Capítulo 26
Los minutos pasaron mientras Bellatrix lloraba en el suelo hecha un ovillo. Le daba igual todo. No era capaz de sentir nada más allá de un profundo dolor. Notó cómo alguien intentaba levantarla del frío suelo de mármol, pero no reaccionó. ¿Para qué? Su vida acababa de perder todo el sentido. Cuando la puerta se abrió con una bombarda, la bruja tampoco reaccionó a la explosión. Si alguien quería matarla, que lo hiciera, no opondría resistencia.
-¡Belle! ¿Qué ha...?
Rodolphus no llegó a terminar la frase. La imagen de su mujer llorando en el suelo echa un ovillo, con Nellie junto a ella llorando también sin saber cómo ayudarla y el cadáver de Voldemort a un par de metros hablaba por sí sola. Tras él, Rabastan y Dolohov también frenaron en seco. El despacho del Ministro estaba aislado de todos los demás, no había riesgo de que pasara nadie; pero aún así, la escena era estremecedora. Haber matado a su maestro era algo que la bruja no era capaz de procesar. Su novia lo sabía y no encontraba la forma de hacerla reaccionar. La embargaba una indescriptible felicidad porque Bellatrix la había elegido a ella, pero la tristeza era igual de fuerte: no parecía que la mortífaga fuese a salir de ese trance. No encontraba la forma de tranquilizarla. Le apartó el pelo de la cara, le acarició la mejilla, le susurró palabras de consuelo... pero nada funcionó. La morena se dejó hacer pero no reaccionó.
Al rato, la muggle miró a los hombres sumida en la más profunda desesperanza. Rodolphus salió por fin de su estupor. Se agachó junto a ellas, sonrió a Nellie y le preguntó si le parecía bien que lo intentara él. No hizo falta que terminara la pregunta, la castaña asintió de inmediato derrotada. El mago se sentó en el suelo, levantó a Bellatrix con cuidado y la sentó en su regazo. No opuso resistencia pero tampoco colaboró. Estaba tan agotada que ya ni siquiera lloraba. Tenía la mirada perdida, completamente vacía, como víctima de un dementor. Viendo que tampoco estaba mucho mejor, Dolohov se acercó a Nellie y la obligó a sentarse en el sofá.
-Voy a curarte las heridas, ¿de acuerdo, Eleanor?
La muggle le miró con cierta sorpresa. Ni siquiera recordaba las magulladuras que le había provocado el Señor Oscuro al secuestrarla. Asintió y el mago le curó los hematomas. Rabastan se sentó junto a ellos sonriendo a Nellie con cariño. Observaron cómo el más joven intentaba calmar a su mujer. Después de acariciarle el pelo durante varios minutos y de asegurarle que todo iba bien y estaban con ella, la duelista por fin murmuró:
-Se ha ido. Mi Maestro se ha ido. Yo lo he matado.
Su voz apenas era un susurro, nada en su tono recordaba al de la mortífaga más temida. Nunca la había visto tan derrotada, tan perdida... ni cuando entró a Azkaban ni cuando salió. Rodolphus le peinó los suaves rizos oscuros con sus dedos mientras utilizaba el tono afable pero firme con el que la calmaba en situaciones similares.
-No te ha dejado otra opción, preciosa. Le dedicaste tu vida entera y no supo valorarlo, no tenía ningún derecho a obligarte a hacer nada. Has hecho lo correcto, todo va a ir bien.
-Todo va a ir mal -susurró la bruja con angustia en la mirada-. ¿Qué vamos a hacer sin él? Le he matado, yo le quería. La gente querrá vengarse de mí y...
-A nadie le caía bien, Belle, de hecho solo a ti... El mundo te estará agradecido. Además, piensa que en realidad era mestizo, por mucho que nos negáramos a aceptarlo. Y que alguien debe ocupar su lugar. Es tu destino, siempre lo ha sido: tú debes gobernar el mundo mágico.
-¡No, no, eso es ridículo, claro que no! ¡Yo jamás usurparía su...! -protestó ella revolviéndose.
"Eh, eh", la tranquilizó su marido obligándola a volver a apoyar la cabeza en su pecho, "Todo va a ir bien, te lo prometo". Le costó unos minutos volver a calmarla. Con voz ronca, la mortífaga susurró:
-Se ha dado cuenta. Me conocía tan bien que ha adivinado lo que iba a hacer. Se ha defendido. He creído que moriríamos los dos... deberíamos haber muerto los dos. ¿Qué voy a hacer sin él?
Rodolphus ocultó su sorpresa y respondió con voz suave:
-Debes continuar su legado, asegurarte de que todo el esfuerzo y sufrimiento que hemos dedicado a la causa no haya sido en vano. Nadie lo hará mejor que tú. Y sabes que estaremos a tu lado en todo momento.
Bellatrix negó con la cabeza pero no añadió nada. Hundió la cara en el cuello de su marido como si eso la fuese a proteger de la realidad. Su novia no aguantó más. Se disculpó alegando que iba al baño a lavarse la cara y salió de la habitación. Ni la mortífaga ni su marido se percataron, estaban demasiado absortos en su angustia. Sin embargo, Rabastan y Dolohov se miraron. Era evidente que Nellie desconocía la ubicación de los lavabos y además no era nada seguro que una muggle vagase sola por los pasillos del Ministerio. Fue el segundo quien decidió ir a buscarla. Le había cogido mucho cariño, le cuidó durante su rehabilitación incluso mejor que el medimago. Además era graciosa, divertida y aportaba a la mansión una alegría inédita entre los mortífagos. El mayor de los Lestrange también sentía un gran afecto hacia ella, pero no era tan bueno consolando a la gente como sus compañeros.
A Dolohov le costó poco localizarla. Esa planta había quedado desierta desde que la ocupó Voldemort, nadie osaba cruzarse en su camino. La muggle había accedido por una de las escaleras de servicio -el mago supuso que intentando buscar la salida- pero se había rendido. Estaba sentada en un escalón llorando. Eso le partió el alma: aunque ver a Bellatrix también le había dolido, Nellie era tan inocente, noble y alegre que encontrarla en ese estado resultaba antinatural. Sobre todo porque ella había sido la víctima. Se sentó a su lado, la cogió de la mano y estuvieron unos minutos en silencio. No quiso agobiarla, dejó que se desahogara y simplemente le hizo notar que estaba a su lado.
-Ya nunca me querrá... Por mi culpa ha tenido que matarlo...
-No digas tonterías, Eleanor. Bella está en shock, ¿vale? Le costará un poco superar la pérdida, es normal, lleva toda su vida obsesionada con ese malnacido... Pero no será capaz si tú no estás a su lado. Vale que ahora no está en sus cabales, pero jamás creí que elegiría a nadie por delante de su señor, a nadie. Y te ha elegido a ti, te quiere a ti. ¿Entiendes el milagro que es eso tratándose de Bellatrix Lestrange?
-Pero lleva una hora llorando por él y...
-Tú no la has conocido en su versión más sádica y desquiciada. Y no la has conocido porque desde el día en que te "secuestró", Bella cambió. No con los demás, evidentemente, es cruel y eso sigue ahí. Pero su relación contigo e incluso con ella misma es mucho más sana. Y es gracias a ti. Es verdad que ahora no está en condiciones de nada... pero no dudes que te quiere muchísimo.
Nellie asintió y se sintió un poco mejor al aceptar que igual su amigo tenía razón. Aún así, todas las inquietudes que llevaban acosándola esos meses emergieron de nuevo.
-Aunque eso sea verdad... No la he sabido consolar, no puedo ayudarla ni hacerla sentir mejor por mucho que lo desee. Mr. Rod lo ha conseguido en pocos minutos. ¿Qué aporto yo a su vida? No soy bruja, ni tengo dinero para regalarle cosas, ni puedo ayudarle con el trabajo... Solo le causo problemas desde el principio. De no ser por mí Voldemort seguiría vivo y ella estaría feliz de haber ganado la guerra. Solo soy una carga...
"¡Oye!", la frenó Dolohov con gravedad, "¡Deja de decir estupideces, para eso ya tenemos a Rabastan!". Le pasó un brazo por la cintura y la atrajo hacia sí. Nellie apoyó la cabeza en su hombro mientras intentaba no volver a llorar. El mortífago, sin soltarle la mano, respondió:
-Cuando Rodolphus, el hombre con quien llevo desde los veinte años, con el que duermo cada noche y por el que daría mi vida, está triste o le sucede algo, no acude a mí. Busca a la psicópata insensible de su mujer (perdona, pero es así) y ella es la única que logra calmarlo. No sé cómo lo hace, pero siempre ha sido así. Son como hermanos, se adoran y tienen esa conexión especial entre ellos. Pero Bella te quiere a ti y sabréis como apoyaros mutuamente. Te quiere a ti. Al igual que Rodolphus... que también te quiere a ti y a tus tartas. Y Rabastan, que ahora presume de que cocina mejor que los chefs franceses... Lo difícil es no quererte, Eleanor, así que no tienes motivos para preocuparte.
La muggle sonrió por fin con sinceridad. Le dio las gracias al sueco y le besó en la mejilla. El mago sacó un pañuelo de seda de su bolsillo y le limpió la cara con delicadeza.
-Ya estás, tan guapa como siempre -sonrió él-. ¿Quieres que te lleve a casa o...?
-¡No, no! Quiero quedarme hasta saber que Bella está bien.
"De acuerdo entonces" murmuró el rubio incorporándose. Le tendió la mano y volvieron juntos al despacho principal. Parecía que la cosa se había estabilizado. El matrimonio seguía en el suelo pero la bruja parecía un poco más tranquila, ya no lloraba ni se lamentaba. Rodolphus seguía acariciándole el pelo mientras Rabastan los miraba desde el sofá pensando que mejor no casarse nunca, aquello resultaba demasiado extraño. Cuando los vio entrar, el hermano pequeño sonrió y le indicó con un gesto a Nellie que se sentara junto a él. La muggle obedeció y se colocó a su lado con la espalda apoyada en el escritorio. Con cuidado, el mortífago levantó a Bellatrix de su regazo y la colocó en el de la castaña, como quien traslada a un cachorro que acaba de dormirse. La bruja apenas se movió. Se acomodó sobre su novia y apoyó la cabeza en su hombro.
Rodolphus se sentó en el sofá entre su hermano y su amante y debatieron entre susurros qué iban a hacer. Todos dirigían miradas de reojo al cadáver de Voldemort que seguía en el suelo. Parecía mucho más pequeño, débil y ridículo; en absoluto recordaba al hombre que había tiranizado a la Comunidad Mágica. Nellie estaba entretenida acariciando la mejilla de la slytherin cuando la bruja murmuró: "Cántame".
-¿Cómo? -preguntó Nellie.
-Que me cantes para que me duerma.
A la castaña le resultó extraño lo de dormirse sentada en el suelo con un cadáver a tres metros y tres hombres mirando. Y también le daba cierto pudor... Pero si eso la iba a hacer sentirse mejor, no tenía ningún problema. Así que en voz baja empezó a entonar las canciones que le cantaba por las noches cuando tenía pesadillas. Pronto sintió que la bruja, extenuada por el llanto y la angustia, se quedaba dormida. Levantó la vista y observó que no era la única. Rabastan y Dolohov habían decidido echar una cabezada en ambos hombros de Rodolphus. El mago le guiñó un ojo a Nellie y ella sonrió. Dejó de cantar y Bellatrix gruñó enfadada sin abrir los ojos. En cuanto volvió a hacerlo, la morena se tranquilizó y retomó su sueño.
Una hora después, la mortífaga despertó. No recordaba bien qué había sucedido, igual había sido una pesadilla. Se giró y vio el cadáver. Pues no, era real. Observó a su novia que seguía acariciándole el pelo y la miraba con timidez.
-Lo siento, Nell -susurró avergonzada-. No quería que me vieras así.
-No es culpa tuya, cielo -sonrió la castaña.
La morena decidió posponer la disculpa hasta que estuvieran solas. Miró a su marido y le preguntó qué había pasado, cómo había capturado Voldemort a Nellie. Su conversación despertó a los otros dos magos que se frotaron los ojos sin tener tampoco clara la situación.
-Estábamos los cuatro en casa tomando el té cuando apareció furibundo. Intentamos impedir que se acercara a Eleanor, pero como nos pilló desprevenidos, logró inmovilizarnos. Dijo que más tarde se ocuparía de nosotros y se la llevó. En cuanto Kreacher y Ruffy han logrado liberarnos, hemos venido corriendo. Como la puerta del despacho estaba bloqueada, la he volado.
La bruja asintió procesando la información. Antes de que le diera tiempo a preguntar de nuevo, Rabastan murmuró:
-Dices que se ha defendido... ¿Cómo es posible que lo hayas matado? Ni siquiera Potter pudo...
-Potter no pudo porque la varita de sauco no le obedecía a él. Creyó que sí porque Draco desarmó a Dumbledore y él desarmó a Draco meses después cuando nos los trajeron a la Mansión Malfoy. Pero... -murmuró la bruja a la que le costaba centrarse.
-¿Pero qué? -inquirió Dolohov apremiante.
-Yo desarmé a mi sobrino entrenando a la mañana siguiente de la muerte del viejo.
-¿Quieres decir que...? -empezó Rabastan.
"Tú eres la verdadera dueña de la varita de sauco" murmuró su marido. Bellatrix asintió lentamente. El resto la miraron sorprendidos durante unos segundos asimilando la noticia. Su novia, que no lo entendía bien pero sospechaba que era algo bueno, le preguntó si lo había hecho con esa idea. La bruja volvió a asentir.
-Imaginé que sería importante controlar la varita de forma legítima, así que me aseguré de ello. Mi idea no era quedármela, sino cerciorarme de que nadie podía derrotar a mi Señor...
-Nadie salvo tú -apuntó Rodolphus.
La bruja evitó su mirada.
-¿Ves como en el fondo sabías que tenía que ser así, que debías ser tú quien ocuparas el trono no como reina consorte sino como emperatriz absoluta? -sonrió su marido.
La bruja decidió obviar la pregunta y contraatacó con otra: "¿Cómo sabía que Nellie estaba viva?". Los tres magos se miraron nerviosos entre sí. La castaña también desvió la vista. Ninguno quería ser quien le diera la noticia. La morena repitió la pregunta con más firmeza y un tono ligeramente amenazador. Fue Dolohov quien respondió:
-Por Narcissa. Cuando los desterró, intentando obtener su favor por última vez, te delató. Obviamente nos vio planear el rescate de Nellie el mes que la perdimos, no pusimos empeño en ocultarlo porque no creímos que ella fuese una amenaza. Le confesó que tenéis algún tipo de relación extraña y creyó que así los exoneraría a ellos. Evidentemente los desterró igual, pero juzgó que debía comprobar si era cierto. Nos lo contó cuando nos paralizó para saber si era verdad y lo confirmó entrando en nuestras mentes. Lo siento, Bella... Pero ahora ese maldito cobarde está muerto y los Malfoy sin magia ni dinero en un lugar donde nadie puede encontrarlos, así que...
-Te juro por Salazar que yo los encontraré -siseó la bruja con voz gélida.
Todos sintieron un escalofrío, nadie quiso estar en el pellejo del matrimonio rubio. Para rebajar la tensión, Rodolphus se levantó, se acercó al cadáver de Voldemort que aún tenía su arma firmemente sujeta. Se la quitó de su huesuda mano y se la tendió a Bellatrix. "Es tuya", murmuró con una sonrisa, "No la necesitas, pero ahora sí que nadie podrá derrotarte". Su mujer la aceptó con cierta duda. Era evidente que su sangre aún bullía por la traición de su hermana. Nellie intentó animarla:
-¿No estás contenta? ¡Tienes un nuevo palo mágico!
Bellatrix sonrió por fin y la besó. Después, con manos temblorosas, se subió la manga del vestido. Ya no había marca tenebrosa. Cerró los ojos y respiró hondo para evitar volver a llorar. Se dieron cuenta de que debían actuar deprisa: al resto de mortífagos también les habría desaparecido el tatuaje. No podían permitirse que surgiera el caos. Rabastan preguntó si a todos los traidores y condenados que Voldemort había marcado también les habrían desaparecido los tatuajes. La bruja negó con la cabeza. El proceso era diferente: no era un premio a su fidelidad como la marca tenebrosa sino un castigo para marcarlos, así que no estaban ligados al núcleo mágico de Voldemort sino a diversas maldiciones. Aceptado eso, Rodolphus se hizo cargo de la situación:
-Belle, es importante que al mundo le quede claro que no ha cambiado nada, no hay vacío de poder: tú eres la líder y no se tolerarán desobediencias. Vamos a reunir a los trabajadores en el patio central, les das la noticia de que has matado a Voldemort por desavenencias (así aún te temerán más) y que extiendan la palabra. Seguramente sacarán una edición especial del Profeta. Mañana en la fiesta se lo comunicas al resto de líderes mundiales y familias importantes. Y el lunes reúnes a los jefes de cada departamento y decides cómo quieres continuar a partir de ahora.
La bruja se demacró al recordar la fiesta que se celebraba al día siguiente en la que por fin Voldemort iba a dar la cara. Ya no sucedería. Mientras se recomponía, Rabastan llamó a los elfos del Ministerio y les ordenó que reunieran a todo el mundo en el hall. Bellatrix seguía sintiéndose incapaz, le temblaban las piernas, no parecía ella. Nellie la apartó a un rincón del despacho y la miró a los ojos. Con voz firme, le recordó:
-Eres Bellatrix Black, no necesitas a ningún hombre para tiranizar al universo. Puedes hacerlo tú sola, te bastas y te sobras. Has sobrevivido a cosas más duras y eres mucho más inteligente porque jamás te obsesionarías con un crío. Vas a ser la mejor líder de la historia.
La slytherin la contempló y sonrió de nuevo. "Gracias, Nell, creo que podré hacerlo si estás a mi lado" susurró. "Siempre" respondió la castaña. Mientras, el pequeño de los Lestrange les indicó con discreción a sus compañeros que había que deshacerse del cadáver de Voldemort para evitar crearle más traumas a su asesina. Al poco reapareció uno de los elfos para comunicarles que ya estaba todo el mundo reunido. Bellatrix besó a Nellie y le pidió a Dolohov que la llevase a casa a salvo. Después miró a su marido aún con cierto temor y murmuró:
-¿Vienes conmigo, Rod?
-Claro que sí, preciosa -sonrió él cogiéndola de la mano.
-Os esperamos en casa -comentó Rabastan- y cuando vengáis podemos ir a cenar fuera para celebrarlo.
-No, Nellie no puede salir porque si la descubren... -empezó la bruja.
-¿Quién la va a descubrir? -inquirió Dolohov- El único que tenía interés en deshacerse de nuestra muggle favorita ya está muerto. Ahora si alguien le dirige la más mínima mirada, lo asesinamos y ya está. ¿Ves cómo ser la jefa tiene sus ventajas?
La morena tuvo que concederle la razón en ese aspecto. Así que aceptó. Reunió valor y salió al pasillo con su marido para dar la cara ante el mundo mágico. Mientras, Rabastan y Dolohov repararon la puerta del despacho presidencial y el resto de desperfectos que la bombarda de apertura había provocado. Seguidamente, observaron el cadáver de quien fue su maestro.
-¿Qué hacemos con él? -preguntó el sueco resumiendo el dilema general.
-Yo tengo una idea... -murmuró Nellie con timidez- Ya que mañana hay una fiesta y que habrá que servir canapés y cosas así... Creo que sería bonito que por una vez fuera él quien os sirviera a vosotros y además así estaría con nosotros... al menos hasta que hagamos la digestión.
Al rubio le costó más entenderlo, pero Rabastan lo captó al instante. Le había fascinado la historia de cómo la muggle convertía cadáveres en empanadas y además se había vuelto muy aficionado a la cocina. Así que secundó la idea con notable emoción y le suplicó a la pastelera que le enseñara a hacerlo. Dolohov reprimió una arcada pero aceptó también. Aunque macabro, le parecía un final merecido para Voldemort: acabar masticado en la boca de los seguidores a los que desquició. Entonces surgió el problema de cómo sacarlo de ahí. No podían aparecerse dentro del Ministerio ni levitar su cadáver hasta la salida y que lo viera todo el mundo...
-¿Pero no podría un elfo? -preguntó Nellie- A mí Kreacher me aparicionó de Grimal Place...
-Eleanor -respondió el rubio cogiéndole la mano-, si no te casas con Bella, tendrás que casarte con... bueno, con Rod, es cierto que te lo pidió antes. Pero si no, insisto en ser la tercera opción. No serás bruja, pero eres más inteligente que todos nosotros.
La muggle sonrió encantada y aceptó la proposición de Dolohov. Después llamaron a Kreacher. El elfo soltó un grito de sorpresa al ver el cuerpo, pero enseguida se recuperó: por fin su amo Regulus había sido vengado. No sin cierto asco, Rabastan cogió el cadáver de Voldemort y le dio una mano al elfo. Los apareció a ambos en la mansión Lestrange y volvió a por los dos restantes. Una vez en su hogar, hasta el sueco dejó de lado sus reparos y acudió a la cocina. Cuando una hora después volvió el matrimonio, el cadáver ya no estaba. De haber comprobado la nevera, hubiesen visto unas mini hamburguesas de una carne picada un tanto descolorida. Pero no lo hicieron y nadie comentó nada de las "voldyburguesas" delante de la aún conmocionada Bellatrix.
Rodolphus les contó que el anuncio del cambio de líder había ido bien. El shock inicial había sido fuerte, pero luego mucha gente pareció aliviada de librarse de Voldemort. Al menos la mortífaga tenía forma humana... Bellatrix informó también que habría cambios en los departamentos, en el funcionamiento del Ministerio y probablemente en varios aspectos más. Unos pocos insensatos preguntaron quién la había puesto al cargo. A los cinco segundos la bruja los había liquidado. Resultó ejemplarizante: nadie más rechistó y todos parecieron asumir el cambio de directiva. Así que en cuanto terminó su discurso, los que siempre fueron partidarios de la slytherin, se arrancaron con un aplauso. Todo el mundo lo secundo, bien por temor, bien por confusión. Así que el matrimonio Lestrange quedó satisfecho.
Los cinco se citaron en el recibidor en media hora para salir a cenar. Nellie cogió de la mano a Bellatrix. Aunque se había mantenido fría e impertérrita ante sus seguidores, la slytherin volvía a perder el aplomo. Subieron a sus habitaciones para ducharse y arreglarse tras el accidentado día. Cuando se quedaron solos, Rodolphus contempló a su hermano y a su amante y preguntó con el ceño fruncido:
-¿Quiero saber qué habéis hecho con el cuerpo?
-No -respondió Dolohov al instante-, te aseguro que no quieres.
El hermano pequeño asintió y no hizo más preguntas. Una hora después estaban brindando con champán en uno de los restaurantes más caros del centro de Londres. Las dos mujeres se sentían inmensamente felices de que Nellie pudiese estar en un restaurante mágico a la vista de todos sin correr peligro. El Profeta ya había publicado una edición de última hora y el temor y el respeto hacia la lugarteniente que había vencido a su Maestro aun eran mayores. No pudieron ni pagar la cena porque el maître insistió en que sería un sacrilegio. En cuanto terminaron y se aparecieron en la mansión, como aún era pronto, Bellatrix le preguntó a Nellie qué le apetecía hacer:
-Ahora puedo enseñarte el mundo mágico sin ningún miedo. Podemos ir al Bosque Prohibido, o a volar, o si quieres conocer Hogwarts... Podemos hacer lo que quieras.
"Esto es lo que quiero" murmuró Nellie rodeando su cintura y besándole el cuello. La bruja profirió suaves gemidos de placer y se dejó hacer. Un par de minutos después, cuando la mano de la muggle se había abierto camino bajo su falda y trepaba por el muslo, murmuró:
-Ya sabes que este es mi plan favorito siempre, pero lo hacemos todas las noches y casi todas las mañanas... a veces incluso cuando una de las dos aún duerme... ¿Seguro que no quieres hacer otra cosa?
-No, ahora es distinto. Antes follaba con mi novia y ahora lo hago con la bruja oscura dueña y señora del mundo mágico, eso aún me pone más.
Bellatrix sacudió la cabeza y le siguió el juego mientras entraban en la mansión.
-¿Y por qué una bruja tan poderosa iba a tener interés en una muggle molesta?
"No lo sé..." murmuró Nellie con expresión inocente mientras cruzaba los brazos tras la espalda haciendo que su escote resultara aún más pronunciado, "Tienes razón... Igual debería irme, seguro que encuentras a cualquier otra con...". No pudo terminar la frase porque la mortífaga la agarró con fuerza y la besó. Llegaron a su habitación sin separarse y al alcanzar la cama ya estaban completamente desnudas. Un cierre a la altura de un día que cambió sus vidas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top