando lo necesitaban en clase. Justo cuando estaba a punto de irse, chocó con el hombro de alguien, disculpándose rápidamente. Cuando miró hacia arriba, no le sorprendió (nada) encontrar a Brutacio de pie allí, con los hombros encorvados.

- Hey – dijo Hiccup - ¿qué sucede? - Ahora que Brutacio se había sentado con ellos en el almuerzo todos los días, Hiccup descubrió que el adolescente no era tan malo como pensó inicialmente.

Los ojos de Brutacio estaban apartados de los del otro chico, como de costumbre cuando hablaban.

- Nada, solo quería acompañarte a clase. – murmuró el otro. - ¿Tienes inglés verdad?

Ahora Hiccup se sorprendió al descubrir que el chico de cabello rubio realmente conocía su horario.

- Sí, no tienes que hacerlo, quiero decir, también tienes clase, ¿verdad? - Cuando Brutacio negó con la cabeza. Hiccup entrecerró los ojos. - Pero todo el mundo tiene un octavo período.

- No cuando tomas un curso de crédito universitario en Berkly, obtienes un periodo libre en reemplazo del octavo. - Él sonrió, finalmente mirando a Hiccup directamente a los ojos. Sus iris no eran tan oscuros como pensaba Hiccup, de hecho, eran de un bonito tono azulado gris. Caminaron por el pasillo, ignorando la campana de advertencia para llegar a clase. - Probablemente pensaste que no era tan inteligente, ¿eh?

- Bueno, realmente nunca me dijiste mucho, así que…- No quería estar de acuerdo con esa afirmación, aunque era cierto. Brutacio siempre fue uno de esos chicos que Hiccup pensó que eran zombis sin cerebro que rondaban a Patán.

- Así que no creíste que yo era inteligente. - terminó la oración del castaño. Hiccup se sonrojó y miró hacia otro lado, encogiéndose. - Está bien; mucha gente piensa lo mismo. - El adolescente más pequeño con pecas estaba a punto de protestar, pero alguien lo golpeó en el hombro, lo que lo hizo tropezar ligeramente.

- Oh, lo siento, ¿interrumpí su cita de chicos? - Patán se rió. Hiccup lo ignoró, volviéndose hacia Brutacio que estaba gruñendo. No había nadie más alrededor, por supuesto, así que era el momento perfecto para que Patán se burlara de ellos. - Vaya, mira eso, tu homosexualidad podría contagiarnos a todos. - Hiccup apretó los labios con fuerza, esperando que su primo se marchara. Pero, lamentablemente, Patán no era tan inteligente. Sujetó el brazo de Hiccup con fuerza, haciéndolo girar bruscamente, uno de sus pies resbaló por lo que colapsó sobre una rodilla. - ¿Me estás escuchando maricón?

Mientras Hiccup trataba de hablar y ponerse de pie, Patán fue empujado a un lado y gritó algo que él no pudo comprender.

Los oídos de Hiccup se llenaron con el sonido de puños golpeando carne, así como los gritos de Patán mientras trataba de escapar, y los enfurecidos de Brutacio. Estaba siendo despiadado, sus puños conectando con la cara de Patán a un ritmo rápido.

- ¡No lo toques maldita sea! – Gruñó el rubio, clavando sus nudillos en la mejilla del otro adolescente. - ¡Idiota, no entiendes nada! -Hiccup se puso de pie, con la boca abierta mientras trataba de gritar, pero ninguna palabra logró formarse.

Los estudiantes corrían por las esquinas para venir y echar un vistazo a la pelea, algunos animando y otros susurrando. Alguien llamó a un maestro, mientras Patán estaba tratando de protegerse la cara con los brazos. Brutacio los ignoró a todos, continuando con su paliza, sus ojos solo levantaron la vista para atrapar la mirada esmeralda del otro.

Hiccup retrocedió, agarrándose a su mochila con fuerza, sin saber qué estaba pasando. Nunca quiso que esto sucediera; nunca necesitó que alguien lo ayudara. Brutacio se movió por su cuenta, no había forma de que Hiccup pudiera detenerlo.

Finalmente llegó un maestro, separando a los dos chicos. El rostro de Patán estaba ensangrentado y se hinchaba rápidamente, su boca estaba roja e Hiccup asumió que le faltaba un diente o dos. Brutacio estaba completamente ileso, excepto por sus puños, que todavía no abrió. Sus nudillos estaban sangrando y bastante raspados. Cuando trató de limpiarse la comisura de la boca, dejó una línea escarlata, como pintura de batalla.

- ¿Que está pasando aquí? -Preguntó el maestro, estupefacto. - Brutacio, ¿qué pasó exactamente?

Brutacio miró a Hiccup de nuevo, quien solo podía esperar no involucrarse más; ya iba a tener suficientes problemas cuando su padre escuchara la noticia de que su primo había sido golpeado. En cambio, el adolescente mayor solo respiró hondo y miró a Patán antes de responder.

- Estaba hablando mierda…- murmuró. El maestro simplemente abrió la boca, sin saber cómo responder a eso.

- ¡¿Qué diablos?! - Gritó Patán, cubriéndose la cara mientras se paraba, casi cayéndose. - ¡¿Ni siquiera estaba hablando de ti y me golpeaste como la mierda?! -Hiccup dio otro paso atrás, tropezando con alguien que vino a ver mejor.

Brutacio casi saltó sobre él de nuevo, con los brazos balanceándose salvajemente en el aire mientras el profesor lo detuvo, el rubio no tardó en contestar.

- ¡No importa de quién demonios estuvieras hablando! ¡No puedes insultarlo diciendo estupideces así! - Gritó, pateando con la pierna para intentar conectarla con el estómago del otro adolescente. El maestro lo arrastró más lejos, sabiendo que solo habría más violencia si las cosas seguían como estaban.

- Patán ve a la oficina de la enfermera y una vez que termines allí, te estaré esperando en la oficina del director -ordenó.

Patán agarró su mochila y mientras se abría paso entre la multitud, empujó a Hiccup con más fuerza, haciéndolo caer al suelo. Brutacio soltó un grito de indignación, casi liberándose del profesor, pero este volvió a hablar.

- ¡Brutacio! ¡Tienes que presentarte a la oficina del director ahora mismo! - Cuando soltó al adolescente rubio, este se pasó una mano por el cabello y se alejó rápidamente, con los ojos fijos en Hiccup.

Brutilda parecía sorprendida mientras seguía a su hermano, tratando de hablar con él, pero él la apartó. Ella apareció unos minutos después de que se rompiera la pelea.

- ¿Alguien más quiere unirse a nosotros en la oficina del director? - El maestro miró a su alrededor, sin aliento y nervioso. - Entonces vuelvan a sus asuntos y no hagan cosas como esta.

La multitud se dispersó e Hiccup se puso de pie tembloroso, corriendo hacia el baño más cercano donde se encerró en un cubículo y vomitó. Nunca había visto a Brutacio volverse tan violento, nunca antes había visto esa mirada en nadie más que en él mismo.

Era la misma mirada que tenía Hiccup cuando su padre hizo un comentario sarcástico sobre los homosexuales y su "estilo de vida". Era la misma mirada que tenía Hiccup cuando Patán empezó a intimidarlo. Era exactamente la misma mirada de dolor y rechazo. El miedo a no pertenecer a ninguna parte pasando por sus ojos y el pánico elevándose en su voz. Todo le resultaba familiar.

Su teléfono vibró y se limpió la boca al contestar.

- ¿Hola?

- Hiccup, ¿qué diablos pasó? ¡Escuché que hubo una gran pelea en el pasillo entre Brutacio y Patán! Pedí ir al baño ahora mismo, pero me preocupé cuando no viniste a clase. - Astrid estaba casi gritando e Hiccup alejó el dispositivo de su oído. - ¿Has visto algo?

- No sé qué pasó realmente – él susurró. Cualquiera podía entrar, así que tenía que tener cuidado. - Brutacio me estaba acompañando a clase y estábamos hablando. Luego Patán me estaba molestando y él dijo algo, de repente, Brutacio simplemente estalló. Literalmente, tiró a Patán al suelo y comenzó a golpearlo hasta dejarlo muy mal. - La escena se repitió en la cabeza de Hiccup y se estremeció. - No paraba; sólo seguía golpeándolo hasta que llegó un maestro.

- Maldita sea…- murmuró Astrid, - Ojalá lo hubiera visto.

- Astrid, esto es serio. Patán es mi primo y si mi tío descubre que de alguna manera estuve involucrado en esto, mi papá será la primera persona en cuestionarme. - Hiccup se mordió el labio y se puso de pie, tirando de la cadena del inodoro. - Me voy a meter en tantos problemas que ni siquiera es gracioso.

- Hiccup, relájate, tú no estabas peleando y Patán es demasiado cobarde para decir algo. Brutacio…bueno, esperemos que las cosas vayan bien para él. -Se escuchó el sonido de un casillero cerrándose. - ¿Estás en el baño?

- Sí, acabo de entrar corriendo aquí. No me sentí bien después de ver eso -suspiró, yendo al lavabo de manos.

Se escuchó el sonido de alguien caminando por el pasillo a través del teléfono.

- ¿Estás seguro de que todavía quieres ir a la fiesta de esta noche?…quiero decir, ¿después de todo eso? – Astrid habló cautelosa, mientras él hizo una pausa mientras se frotaba las manos.

- No, yo…- dijo Hiccup- Quiero ir, estoy bien Astrid. Creo que realmente quiero ir ahora solo para poder olvidarme de todo esto. – Soltó una risa, pero fue débil. - Me dirijo a clase, ¿sí? - Agarró su libro y se secó las manos en los jeans.

- Si tú lo dices - murmuró Astrid. - Nos vemos luego.

*-*-*-*

El siguiente capítulo será la ansiada fiesta. Creánme será un capitulo MUY importante para la trama.

Prometo que la siguiente actualización no será dentro muchos días 😉.

¡No olviden votar y comentar si así lo desean, nos vemos!

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