Thumbs
La morena se encontraba recostada en su cama aspirando el delicioso aroma que el cuello de su novia desprendía, mora azul y roble, algo fuerte y dulzón, perfecto para esa personalidad tan linda que tenía.
La pelinegra se removió en su lugar despertando a la morena.
—Tienes que ir a estudiar. —la voz ronca y extrañamente sensual la despertó de su sueño.
La morena suspiró levantándose de su cama y quitándose su antifaz para dormir, caminó hasta el baño escuchando como su alfa se levantaba para hacer su desayuno.
Se dejó caer en la tina de agua caliente mientras ésta se llenaba, roció sales de baño, aceites y su jabón de burbujas en la bañera para relajarse antes de iniciar su día.
No era muy de su agrado tener que ir a estudiar a la universidad, pero su horario de hoy estaba lleno y no podía darse el gusto de faltar.
Se vistió con una falda rosa, una camisa blanca con las siglas de Chanel, una chaqueta rosa y unos hermosos pero agobiantes tacones de plataforma color rosa.
—Su desayuno, su majestad. —la alfa bromeó dejando su desayuno en el mesón de la cocina. Ojuelas de avena con frutos rojos y yogurt griego, algo simple pero que Jennie comía todos los días para mantenerse sana o bueno, delgada.
—Gracias subdita, puedes descansar. —le devolvió la broma sentándose en su silla frente a Jisoo que la miraba embobada.
—¿No tienes se clases hoy? —preguntó la morena mirándola levantarse, la alfa se recuesta en la encimera tras ella y se rasca el estómago por debajo de la camisa levantándola un poco.
Aunque se veía recién levantada, con esas ojeras oscuras bajo sus ojos, el cabello enmarañado, la camisa de Tokio ghoul que había comprado cuando tenía trece y le quedaba apretada, junto con el pantalón de pijama azul y sus pantuflas de Gojo, a Jennie le pareció la vista más sexi que pudiera haber visto.
Aunque era irónico, viendo que su celo había sido hace dos semanas y el de Jisoo hace dos meses, aún faltaba mucho para su celo, algo debía estar mal con ella.
—Nah, tengo clase de artes plásticas, es de relleno y no tengo ganas de ir. —dijo caminando hacia la sala del pequeño departamento.
Un departamento un poco apartado del centro de Seúl, específicamente en el distrito de Gangseo, con vista al río Han y hermosas rosas en las ventanas, algo escogido y decorado por la propia Jennie, claro que con el aporte de Jisoo, la sala y la habitación junto a la alacena eran suyas, el resto de la casa era de Jennie, la sala estaba algo desordenada y con paquetes de papas fritas por toda la alfombra, la habitación junto a la alacena era su set up gamer de última generación y en la habitación donde dormían ambas había un set up improvisado para cuando se le daba por jugar después del sexo y Jennie necesitaba tenerla cerca.
Jennie terminó de comer y tras lavar su plato se acercó a su novia para despedirse.
Jisoo estaba jugando en su xbox totalmente concentrada en Gears of war, usando sus audífonos insonorizados, con esos palitos para comer papitas sin ensuciarse los dedos y la cuchara de su cereal de frootloops el la boca.
—Me queda media hora, si tomo un taxi llego en diez minutos, puedo quedarme un rato más aquí. —dice sentándose en las piernas de su alfa y aferrándose a ella como un koala, Jisoo la abrazó como pudo mientras seguía jugando, se quedaron así un rato, Jennie inhalando el dulce aroma de su novia y Jisoo disfrutando del acercamiento.
Estaban tan metidas en su brubuja que no escucharon el insistente sonido del instrumental de suis-moi que el teléfono de Jennie tenía.
—¿Que pasa Im? —preguntó separándose de su novia para contestar la llamada de su amiga.
—Tienes menos de veinte minutos para llegar a la universidad antes de que al viejo Song se le dé por hacernos un exámen sorpresa. —le regañó por el teléfono con cierto desespero. —Y no vengas en taxi, las vías están congestionadas, pídele a tu novia que te traiga en su moto por las vías alternas. —le aconseja antes de colgar la llamada.
—Kim. —llama a su novia que contesta inmediatamente con "Jum". —Necesito que me lleves a la universidad, arreglate. —dice dándole un retoque a su labial.
—Bien, me voy a ir a bañar. —dijo levantándose de su sillón y apagando la consola.
—No, no, no, te tardas media hora bañandote y otra media jugando con tus patitos. —tomó su casco rosita de la mesa junto a la entrada.
—Entonces me voy a cambiar. —le sonrió y caminó a su habitación dispuesta a cambiarse.
Por su parte Jennie tomó las llaves de la motocicleta de Jisoo con ese llavero gracioso de Pikachu que su novia amaba, cogió su teléfono y marcó al vigilante del parqueadero del edificio para que abriera el portón y ellas solo tuvieran que salir directo a su universidad.
Jisoo salió de su habitación con unos pantalones holgados negros y una camisa negra de One piece y unas pantuflas caqui con medias, solo iría a dejar a su novia a la universidad y volvería a jugar, simple.
—¿No se te queda nada? —pregunta la alfa tomando las llaves y su casco de las manitas de su Omega.
—Nop, ya tengo todo en mi bolso. —alzó el pequeño bolso donde apenas y cabía su celular.
—¿Segura? ¿Y tu tablet? —pregunta cerrando la puerta del apartamento.
—Me compré ese absurdo teléfono que se dobla en tres partes, es pequeño y me sirve de tablet para mis apuntes y dibujos. —dice caminando frente a la alfa que la mira con total atención, algo nerviosa la alfa se acerca a su lado y con un poco de disimulo toma su mano, sabe que Jennie es muy reacia a esa clase de muestras de cariño y que detesta el contacto físico si ella no lo pedía, era como un gato muy mimado que cuando intentabas tocar te atacaba, pero cuando necesitaba amor se acercaba a ti.
—Aunque bueno, fue mi papi quién me lo compró. —dice moviendo sus manos unidas mientras caminan al ascensor.
Uno de los mayores miedos y de los más absurdos de Jisoo es no ser suficiente para Jennie, aunque viene de una familia acomodada de Busan no es nada en comparación de los padres de Jennie, la hija menor de Lee Jieun y Lee Jongsuk, los actores coreanos mejor pagados de los últimos treinta años, galardonados como los mejores actores de la década, tres veces seguidas, padres de de cuatro hijos, Lee Soojin, una bailarina que se hizo paso en Europa, Lee Jongin, otro bailarín que hizo su carrera en Estados Unidos, Lee Taehyung, un cantante de jazz que triunfa en Italia y Jennie, carente de talento musical y mala para bailar, es una brillante modista que estudia en la mejor universidad de Corea.
Y Jisoo, pues es la hija menor de dos hermanos su padre es dueño de varias propiedades de bienes raíces y su madre es agente de seguros, su hermano, Jin, era un idol bastante reconocido en Corea, lo suficiente para salir en anuncios y ella, pues... Estudia programación, ¿Lindo no?
Cuando llegaron al parqueadero el vigilante las recibió con una sonrisa y ellas avanzaron hacia la bonita Harley color negro de Jisoo, se pusieron sus cascos, y Jennie se aferró al torso de su novia mientras la moto aumentaba la velocidad.
Con las rutas alternas llegaron en menos de diez minutos a la universidad y al llegar Jisoo la ayudó a bajar de la moto como tal princesa.
—Te veo en casa. —dijo Jisoo nerviosa, sentía la mirada de muchas personas esparcidas por el campus, su casco de Pikachu era bastante notorio así que se lo quitó para darle un beso en la mejilla a Jennie e irse a su casa.
—Soo... —un puchero se formó en la boca de Jennie al no tener su beso de despedida.
Jisoo suspiró dándole un beso en los labios, un beso pequeño que hizo sonreír a Jennie, ella se fue con sus amigas y Jisoo se puso rápidamente su casco intentando no escuchar los comentarios nada silenciosos sobre ella.
—Parece que no se hubiera bañado.
—Tiene cara de que inhala algo.
—¿En serio Jennie es su novia? ¿Debe ser por una apuesta?
Jisoo siempre se caracterizó por su confianza y seguridad, pero sinceramente, escuchar esos comentarios solo alimentaba su inseguridad, así que se apresuró a salir del campus.
Pov. Jennie
Jisoo se había ido demasiado rápido, evitó mirarme y me dió ese beso forzado, lo que sea que la haya hecho reaccionar así, tendría que decírmelo en cuanto llegara a casa.
Mientras entraba a la universidad Nayeon me encontró y empezamos a caminar juntas, por el camino encontramos a Jihyo, una de nuestras mejores amigas y una beta muy querida por los alfas.
—Linda mordida. —dijo Nayeon señalando la clavícula donde una mordida recién echa se encontraba. —¿Quién te la hizo? —pregunta caminando a la par de Jihyo.
—No te incumbe mi vida sexual Nayeon, tienes suerte de que te haya contado de mi pequeño grupo de autoayuda. —comenta sin detenerse. El grupo de autoayuda de Jihyo es básicamente un grupo de alfas seleccionados por ella misma para suplir sus necesidades hormonales, básicamente es su harem.
—¡Hola Jihyo! —Jeon Somi, una alfa de primer año que es parte del equipo de taekwondo la saluda emocionada, pero Jihyo pasa de largo sin siquiera verla.
La chica se queda en su lugar y agacha la cabeza derrotada.
—Jeon Somi no fue, de eso estoy segura. —digo mientras seguimos caminando, Jihyo ríe por mi comentario.
—Claramente no fue ella, es más virgen que el aceite de oliva que utiliza Nayeon para poder comerse los fríjoles negros que hace su abuelita. —bromea acomodando su camisa para que no se vea la marca.
—No me molestes con eso otra vez, sabes que odio los frijoles negros. —se queja golpeando el hombro de Jihyo un poco fuerte. —En fin, al fin seguiste mi consejo de usar el código de vestimenta. —señaló el suéter rosa que usaba sobre su camisa blanca, algo simple pero muy Jihyo, esos pantalones bota campana no me quedarían la mitad de bien de lo que le quedan a Jihyo.
—Ajá, ¿Y Momo? —pregunta por la única alfa del grupo, Momo, que aparece por la otra entrada de la universidad con un conjunto rosa, un top color rosa, unos cargo rosa, calentadores blancos en las muñecas y unas botas color caqui, junto con sus lentes para su miopía, una alfa linda.
—Ya llegué, lamento la demora, me quedé a hablar con unas chicas en la entrada. —se disculpa dándonos un abrazo y un beso en la mejilla a cada una.
—¿Estás de coqueta Hirai? ¿Y sin mi? —Nayeon se hace la ofendida y toma a Momo del brazo, parecen una pareja real.
—See, ¿Te molesta? —bromea con ella, se separan al llegar a los casilleros y Nayeon se gira enojada.
—La imbécil de Yoo está en mi casillero. —dice cruzándose de brazos y suspirando con molestia.
Camina a pasos rápidos y encara a Yoo.
—Estás recostada en mi casillero. —le dice y la alfa pelicorta se mueve al casillero de al lado dejando a Nayeon abrir su casillero, que rentó por pereza de traer sus cosas desde casa. Por más que Nayeon casi le golpea la cara con la puerta de su casillero no se movió de allí.
Nos quedamos paradas cerca de Nayeon escuchando cada cosa, para informarnos, claro.
Nayeon cerró su casillero con fuerza y la alfa estaba a dispuesta a sacar algo tras su espalda pero Nayeon la detuvo.
—No, no voy a aceptar esa salida y menos ser tu novia, así que guarda ese ramo de flores. —dice señalandola con un dedo y la alfa suspira aburrida.
—Bien, seguiré intentándolo, como las últimas diez veces. —dijo derrotada, caminó con el ramo en sus mano y lo dejó casi que violentamente en el pecho de Tzuyu, una alfa rara, tenía el cabello en la cara, un suéter azul, pantalones holgados grises y se sospechaba que era un alfa dulce, un alfa que gusta de otros alfas.
Tzuyu miró con asco el ramo y lo tiró a la basura, en segundos Sana, una Omega muy codiciada por el campus, la tomó por el brazo y comenzó a hablar con ella como si no se tratara de una alfa.
—Tsk, ella siempre hace eso. —dijo Nayeon retomando su paso al salón de filosofía, cuando llegamos esa alfa rara a la que nadie le habla estaba sentada en el asiento de Momo haciendo quién sabe que sobre un cuaderno, Momo ni lo había notado por hablar con Mina, una beta que de vez en cuando nos hacía los trabajos de la universidad.
—¿Que se supone que haces? —dice Nayeon viendo como la chica tenía unas extrañas hojitas sobre el cuaderno.
—¿Usar los puestos de la universidad? —le responde con sarcasmo mientras mete las hojitas en un papelito.
—Me refiero a que demonios haces en nuestro lugar. —le aclara con clara molestia. La chica la mira con desdén y sigue en lo suyo.
—Le diremos a Momo, ella se sienta dónde estás tú. —amenazo cruzándome de brazos y mirándola con disgusto.
—¿Y quién es Momo? ¿Otra Omega acaso? —pregunta pasándole la lengua al borde del papel que acaba de rellenar de las hojitas.
En eso, sentimos la presencia del rico aroma a durazno y almizcle se puso detrás de nosotras y miró a la alfa repulsiva.
—¿Me acabas de decir Omega? —dijo con confusión, Momo no lo decía de mala manera pero su cara no era lo suficientemente expresiva para demostrar su confusión, así que a los ojos de la otra alfa, estaba enojada.
—M-Momo, amiga mía, ya me iba, lamento molestarte jeje. —tomó sus cosas y salió corriendo del salón, la miramos con mala cara y luego limpiamos el puesto de Momo con desinfectante.
—¿Saben que Mina se cambió de clase solo para estar con la chica que le gusta? —dijo de la nada, nos miramos entre nosotras y con sigilo nos movimos tras ella.
—Hey Mina. —saludo con una sonrisa, ella me mira incrédula y luego mira a Momo.
—No les voy a decir quién me gusta. —dice escribiendo en su cuaderno de notas.
—Por favor Mina, no tienes que decirnos quién es, solo dinos cómo se ve. —pide Momo con ojos de cachorro, chismosa.
—Bien, solo porque son ustedes, es bajita, tiene el pelo negro, ojos oscuros y es un poco rara, pero me gusta su estilo. —dice en un suspiro y nosotras sonreímos cautivados por su belleza.
No pasó mucho tiempo para que el viejo Song llegara al salón de clase a darnos uno de sus monólogos filosóficos acerca de la vida, no presté mucha atención hasta que el viejo decidió despedir la clase y al fin logramos salir de esa prisión, caminamos un rato por el campo hasta que mis lindos tacones empezaron a fastidiar.
—Momo. —la llamo y ella voltea inmediatamente.
—Sostenme antes de que de un paso en falso y dañe mi hermosa cara. —digo dramatizando mi dolor, ella asiente y me levanta como princesa.
—Te dije que esos tacones no eran para venir al campus pero no me hiciste caso. —Jihyo me regaña mientras nos dirigimos a una banca para que pueda sentarme.
—Pero son lindos. —hice un puchero y levanto el tacón que me acabo de quitar para que lo mire.
—Son lindos para una salida al centro comercial, donde no hay escaleras cada que miras un pasillo. —esta vez es Nayeon quien me regaña.
Suspiro derrotada y miro mi celular, Jisoo debe estar en casa jugando algo, no quiero molestarla.
—En mi casillero hay unas zapatillas rosas que combinarían perfecto con este outfit. —digo levantándome con ayuda de Momo.
Caminamos a mi casillero, bueno, las chicas caminaron, a mi me cargó Momo todo el trayecto. Al llegar a los casilleros Momo me bajó mientras ponía mi código.
—Lo que me faltaba. —me quejo mientras reviso de nuevo mi casillero.
—¿Que pasa? —pregunta Jihyo mirando a uno de los alfas de su grupo, Sejeong, una alfa linda que dejaba por las nubes a Jihyo de vez en cuando.
—Me llevé mis zapatillas y no las devolví al casillero. —hago un puchero y ellas me miran con preocupación.
—¿Y si llamas a Jisoo? —pregunta Momo mientras me carga de nuevo a las bancas que hay en el patio principal de la universidad.
—Debe estar jugando, no le presta atención a su teléfono mientras juega. —bufo frustrada por la situación. —Pero no es tan mala idea. —digo sacando mi celular de mi bolso de diseñador.
Pov. Narrador omnisciente
La pelinegra estaba embelesada en su juego, llevaba un buen rato jugando Sony the fighters, no sabía cómo había llegado a ese juego pero le encantaba.
Su teléfono comenzó a sonar pero no lo escuchaba bien por los audífonos, y la pantalla casi no se veía por el brillo del televisor así que no le tomó mucha importancia hasta que en su televisor apareció el nombre de Jennie que la estaba llamando por meet, pausó su juego y tomó su celular para notar cinco llamadas perdidas a su teléfono y otras diez a su kakao talk, suspiró llamando a su novia esperando el regaño que se venía.
—Al fin te dignas en contestar, llevo media hora llamándote y tú bien echadota jugando quién sabe que. —ahí estaba su Jennie, el comportamiento de la mañana había sido raro, ella nunca se dejaba dar muestras de cariño tan frecuentes y siendo sincera, a Jisoo le encantaba la agresividad de Jennie, en un principio siempre le gustó como su arrogancia la atraía más a la morena.
—Me entretuve jugando, —se excusó rápidamente mientras tomaba unos Cheetos de su tazón olvidando por completo sus palillos y maldiciendose internamente por eso. —¿Olvidaste algo? —preguntó limpiándose la mano con su camisa de Tokio ghoul.
Se echó en el sofá mientras Jennie le contaba su desgarradora historia de cómo sus tacones le mataban los pies y que sus zapatillas habían desaparecido de su casillero.
—Entonces... ¿Quieres que te lleve tus zapatillas rosas? —preguntó asimilando la situación.
—No, Kim, quiero un helado de macadamia. Obviamente quiero que me traigas mis zapatillas, —dijo un poco desquiciada por el retardo de su novia. —que sean las rosadas, que están en mi sección de zapatillas deportivas —indicó a la alfa obligándola a levantarse de su sofá, caminó hacia la habitación y al enorme armario donde su novia guardaba su ropa y ella solo un par de camisetas.
Buscó las zapatillas deportivas y se encontró con tres pares de zapatillas rosas, no entendía el porqué su novia tenía esa fascinación por comprar cosas y nunca usarlas.
—Hay tres pares de zapatillas rosas, ¿Cual quieres que te lleve? —preguntó mareada de ver tantos zapatos.
—Las converse, las que rayaste el año pasado con marcador, tienen dos J en la suela. —dice a través del teléfono y la alfa toma las zapatillas y las pone en una de esas bolsas para que no se ensucien, sale de la habitación y suspira.
—¿Puedes esperar mientras me baño? Estoy llena de Cheetos y huelo a las patas de Kuma. —Kuma es el Pomeranian de Jennie, en una bola de pelos café que vive con sus padres mientras sacaban su permiso de residencia en el edificio.
—Claro, pero no tardes mucho... Te quiero. —Jisoo quedó atónita, Jennie nunca le decía te quiero, de las dos ella era la más melosa, la que siempre le recordaba cuanto la amaba y la que más se preocupaba, escuchar a Jennie decir eso siempre le iba a causar mariposas en el estómago, las veces que le había dicho te quiero en cinco años de relación eran contadas, así que a Jisoo le encantaba que se lo dijera.
Se bañó cantando single ladys de Beyoncé y se puso una camisa blanca con un estampado de Geto, sobre eso se puso un chaleco sin mangas negro y el mismo pantalón de esta mañana, estaba limpio, solo lo usó unos minutos, se puso sus confiables Adidas y tomó su casco de Pikachu y llaves.
Salió de su apartamento tarareando Mr. Loverman, cuando salió en su motocicleta pensó en tal vez darle un beso a Jennie, un beso real, no forzado, algo real.
No tardó mucho antes de llegar a la universidad y encontrarse con Momo cargando a su novia como princesa mientras la esperaban.
—Llegué, no encontré tus zapatillas, pero te traje esos zapatos naranjas que pareces calabazas, son cómodos. —bromeó con una sonrisa disimulada pero la cara de su novia le hizo saber que fue una mala broma. —Es mentira mi amor, aquí están tus converse rosadas con nuestras iniciales grabadas en la suela. —sacó el par de la bolsa protectora y se lo mostró.
Jennie giró los ojos y le pidió a Momo que la bajase para poder ponerse sus converse.
—Van a pensar que soy una dominada. —dice Jisoo con una risita mientras Jennie pone uno de sus pies en su rodilla para que le ponga su zapato.
La posición era bastante humillante, bueno, para un alfa que crea que los omegas son menos, Jisoo arrodillada en el piso con una rodilla levantada quitando los tacones de Jennie, mientras Jennie está sentada en su moto con sus plataformas de cinco centímetros sobre la rodilla de su novia.
—¿Que acaso no lo eres? —la omega de ríe un poco en la cara de su novia, a Jisoo le encantó, probablemente era una masoquista por amar que Jennie fuera distante y grosera, pero detrás de toda esa capa dura estaba la Jennie que la terminó de enamorar.
—Ya lo creo. —respondió ocultando una sonrisa.
Tras terminar de amarrar los zapatos, ayudó a Jennie a bajarse de su moto y arregló la falda de esta.
—Te amo. —susurró la alfa mientras acomodaba el sueter de su novia y peinaba un mechón de cabello rebelde tras la oreja de la morena.
—Eres muy empalagosa. —Respondió Jennie en el mismo tono, dando palmaditas en la mejilla derecha de la alfa a modo de cariño.
—Hey, par de tortillitas, les recuerdo que Jennie tiene clases en un rato. —Momo las interrumpió, estaba recostada sobre Jihyo, una escena graciosa de no ser por Somi, que casi tacleó a la alfa pelinegra cuando pasó detrás de ella.
Jisoo estalló en carcajadas al ver a la otra alfa balancearse sobre sus pies evitando caer de lleno al piso.
—Jeon tiene un gusto con taclear a Momo cada que la ve distraída. —explica Jihyo deteniendo a Momo por los hombros para estabilizarla.
—Cada que se la encuentra en los pasillos pa taclea o le da una patada en las rodillas para que caiga de lleno al piso. —agrega Nayeon acurrucando a la alfa contra ella, una alfa mucho más fuerte y capaz de enfrentarse a puños contra la otra alfa por mero instinto, pero para Nayeon la japonesa era con un cachorrito indefenso que no se podía defender del cruel mundo.
—Algo le tuviste que hacer a la idiota para que te haga eso. —dice Jihyo acercandose a la pareja y tomando a su amiga de la mano para arrastrarla a una de las mesas del campus y poder hablar un rato.
—Adiós Jisoo. —dijeron al mismo tiempo la beta, omega y alfa, Jennie por su parte se acercó de nuevo a su novia y dejó un besito en la comisura del labio de Jisoo.
—Te veo en casa. —dice la omega separándose de su alfa.
—¿Pastas a la carbonara? —una pregunta sencilla pero que hizo a Jennie sonreír con cariño.
—Casa de mis padres cariño, hoy es jueves. —le respondió con una risita, la alfa quedó en blanco, ir a visitar a los padres de Jennie es básicamente ir a la boca del lobo un jueves por la noche.
La Omega se alejó de su novia moviendo las caderas y caminando con sus amigas hacia su próxima clase, bueno, a la banca donde esperarían a que dieran las diez y luego irían a su clase.
A diferencia de los comentarios de esta mañana, Jisoo recibió ¿Halagos?
—¿Es la novia de Jennie? Parece modelo.
—Jennie tiene suerte, escuché que es parte del club de baloncesto.
—La novia de Jennie es linda.
Pero claro, a Jisoo no la conocen muy bien, solo conocen a la invisible novia de Jennie que nunca se le acerca en el campus a menos que sea algo urgente como estarse desangrando o tener una úlcera gástrica, cosas así, realmente nunca se les ve juntas en el campus, pero fuera de él, viven en su propia burbuja.
—¿Jisoo? —una voz bajita hizo a la alfa girarse en la dirección contraria en donde se encontraba su novia.
—¡Mina! —respondió la alfa con emoción al ver a la beta. La beta era su compañera de juegos y con quién se trasnochaba la mayoría del tiempo jugando videojuegos en su sala.
—No sabía que estudiabas aquí. —al sonrisa de goma que la beta le dio le pareció de lo más lindo a la alfa.
Por otro lado, Jennie miraba la interacción con algo de recelo, SU alfa, estaba hablando con esa beta como si la conociera de toda la vida, le sonreía y hasta golpeaba su brazo cuando reían, estaba un poco celosa de que alguien más tuviera la atención completa de su alfa.
—¿Enserio terminaron así? No puedo creerlo. —la alfa soltó una carcajada, de la risa sus ojos empezaron a lagrimear y a ambas les dió más risa.
—¡Si! Y el muy idiota seguía pidiendo otra oportunidad después de eso. —se carcajeó la beta secando sus lágrimas también.
—Recordé lo que dijo mina. —Momo habló de repente haciendo que Jennie quitara la mirada de aquel par.
—¿De la persona que le gustaba? —pregunta Nayeon levantándose de su mini siesta que estaba teniendo sobre la mesa.
—Sip, se me hace muy parecida a Jisoo. —aunque fue un comentario sin nada de malicia, a Jennie le logró prender la mecha de los celos y miró a las chicas.
—Bajita, pelo escuro, ojos oscuros, rara. —dijo Jennie bajito. —Es la descripción de mi bebé. —frunció su ceño claramente celosa.
—Escuché que es roomie de Daniel. —dijo Nayeon y todas voltearon a verla rápidamente. —¿Qué? Me informo bien. —rodó los ojos y miró a Jihyo con una sonrisa.
—Oh no, no voy a ir a la casa de Daniel solo a investigar a Mina. —se negó levantándose de la mesa. Le fastidiaba que fueran tan chismosas.
—Vamos Hyo, Momo te va a acompañar, tu solo debes preguntar lo más que puedas por ella, tienes a Daniel comiendo de tu mano. —Nayeon la toma de las manos y mueve sus pestañas rápidamente tratando de convencerla.
Jihyo no se pudo resistir al ver la carita de Jennie pidiendo a gritos silenciosos que le ayudara.
—Bien, pero solo por esta vez. —respondió hastiada y miró a Jisoo tomar su casco de vuelta de la moto, encender el motor y despedirse de Mina antes de salir del campus.
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