Capítulo 34
Amplié mi sonrisa cuando la vi finalmente, los caballos dejan de galopar y se detienen frente a ella.
-Cariño... -Miriam al verme sonríe con amplitud y alegría.
Yo no me bajé de Lex pero mi madre sí. Miriam se acer a a mamá, ambas se saludan sonriendo y me miran esperando que baje y vaya con ellas.
-Miriam, me alegra que estén bien... -comenté sonriendo.
-Miriam, asegúrate que ambas estén a salvo -dice Lars metiéndome a mí también en esa oración.
-Claro, Delia, ven con nosotras -me llama ella, pero lo único que hice fue dedicarle una leve sonrisa.
-¿Delia? -mi madre me observa extrañada pero comprende de inmediato y suelta un suspiro profundo.
-Lamento decepcionarlos, chicos, pero... -hice que Lex de la vuelta-. Axe, te robo la espada por un momento.
-¿Qué?
-Cuídate hija... -mamá me sonríe.
Asentí hacia mi madre como respuesta.
-¡Estas loca! Aren nos matará si te sucede algo -exclama Lars.
Lex comienza a trotar y alejarnos de ellos. Yo les sonreí inocentemente.
-Adiós, chicos.
-¡Delia!
Hice que Lex comenzara a galopar. Me sujeté con una mano y con la otra sostenía la espada de Axe. Sonreí y llegué hasta el castillo donde seguía ocurriendo la pelea. Lex corre mientras yo me deshacía de quienes se interponían en nuestro camino. Ayudaba a algunos de los caballeros de nuestro lado por el camino.
Entonces me detuve frente a las puertas del castillo y miré hacia adentro con una sonrisa.
-Ya todo ha terminado.
-¡Delia! -los chicos se me acercan cuando yo me bajé de Lex.
-Por Dios ¡No hagas más eso! -ne reclama Axe.
Yo les sonreí y le devolví la espada a Axe antes de darme vuelta y caminar hacia el castillo.
-Oye. ¿A dónde vas? -pregunta Lars.
-A ver al rey, por supuesto.
Yo me adentre en el castillo y recorrí los pasillos de este. Miré a todos lados mientras caminaba hasta reconocer el salón del trono, donde él estaba de pie. Al escucharme llegar se da media vuelta y me sonríe de lado. Nuestras miradas siguen conectadas mientras yo me acercaba a él.
-Felicidades... Majestad -mencioné sonriendo.
Él se voltea por completo y me sujeta por la cintura con una mano mientras que la otra la apoya en mi mejilla con cariño.
-Te dije que lo haría... Ahora solo queda una cosa por hacer.
Él lleva su mano hasta agarrar el collar en mi cuello y lo rompe fácilmente haciéndome sonreír más. Ambos lo miramos en la mano de Aren pero yo lo agarré y lo lancé junto al cuerpo del anterior rey. Para cuando regresé la mirada a él vi que sacaba de su bolsillo el collar que finalmente lo tendría conmigo otra vez.
-Esto es tuyo y solamente tuyo.
-Había esperado tanto por este momento... -me di vuelta mientras me quitaba la capa de Aren, luego levanté mi cabello- ¿Me ayudas con ponérmelo?
-Por supuesto.
Pasó el collar frente a mí, pude ver que en su muñeca izquierda llevaba aquella pulsera que combinaba con el collar. Abrocha el seguro del collar y deja un tierno beso en mi nuca que me hizo estremecer. Me di vuelta soltando mi cabello y mirándolo sonriente, miré la capa y se la puse sobre sus hombros.
-A ti te queda mejor.
Él sonríe aún más y me toma por la cintura para apegarme a su cuerpo y besar mis labios con intensidad. Enredé mis brazos en su cuello y me paré en puntillas para alcanzarlo mejor. Me fascinaba volver a besarlo y sin importarnos ser vistos.
Nos sobresaltamos cuando escuchamos los aplausos y aullidos de victoria de bastante gente. Al separarnos y mirar tras nosotros vimos a todo el reino aquí dentro. Los hermanos y mi madre junto a Miriam sonreían enternecidos al vernos.
Vimos entonces cuando Lars levantaba la corona del anterior rey y lo limpiaba un poco. El sacerdote real se acerca y Lars le hace entrega de la corona, él se acerca a nosotros, quise apartarme para darle espacio pero Aren me tomó de la mano y no me dejó ir tan lejos, me mira de reojo sonriente antes de dar un paso al frente y arrodillarse.
-La era de la tiranía ha terminado, aquí perece un rey pero uno nuevo se levantará a partir de este día. Príncipe Aren Valtrarin, hoy lo proclamo a usted... rey de Nethilor.
El sacerdote le coloca la corona a Aren quien se levanta con orgullo y firmeza.
-Conozcan a su nuevo rey.
Todos se arrodillan ante Aren incluidos sus hermanos, primos y demás personas. Yo me coloqué frente a él sonriendo y al igual que los demás me arrodillé.
-Majestad...
Sentí su mano en mi barbilla haciéndome elevar la mirada, me sonríe y me hace levantarme del suelo.
-Tú no tienes que hacerlo...
Lo miré extrañada pero él me toma de la mano y me guía hasta el trono, se sienta en este pero me hace sentarme entra sus piernas. Lo intenté mirar aunque antes de eso sentí que colocaba la corona sobre mi cabeza y aprisionar mi cintura con ambos brazos mientras apoyaba su cabeza en mi hombro.
-Mi reina.
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