II

Entró en la casa y sintió como un frío viento pasaba desde todo el lugar, otra vez olvido encender la calefacción.

Se quitó su abrigo simplemente para quitarse el uniforme y ponerse su típico short con rayas blancas en los costados y una camisa blanca que se encontró tirada en la cama, Papyrus tienes razón, debería ser más ordenado, se volvió a poner su abrigo favorito y empezó a cocinar un hotdog, con ketchup extra.

Salió de la cocina comiendo su hotdog y  el ketchup, solo por si acaso, dejó los libro en la mesa y se sentó a estudiar, no sabia como es que algunos de sus compañeros se complicaban la vida haciendo tarea hasta la medianoche, el la hacia en cinco minutos, no pregunten como, nadie lo sabe, pero el si estudia.

Al terminar prendió la televisión subiéndole un poco el volumen, soltó un bostezo de cansancio y se acostó en el sofá, sintiendo como caía cada vez más en los brazos de morfeo, que a este punto ya era como su mejor amigo, siempre estaba durmiendo.

—¡El gran Papyrus ha llegado!.—Gritaron al abrir la puerta.—¡Y tiene una amiga!.—Sans, que estaba durmiendo, iba despertando poco a poco, se sentó en el sofá y miro el lugar en donde estaba su escandaloso hermano.

—Bienvenido.—Dijo en un bostezo hasta que se dio cuenta de que había alguien más en la habitación.—Hola.

La chica se asustó al escuchar la ronca voz de aquel chico que todo el mundo amaba, le ponía nerviosa que estuviera en la misma habitación, siempre que lo veía de lejos le aterraba lo que podía hacer, y resulta que es el hermano de su mejor amigo.

—¡Sans! Ya te he dicho que hoy habían visitas, tú saco de huesos.—Regaño el menor, sacó de huesos era una manera única en la que le llamaba su hermano, probablemente la adquirió por los chistes de esqueletos de Sans.

—Ah perdón, termine de hacer los trabajos y pensé en tomar una siesta, ¿quieren algo?.—Dijo dirigiéndose a la cocina, paró en el marco de la puerta volteando la mirada para encontrase con la de los menores.

—¿Puedes hacer spaghetti?.— Otro día más de spaghetti.

—A la orden.

Se quedo cocinando mientras veía la televisión y de ves en cuando escucha la conversación de los menores, le traía nostalgia.

Sans volteó para buscar la salsa pero en vez de eso se encontró con la castaña, que al parecer le tenía mucho miedo, estaba temblando.

—Hey, ¿necesitas algo?.—La menos asintió, no era una chica de muchas palabras, le bajó la llama al fuego y la siguió hasta el comedor donde se encontraba Papyrus tratando de resolver un problema.—¿Que pasó, bro?.—Preguntó el mayor de la habitación.

—¿Eh? ¡Frisk!, te dije que lo tenía todo controlado.—Dijo Papyrus, la chica negó con la cabeza y halo de la manga de Sans para que lo ayudara, no le haría caso a nadie.

—Yo me encargo.—Se sentó a lado de su hermano y le fue explicando poco a poco, eso le parecía algo dulce a la chica que sin darse cuenta ya estaba sonriendo.

—Listo, ¿Algo más?.—Los chicos negaron le agradecieron, el volvió a la cocina para servirles la comida, tenía mucho sueño.

Después de unos largos problemas empezaron a comer, Sans se dirigió a su habitación pues si no lo hacía se iba a dormir de pie y eso no es muy cómodo.

Se tiró en la cama y no duró ni un segundo para que cayera dormido.

[...]

—Frisk, voy al baño, ¿puedes despertar a Sans?.—Empezó a dudar, tendría que despertar a uno de los chicos más guapos y pululares de su escuela, pero antes de que pudiera responder ya Papyrus se había ido.

Con pasos torpes y manos sudorosas llego al pasillo que su amigo le indico, tocó la puerta dos veces pero no respondieron.

—C-con permiso, v-voy a entrar.—Giró la manija de la puerta y más nerviosa que nunca entro en la habitación, todo estaba oscuro, lo único que se podía distinguir era el cuerpo acostado en la cama y el abrigo azul en la silla del escritorio, lo demás era un desorden.

Se acercó con cuidado para no despertarlo, lo cual era irónico pues venía para eso, hasta que tropezó con una pelota haciendo que caiga sobre el cuerpo dormido de Sans.

—¿Eh?.—El chico se despertó encontrándose con los ojos dorados de la chica, que cayó sobre su regazo, se levantó de golpe y salió corriendo mientras gritaba un "lo siento".

Sans se llevó una mano a la boca y lo único que pudo pensar en estos momentos era lo linda que se había visto.

<<Idiota, ella es de Papyrus.>>

Se arreglo lo más rápido posible, Papyrus lo estaba llamando.

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Se que Papyrus es el cocina los spaghettis y todo pero pensé: "Sans está en su último año y es el mayor...que los haga el" así que aquí Sans es el responsable de la casa :v

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