¡Dos!
Ubicación: Busan-Corea del Sur.
Jeon JungKook: Dieciséis (Edad Coreana).
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Las señoras Jung y Jeon estaban totalmente entretenidas hablando y riendo sobre sus anécdotas de cuando eran pequeñas niñas, sus esposos las miraban con una gran sonrisa para luego volver a su charla sobre política. Sus hijos hablaban animadamente entre ellos, haciendo chistes de vez en cuando sobre la altura de Jiwoo y Jungkook, el último mencionado los ignoraba o soltaba unos pequeños “¡Ya verán! Crecere y tendré tanta fuerza como para alzarlos a todos ustedes juntos”, comentarios que hacia reír a sus mayores y bufar a él.
-Bueno chicos. Quedan un par de minutos para que sea Navidad y puedan abrir sus regalos-Levantó la voz una de las madres guiñándole el ojo disimuladamente a su hija.
La hora había llegado. Brindaron felices y se abrazaron con un alegre “¡Feliz Navidad!”. Los menores corrieron hacia el árbol sin importarles sus edades o que tan tontos se veían, sus progenitores siempre insistían en concentirlos un poco en este tipo de fechas.
-Bebé, creó que ha quedado uno por allí-Hoseok asintió y rebuscó un poco hasta que lo encontró, era un pequeño sobre en el cual estaba escrito “Jung HoSeok” en cursiva.
Al abrirla y leer su contenido se quedó petrificado.
“Querido Jung HoSeok:
Estamos muy agradecidos que nos haya elegido como sus maestros para poder explayarse en este hermoso arte el cual llamamos danza.
Quedamos atónitos con su video de presentación y sus habilidades, con mucho placer le comunicó que le daremos la beca y también pagaremos los gastos del viaje.
Que tenga un hermoso día y felices fiestas.
Atte. Choi HyunJae(Director de la Academia).”
Los demás se peleaban por saber que era exactamente lo que decía la carta, hasta que el más chico se lo sacó de las manos con brusquedad y lo leyó en voz alta. El siguiente de quedarse de piedra fue él.
Definitivamente, era la peor navidad de su vida.
-Así que...-Jungkook jugaba con sus dedos nervioso mientras veía como su mayor escribía lo que necesitará llevar a su nuevo hogar, que era básicamente todo.
-Kookie ¿Qué ocurre?-Hoseok por fin había puesto su atención en él después de unos largos días soñando con los ojos abiertos.
-¿Cuándo te irás?-El tono abatido que uso su dongsaeng sí que lo hizo sentirse mal. Él tan ocupado en pensar en lo que hará una vez este allí que dejó de lado a su pequeño niño.
-Oh cariño-Lo abrazó con fuerza sorprendiendose al ser correspondido en menos de un segundo-A mediados de Enero, pero en realidad las clases empiezan a finales de febrero, Jiwoo quiere que conozca en profundidad Seúl ¿Te imaginas que me pierda en esa gran cuidad y termine en otro país por equivocación?
La respiración de Jungkook se volvió irregular y sus ojos le empezaron a picar, se escondió un poco más en el pecho de su hyung para luego romper en llanto.
-¡Kookie! ¡¿Por qué lloras niño?! Era una pequeña broma, no pasará nada de eso. Oh Dios, soy un idiota-Acarició sus cabellos afligido.
-N-No es e-eso-Hablar para el pelinegro era sumamente complicado.
Después de unos minutos en el que se mecían de un lado a otro despacio y con tranquilidad, Jungkook pudo dejar de llorar.
-No quiero que te vayas hyung-Se separó un poco del más alto mirándolo devastado-Has estado conmigo desde que tengo memoria, no quiero que te alejes de mi, no quiero que me dejes aquí-La confesión lo dejó sin habla-Mi mayor miedo es que me llegues a olvidar o a remplazar.
Mientras Jung balbuceaba incoherencias negando a todo lo que le decía el chico, Jeon aprovechó su estado para acercarse nuevamente, agarrar los cachetes de su hyung y estrellar sus labios con los de él en un beso torpe, su primer beso.
-¡¿Q-Qué?!-El azabache se separó de inmediato. Sus orejas quemaban al igual que las mejillas del “ladrón de besos”-¡Esto es ilegal!-Soltó sin pensarlo provocando las risas en el chico.
-Por favor, esperé por mí-Hizo una leve reverencia volviendo a acercarse pero esta vez dándole un beso en la mejilla con suma delicadeza.
Hoseok tenía la cabeza hecha un lío, sus emociones iban de aquí para allá.
-Sólo...es un adolescente hormonal, ya se le pasará-Se convenció a sí mismo entrando al baño para tomar una larga ducha.
-No se si sentirme bien por haber besado a mi platónico o llorar toda la noche ya que en un par de semanas se irá-Recordar lo suave que sentían los labios de su hyung en un gesto tan íntimo y únicamente de parejas lo hizo sonreír como un pequeño conejito. La imagen de su Hobi rojo cual tomate lo hizo carcajearse con aquella característica risa que reflejaba inocencia y felicidad pura.
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