Patrullaje

Alya miró con extrañeza como sus tres rommies estaban dentro de una misma cama mirándola con algo de miedo en sus ojos, totalmente inmóviles.

Ellos por el contrario imaginaron que ese iba a ser su fin. Seguro ella estaría totalmente enojada de que no la hayan invitado a dormir con ellos.

¡Y lo peor era que no iban a poder tener un funeral bonito por la cuarentena!

Todos en la habitación miraron como Alya entrecerraba los ojos, seguramente juzgandolos con el látigo de su silencio.

Grande fue su sorpresa al ver como la morena se quitaba los lentes y se recostaba de nuevo, pensando que lo que había visto era parte de un sueño loco.

De todas maneras, los tres adolescentes ya estaban preparados para correr.

Esa noche habían logrado más de lo que esperaban. Sobrevivir.

Finalmente y después de agradecerle a la vida el estar vivos, el trío llegó a un acuerdo después de una larga charla.

-Bien. No hagan nada extraño o los haré bañarse en hielos.

Les dijo el moreno antes de levantarse y tomar su almohada, apagar la luz y correr a la cama de la dormida Alya.

-Lo mismo para ti, Nino.

Habló Marinette con algo de burla, pues ellos no eran los únicos que se les podía alborotar la hormona, aunque tenía que aceptar que si eran los más probables.

Rubio y azabache solo se dieron un abrazo dispuestos a seguir durmiendo como lo habían hecho con anterioridad, antes de que Nino llegara a interrumpir su sueño.

La sensación de que algo caminaba sobre sus piernas entrelazadas les hizo dar un respingo de miedo.

-Tiene mucho tiempo que no van a patrullar.

Escucharon al bulto cerca de sus pies hablar, tranquilizandose y callandolo al instante pues pudo haber sido escuchado por Nino.

Ambos comenzaron a meditarlo, descubriendo que el kwami tenía razón

-Hawk Moth es un villano, y los villanos seguro no respetan ni la cuarentena.

Susurró mientras miraba como ella se sentaba en la cama, pensativa.

Ellos jamás pudieron haber imaginado que el mismisimo Hawk Moth había sido quien los había castigado por no respetar la cuarentena.

Marinette se levantó y corrió a la otra cama ocupada, encontrandose que para fortuna de ellos Nino ya se encontraba profundamente dormido.

Tikki salió con su galleta en mano y ambos miraron con algo de duda si era buena idea el ir.

-Supongo que ya se nos ocurrirá una excusa si nos descubren.

Susurró la azabache mientras lo tomaba de la mano y lo hacía levantar con solo calcetas cubriendo los pies de ambos, caminando de puntitas y  haciendo un baile en el silencio mientras rosaba su nariz con la de él.

Solo la luz de la luna que entraba por la ventana hacia reflejar en sus ojos azules, lo mucho que adoraba poder estar así con el.

Con un brillo en sus verdes, Adrien tomó la cintura de la azabache y la atrajo hacia su pecho.

-Vámonos mi príncipe.

Le dijo antes de darle un beso corto en su barbilla y salir entre saltitos silenciosos a la sala.
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Dos héroes adolescentes, después de ver como la ciudad estaba en orden, se tomaron unos minutos para apreciar lo triste que se veía la ahora callada urbe.

Intentando ignorarlo, no podían evitar mirar lo geniales que se veían esas mejoras en sus trajes que al transformarse descubrieron. Seguro obra de los kwamis con la función de protegerlos de la enfermedad.

Tenía un parecido bastante grande a la mascara de cristal del traje de Astro-Chat.

Por esa misma razón se arrepentía del por qué no la había besado antes de transformarse.

¿Cómo pudieron imaginar que ese cristal iba a aparecer en su traje?

Saltando de balcón en balcón tomados de las manos, dando piruetas en un baile raramente tierno, ambos héroes entendieron que era hora de regresar.

Si el villano se estaba portando bien, ellos también debían hacerlo.

Dando un último vistazo a la ciudad callada con una mueca, no pudo evitar acercarse a su amado.

-Todo volverá a estar bien.

Le dijo tomando sus hombros, dándole un abrazo lleno de aliento.

Ella asintió y juntó su cristal junto con el de él, apreciando el silencio.

Emprendiendo directo a la cabaña y saltando de tejado en tejado, llegaron al sendero del bosque, destransformandose para dar una pequeña caminata por el mismo, en camino a la cabaña con la compañía de sus kwamis que reposaban sobre sus hombros.

Adrien mirando como finalmente no había ningún impedimento, tomó la nuca de la azabache y la atrajo hacia sus labios mientras ella ponía sus manos rodeando su espalda, dejándose llevar por su gatito.

Tenían que aprovechar que podían darse cariño libremente, sin que Nino y Alya los molestaran

Al llegar abrieron la puerta con cuidado y entraron de puntitas con sus calcetas sucias por haber caminado por el pasto.

Eso había sido más divertido de lo que imaginaron.

-Tienen 10 segundos para inventar una excusa lógica.

Ambos giraron en cámara lenta a ver al moreno que estaba sentado en el sillón con una manta rodeando su cuerpo, tomando un té de tila.

¡Rayos!

Continuara...

Ya se les armó JAJSJSJSJJS

Se que tarde un poco en actualizar pero... por más que intentaba sacar la historia,  simplemente no podía. Tengo ideas de sobra pero la redacción no me ayudaba.

Y tengo el mismo problema con la de "La dimensión al revés".

Pero bueno, un bloqueo creativo le pasa a cualquiera. Así que perdonen la redacción pero enserio, llevo días intentando arreglarla.

En fin, disfruten.

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