3. No estaba sola

Había sido una noche larga y tormentosa sin la presencia de Natsu, el solo recordar su rostro y como había escapado dolía. Con sólo volver a recordar las lágrimas volvían a salir.

Tenía que calmarme, no quería llegar al gremio con los ojos rojos e hinchados y que Mira, Erza o todo el gremio golpearan a Natsu por hacerme llorar. Aunque ya no sabía si realmente estaba segura de que se lo mereciera.

No se que hora fue cuando caí dormida. Pero la mañana había llegado lo más rápido posible, algo que yo no quería.

Cuando volvía abrir mis ojos, esperaba que Natsu estuviera aquí a mi lado, roncando y tratando de robarme las cobijas pero al girar mi cuerpo, estaba vacío su lugar. Tuve que reprimir un pequeño grito, tuve que morderme los labios para evitar que las lágrimas salieran.

Volví a bajar mi mano a mi vientre, empecé hacer pequeños círculos, me pase casi toda la mañana viendo el techo del departamento esperando algún ruido o algún desastre pero nada.

Volviendo a suspirar decidí levantarme perezosamente, tenía hambre, de tanta preocupación y llanto se me había olvidado que debía de comer. Me dirigí a mi cocina, había decidido por algo ligero, sentía que iba a volver a vomitar. Lave los trastes y acomode lo que habia comprado la noche anterior, las bolsas aun se encontraban cerca del sillon.

Una vez terminado decidí meterme a bañar, sentía como el agua me refrescaba y hacia olvidarme de todo lo que habia pasado. Pensaba en que tenía que tener un buen aspecto o todos se preocuparian, algo que no quería que supieran, no aún.

Me puse un vestido blanco y mis inseparables tacones, deje que mi cabello estuviera suelto, una vez lista me mire en el espejo del baño, tenia unas cuantas ojeras pero eso no iba a preocupar, podía decir que me la pase escribiendo.

-Sonríe Lucy... -Me anime.

Tome mis llaves y salí lo más normal posible, aunque tenía un poco de prisa, quería decirle a Levy lo que habia pasado.

Saludaba con normalidad a todos, me acercaba a saludar y ayudarles un poco. Pero cada vez me acercaba más al gremio, solte el aire que habia guardado y no me distraje más. Camine un poco más rápido y abri las puertas del gremio. Me saludaban con una gran sonrisa.

Con la mirada lo pude encontrar, el causante de mi llanto se encontraba armando un alboroto y estaba sonriendo como siempre, era como si no le hubiera afectado en lo mínimo lo que ayer le había dicho.

Era como otra apuñalada en mi corazón. Vi como jugaba y hacia bromas como siempre, entre ellos salió corriendo a mi, Levy.

-¡Lu-chan! --Pero al ver mi aspecto se detuvo y me tomo de las manos -¿Que te sucede? Te ves terrible

-¿Porque Natsu está tan feliz?

Levy volio a voltear a Natsu, se veía tan feliz. Con una gran sonrisa me miro.

-Hace rato que llegó al gremio se le notaba tan feliz y empezó a molestar como siempre a los demás, ¿Sabes el porque de su felicidad?

-Ayer le tuve que decir, no me miraba después y tuvo que huir, ¿Crees que este feliz al saber que no se hará cargo de los dos?

-Lu-chan, no pienses mal, tu conoces mejor a Natsu que todos, estoy segura que estas equivocada

-Pero...

Volvía a sentir como las lágrimas salían, Levy un poco preocupada empezó a hablarme, no le preste atención.

-¿Lucy puedo hablar contigo? Es importante

No había escuchado cuando el había llegado a nuestro lado, quería correr pero mis piernas no respondieron, mire a Levy, ella sólo alzó los hombros y me dejó con Natsu, pude ver como me dirigía una pequeña sonrisa.

-Pero me temo que no será aquí

Me agarro de la muñeca y empezamos a salir del gremio. Con tranquilidad empezamos a caminar y a pasar por todo el pueblo. Durante el camino no hablamos, todo esto me ponía sensible.

Entramos al bosque, caminamos con cuidado, Natsu seguía manteniendo su agarre en mi muñeca, en ningún momento se volteó para mirarme.

El lugar al que llegamos fue a donde habitualmente veníamos a pescar. Fue cuando solto su agarre en mi muñeca y camino un poco, todo dándome la espalda.

-Creo que aquí nadie nos va a molestar

-Natsu... --No pude evitar ser la primera en hablar -¿Vas a dejarme? ¿Verdad?

Hable lo más bajo posible, sin embargo el logro escucharme, fue cuando volteó a verme.

-Lucy porque...

-¡Dime de una maldita vez que tu me vas a dejar! ¡Así ya no te estorbare! --Tomé un poco de aire -¡Te fuiste y me dejaste llorando!

Algo me decía que me tenía que liberar de esta forma, quería gritar, quería llorar, quería irme. Volvía a sentir como las lágrimas salían. Natsu un poco enojado se acerco a mi, yo di un paso atrás.

-¡¿En que demonios estas pensando?! ¡En ningún momento de mi vida has sido un estorbo! ¡¿Qué es lo que quieres que haga!?

-¡Qué me respondas!, ¡No te quedes callado y dime de una maldita vez para evitarte los problemas!

Bajo un poco sus hombros, cambio su mirada, se veía calmado, su hermosa sonrisa volvía aparecer en su rostro.

-Entonces te responderé

Natsu tenía el método de calmar a una fiera, en este caso a mí. Con un sólo pasó llego a mi y me envolvió en sus brazos, me estaba abrazando. Aún molesta, me movía sin embargo el no me soltaba, me apretaba más a él sin llegar hacerme daño. Sentia su respiración en mi cuello, aún con los tacones podía sentir la diferencia de nuestras alturas.

-Eres una tonta Lucy, ¿Como puedes pensar en todo eso?

-Yo no soy una tonta --Pegué mi rostro a su pecho -Tu eres el estúpido en nuestra relación

Escuché su risa cantarina, volvió apretarme,  no pude evitarlo, pase mis brazos por su cuello, el bajo un poco más sus brazos a mi cintura. Se separó un poco y pego su frente con la mía. Fue cuando volví a mirarlo a los ojos, sus hermosos ojos verdes volvían a mirarme.

-Eres una tonta al pensar mal de mi --Levantó una de sus cejas -¿Creíste que me iba a ir de tu lado?

-Me dejaste sola en casa y no te importó que estuviera llorando

Se tenso un poco, sabía que no le gustaba verme llorar, se enojaba y golpeaba al causante pero si él era el causante de mis lágrimas se sentía como el peor ser humano de la historia.

-Lo siento, no era mi intención, en serio --Podía sentir la culpa en sus palabras -La razón por la que me viste tan feliz en el gremio fue porque había escuchado la noticia más importante de mi vida

Paseo lentamente su nariz con la mía, su sonrisa era muy grande.

-Se que soy un idiota infantil, un estúpido y todo lo que seguramente me dijiste entre sueños --Iba a reclamarle cuando posó su dedo en mis labios -Pero nunca seré un cobarde al tomar esta nueva responsabilidad, no voy a huir y dejarte con un niño ¿Qué clase de padre sería?

-Natsu... --Me estaba convirtiendo en una llorona, sentía como su mano acariciaba mi mejilla y quitaba las lágrimas de mis ojos.

-Te prometí que fuera lo que fuera yo iba a estar a tú lado, por nada del mundo te dejaría porque te amo, esto no lo hago por obligación si no porque quiero y porque te amo--Subió su rostro y beso mi frente -Te amo demasiado como para alejarme de ti así como si nada y ahora con un hijo me has hecho el hombre más feliz, me estas dando una hermosa familia Luce

La familia es importante para nosotros dos pero en especial para Natsu, lo sabia, me lo había dicho una vez. Pude ver como de sus ojos salían pequeñas lágrimas, estaba feliz.

Me gusta saber que yo soy la primera y la única en ver todas sus facetas. Volvió a reír al ver que seguía llorando

-Ya deja de llorar, no me gusta, ¿Ahora serás una llorona?

-Lloro de felicidad idiota, además es culpa del embarazo que este un poco sensible... --Su risa se hizo más fuerte mientras besaba mi rostro -Aun no sabemos como ser padres, estoy nerviosa y tengo mucho miedo pero se que si estamos juntos estaremos bien, ¿Verdad?

-Yo igual tengo miedo, soy muy descuidado pero no sabes cuánto agradezco que estés a mi lado --Tomó mi rostro entre sus manos, acerco sus labios a los míos -Estaremos bien mientras estemos juntos te lo prometo

Y me beso, su movimiento era dulce y despacio. Al separarnos nos sonreímos, decidimos disfrutar de nuestro día, nos acostamos en el pasto, uno de sus brazos me sirvió como almohada. Me agarraba distraída para darme pequeños besos en la cara y en el cuello, me veía con un poco de pena, podía ver como mis ojos se veían cansados y un poco hinchados.

-En serio lo siento, no era mi intención que lloraras y ahora me siento culpable al saber que no dormiste bien por mi culpa

-Natsu no te mortifiques tanto... --Le di un pequeño beso en la nariz -Pero mientras estés aquí a mi lado asegúrate de no volver hacer algo así --Me acerqué más a su pecho -Me asusté mucho el ver como te ibas, no sabes cuánto me dolió

-Lo siento pero me fui porque por un momento de mi vida creí que había hecho algo malo --Beso mi ceño fruncido -No lo mal pienses, se que es que una mujer está embarazada no soy tan idiota como para no saberlo --Solte una pequeña risita -Trataba de entenderlo mejor, ya no somos jóvenes y se que en algún momento de nuestras vidas esto pasaría pero nunca creí que se adelantaria, no estoy enojado ni nada por el estilo, estoy feliz, muy feliz

Sentí como soltaba mi mano y la dirigía a mi vientre, la posó con cuidado y sonrió, pude ver como sus ojos brillaban con emoción.

-No sabes lo feliz que estoy, claro primero hay que casarnos, avisarles a todos los del gremio, mudarnos a alguna casa y al final tener a nuestro hijo, no sabes lo emocionado que estoy por conocerlo ya

Por poco y me atragantaba, abrí más mis ojos, el sonrió y metió su mano en su chaqueta, donde sacó una pequeña cajita de cuero.

-Natsu Dragneel, ¿Cómo es que sabes estás cosas?

-Bueno... --Se sonrojo un poco -A parte de leer tus historias en secreto, cuando era niño escuchaba a todas las mujeres del gremio decir sobre eso y se que tu también sueñas con casarte algún día así que... --Tomó un poco de aire y sacó el anillo y se sentó -Lucy Heartfilia ¿Te casarias con un idiota infantil?

No tarde más y me abalance a él. Empecé a reír por cómo había reaccionado, me senté en su cintura, con cuidado tomé la pequeña caja con el anillo, era un pequeño anillo de oro, la figura era de una pequeña flor de color rosa y en el centro tenía un pequeño diamante azul. Pude sentir como sus manos las posaba en mis piernas, el vestido se había levantado un poco y el no dejaba de acariarlas, no pude evitar sentirme un poco nerviosa.

-Claro que te acepto tonto

Se volvió a sentar, yo me moví un poco para estar sentada en sus piernas, con cuidado tomo mi mano y puso el anillo en mi dedo. Con felicidad lo abracé del cuello y empecé a reír con más alegría.

Después de un rato, volvió a mirarme con aquella alegria y empezó a besarme otra vez, pequeños, lentos y fugaces besos. Se separaba con una gran sonrisa, no dejaba de acariciar mi rostro con sus manos. Vi como olía con gracia el aire, me tomo de la mano y acaricio con suavidad la marca del gremio.

-Vamos, empezará hacer frío y no quiero que te pase algo

Con una sonrisa me levanté y el me siguió, sin dudar se quito su bufanda y me la pasó por el cuello.

-Así estaras más caliente

-¿Acaso el poderoso Salamander maduro?

-Tal vez, sabes que sólo seria capaz de compartir mi bufanda contigo

Y empezamos a caminar con nuestras manos unidas y con una gran carcajada.

Cuando llegamos a casa, prepare algo caliente, Natsu me ayudaba a llevar las cosas a la mesa. Me sentía feliz, realmente estaba mal con lo que habia pensado, las circunstancias me habían enloquecido. Pero al ver el cariño y el amor con el que me miraba y hacia las cosas, me hacía pensar que era una tonta, Natsu iba a estar ahí conmigo por siempre, aún si yo no se lo pidiera.

-Mañana iremos con los del gremio para darles la noticia, vamos a dormir Lucy...

Esa noche pude dormir con tranquilidad, pude sentir como Natsu me abrazaba por detrás, como su rostro lo metía entre el hueco de mi cuello y mi hombro, como sus músculos se destensaban y sus manos las posaba con cariño en mi vientre. Me sentía amada y querida, yo enredaba mis piernas con las suyas y mis manos con las suyas.

Todo era paz y tranquilidad hasta que desperté, tenía hambre, sentia como mi estómago rugia pero de lo que tenía hambre no era algo normal, era algo extraño.

Me daba pena despertar a Natsu, podía sentir su suave respirar en mi cuello. Pero las ganas de comer algo ganaban más. Me salí de sus brazos para poder darme la vuelta y verlo, su curioso cabello caía por su rostro.

-Natsu, despierta...

Moví un poco su hombro, este abrió los ojos perezosamente, me miro por un momento y se estiró en la cama enterrando más su cara a la almohada. Volvió abrir sus ojos y me volvió a mirar, alzo su mano a mi rostro y acaricio mi mejilla.

-¿Sucede algo Lucy?

Con un sonrojo le explicaba que tenía hambre, sabía que iba a burlarse un poco pero se aguantó las ganas. Le decía que esto se llamaba "antojos de media noche" Natsu me miraba atento. Una vez que entendió, se levantó de la cama y se puso su ropa.

Antes de salir por la puerta, le dije que quería, me miro raro y asqueado, antes de salir se burlo un poco y cerró la puerta antes de que pudiera aventarle algo. No importaba, estaba feliz, como aún siendo de madrugada iba con una sonrisa en su rostro.

"Un idiota enamorado que muy pronto va a ser padre y muy desvelado por culpa de los antojos de su prometida"

Así podría decir que era lo que me decía el rostro de Natsu. Mis antojos fueron cumplidos y Natsu espero a que terminará de comer para volver acostarse, no quería volver a levantarse y comprar más. Yo, volvía abrazarlo y así volvíamos a caer dormidos.

...

La mañana había llegado, me despertaba con una gran tranquilidad y con mis energía renovadas, sentía como el cuerpo a mi lado se pegaba más a mi cuerpo.

-Vamos Natsu despierta, ya es de día --Sin embargo no recibí respuesta alguna.

Podía escuchar sus ronquidos y apreciar algunas ojeras que se marcaban debajo de sus ojos. Decidí dejarlo dormir.

Para cuando él había despertado yo ya estaba bañada y estaba terminando de preparar el desayuno. Con una gran sonrisa adormilada me abrazo y beso mi mejilla.

-Tal vez si me hubieras despertado nos hubiéramos metido a bañar juntos --Susurro en mi oído, una corriente había recorrido mi cuerpo. Con un gran sonrojo lo golpee en el pecho y me aleje, él sólo carcajeo.

Terminamos de desayunar y en lo que él se metía a bañar, recogía un poco el departamento. Hoy iba a ser el día, ibamos a decirle al gremio dos nuevas noticias, no dejaba de sonreír y de sentir como mis mejillas se calentaban.

-Me casare con Natsu --mire con una boba sonrisa el pequeño anillo.

Aunque sabía que la reacción de todos iba a ser muy épica, no pude evitar reir al imaginar los rostros de los demás y las ganas de asesinar a Natsu por tocarme antes del matrimonio. Cuando le comenté a Natsu saliendo de bañar, tembló un poco pero no quiso hecharse para atrás, aún con el temor de que le fueran hacer quiso darles la gran noticia.

Caminamos tranquilos por las calles, saludabamos con gran sonrisa a las personas que nos veían, varios adultos nos felicitaban al ver el pequeño anillo que descansaba en mi dedo. Al llegar al gremio, Natsu me tomó de la mano y me arrastró a una de las mesas del gremio, con rapidez se subió a una y con delicadeza me subió.

-¡Chicos! ¡Tenemos dos grandes noticias!

Todos nos voltearon a ver, podía ver a lo lejos como Levy me sonreía.

-¿Qué sorpresa nos querrán decir? --Mira dejaba de limpiar los vasos.

-Espero que sea algo bueno cerebro calcinado --Gray se acercó a nosotros.

Natsu se contuvo, sabía que tenía unas grandes ganas de golpear a Gray, sólo lo miro de mala gana. Me miro con una sonrisa, y tomo un poco más de aire.

-¡Primero, ayer a Lucy le pedí que se casará conmigo!, ¡Así que dentro de un mes será la boda!

-¡¿Qué!? --Todos gritaron impresionados, algunos escupieron sus bebidas y otros más se desmayaban.

-¡Segundo, Lucy y yo seremos padres!, ¡Lucy está embarazada!

-¡¿Qué!? --Un grito mucho más alto se escuchó, tanto que los dragon slayer se escogieron del dolor por los gritos.

Las caras de todos eran un poema para recordar, no creían lo que veían hasta que subí mi mano y vieron el pequeño anillo. Mientras que las chicas miraban como Natsu posaba su mano en mi estómago y gritaron.

No pude evitar como las chicas hablaban entre ellas: "Que lindos" por parte de Bisca, "Jodete Natsu la tocaste antes del matrimonio" por parte de Erza y un "Habrá mucho por festejar" por Mira, no dejaba de escribir en una pequeña libreta lo que probablemente se necesitaría para ese día.

Mientras que los gritos de los hombres era un poco más apoyando a Natsu: "Natsu eres un hombre" de Elfman, "Natsu que rápido" de Happy comiendo un pescado y un "Natsu ha crecido tan rápido" de Macao.

Unos cuantos lloraban de felicidad, otros gritaban de la emoción y al final, unos cuantos querían matar a Natsu por no esperarse después del matrimonio, las reacciones de todos habían sido divertidas. Con cuidado Natsu me ayudó a bajar.

-¡De lo que me vengo enterando! Muy pronto tendremos a un nuevo miembro --El maestro Makarov dejaba a un lado el gran tarro de cerveza.

-¡Maestro! ¿Desde cuando está aquí? --Mira se encargó de llenar su tarro.

Con sus mejillas coloreadas volvía a tomar de ese líquido. Con una gran felicidad nos miraba. Nos acercamos a él.

-Desde que llegaron ellos... --Se paró en la barra y hablo -Natsu, Lucy, felicidades por la nueva aventura la cuál descubrirán juntos, el de casarse y ser una familia --Una gran sonrisa apareció en su rostro -Y que mejor ahora que también la familia crecerá, tendremos a un nuevo miembro --Pequeñas lagrimas salían de sus ojos, Natsu me había tomado de la cintura y me acercó más a él -¡El gremio crecerá más! Pero sobre todas las cosas y pase lo que pase nosotros también somos su familia, no importa si ese diablillo sea igual de destructivo que su padre o un genio como su madre, aunque quisiéramos que se pareciera más a Lucy que a ti Natsu, sin ofender --El gremio se había reído sin embargo Natsu se mostraba tranquilo, de alguna manera quería que fuera un poquito más como Natsu -Nosotros ayudaremos en lo que podamos porque somos una familia y ustedes son mis hijos y este viejo está orgulloso de ustedes, un gran paso que conlleva a responsabilidades que sin duda se que podrán superarlo y nunca lo duden hijos míos, no están solos, nunca lo estarán --Y posó su mano en el hombro de Natsu.

Todos teníamos una gran sonrisa en el rostro, podía escuchar como Natsu carcajeaba y unas cuántas lágrimas salían de mi rostro feliz, de alguna manera sabía que si Natsu me dejaba, que con suerte no fue así, ellos estarían a mi lado, ellos y mis espíritus. Porque no iba a estar sola, nunca lo iba a estar.

-No estoy sola --Susurre mientras me quitaba las lágrimas, Natsu apretó su agarre en mi cintura. Me miraba con una gran sonrisa.

Empezaron a rodearnos y empezaron con las preguntas. Sabía que Natsu había recibido la noticia más importante de su vida, se le notaba feliz cuando le preguntaban pero en ningún momento se separaba de mi lado, aquel agarre en mi cintura seguía. Todos estaban felices, todos sonreían, les brillaban los ojos al saber la noticia del nuevo integrante.

-Entonces... --El maestro levantó su tarro -¡A seguir con la fiesta!

-¡Aye sir!

Todos gritaron y empezaron a tomar más. Era claro que con una noticia así, como no iban a crear un desastre de fiesta, donde el nombre Fairy Tail se anunciaba muy alto, donde todos beben, rompen las botellas y algún mueble, provocan peleas, una furiosa Erza golpeando a los chicos por tirar su amado pastel de fresas y en donde Natsu no perdía la oportunidad para golpear a Gray y Gajeel.

Así fue como pasamos el día, yo los veía un poco alejados, me cuidaba de todo golpe o de los objetos que lanzaban. Y si alguien por un descuido no lanzaba, se las veía con Natsu.

Después de un mal entendido, todo terminaba para bien. La noche había llegado y Natsu se acercaba a mi con una gran sonrisa.

-¡Lucy! --Paso su brazo por mi hombros -Ya es hora de irnos, es un poco tarde y si me vas a levantar para comprarte algo de comer es mejor que me valla a dormir ahora

-¡Callate idiota! --Le di un puñetazo en el estómago, empezó a reír y mis mejillas de calentaban ante las risas de los demás -De todas formas ya me iba, tengo hambre ¡Y no creas que te daré de comer!

-¡No seas mala Luce!

Empecé a reirme, antes de poder darle un beso, Happy llegó a mis brazos.

-¡Yo voy con ustedes! Tengo tantas ganas de comer el pescado que deje ayer

-Claro Happy

Natsu me tomo de la mano, mientras que Happy volaba a un lado nuestro. Si antes con Happy parecíamos ya una familia, me preguntaba...

¿Cómo nos veríamos ya con un hijo? No pude evitar sonreír.

Nunca estuve sola y si algún día me sintiera, sabría que tendría a una familia a mi lado, al gremio. Nunca me abandonarán como yo nunca a ellos.

-Lushy da miedo cuando sonríe

-¡Callate Happy o Lucy no nos dará de comer!

Iba a reclamarles pero sabía que no iba a tener sentido, sus burlas iban a seguir, cuando menos se esperaron empecé a caminar más rápido. Por instinto ellos empezaron a seguirme.

Empecé a reír, ellos con una sonrisa me atraparon y empezamos a carcajear más. Una familia era lo que pronto seríamos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top