~Capítulo 13~

Iba a ponerles una canción para que vayan leyendo y entrando en contexto pero no se me ocurrió ninguna 😅, ya ustedes ponen algo de su gusto.

¡Disfruten el capítulo!

*-*-*-*

El lunes, cuando Hiccup se dirigía a la escuela, se preguntó si Astrid estaría preocupada por él, ya que solo le envió un mensaje de texto una vez el domingo para decirle que no podía hablar (principalmente porque no podía ser capaz de decir nada sin enloquecer por completo). Para su sorpresa cuando abrió la puerta de su casa para irse, ella estaba parada allí, con los brazos cruzados y los ojos serios.

- ¿Por qué estabas tan ocupado el domingo? Venga, dame todos los detalles del sábado.

Hiccup cerró la puerta y bajaron los escalones, caminando hacia la escuela.

- Bueno, es un paquete de detalles. - Astrid levantó una ceja y suspiró. - Supongo que debería hablarte sobre el sábado primero. - Le contó todo lo que había sucedido sin siquiera tener que detenerse.

Ella asintió con la cabeza y lo miró de vez en cuando, pero aparte de eso, no interrumpió. Cuando llegó a la parte del viaje en el auto de Jack, bajó la voz. Al terminar, ella lo miró boquiabierta, con los ojos azul cielo muy abiertos.

- Así que… sí. –El chico murmuró bajando la mirada al suelo-

- ¿Le dijiste a alguien más sobre esto? - Preguntó Astrid. Envolvió sus brazos alrededor de su estómago contra la brisa fría que soplaba. Realmente estaba empezando a hacer frío, pero los dos adolescentes se rebelaron contra la madre naturaleza y solo usaban suéteres mientras caminaban, lamentándose cada vez que el viento soplaba.

- No, mi mamá estaba demasiado ocupada hablando con la mamá de Jack el domingo y ya sabes cómo es papá. Toothless solo quería comerse las galletas sobrantes que traje y no pidió nada más. - Se encogió de hombros y pateó la acera. - Astrid, algo malo pasó, sin embargo - murmuró.

Ella frunció el ceño.

- ¿Qué? ¿Te lastimó acaso? - Sus ojos celestes buscaron en su cuerpo algún tipo de herida, pero no encontraron ninguna.

Hiccup metió sus manos frías en los bolsillos de sus jeans, sacudiendo levemente la cabeza.

- No, pero cuando pensé que me iba a besar…- hizo una pausa, - en realidad yo quería que lo hiciera. - Astrid presionó los labios en una línea y él la miró con tristeza. - Sé que dijiste que no me involucrara demasiado y eso, pero, en realidad me divertí mucho con él y, a veces, él me miraba de formas que… y yo sólo… - Se detuvo, dándose cuenta de que probablemente la estaba incomodando. - Me quedé realmente atrapado en el momento.

- Entonces, ¿lo que estás diciendo es… - lo señaló - que en realidad estás enamorado de él? - Hiccup se sonrojó y negó con la cabeza. - Entonces, ¿qué estás tratando de decir? - Su cabello rubio estaba suelto hoy y seguía apartándolo de su rostro mientras el viento lo movía.

- ¡No…no lo sé! ¡Que quiero vivir solo por el resto de mi vida porque a nadie le parecería atractivo este mondadientes! - Gritó más fuerte de lo que pretendía, señalándose a sí mismo. - Solo sé que casi besé a ese chico, pero él lo interpretó como una broma, lo que supongo que significa que es completamente heterosexual y lo estaba haciendo para reírse. - Hablaba sin siquiera respirar, con las mejillas frías y sonrosadas.

- O podría significar que estaba tratando de coquetear contigo, pero vio lo nervioso que estabas y se detuvo. - Astrid sopló en sus manos, frotándolas. - Nunca sabes a menos que preguntes. - Ambos se miraron por un momento, preguntándose cuándo habían cambiado de personalidad al acercarse a la escuela. - Wow, te estoy dando un consejo para un chico con el que te dije que no salieras-  murmuró ella, riendo.

Hiccup esbozó una sonrisa.

- Eso solo podría significar que el mundo se está acabando. - Entraron y primero fueron al casillero de Hiccup. - Solo ... realmente no quiero decir que estoy enamorado de él, ya que apenas llevo un mes hablándole. ¿Te imaginas el trauma emocional que podría sobrevenir si lo hago? - Fingió desmayarse y Astrid puso los ojos en blanco.

- Bueno, escuche señor melodramático, ¿por qué no pasamos el día escolar antes de asumir que algo fuerte está pasando aquí? No quiero que se atragante con el almuerzo de repente al darse cuenta de que ama a Jack. - Se apoyó en el casillero vecino, una sonrisa adornando su rostro.

- Nunca dije que lo amaba - murmuró Hiccup. Hubo un fuerte grito y una risa al final del pasillo, ambos adolescentes miraron rápidamente a Patán y Brutacio que se empujaban juguetonamente. - Genial, esos dos…- dijo sin expresión.

Como si lo hubieran escuchado, Patán vio a Hiccup y entrecerró los ojos en él furioso, se alejó por el otro extremo del pasillo, Brutacio siguiéndolo de cerca.

- Oye, mira Astrid, la vida me odia, ahora tengo repelente para chicos. - Astrid le dio un codazo e Hiccup se rió.- Oye, hablando del almuerzo, ¿podemos visitar la biblioteca después? Hay alguien a quien quiero ver.

- ¿Hm? - Ella se enderezó mientras él cerraba su casillero. – Sí, claro. Ella le dio una mirada interrogante y él se encogió de hombros cuando sonó la campana. - Ah, nos vemos segundo período. – Ella le hizo un gesto de despedida con la mano y se alejó por el pasillo. - No mueras sin mí, ¿de acuerdo?

- ¡No prometo nada! – Respondió el otro, corriendo a clase.

*-*-*-*-*

Después de tres largos períodos de nada, ni siquiera un mensaje de texto de Jack, lo cual Hiccup no tomó como una buena señal; finalmente la hora del almuerzo llegó. Astrid encontró a Patapez de camino y los tres se dirigieron a la biblioteca de la escuela.

Era un lugar agradable y todos amaban a los bibliotecarios. La Sra. Cowell y el Sr. Joyce eran algunos de los empleados más queridos en Anguis, y ciertamente conocían muy bien a Patapez. Cuando entraron a la biblioteca, ambos estaban sentados en su escritorio, saludando con entusiasmo a Patapez que deambulaba hacia ellos. Astrid e Hiccup se sonrieron el uno al otro.

- Entonces, ¿dónde está esa persona con la que querías hablar? -Astrid miró a su alrededor, sin ver a muchas personas con las que incluso se asociarían.

Algunos de los estantes de la biblioteca eran altos y había algunos escritorios escondidos detrás de ellos donde se podía estudiar en paz si elegías hacer eso. Hiccup se acercó y vislumbró un cabello rubio brillante.

- Creo que es ella. - susurró.

Astrid también la miró.

- ¿No es esa la chica que todo el mundo dice que lee todo el día? ¿Cómo se llamaba? - Pensó rápidamente - ¿Sophie no? - Hiccup asintió y se acercó a ella, aclarándose la garganta para llamar su atención.

Sophie levantó la vista de su libro, sus grandes ojos se movieron rápidamente antes de aterrizar en Hiccup. Después de ver que él no era una amenaza, sus hombros se relajaron y casi volvió a su libro.

- Um, eres Sophie, ¿verdad? - Ella se apartó el cabello desordenado de la cara para luego pestañear.

- Sí - dijo en voz baja. - ¿Quién eres tú? - Astrid miró desde la distancia, sin estar segura de qué negocios tenía Hiccup con la chica.

- Soy Hiccup, yo, um… conocí a tu hermano, Jamie el sábado y dijo que vendrías aquí durante el almuerzo. - Estaba sudando, esperando no sonar como un acosador. Sophie miró su libro y luego a él, frunciendo los labios. - ¡No estoy tratando de ser raro ni nada! Solo me preguntaba si querías venir a comer con nosotros o como desees... - Se calló, mirando a Astrid en busca de ayuda, pero ella levantó las manos y retrocedió incluso más lejos. - No tienes que ... Sé que esto es espeluznante ... Yo solo ..., ya sabes, me voy.

Justo cuando estaba a punto de irse, Patapez apareció con un nuevo libro en la mano. Sophie lo miró y entrecerró los ojos por un momento.

- ¿Cómo conseguiste eso? - Preguntó, sentándose más derecha. - ¿No acaba de salir y la lista de espera es enorme?

Patapez miró el libro como si no fuera nada especial.

- Bueno, la Sra. Cowell y el Sr. Joyce me pusieron en la parte superior de la lista de espera para cualquier libro que crean que me gustará. También me dejan tener las primeras copias de cualquier cosa, ya que vengo aquí tan a menudo. - Él se encogió de hombros y ella lo miró con asombro. - Puedo prestártelo cuando termine. Probablemente lo terminaré en unos días.

- Querrás decir en unas horas -murmuró Astrid en voz baja.

Patapez le dirigió una mirada poco divertida y se volvió hacia Sophie.

- Veo que a ti también te gusta leer - señaló y ella se sonrojó, apartando los brazos del libro. - ¿Qué libro es ese? - Se sentó frente a ella, luciendo intrigado cuando ella levantó la tapa para que él la viera. - Ah, El origen de los guardianes, lo he leído antes. - Él sonrió e Hiccup podría haber jurado que Sophie realmente se sonrojó.

- Sé que es un libro para niños, pero me encanta. -Ella agachó la cabeza y el cabello le caía sobre la cara. - Mucha gente piensa que es una tontería leer libros para niños en la escuela secundaria.

- Bueno, eso es estúpido - dijo Patapez sin previo aviso. Sophie lo miró y se movió en su asiento. - Sé a ciencia cierta que Hiccup todavía lee Cómo entrenar a tu dragón porque ese es su libro favorito. - Hiccup frunció el ceño a su amigo y se cruzó de brazos, tratando de ocultar el hecho de que, sí, todavía lo leía, y sí, no estaba dispuesto a detenerse.

Sophie sonrió, mostrando sus brackets, aquellos aparatos ortopédicos, que brillaban a la luz. Eran del color del arco iris, un color diferente para cada diente. Patapez le devolvió la sonrisa y pronto ambos estaban discutiendo sus libros favoritos y lo que habían leído por última vez. Hiccup retrocedió lentamente, como si tuviera miedo de arruinar el momento. Cuando llegó a Astrid, miraron a los dos y se rieron entre ellos.

- ¿Entonces viniste a hablar con ella para enganchar a Patapez? - Astrid preguntó con una pequeña sonrisa.

- Nop - sonrió Hiccup - parece que el destino tenía otras ideas.

- Quién sabe, - Astrid se frotó la cabeza - tal vez obtendrás un buen karma de amor y a Jack comenzarás a gustarle - Hiccup le apartó la mano e ignoró su comentario, pero su corazón tartamudeó en su pecho cuando salieron del lugar. Dejando a los dos ratones de biblioteca solos.

*-*-*-*

Finalmente se acercaba el final del día (y todavía no había mensajes de texto de Jack, no es que a Hiccup le importara) y el séptimo período acababa de terminar, lo que significaba que Hiccup se estaba quitando el uniforme de gimnasia. Tenía un casillero en la parte de atrás donde nadie lo molestaba a menos que fuera absolutamente necesario, y eso significaba que nadie se le acercaba. Jamás.

Sabía que era por los rumores (bueno, en realidad no eran tantos rumores) y ningún chico quería acercarse a él mientras estaban medio desnudos y solos. Realmente podría haber sido peor, podrían haberlo intimidado o burlarse de él; en cambio, lo dejaron solo y siguieron adelante con sus días.

Excepto por una persona que tenía gimnasia a esta hora y eligió pasar el comienzo del período torturando a Hiccup.

Justo cuando Hiccup finalmente se quitó la camisa, sonó la campana, maldijo, tratando de cambiarse más rápido para no llegar tarde. Su profesor de gimnasia pensó que, al darles menos tiempo para cambiar, participarían más en el baloncesto, lástima que ningún chico pensara de esa manera.

En el momento en que Hiccup sacó su camisa de su casillero, hubo un fuerte golpe y saltó. Al mirar por encima del hombro sintió que se le encogía el estómago cuando Patán le devolvió la sonrisa.

- ¿Qué estás mirando fenómeno? ¿Esperando a que me desnude para ti? - Se burló y Brutacio se rió levemente.

- Solo estoy tratando de cambiarme y llegar a clase; ¿puedes dejarme solo por una vez? - Hiccup se puso la camisa con de un tirón mientras Patán lo empujaba lo suficientemente fuerte hacia los casilleros. El vestuario estaba prácticamente vacío y Patán se estaba aprovechando de eso. - ¿Por qué tienes que hacer esto? Somos familia, pensé que la familia se mantiene unida.

- Escucha, no quiero que nada como que esté relacionado conmigo. - se burló Patán. Empujó a Hiccup de nuevo, esta vez más fuerte. - Te escuché en el pasillo esta mañana, hablando de un tipo con el que estás tratando de estar. - Hizo una mueca, distorsionando sus ya feos rasgos.  -Me enfermas, haciendo alarde de tu ... tu homosexualidad en todas partes.

Hiccup rodó los ojos, tratando de cerrar su casillero.

- Mira, no sé por qué te molesta tanto, pero ¿puedo ir a clase? -  Estaba a punto de cerrar la cerradura cuando Patán le dio una patada en la parte posterior de las rodillas y lo envió al suelo. - En serio, Patán, ¡detente por un día! - Esperaba que otro estudiante escuchara la pelea y los detuviera.

- Ni siquiera puedes pelear. - se rió Patán. Le dio un codazo a Brutacio, quien asintió con la cabeza, aunque no dijo nada. Hiccup se presionó contra los casilleros inferiores mientras su primo lo acorralaba. - ¿Sabes por qué tu papá no te ama? Porque eres un maricón. - murmuró con veneno. - ¿De verdad crees que alguien puede amar algo como tú?

Hiccup respiraba con dificultad, sus ojos se encontraron con los de Patán, el miedo lo abandonó.

- Solo dices eso porque estás celoso. - Vio cómo el ojo del chico se movía, estaba tocando sus nervios. Era un territorio peligroso, pero en realidad ya no le importaba, estaba cansado de las constantes amenazas y bromas gay de su primo. - No puedes tener la familia y los amigos que tengo, así que te burlas de mí por eso. - siguió adelante. - Quieres ser como yo.

- ¡Cállate maricón! - Patán ni siquiera lo pensó dos veces cuando su puño se conectó con el ojo izquierdo de Hiccup.

Brutacio lo apartó y lo tiró al suelo para calmarlo.

- ¡Amigo, detente antes de meterte en problemas! - Gritó cuando Patán se puso de pie, limpiándose la boca con el dorso de la mano. Le dio una mirada seria a Hiccup y salió corriendo, sacudiendo la cabeza.

El adolescente rubio miró a Hiccup y maldijo, ayudándolo a ponerse de pie.

- No te golpeó lo suficientemente fuerte como para dejarte un gran hematoma, pero de todos modos será mejor que le pongas un poco de hielo. - Hiccup estaba desorientado por el impacto y por Brutacio; nunca supo que el adolescente mayor podía llegar a preocuparse.  - Mira, solo está desahogándose desde que lo echaron hoy, no te tomes lo que dice como algo personal. – Brutacio se detuvo y frunció el ceño, sacudiendo la cabeza. - No le digas a nadie sobre esto, ¿entendido? - Salió corriendo sin decir una palabra más, en busca de su amigo.

Hiccup se tocó el ojo y siseó, sintiendo el dolor extenderse por su cabeza. Sonó el timbre y pronto se oyó el parloteo de los muchachos.

Alguien regresó para llegar a su casillero y vio a Hiccup, hablándole de inmediato.

- Oye, ¿estás bien? ¿Pasó algo? - Intentó tocar a Hiccup, pero este dio un paso atrás y asintió.

- S-Sí, acabo de tener un accidente en el gimnasio. - Agarró su bolso y salió corriendo, dirigiéndose al baño más cercano. Se miró en el espejo y suspiró, Brutacio tenía razón; no era tan malo como pensaba, pero aún se notaba. La puntería de Patán fue horrible y sus nudillos solo lograron rozar el borde del ojo del chico.

El lugar donde golpeó ahora se estaba hinchando y oscureciendo, no había forma de que pudiera ocultárselo a su familia o Astrid sin maquillaje de algún tipo, aunque no sabía por cuál estaba más preocupado.

Se lavó la cara con agua y se colgó el bolso al hombro, caminando penosamente a su siguiente clase. Realmente tenía ganas de llamar a Jack, pero sabía que probablemente haría las cosas aún más complicadas si lo hacía.

Cuando entró a la clase, la maestra ya estaba en la pizarra, explicando los pronombres adecuados. Echó un vistazo a Hiccup y jadeó, al igual que el resto de la clase. Astrid fue la única que se puso de pie y gritó, con la voz más fuerte que pudo reunir:

- ¿Qué diablos le pasó a tu cara y a quién tengo que matar para compensarlo?

- ¡Astrid! – La maestra rápidamente la regañó antes de ir con Hiccup. - ¿Qué pasó? ¿Hubo una pelea? - Preguntó ella en voz baja, llevándolo al pasillo. Había una política de tolerancia cero contra el acoso y dado que todos sabían sobre la situación de Hiccup, los profesores siempre parecían vigilarlo de cerca. - Podemos traerlos y asegurarnos de que esto se detenga.

- No, no - se rió él - Me golpearon con una pelota de baloncesto durante el gimnasio, obviamente mi equipo tiene algunos problemas con los pases, pero planeamos llegar a la NBA pronto. - Esperaba que su peculiar sentido del humor lo apartara de su centro de atención.

- ¿Estás seguro de que no fue una pelea ni nada por el estilo? Hiccup… - le puso una mano en el hombro, para su incomodidad - sabes que esto no tiene por qué seguir. Podemos ayudarte a mantenerte a salvo, así que puedes obtener una educación sin miedo.

Arqueó una ceja. ¿Desde cuándo tenía miedo de venir a la escuela? Claro, Patán era una amenaza obvia, pero no es como si lo hubiera lastimado de verdad físicamente hasta ahora. Podía manejar a su imbécil primo, pero no podía manejar a su maestra preocupándose demasiado por él.

- Gracias por el consejo, pero en serio, me golpearon con una pelota de baloncesto. A menos que usted pueda detener una pelota, no creo que pueda hacer nada al respecto. - Él se apartó de su mano y regresaron al salón, donde los susurros terminaron rápidamente.

- Muy bien, volvamos a centrarnos aquí todos; ¡tienen un examen en dos días! - La maestra aplaudió y la clase gimió. Le dio una última mirada a Hiccup antes de continuar la lección.

Hiccup se sentó al lado de Astrid y ella lo miró con los puños apretados sobre el escritorio.

- Me lo contarás todo después – ella advirtió en un susurro. Hiccup suspiró y asintió, poniendo su cabeza (cuidando su ojo) sobre su escritorio. Realmente quería enviarle un mensaje de texto a Jack ahora, sus dedos metiéndose en su bolsillo sin siquiera darse cuenta.

¿Hey?

Se mordió el labio y presionó enviar antes de que pudiera detenerse.

Una rápida respuesta llegó.

¡He estado esperando que me envíes un mensaje de texto todo el día, Hiccy! ¿Qué pasa?

Hiccup sonrió, su corazón martilleaba fuertemente en sus oídos, no perdió tiempo en contestar.

Nada. Solo quería saber si estabas allí.

Ya ni siquiera se estaba concentrando en la clase, los latidos de dolor en la cabeza y el hecho de que Jack estaba esperando saber de él lo distraían demasiado, más aún cuando el otro chico finalmente respondió:

Siempre estaré aquí Hiccy. Deberías saberlo.

*-*-*-*-*

- Voy a matarlo, no, espera; primero. ¡Le cortaré todas las extremidades y luego lo mataré! - Astrid gritó mientras caminaba por la acera, con las mejillas rojas de ira. - No puedo creer que te haya hecho eso, Hiccup, en serio, ¡Es tu primo y se comporta como un idiota contigo sin ninguna razón! - Hiccup iba detrás de ella, con la parte de su ojo dañado cubierto gracias al maquillaje de emergencia de Astrid que guardaba por si acaso. - ¡En serio, debería estar muerto en una zanja ahora mismo!

- Astrid - Hiccup suspiró - Brutacio dijo que acababa de ser echado y estaba sacando su enojo. Sin mencionar que le dije algunas cosas bastante desagradables. - Realmente no quería crear más conflicto del que ya existía.

Apenas pudo mantener a Astrid calmada después de la escuela, ella casi chocó con un estudiante de primer año que intentaba ir hacia Patán. Hiccup tuvo que calmarla antes de que casi golpeara a otro chico en la cara.

- ¡Eso no importa! - Ella gritó. - ¡Trató de golpearte en el ojo, Hiccup! ¡Si no fuera por su terrible puntería y su débil brazo, podrías haberte lastimado en serio, idiota! -Ella giró sobre sus talones y lo agarró por los hombros sacudiéndolo. – Tengo que estar contigo todo el día escolar.

- No creo que eso funcione en el vestuario de chicos, en serio Astrid, cálmate. - La cabeza de Hiccup fue echada hacia atrás mientras ella continuaba sacudiéndolo. - Estoy seguro de que se mantendrá alejado por temor a meterse en problemas. No es gran cosa.

Astrid frunció el ceño y lo miró.

- Sabes, estoy segura de que, si Jack se enterara de esto, estaría reaccionando como yo, tal vez incluso peor. - dijo con fuerza mientras seguían caminando.

- Sí, bueno, él no lo sabe y no lo hará. - Hiccup revisó su teléfono, preguntándose cuándo respondería Jack. - Es sólo un pequeño moretón, ¿de acuerdo? No me estoy muriendo; no tengo cicatrices emocionales de por vida. - Se pasó una mano por el cabello castaño, cansado y listo para irse a dormir. - Estoy perfectamente bien.

Astrid lo miró de cerca.

- ¿Estás seguro de que no quieres que lo golpee?

Él sonrió antes de responderle.

- Sí, prefiero no tener que asistir al funeral de mi propio primo.

- ¿De verdad? A mí me divertiría mucho. – Ella se rió. Llegaron a la casa de Hiccup y lo abrazó. - En serio, si alguna vez intenta tocarte de nuevo, está muerto. - Hiccup suspiró y negó con la cabeza, entrando después de que se despidieron.

Subió las escaleras, se encerró en su habitación y se acostó en su cama. Había algunos bocetos sin terminar en la parte superior y los tomó en manos, mirándolos. Eran de Jack otra vez, cuando se reía y sonreía. Hiccup los había extraído de su memoria, por supuesto, la forma en que sus ojos color zafiro atraparon los suyos e hicieron que su respiración se acelerara.

Su teléfono vibró, sacándolo de su trance. Jack había respondido.

¿Entonces ya me extrañabas? Perdón por no haberte enviado un mensaje de texto el domingo; Estaba ocupado en un proyecto para mi clase.

Hiccup enterró su rostro en las sábanas de la cama y rápidamente se arrepintió, su ojo latía de dolor. Pensó unos momentos antes de contestar.

0h, sí, prácticamente me muero porque no estás a mi lado. *cae en la cama dramáticamente *

Se rió mientras presionaba enviar, estirándose y sentándose. Pudo superar la barrera incómoda que se había construido el sábado por la noche en la cena familiar y hablar con Jack como solían hacerlo. Se sintió bien tener una conversación (algo) normal de nuevo.

No te preocupes; estaré allí el sábado para cumplir tus deseos. ;)

Hiccup releyó el texto que Jack le envió, inclinando ligeramente la cabeza en confusión.

¿A qué te refieres con que estarás aquí el sábado?

Escribió el chico de ojos verdes, balanceando las piernas por el borde de la cama.

¿No te lo dijo tu mamá? Ella me invitó a cenar porque yo te invité. ¿No es maravilloso? Podré ver a Hiccy en su hábitat natural.

Hiccup salió corriendo de su habitación y bajó las escaleras, casi cayendo unas cinco veces antes de llegar a la sala de trabajo de Val. Empujó la puerta sin tocar, mirándola mientras ella intentaba colocar una gema en un anillo. Se sobresaltó y casi lo dejó todo, con los ojos muy abiertos mientras se quitaba las gafas.

- ¿Hiccup? ¿Qué pasa? - Preguntó mientras él se acercaba.

- ¿Invitaste a Jack a cenar el sábado? - Se tiró del cabello, tratando de encontrar sentido a los pensamientos de su madre.

Val sonrió, sin saber por qué estaba tan paranoico.

- Sí, pensé que era justo ya que te invitó. - Después de un segundo notó el ojo de Hiccup y sujetó con suavidad el rostro de su hijo, girándolo de un lado a otro. - ¿Qué te pasó? ¿Te metiste en una pelea? - Su voz se entrecortó.

- No, me golpearon con una pelota de baloncesto en el gimnasio. - mintió fácilmente, soltándose de su agarre. Mentir sobre el moretón era fácil; había sufrido muchas pequeñas heridas de Patán cuando eran pequeños. No fue nada para él. - ¿Entonces Jack en serio vendrá aquí el sábado? -Val lo miró de cerca, sus ojos se desviaron hacia su moretón mientras asentía. El chico dejó escapar un suspiro tembloroso y lo aceptó, alejándose para salir de allí - Claro, está bien - murmuró.

- ¿Qué pasa? ¿Sucedió algo con Jack? – Preguntó ella antes de que él estuviera completamente fuera.

Hiccup la miró con una pequeña sonrisa, su corazón prácticamente latía con fuerza fuera de su pecho.

- No, entonces solo necesito limpiar mi habitación.

Se apresuró a alejarse, no queriendo ser interrogado más. Sacó su teléfono y se tragó los nervios que subían por su garganta.

Wow, supongo que sí vas a venir.

Toothless pasó a su lado con una manzana en la boca y se detuvo, mirando a Hiccup.

- ¿Qué sucede contigo? - Preguntó entre bocados. - Parece que vas a vomitar… - No pareció notar el moretón e Hiccup estaba bien con eso.

- Nada. Oye, ¿sabías que Jack vendrá el sábado? - Toothless abrió grande sus ojos verdes. - Supongo que no entonces. - Dijo mientras el más joven se aferraba a su brazo, haciéndole todo tipo de preguntas sobre el universitario.

Hiccup tartamudeó algunas respuestas y miró su teléfono cuando vibró, su corazón ya estaba débil y no estaba seguro de poder soportar más emoción por un día.

Prepárate Hiccy; Me aseguraré de que te diviertas. ;)

*-*-*-*

Muchas emociones en un solo capítulo, pero si, hay que darle más emoción, espero les esté gustando. 😁

¡No olviden votar y comentar, lectores! Nos vemos en el siguiente capítulo.

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