Capítulo 26: Reseteo
Sasuke no perdía ojo de encima a la mesa donde estaba su capitán con aquel desconocido. Era raro porque, por una parte, sentía que lo conocía de algo pero quizá sólo fuera que eran demasiado parecidos. Buscaba en su base de datos, pero no aparecía nada al respecto. Frunció el ceño mientras masticaba parte de su comida y entonces, vio a Naruto levantarse junto a su supuesto padre para venir hacia la mesa donde ellos se encontraban.
— ¿Estás bien? – preguntó Sasuke en cuanto su capitán se sentó a su lado.
— Sí, claro que sí. ¿Por qué no iba a estarlo?
— No lo sé... – dijo Sasuke de repente dándose cuenta de que hablaban de su padre, claro que debería estar bien o eso le decía su razonamiento pero... es que no conocía a esa persona – quizá sólo esté un poco tenso por el acercamiento de un desconocido. No me hagas demasiado caso.
— Ya veo. Iré a dejar la bandeja de la comida en su sitio – sonrió Naruto antes de levantarse del asiento y tomar la bandeja para ir a dejarla, sin embargo, no había dado apenas cuatro pasos para alejarse de la mesa, cuando algo le vino a la mente rápidamente sobresaltando a toda la mesa de androides – Sasuke... ¿Cómo que un desconocido? Tú serviste con mi padre.
— No, no lo hice – dijo Sasuke completamente seguro de la información que procesaba por su sistema.
Aquellas palabras hicieron que toda la mesa, incluido Minato, mirase a Sasuke con dudas, incluido Naruto.
— Sasuke, tú estabas en la Júpiter sirviendo mucho antes de que yo fuera capitán – aclaró Minato – trabajamos juntos durante unos años hasta lo ocurrido en Kepler cuando la tripulación desapareció.
Aquello hizo dudar a Sasuke. No tenía datos sobre Minato, ni sobre un altercado de tripulación desaparecida ni nada semejante.
— ¿Eh? No – dijo Sasuke – creo que os confundís, esa información no está en mi sistema.
— Sasuke, ¿cómo iba yo a saberlo si tú no me lo contaste? – le preguntó Naruto para hacerle pensar tal y como le gustaba a él como androide. Sasuke pareció caer entonces en esa ecuación y pensó antes de realizar otra búsqueda rápida.
— No digo que no sea verdad lo que dices – matizó esta vez Sasuke hacia su capitán – sólo digo que no está en mi sistema.
Eso sí alarmó a todos los androides de la mesa, quienes se levantaron con rapidez antes de que Izuna le pidiera a Sasuke que les acompañase para hacer un escaneo rápido en su sistema.
Con todos en pie y caminando ya hacia la sala donde tenían el instrumental para poder comprobar lo que ocurría, aún fue Madara el que antes de cruzar la puerta del comedor, volvió hacia atrás a recuperar el plato con el postre. Todavía tenía hambre y aunque entendía la urgencia, no pensaba desaprovechar el postre. Se lo comería en el laboratorio.
Izuna miró a su hermano Madara. Primero, extrañado por saber dónde iba pero al verle agarrar el plato con el postre, su mirada cambió a una de incredulidad. Realmente su hermano no tenía remedio. Después, sus ojos se desviaron hacia Minato.
¡Estaba enamorado de Minato! Lo sentía cada vez que le observaba y aunque no pudiera contarle a nadie aquello porque no entenderían cómo podían estar juntos un androide y un humano, Izuna pensó que incluso en el más atroz de los secretos, él podía vivir siempre y cuando pudiera estar con Minato.
— Lo arreglaremos – intentó Izuna tranquilizar a Minato. Desde luego, esa mirada que Minato le mostraba era de preocupación mezclada con algo de temor, por eso mismo, Izuna había tratado de calmar al amor de su vida.
— ¿Sabes qué le ocurre?
— No estoy seguro pero puedo preveer varias cosas, no sabré qué es exactamente hasta que lo examine. Puede que le hicieran parte del formateo y no acabasen o puede que le insertaran algo en su sistema, algo que esté borrando los datos que a ellos no les interesa.
— ¿Como un virus?
— Sí, o un hackeo, desde luego es algo, pero lo sabré enseguida.
***
Naruto no estaba muy seguro de si debatían o discutían, pero esos androides no se ponían de acuerdo en lo que hacer tras el escaneo inicial. Pese a ello y a que muchas de las conversaciones él no conseguía entenderlas, sí sabía una cosa: debatían por la seguridad de Sasuke.
— Es la forma más segura de hacerlo – insistió Madara.
— Y la que más tarda – se quejó Itachi – si ese virus ya está en su sistema seguirá corrompiendo datos y llegará un momento donde deje de funcionar algún sistema vital. No podemos perder tanto tiempo.
— Y el tuyo es un riesgo mayor – dijo Izuna debatiendo sobre el tema también – está claro que un sistema tarda pero el tuyo puede salir muy mal. No puedes simplemente acceder tú mismo a su sistema, podrías infectarte también y entonces tendríamos dos problemas entre manos.
— Soy más rápido, sé qué tengo que buscar y soy bueno, puedo evadir al virus.
— Ni siquiera sabes dónde implantaron ese virus y se mueve – se quejó Madara –. ¿Y si te encuentras con el virus implantado? Podría pasar a tu sistema.
— Puedo localizar la fuente del virus. Vamos, Kepler funciona siempre igual, no son de los que cambian su forma de actuar y hemos visto más veces esta clase de virus. Estará metido en su sistema. Te aseguro que puedo neutralizarlo y desactivarlo.
Izuna resopló y luego, miró a Minato que seguía observando la escena sin participar en ello. Sabía que era una discusión entre androides y él no tenía tanta idea al respecto.
— Yo limpiaré sus archivos – dijo finalmente Izuna ante la mirada de sorpresa de Minato.
No pareció gustarle lo que escuchaba y, por eso mismo, Minato se dirigió por primera vez hacia su novio para expresarle sus preocupaciones.
— Izuna, ¿podemos hablar un momento? En privado – le aclaró Minato.
¡Malo! Cuando Minato pedía con ese tono serio el hablar y más en privado, Izuna sabía que no podía ser algo bueno, aun así, conocía suficientemente bien a Minato como para saber que no sería una discusión, ni estaría enfadado, Minato no era de los que gritaba ni mucho menos, él hablaba las cosas calmadamente.
Izuna asintió con la cabeza frente al desconcierto del resto de androides que no entendían qué debía hablar un humano sobre un tema de androides. Sin embargo, se confundieron todavía más al ver que Izuna salía. Realmente había algo extraño en todo eso. Madara sonrió con cierta incredulidad. Su hermano siempre había tenido una pequeña debilidad por ese chico, tanto... como para meterse en Kepler para salvarle la vida y, desde luego, Izuna estaba tan loco como para durante todos estos años... haber estado enamorado en secreto de él. Que estuvieran saliendo juntos fue lo primero que vino a la cabeza de Madara, pero no dijo nada pese a que no entendía cómo habían llegado hasta esa decisión. Un androide y un humano no tenían opción alguna. Eso no podía salir bien.
Ambos salieron al pasillo pero fue Izuna quien cerró la puerta tras ellos y alejó a Minato con suavidad, poniendo su mano tras su espalda para evitar que los sentidos más desarrollados de los androides escuchasen esa conversación.
— ¿Estás seguro de eso? – preguntó Minato.
— ¿De lo que hay que hacer o de ser yo el que lo haga? – preguntó Izuna.
— Ambas. Tú eres el que más entiende la mecánica de los androides. Si a ti te ocurriese algo...
— Por eso te he estado enseñando algo de mecánica.
— No puedo hacer lo mismo que haces tú. Eres un androide, entrar en aparatos electrónicos es tu mayor ventaja. Eres mucho más rápido configurando y programando de lo que yo seré jamás. Yo no puedo arreglar todo lo que hay en una nave como tú. Ni siquiera sabría dónde está el problema hasta que quizá fuera demasiado tarde.
— Por eso mismo, puedo detectar antes dónde está el problema de Sasuke. Si entro, sabré dónde está el virus y arreglar todo.
— ¿Y si tú te infectas?
Izuna sonrió ante la preocupación de su chico.
— No lo haré, tendré cuidado y además, están Itachi y Madara, ellos pueden monitorizar a Sasuke mientras accedo a sus sistemas. Si el virus hace algo extraño, me avisarán.
— ¿Qué clase de virus es? – preguntó Minato –. ¿Lo has visto antes?
— Sí, alguna vez. Es...
— No es un virus – dijo Minato apoyando la espalda contra la pared al darse cuenta de que Izuna no podía explicarle exactamente aquello.
— Es complicado.
— ¿Hablamos de nanorobótica?
— Sí – dijo Izuna – debieron implantárselo cuando fueron a hacerle el formateo. Está destruyendo todos los recuerdos que pueden ser perjudiciales para ellos. Lo encontraré y lo desactivaré. Puedo hacerlo, sólo necesito que Madara y que Itachi me asistan un poco para localizarlo.
— ¿Y si entra en tu sistema? Ese bicho, ese... robot o lo que sea que está dentro de Sasuke parece detectar perfectamente todos los archivos referentes a Kepler y ataca directamente a ellos sin tocar nada más.
— ¿Qué es lo que te da miedo?
— Tus archivos de Kepler – dijo Minato – eres el que más secretos conoce de Kepler. En cuanto entres al sistema de Sasuke, te detectará, eres como un imán para esa cosa. ¿Arriesgarías todos esos secretos?
— Yo lo haré.
La voz de Itachi en la puerta les sacó de su conversación. Estaba detenido allí y quizá no había escuchado toda su conversación, pero sí lo último.
— No tengo tantos archivos de Kepler en mi sistema. Sólo iba a las actualizaciones.
— Y tus recuerdos de cómo te convirtieron en androide – dijo Izuna.
— Bueno, eso lo tenemos todos, pero tú tienes datos que pueden hundirlos, yo no. Así que yo entraré en el sistema de Sasuke y desactivaré esa cosa, pero necesito que me ayudes para saber por dónde se está moviendo y qué archivos buscar para restaurar o poner a salvo. Además, soy el único que tengo copias del disco duro de Sasuke, puedo hacer un volcado cuando esto acabe y que recupere su estado anterior.
Minato observó a Itachi. Sonaba mucho más sensato ese plan, bastante más, aunque no le gustaba poner en riesgo tampoco la única copia de toda la vida de Sasuke y sus datos.
— Haz una copia del disco duro antes de entrar en su sistema – aclaró Izuna – yo la guardaré, por si pasase algo. También quiero una copia de todo tu sistema y tus recuerdos. Si las cosas se torciesen, podría hacer el volcado de los datos en ambos y recuperaríais todo como hasta el día de hoy.
— Vale. Hagamos esas copias – aclaró Itachi más conforme por la seguridad que proporcionaba.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top