La familia Min

⚠️Por favor, lean muy bien cada detalle, no quiero sonar grosera con alguien. UwU disfruten del capítulo 💕

[💐]

El menor de los Min terminó de "arreglar" el patio trasero de su casa, procurando que las decoraciones y la parrilla quédase en su respectivo sitio.

Toda una maravilla.

-¡Ahg! ¡Por fiiiin libreee!..-Exclamó el lobuno, quitando los guantes de goma que cubrían sus manos.

Era un buen momento para ir a ducharse, cambiarse de ropa a una más cómoda y sofisticada, una vestimenta buena para la ocasión.

Aunque, pensándolo mejor, no sabían ni siquiera si era algo especial o no. Su papá había llegado a ellos y les había dicho que invitaran a sus amiguitos, y élse encargaría de invitar a las personas más cercanas a su entorno familiar.

Obviamente incluyendo a el novio de su padre, creo.

-Cinco chicles masticados a que Jimin hyung no viene..- dijo Jeongguk, entrando a la sala de un momento a otro.

-Jaja, quisieras. Obvio que viene, papá dijo que eran predestinados y ya con eso es suficiente..- recalcó.

Ggukie giró sus ojos en una rara mueca, buscando alguna manera de desesperar a su hermano mayor. Únicamente porque estaba aburrido de limpiar, ya saben, lo típico.

-¡No te parto la madre nomas porque no tenemos!...O Mejor dicho, no teníamos.

-¡Ay! ¡Oye, ya deja de golpearme!, porque mejor no vas y llevas el saco de papá a su cuarto.

Jungkook dejó de pellizcar y golpear los brazos de su hermano menor, volteando su rostro hasta los sofás, cayendo en cuenta que uno de los tantos sacos formales se encontraba en el sillón más grande, puesto allí como si nadie lo quisiera.

Pinche pubertad.

No tiene nada que ver aquí, pero la pubertad está sobrevalorada.

-Será mejor que lleve eso a la habitación del señor padre..- murmuró, moviéndose hasta llegar al sillón para tomar el saco rápidamente.

Siendo esto mismo un pequeño error con descubrimiento.

Digamos que una pequeña cajita de terciopelo negro cayó de ella, resbalando con gracia y elegancia sobre la superficie del sofá, abriéndose convenientemente ante los ojos de bambi de Kook.

Revelando así el mayor deseo esperando por toda latinoamérica unida.

Un brillante anillo de lo que parecía ser de plata posaba en la cajita, con un diamante grande, azul, y espléndido colocado en medio. Como debía ser.

Jungkook estaba pasmado en su lugar, tragando grueso sin saber que opción escoger.

Guardar el costoso anillo en su lugar o enpeñarlo y escapar a francia.

Realmente era difícil.

-Oye, qué tanto ha..-

Oh no.

Oh no, no, no.

NO Y ¡SIMPLEMENTE NO!

La caja de terciopelo no estaba por ningún lugar, había buscado casi toda la mañana en su estudio y en su oficina, sin encontrar nada.

Estaba exhausto, y Jimin se empezaba a preguntar el porqué de sus ansias, y negarlo sería estúpido.

No recordaba donde había dejado aquel anillo, había estado trabajando arduamente en los últimos días que había olvidado por completo en que lugar dejó la joya. Lo pequeño que recordaba era haber ido por las compras de lo básico con Jimin, buscando algunas cosas para la comida que prepararian en la parrilla del patio de atrás.

Todo iba bien hasta que revisó el lugar en donde, supuestamente, lo había guardado.

Una falla total en haber olvidado el lugar correcto.

-¡Demonios!..- gruñó sobando su rostro con sus manos, pasando a la desesperación con velocidad.

Un par de toques en la puerta lo logran distraer un poco, guiándolo hasta el aroma del omega patito, quien estaba aguardando en la puerta semi-abierta al mayor.

-Hyung ¿Ya encontró lo que buscaba?..- la melena violeta se asomó por el espacio abierto de la puerta, revelando el rostro bonito y sonrojado de su omega.

Un leve puchero adornaban los precioso labios del peli-morado, cruzando un lindo destello de esos ojos tan claros y llenos de dulzura.

¡Joder! Quería llorar, había perdido el anillo.

-Algo así, cariño. Creo que ya es algo tarde, vámonos antes de que lleguen los invitados..- Yoongi le respondió intentando sonar con suma normalidad, para que el muchacho bonito no notase su desesperación.

Era ahora o nunca.

-Claro, hyung, espero que Tae no grite en plena reunión..- bramó con total calma junto con una muy risueña mueca en el rostro.

La felicidad en sus gestos se notaba, estando convencido de que su alegría era más que de solo palabra.

Los dos adultos salieron de la oficina del dragón, dejando todo apagado y con la puerta con seguro.

Iban en total tranquilidad, o al menos eso era lo que pensaba Jimin. Ya que, por muchas razones, Yoongi se mantenía nervioso, mordiendo sus uñas mientras el omega patito iba conduciendo hasta llegar al hogar del mayor.

Jimin no sabía porque su novio seguía así de ansioso, su animal interior empezaba a reprocharle su comportamiento silencioso, quizás exigiendo que libere más de su aroma para que su alfa pudiese tranquilizarse, y eso fue lo que terminó haciendo.

Liberó su aroma tan sutil y calmante, haciendo que Yoongi se perdiera en los dulces toques de lavanda.

El alfa por un largo momento se olvidó de la joya que había perdido, queriendo cerrar sus ojos gatunos para perderse entre los aromas de ambos, juntos.

Jamás pensó que aquello se volvería tan adictivo.

-Bien, hyung. Será mejor que no se duerma porque ya hemos llegado.

La voz de Jimin fue tan cálida, que al abrir sus ojos y toparse con los de su chico, una sensación tan buena cruzó todo su ser.

Yoongi bajó del auto junto con el omega, mordiendo su delgado labios inferior cuando recordó la falta del anillo.

Volvió dentro de sí el nerviosismo, entrando a su casa a pasos algo apresurados.

Jimin observó todo curioso, sin saber como debía reaccionar, solo se mantenía con serenidad.

-¡Hola, Jimin hyung!..- Jungkook se acercó corriendo hacia él, dándole un agradable abrazo.

Como siempre sucedía desde que llegó a la casa de los Min.

-Hola, Jimin hyung..-  saludó esta vez Jeongguk, abrazandole de la misma manera.

Se sentía bien, estaba feliz por serle agradable a los hijos de su alfa, luego de mucho tiempo pudo sentirse como en un hogar. Esa clase de sentimiento que solo suele suceder con su mejor amigo, Taehyung.

Se sentía en casa, y...No quería que acabase.

-Ehh..Jimin, iré por algo arriba..- murmuró nervioso, soltando ligeras risas hasta que desapareció  de la vista de los tres, dejando a Jimin aún mas dudoso de lo que estaría pasando.

Por otro lado estaban los gemelos, tal vez igual de nerviosos por lo que su padre haría, y precisamente ahora se daban cuenta porque su papá había insistido un par de días antes de que se hiciese un arreglo especial en el patio.

Ignorando los cuatro globos blancos y el confeti estúpido de Jeongguk.

Al menos él consideraba que tenía talento para el diseño de interiores.

-¿Qué debemos hacer?..- le susurró Gguk al lobo, mirando que el patito no se diera cuenta de sus sospechas.

-No lo sé, creo que deberíamos llevar a hyung al patio, de seguro le gustarán las luces y los pétalos de rosas..- contestó.

Los muchachos asintieron, sonriendo hacia el novio de su padre, llevándolo del brazo hasta el lugar muy bien decorado, desplazando al omega que no dejaba de preguntar que rayos estaba pasando.

Jimin empezaba a tener algo de temor, y cuando llegó a las puertas del patio pudo obervar a Yoongi de reojo bajando las escaleras con el mismo apuro que tuvo en su oficina.

Algo raro estaba pasando. Sin embargo, sus ojos no dudaron en iluminarse en el instante preciso en el que admiró las luces y la hermosa variedad de flores que decoraban por todo el lugar, con ojos algo llorosos rió al ver como tiras de serpentinas se encontraban caídas dándole un aspecto horripilante a la mesa del centro.

Su corazón empezó a revolotear en su pecho, y su animal interior empezó a agitarse en completo amor.

Sentía que de un momento a otro se desmayaría, y no sabía el porqué.

Estaba anonadado, girando lentamente sobre sus talones hasta toparse atrás de el con la figura de...¿Yoongi? ¿Y los gemelos dónde están?

Miró a su alrededor con esmero, sin encontrar nada en absoluto. Fijó su vista a la de Yoongi, mirando como el mayor estaba tan agitado y con un cariño indescriptible plasmado en el verdoso de sus ojos.

Podía percibir que aquel momento era especial.

Jimin observó en silencio cada movimiento, dejando que una pequeña lágrima bajara cuando la cajita de terciopelo negro fue abierta por el mayor.

¡Bingo! El anillo había estado en uno de sus sacos.

Estaba nervioso, con su respiración errática y un tono carmesí en sus mejillas, junto con su nariz de botón.

Sí, era el momento crucial para un sincero si.

Por fin sería parte de la pequeña familia Min.










































💛💛💛

Espero que les guste, perdón si ven algún error.

¿Qué les pareció?

Los errores se corrigen después 😳👍.

Muy bien, muchas gracias por haber leído esta historia, se los agradezco de todo corazón. Literal esto duró casi toda la cuarentena, ujum, cumplí mi promesa XD.

Tienen dos opciones uwu:

Especial con hilo contando los 15 de los gemelos.

Especial contando sobre la infancia de los gemelos.

No se olvidem de comentar y de votar, el día sábado 26 o el 28 les traigo otro capítulo uwu, muchas gracias nuevamente.

Les dejo mi segunda cuenta, porque wattpad anda muy extraño FlavorPeach TuT.

Esten atentos a los avisos que les doy 👀 ¡Los amo!

Sempai❤

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