Capítulo 32

Aren y yo nos alejamos cuanto pudimos, él me cubre con su capa aún sin quitar su brazo de mi cintura.

-Vete afuera, allí están Axe y Lars. Ellos te llevarán con tu madre.

El rey se levanta aún más adolorido y quejumbroso. Aren me hace sujetar su espada cuando se coloca frente a mí conmigo, se quita su capa y la coloca sobre mis hombros.

-No sabes cuánto te he extrañado, Delia... me alegra saber que aún estás aquí -comenta terminando de amarrar su capa y besa mi frente volviendo a sujetar su espada.

Me mira pero su mirada se fija en mis labios, apoya su mano en mi mejilla y con su pulgar limpia mis labios. El rey nos mira molesto y busca su espada para atacarnos. Yo agarré a Aren por su rostro y lo besé, él rodea mi cintura de nuevo y me atrae a su cuerpo correspondiendo el beso al instante. Sentía mis labios purificados y limpios de nuevo.

-Ten cuidado -pedí al separarnos.

-Lo tendré, no te preocupes... -me sonríe ampliamente-. Terminaré con esto rápido. Confía en mí.

-¡No seas tan soberbio, Aren!

Él me empuja hacia atrás y bloquea el ataque del rey. Aren me mira por encima de su hombro.

-¡Delia, corre! ¡Vete ya!

El rey aprovecha su distracción por mirarme para golpearlo en el rostro y desestabilizarlo. Me mira y camina hacia mí mientras yo retrocedía pero Aren clava su espada en el costado del rey.

-¡Agh! ¡Tú...!

-No vuelvas a intentar tocarla otra vez. Maldito viejo...

El rey golpea con el codo a Aren quien quita su espada y ambos vuelven a bloquear sus ataques. Aren me mira y asiente. Dudé... pero finalmente salí corriendo del lugar.

-¡No! ¡Vuelve aquí!

-¡Tu oponente ahora es tu propio hijo!

Me alejé de ellos tan rápido como pude, bajé las escaleras pero a medida que bajaba podía escuchar la gran pelea afuera.

-¡Hm! -me sobresalté cuando una ventana se rompe junto a mí.

Un guardia del castillo la había atravesado y ahora se levanta adolorido. Este me ve y camina hacia mí pero un caballero desconocido lo detiene y clava su espada en su pecho.

Me mira por un momento pero luego vuelve a fuera para seguir peleando. Yo volví a correr hasta salir del castillo donde vi la todo el desastre que se había formado. Miré a todos lados y esquivé a tiempo a un soldado que cayó a mis pies con una flecha atravesando su cabeza.

-¡Delia! -miré al frente y vi a Axe y Lars montados en sus caballos corriendo hacia mí.

-Chicos... -murmuré sonriendo alegre de verlos.

Pero escuché un relincheo al otro lado, uno muy conocido. Sonreí ampliamente, estaba sorprendida y casi llorando por a quien veía acercarse. Bajé un par de peldaños y Lex se colocó junto a mí, me monté en él con rapidez agarrándome del cabello justo antes de que los dos hermanos y sus primos se acercaran. Ellos vieron la capa que traía y sonrieron.

-Delia, nos alegra volver a verte -dice Axe poniéndose a mi lado.

-Te habíamos extrañado, aunque Aren casi lloraba por no estar contigo... supongo que él te extrañó más.

Los tres reímos un momento y conociendo a Aren seguramente los miraría mal justo ahora para después terminar admitiendolo.

-También me alegra verlos chicos... -respondí.

Los primos de estos príncipes disparan flechas a los guardias que se nos acercaron, uno de ellos tras de mí.

-Lamentamos terminar con este adorable reencuentro pero... necesitamos avanzar -dice uno de ellos.

-Tienes razón -responde Lars.

-Tenemos que ir a buscar a tu madre, la llevaremos donde Miriam y las demás -comenta Axe.

Asentí en respuesta. Ellos se colocaron a mi alrededor y nuestros caballos empezaron a correr. Todos usaban sus armas para acabar con cualquier guardia que se nos acercara.

Cruzamos el jardín hasta una zona apartada del castillo pero aún en sus terrenos.

-¡Alto! -un grupo de guardias salen para intentar detenernos pero Axe carga su arco con varias flechas y consigue acabar con la mayoría mientras que Lars usa su espada y los primos los apoyan.

Lex salta sobre ellos y yo me bajé corriendo de su lomo hasta la entrada de aquel lugar.

-¡Delia, espera! -gritan los demás.

Yo hice caso omiso. Un guardia vino hacia mí con su espada y yo me incliné hacia atrás esquivando el golpe y haciendo que se desequilibre, Axe le disparase.

Me hice a un lado cuando otro se me acerca y lo golpeé tras su cabeza con el codo. Recordé los entrenamientos con Aren. Agarré una de las espadas en el suelo. Conseguí pasar a los guardias y adentrarme en el lugar. Bajé unas escaleras apartando a los guardias que se interponían en mi camino.

-Mamá...

-¿Delia?

La vi sonriendo sin poder creerlo. Se veía mucho mejor... estaba saludable, ya podía ponerse en pie por sí misma. Dejé caer mi espada y me acerqué corriendo a ella para abrazarla con fuerza.

-Estás bien... -murmuré al borde del llanto.

-Lo estoy, cariño... ¿y tú? No me imagino todo lo que tuviste que pasar.

-Eso no importa -me separé sonriendo-. Te eché de menos, mamá.

-Yo igual, Dios... ¿cuánto ha pasado? Has crecido tanto... No tuviste que entregarte así, te has arriesgado mucho.

-Mamá, me arriesgaré cuanto sea necesario si es para mantenerte con vida. No puedo permitir que te hagan algún daño.

Volví a abrazarla por un tiempo más antes de que Axe y Lars aparecieran corriendo y mirando a todos los guardias en el suelo.

-¡Joder! Con razón es la novia de Aren... -comenta Lars.

Yo sentí mis mejillas arder mientras reía levemente por su comentario.

-¿Los Príncipes? -miré a mamá que estaba sorprendida.

-Sí... Tengo mucho que contarte -mencioné-. Pero antes tenemos que terminar con esto.

Agarré la mano de mi madre e hice que comenzáramos a correr. Salimos de aquel lugar encontrando a los demás. Me subí en Lex y ayudé a mi madre a hacer lo mismo.

-¿Montas sin silla?

-Te dije que tenía mucho que contarte. Pero será mejor que te sujetes bien.

Lex se levanta en sus patas traseras mientras relinchea y empezamos a correr de regreso al castillo.

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