Prólogo: Por siempre

Y otra vez sucede lo mismo. Ella pasa por mi lado sin siquiera mirarme y mucho menos dirigirme palabra alguna.

¿Cómo es que pudo suceder esto entre nosotros?

Ah sí, ya lo recuerdo. Sucedió gracias al grandísimo idiota de Park Jimin, o sea yo.

Si debo contar nuestra historia, debería comenzar por describir a la persona que actualmente hace parecer que no existo. Mae es mi mejor amiga... o bueno, lo era hasta hace algún tiempo. Cabello castaño, ojos hermosos y una sonrisa incomparable, que con solo verla sientes que tus problemas desaparecen y te sientes tan... ¡ah! Ella es como una princesa.

Fuimos amigos desde los 10 años, vivimos la mejor infancia y adolescencia que un par de amigos pudieran tener, pasábamos 24/7 juntos y creíamos que nada nos iba a separar, o al menos era así hasta ese maldito día.

Para que lo entiendan mejor, les contaré todo desde un principio.

Park Jimin; 10 años, ¡Casi 11!

— ¡Mamá! — me quejé luego de que pasar la peineta por milésima vez por mi cabeza. —Llegaré tarde en mi primer día, vámonos ya.

— ¡Te verás tan lindo! —soltó ella con una enorme sonrisa en la boca antes de besarme en la mejilla.

— ¡Tu labial se quedará marcado! —exclamé limpiándome la mejilla con los restos del labial rojo de mi mamá.

— Que te vaya bien, Jiminnie —dijo cuando bajé del auto y solo rodé los ojos, ya no era "Jiminnie"

Estaba nervioso, era el primer día para mí a pesar de que las clases ya habían comenzado hace algún tiempo, pero la mudanza y los problemas de adultos habían programado mi ingreso a clases para después. Claro, dejen a Jiminnie de lado.

Caminé mirando hacia todos lados, esta escuela era mucho más grande que a la que anteriormente asistía así que había un sinfín de salones por donde mirara, pero yo debía llegar al 54.

Al golpear la puerta, tenía una mezcla de sentimientos, estaba asustado, nervioso y ansioso, ¿Qué pasaba si no hacía amigos? ¡No quería quedarme solo! Quería correr e irme, pero cuando estaba a punto de dar la vuelta, la puerta se abrió dejando ver a una mujer con gafas y no parecía ser muy amable.

— ¿Quién eres? —preguntó.

— P-Park Jimin — respondí mirándola hacia arriba.

— ¿Eres el nuevo? — volvió a preguntar y yo solo me limité a asentir. — Solo por eso te dejaré entrar.

Está bien, Jimin. Nada peor puede pasar después de eso, me decía para tranquilizarme a mí mismo, pero al entrar al salón y ver tantos niños desconocidos, volví a asustarme y bueno, patitas, para qué las tengo si no son para arrancar.

— Preséntate con tus compañeros — dijo la profesora y nuevamente, mi plan de escapar se vio arruinado.

— Mi nombre es Park Jimin y vengo de...

— ¡Daegu! — gritó uno de los chicos.

— Daejeon, segurísima —dijo otra chica.

— Es de Busan, se nota en el acento — dijo otra chica como si fuera demasiado obvio, aunque tal vez tenía razón con lo del acento. — ¿Es así, verdad?

— S-sí, soy de Busan.

— Inútiles, ni eso pueden hacer bien —dijo la misma chica hacia sus compañeros.

— ¡Mae! —la regañó la profesora. — Puedes sentarte junto a Mae, Jimin.

Mientras caminaba ahí, me hice un sinfín de preguntas absurdas, ¿Por qué tenía que ser una chica? Para mí era más fácil hablar con los hombres. Mi primer día y todo estaba siendo un desastre.

— Hola Jimin, soy Mae — dijo ella tendiendo su mano. Dudé un segundo en si tomarla o no, era demasiado tímido y no quería pasar más vergüenzas, pero de todas formas lo hice. — Bienvenido a la cárcel, ¡perdón! "clase" — dijo sacándome la primera sonrisa del día.

— Gracias — dije riendo por su broma.

— No es nada, Park Jimin.

— Mae, ¿Puedes hacer silencio por favor? — dijo la profesora y Mae rodó los ojos y se cruzó de brazos. — Gracias.

—Griciis —se burló ella y fue imposible no soltar una carcajada, lo que provocó que la profesora se diera media vuelta para mirarme amenazadoramente.

No hablamos más durante esa clase, pero yo ya estaba demasiado feliz. Mae se veía divertida y me sentía cómodo estando con ella, pero las clases estaba a punto de terminar y yo no sabía que haría luego de esta, pero al parecer Mae ya tenía planes para los dos, porque me tendió un papel el cual decía:

"¿Almorzamos juntos?"

Así fueron pasando los días, hasta transformarse en semanas, luego en meses y posteriormente en años. Mae y yo nos volvimos buenos amigos, y después de que nuestros padres se conocieran y se hicieran grandes "socios", nuestra amistad se fue fortaleciendo al punto en el que éramos totalmente inseparables.

Obviamente vinieron nuevos amigos, Taehyung y EunRi se unieron con los años, pero nuestra amistad era totalmente distinta a la que teníamos Mae y yo.

Me gusta pensar que el principio de nuestro lazo como mejor amigos comenzó el día en el que estábamos en medio de una clase optativa. Realmente no hacíamos nada ahí, solo bromeábamos y pasábamos el rato con los chicos, pero Mae siempre volvía un día único e increíble para mí.

— ¿Qué son Jimin y tú? — le preguntó HyeSu a Mae. Ellas no se llevaban muy bien, pero en secreto a Mae le gustaba fastidiarla.

— Pues que crees —respondió Mae acercándose peligrosamente a mí. Sus manos pasaron por mis hombros y escuché chillar a HyeSu antes de irse.

Estaba estático ahí mientras Mae parecía morirse de la risa. Mi corazón estaba a punto de escaparse de mi pecho e incluso temí que ella pudiera sentir mis desenfrenados latidos. No tenía sentimientos por Mae, y solo lo asociaba con las hormonas de los 15 años.

— ¿Qué pasó entre ustedes y por qué HyeSu está como loca allá afuera? — preguntó Taehyung cuando llegó donde nosotros, cosa que aproveché para alejarme de Mae.

— Mae estaba bromeado con ella, eso es todo — respondí.

— ¿Seguro? Se veían muy cómodos ahí.

— Solo somos mejores amigos, Tae.

— ¿Mejores amigos? —preguntó Mae y nuevamente mi corazón comenzó a latir fuertemente. Quizás ella... — Nunca me has pedido que sea tu mejor amiga.

— ¿Debo pedírtelo?

— ¿Debe pedírtelo? — preguntó Taehyung igual de confundido que yo.

— ¡Por supuesto que sí!

Miré a Mae con una sonrisa, estaba totalmente loca pero me gustaba su forma de ser. Mae se cruzó de brazos y me di cuenta de que no era una broma, ella de verdad estaba esperando que le pidiera ser mi mejor amiga, pero que más da, sería algo divertido.

— Okey, Lee Mae...

— Arrodíllate, Park — dijo y yo simplemente le hice caso.

— ¿Ahora sí? — pregunté y ella asintió contenta. — Lee Mae, ¿Me harías el grandioso honor de ser mi mejor amiga?

— Uhm... ¿Por siempre?

— Mejores amigos por siempre.

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