II
STEVE ROGERS AUN RECORDABA EL DÍA EN QUE SU VIDA CAMBIÓ, para bien o para mal, él era la viva representación de que la inteligencia de un hombre y la disposición de otro podían hacer grandes cosas que antes podrían haber pasado como simples sueños pasajeros de un loco futurista.
Jamás podría arrepentirse de todos sus intentos para entrar al ejército, porque de alguna u otra forma ese había sido el factor para que el doctor Abraham Erskine se fijara en él con la intención de crear al primer soldado mejorado que ayudaría a ganar la guerra. Antes de eso, Steve habría creído que una idea tan remota como la invención de un suero capaz de convertirlo en un hombre diferente. -sin ninguna enfermedad y con un cuerpo que ni en sus más remotos sueños podría haber alcanzado-, no era más que la esperanza de un científico para crear una nueva raza militar capaz de detener una guerra incluso antes de que comenzara.
En ese momento, mientras miraba a la joven del otro lado del laboratorio de Anthony Stark, Steve logró ver un fragmento de él en la chica que estaba siendo monitoreada por el hijo de Howard. Bruce Banner parecía estar perdido, escribiendo las lecturas del monitor holter en un expediente que habían creado especialmente para ella. Bruce les envió una ligera mirada a través del cristal, enfocándose especialmente en Natasha Romanoff, parada del otro lado del capitán.
Ambos contemplaron el panorama aun sin tener la certeza de si las palabras que Tony les había dado horas antes gozaban de algún sentido. Quizá no era más que otra de las imprudentes creaciones de Stark, de esas que le sacaban tantas canas verdes y les arrastraba a todos los demás vengadores a pagar las consecuencias por su irresponsabilidad. Ninguno sabía exactamente de lo que se trataba, no obstante, eso no quería decir que no podían descubrirlo.
—¿Crees que sea verdad lo que dijo sobre Fury? —preguntó Natasha sin despegar la vista de la desconocida. Steve la miró sobre su hombro, girando su cuerpo para lograr ver con más claridad como Jarvis parecía esterilizar de nuevo la mesa donde permanecía acostada—El que le esté haciendo un favor, quiero decir
—No lo sé. Tony no es muy abierto con nosotros, podría estar diciéndonos la verdad como también podría estar mintiéndonos
—Nick no me mencionó algo parecido—añadió Natasha. Steve la contempló por un momento, extrañado por la nostalgia con la que había hablado—Normalmente él confía en mí para este tipo de cosas
—Tal vez debe estar confiando más en nosotros como equipo
—Lo dudo—Añadió, examinando cada uno de los movimientos de los hombres del otro lado del cristal—¿Por qué llamaría a Stark con intenciones de pedirle cualquier cosa cuando tiene cientos de agentes a su disposición? ¿Para qué, precisamente?
Steve encogió los hombros ante sus cuestionamientos. Él en verdad no sabía que era lo que Natasha esperaba escuchar de él. La espía rodó los ojos.
—No importa. Voy a descubrir de qué se trata
—¿Aun si Fury se niega a decírtelo?
—Debe de haber una buena razón por la que se ha jugado el pellejo al traer a un miembro del Schützstaffel a la torre
La espalda del capitán se tensó bajo la penetrante mirada de Natasha, quien, con una sonrisita en los labios pegó sus manos al cristal del laboratorio.
—¿Lo reconociste?
—Por supuesto, ¿Qué clase de espía sería si no? Además, la esvástica en su brazo junto con las runas armanen no son lo que se dicen muy discretas—Steve suspiró—También las viste, ¿verdad? ¿Te trajeron malos recuerdos?
—Los suficientes para creer que sea lo que sea, Stark se está metiendo en territorio peligroso. Al igual que Fury
—Ciertamente. No sé en qué demonios está pensando
—Eh, disculpen—Habló Tony desde su mesa de trabajo, llamándoles la atención. Steve frunció el ceño—No sé si sepan, pero los cristales no son a prueba de sonido y hemos estado escuchando todo lo que cuchichean
—¿Terminaron ahí? —preguntó Natasha, levantándose en puntillas intentando alcanzar a ver lo que Bruce hacía en la chica. Tony chasqueó la lengua
—Eso creo. La interfaz que le instalé a Jarvis ha arrojado resultados, así que si mueven sus traseros hacia acá podré explicarles lo que pasa
Steve exhaló pesadamente por milésima vez en lo que iba del día, inseguro de seguir los pasos de Natasha hacia el laboratorio pero haciéndolo de todos modos. Tony les recibió con las manos alzadas, como si estuviese esperando una reverencia que jamás llegó. Bruce les hizo una seña para que se sentaran junto la chica mientras ellos trataban de aclarar el embrollo en el que se habían metido.
—¿Dónde está Clint? —preguntó Bruce. Natasha cruzó los brazos sobre su pecho, intimidándolos a los tres
—Durmiendo. Ahora hablen
—Bien, no es un secreto para ninguno que Fury no está completamente dentro de sus cabales, bueno, pues eso me ha llevado a aceptar un plan que, esta vez, no fue idea mía
—¿A qué te refieres?
—Ustedes siempre dicen que debo practicar mi humildad y eso es precisamente lo que estoy haciendo. Darle una mano amiga al necesitado, ya saben, cosas como esas
—Seguimos sin entender
—Lo que Tony quiere decir es que Fury cree que algo malo pasa con ella—mencionó Banner apuntando a la chica sobre la mesa. Natasha la observó
—¿Algo como qué?
—El tuerto mencionó que comenzaba a sospechar de varios agentes dentro de Shield, por lo qué, el que el equipo Strike hubiese llegado con una chica medio moribunda a la base sólo alimentó más su locura
—¿El equipo Strike, dices? —preguntó el capitán, cogiendo el archivo que descansaba a su lado. Tony asintió
—Sip. O al menos eso es lo que Fury indicó
—Rumlow no me mencionó nada al respecto. No hubo agenda de misión esta semana
—Supongo que esa es una de las razones por las que Nick ha decidido desconfiar—Bruce alzó sus gafas, deslizándolas con delicadeza sobre su nariz—Díganme que esto no les parece extraño
—Extraño o no, Alexander Pierce está metido en esto hasta los codos—dijo Tony, paseándose por la habitación, pensando—Claro, no estamos seguros de lo que es, pero si el equipo Strike fue capaz de encontrar a esta chica en una base de Hydra con éxito y sin haber solicitado ayuda de su capitán... bueno, si que el asunto está jodido, ¿no creen? Fury puede tener un único ojo, pero es más perceptivo que cualquiera de nosotros e insisto en que en este preciso momento puede estar vigilando nuestros movimientos. Es... maravilloso lo que un nivel alto de escepticismo puede llegar a hacer
Steve podía no estar siempre de acuerdo con lo que Tony hacía o decía, sin embargo estaba casi cien por ciento seguro de que el ojo bueno de Nick Fury veía hacia todas direcciones, vigilando cautelosamente cada una de sus palabras. Él estaba harto de que sus aparentes compañeros de equipo le escondieran cosas tan importantes como el descubrimiento de la base de Hydra y el supuesto rescate de la mujer sobre la mesa.
Tony llevó ambas manos a sus caderas, estirando su cuerpo en un gesto cansado.
—Entonces, aclarado ese punto, ahora debo decirles que a raíz de la mente perturbada de nuestro queridísimo Nick Fury, me ha pedido, corrijo, me ha suplicado que le ayude a mantener a Breë en el anonimato. Para todo Shield ella ya no existe y le hemos sacado con los pies por delante
—Oh por dios, Stark
—¿Qué? —se quejó él—¡Hago lo que puedo! Además, la idea de matarla no fue mía, lo juro. Sus signos vitales eran dudosos y fueron estables hasta que la traje aquí.
—Con esto estamos quebrantando tantas leyes...
—¿Más de las que hemos roto alguna vez? no creo—continuó Tony, sonriendo—El caso es, según los informes de Strike, Breë contaba con una infección sanguínea nivel tres, positivo para septicemia, una infección de tipo mortal—El genio los miró, expectante— ¿Hola? ¿Escucharon lo que dije? ¡Una enfermedad mortal! ¿Ustedes ven que haya estirado la pata?
—Uh, ¿no?
—¡No! Lo cual es bastante inusual. Bruce y yo estuvimos discutiéndolo junto con Jarvis, puesto que la interfaz mencionó que la fuente de origen de la enfermedad era una infección generalizada en el interior del organismo la cual pasa agentes patógenos a la sangre. Entonces, partiendo de ese punto, suponemos que la infección ha tocado en algún momento al corazón, ¿cierto? Siendo que es el principal órgano bombeante de sangre, lo que nos lleva al punto medio del diagnóstico, donde, creo yo, está el meollo del asunto—hizo una pausa para jalar aire, luego continuó—Si la sangre infectada ya recorrió el corazón y esta a su vez a todos los demás órganos, ¿alguno de ustedes podría explicarme porque esta señorita continúa respirando?
Natasha y Steve se miraron, ambos encogiendo los hombros. Fue la espía quien se animó a responder
—Tal vez... ¿Por qué hay un agente entrometiéndose?
—¡Exacto! —contestó Bruce, extrañamente emocionado por su reciente descubrimiento—¿Podemos recordar la evolución natural de la enfermedad? El periodo prepatogénico nos habla de la forma en que pudo haber contraído la infección, siendo Breë el agente y dado que adquirió al huésped patógeno en un ambiente exacto, lo único que tendríamos que hacer sería revisar el porqué al tener todas las variables la infección aún no ha atacado...
—...Si ya excedió el horizonte clínico—completó Tony. Natasha sonrió
—Vaya, gran exhibición de nerds, pero me gustaría que lo explicaran con palabras que Steve y yo podamos entender
—Es difícil de aclarar sin llegar a hacer distintas conjeturas, Nat—Bruce le sonrió, avergonzado—Pero lo que deben saber es que, por muy extremista que parezca, Tony tiene razón. Hay algo que definitivamente está impidiendo el paso de la sangre dañada a los órganos. Una especie de barrera, se podría decir
—¿Algo como una cura? —cuestionó Steve, bastante perdido entre tanta palabrería. Tony sacudió la cabeza
—No tanto como eso, pero es más sencillo mostrarlo que decirlo. Dime, Cap., ¿Reconoces esta fórmula?
Steve cogió los papeles que Tony le tendió, analizando decenas de anotaciones químicas que no entendía. Luego, sus ojos se pasearon por una imagen lo bastante familiar como para logar reconocerla a la primera. Miró a Tony, después a la foto y a Tony una vez más. Stark asintió.
—Fue cuestión de que Jarvis analizara un poco de su sangre para que arrojara las similitudes
—¿Tiene la fórmula del super soldado?
—Casi. Una fórmula mejorada. Lo suficientemente poderosa para contrarrestar lo que parece ser una muerte inminente
—No... no es posible—negó Natasha. Bruce suspiró
—Lo es. Yo pude ver algo similar al suero de Steve, ya sabes, pero necesitaba que Jarvis lo confirmara.
—¿Ahora qué? —preguntó el capitán, con gesto sombrío. Tony frunció los labios—¿Se supone que debemos esperar a que despierte para que nos explique como es que lo consiguió?
—Eso es exactamente lo que haremos—Tony palmeó su hombro con humor—Llamamos a Helen y dado a que sea lo que sea que corre por su sangre está deteniendo la infección, creo que podemos dejarla descansar
Natasha ladeó la cabeza, sin estar del todo de acuerdo con el plan.
—¿Creen que sea una buena idea que...?
Las palabras de Natasha murieron en sus labios cuando de la mesa de trabajo de Tony se alzó Breë, con los brazos estirados y los ojos abiertos de par en par. Steve se acercó como un acto reflejo, deteniéndola por la cintura luego de que ella intentara caerse debido a los espasmos de su cuerpo. Bruce se acercó, alarmado, pidiéndole a Natasha que no se acercara por seguridad e intentara llamar a Fury lo antes posible. Tony habló con Jarvis, indicándole que grabara cada palabra que Breë dijera.
—Breë—le llamó Bruce con cautela. Steve la aferró de la cintura con fuerza, impidiéndole moverse mientras Banner buscaba enfocar su mirada con una luz que llevaba en la mano—Ese es tu nombre, ¿verdad? ¿Breë?
—James—susurró en medio de un llanto que le mojó la camiseta a Steve. El capitán la contempló, ensimismado—James... ¿Dónde estás... James?
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