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Jungkook se había percatado de algo. Su ropa, entre otras cosas del cuarto estaban desapareciendo. Empezando con las almohadas, él tenía tres y ahora solo habían dos, sin contar que el número de sus camisas se iba reduciendo. Otra cosa que había notado era el extraño comportamiento de Hoseok. Cuando Jungkook despertaba, el desayuno ya estaba listo; pero el mayor no se encontraba en la cocina, solo encerrado en el cuarto, y cuando el menor volvía de su trabajo, la cena estaba sobre la mesa; pero Hoseok seguía encerrado en su cuarto.

Una vez quiso tratar de ingresar; pero estaba bajo llave.

Jungkook se preguntaba si Hoseok salía por lo menos a comer, aunque no dudara que el mayor estaba muy bien alimentado y seguramente tenía algún que otro aperitivo escondido en ese cuarto. Pero exactamente ese sábado, algo lo hizo sacarlo de onda.

¡Una de sus colchas había desaparecido!

Y era la única colcha que ocupaba para cubrirse, ver su cama pelona, no fue agradable a su vista cuando regresó esa noche de trabajar. Tocó la puerta del cuarto de Hoseok, escuchó un leve gruñido proveniente de adentro.

—Hoseok...necesito que me ayudes en algo.

—No...estoy ocupado—se escuchó una voz suave del otro lado.

—Te compré algo de comer también ¡Son unos ricos chocolates Hershey's! es una lástima que no quieras ayudarme—mintió con descaro.

Unos pasos se fueron acercando a la puerta y luego se escuchar varias cerraduras de la puerta siendo abiertas como si de una puerta de seguridad contra robos se tratase. Jungkook frunció el ceño escuchando aquellos golpes de los metales, la puerta se abrió solo un poco, mientras unos ojitos se asomaron, estaban muy dilatados y el cuarto completamente oscuras. Hoseok sacó su manita en espera que el mayor le diera los chocolates; pero en vez de eso, solo recibió un agarre de muñeca, el menor aprovechó a entrar.

—¡No, Jungkook!—chilló Hoseok alterado cuando el menor ingresó y encendió las luces.

—Pero...¿Qué es todo esto?

Jungkook se quedó en silencio al ver un regadero de ropa sobre la cama del omega, Hoseok pegó un chillido para meterse bajo una sábana gruesa que no le pertenecía a nadie más que el joven alfa. El pelirrojo tenía aún sus pupilas dilatadas, bajó un poco lo que le cubría, notando el rostro de sorprendido que el cachorro se mantenía. Hoseok se cubrió de nuevo cuando los ojos del menor y los de él chocaron.

—¿Esto es...un nido?—preguntó sorprendido aquel alfa—creí que los omegas ya no lo hacían—comentó. Jungkook se dirigió a cerrar la puerta notando sus pantalones, calcetines, y camisas, suéteres, unos haciéndole compañía al suelo y lo demás, no tenía idea donde estaba.

—Apaga la luz Jungkook—pidió suavemente un sumiso Hoseok que no quería ver la presencia de algo que le lastimara sus ojos por el momento.

Jungkook hizo lo que aquel omega ordenó, se acercó a la cama a pasos lentos mientras trataba de analizar porque el mayor se ocultaba de él. Con mucho cuidado bajó un poco la colcha, queriendo contemplar por la poca luz que entraba aquel cuarto,.Al lograrlo, el pelirrojo le contempló fijo y ronroneó mientras se hacía un poco a la derecha para darle espacio al menor, como si le estuviese dando permiso para que se metiera junto a él a la cama. Jungkook se quedó más pensativo, realmente el comportamiento de Hoseok estaba muy diferente.

El omega dio unos suaves golpecitos en la cama, Jungkook con poca confianza empezó a ingresar.

¿Y si Hoseok lo ahorcaba? ¿Y si le daba unas patadas?

El menor no podía esperarse nada; pero ingresó dentro de la colchoneta, y al hacerlo, las manos del mayor rodearon su cintura mientras cubría su rostro en el pecho de este. Hoseok olfateó al menor, y al hacerlo, se sintió completamente tranquilo. Jungkook tragó duro, su nerviosismo no se hizo esperar, el séptimo mes parecía simplemente una etapa más tranquila, a lo que él habría imaginado.

Hoseok siguió olfateando al menor hasta llegar cerca de sus labios, una tensión se hizo presente en el menor, quien se acercó a él por igual; pero el mayor se alejó en ese momento para girarse y darle la espalda a Jungkook. El joven alfa suspiró ante aquello, no soportaba realmente los cambios drásticos del mayor.

—¿Puedo tocarte Hoseok?—preguntó el cachorro con cierto temor.

—Depende donde quieras tocar Jungkook—comentó el omega mientras abrazaba esta vez la almohada que hace unos días había ido a robar del cuarto del menor.

Jungkook bajó su mano a la cadera del menor; pero Hoseok la subió en ese instante para su cintura, el menor volvió a bajar y el omega lo volvió a subir. Jungkook entonces prefirió acercarse lo suficiente a la espalda del pelirrojo, al hacerlo, rodeó sus manos en la cintura hasta después ir acariciando el vientre abultado del embarazo de su omega. El joven alfa olfateo al mayor, para luego empezar a frotarse contra el pelirrojo. Hoseok no se quejó, no maldijo, solo cerró sus ojos, dejando que el cachorro hiciera con él lo que deseara, en esa etapa solo necesitaba sentirse protegido como un omega.

Jungkook tomó la mano del mayor, acariciando hasta que llegó a la cicatriz de esta, se quedó quieto por un momento, preguntándose si estaría bien seguir tocando aquella marca que le dejó al omega hace varios años—Lo siento...por la mordida del brazo—dijo este con leve tristeza para luego besar sobre el cuello donde ahora permanecía la segunda marca de su unión.

—Está bien, de todos modos ya pasó...yo también te dejé una marca—comentó este mientras se estremecía al sentir la húmeda lengua sobre su cuello.

<<Jungkook se encontraba jugando en el parque, se balanceaba en el columpio muy emocionado, los otros niños jugaban alrededor entre ellos. Jungkook de diez años en cambio se mecía; pero su mirada se concentraba en Hoseok, el cual conversaba con algunas madres que llevaban a sus pequeños al parque. El pelirrojo se giró para saludar a un Jeon Jungkook, quien le sonrió espléndido. El pelirrojo volvió su mirada a las madres para seguir conversando.

El pequeño Jungkook vió a un niño de su misma edad que se acercaba a Hoseok y le decía algo que el menor no logró entender; pero cuando aquel chiquitín le entregó un beso en la mejilla al pelirrojo, Jungkook gruñó molesto ante aquella acción, sin embargo, se quedó en silencio, sin pronunciar palabras o amenazar al niño que le dio un beso a su Hoseok.

Cuando pasaron ciertos minutos. Hoseok se acercó a Jungkook, notando que el menor desde hace ratos permanecía quieto en el columpio. El pelirrojo quiso acariciar el rostro del cachorro; pero en cambio, recibió un gruñido por parte del menor, el cual solo se levantó para empezar a caminar en dirección de la casa.

—Kookie ¿Qué pasa? ¿te duele algo?

—No...solo quiero irme a la casa—le respondió el menor sin mirarle a los ojos.

Cuando llegaron a la casa Hoseok no entendía el porque el pequeño estaba muy molesto, estuvo diciendo cosas incoherentes en todo el camino. Vió al menor dirigirse rápido a su cuarto, el pelirrojo se preguntó si Jungkook estaba enfermo, se sentía mal o qué. Salió de la casa para ir a la tienda a comprar algunas golosinas, tal vez con eso el mal humor de aquel cachorro desaparecía. Se encontró con Jin a medio camino, este iba saliendo de su trabajo.

—¡Oh, Hoseok!—dijo este acercándose al pelirrojo con una sonrisa.

—Jin...hace un tiempo que ya no te veía. Parece que últimamente andas ocupado—comentó Hoseok mientras trataba de tranquilizar sus nervios.

—Ah, sí...los trabajos en la Universidad me tienen un poco cansado.

Hoseok agachó un poco su mirada, Jin estudiaba en la universidad, y el en cambio, no podía hacerlo, seguía cuidando del pequeño cachorro de Jeon, además, le mandaba algún pago a sus padres para que ellos pudiesen comprar algo de comer también y con los gastos de ser un omega, debía ahorrar para sus pastillas, también porque Hoseok no había terminado a sus estudios, se quedó hasta bachillerato, y ahora con veinte años, creía que era muy tarde para entrar a estudiar. Jin le entregó un abrazo a Hoseok, para después otorgarle un beso en la mejilla y acariciar su rojos cabellos.

—Deberías venir a visitar a mis padres, ellos preguntan mucho por ti—comentó Jin sonriéndole dulcemente.

—No lo sé Jin—contestó con leve nervios el omega—Jungkook tiene muchas tareas del colegio, así que le estoy ayudando y pronto tendrá sus exámenes, se pone con estrés en esas semanas.

—¡Oh!—dijo un poco decepcionado el mayor—bueno, no hay problema, tal vez este fin de semana, tengo entendido que son tus días libres.

—Puede ser—respondió sonriendo.

Jungkook se encontraba cerca de la puerta, hace una hora que Hoseok había salido y no había llegado, se movía inquieto de un lado a otro, pensando en disculparse con el mayor por haber sido un poco grosero con él. Cuando la puerta al fin se abrió, el menor retrocedió al sentir sobre aquel omega un olor de alfa, uno que le desagradó por completo. Su lobo gruñó de los celos y la ira.

—Jungkook...¿Qué pasa?

—Eres...un mentiroso—le dijo este al sentirse completamente lastimado por el menor—dijiste que estarías conmigo.

—Solo salí un rato a la tienda, hasta te compré unas golosinas—dijo el mayor acercándose a Jungkook con la bolsa.

—Eres un...mentiroso.

—¿Qué?

Jungkook gruñó hasta transformarse por primera vez en su forma animal, Hoseok abrió los ojos como dos platos, al sentir al menor tirarse contra él, en defensa puso su brazo cubriendo su rostro. Jungkook mordió con mucha fuerza aquel lugar y el mayor en reacción lo tiró contra la mesa, golpeándose el pequeño accidentalmente con la esquina de la madera de la mesa. Hoseok agitado corrió en dirección del pequeño cachorro. Viendo que este quedó completamente inconsciente— Kookie...lo siento...pequeño, no...—Hoseok corrió a tomar el teléfono mientras su mano sangraba.

Cuando ya estaban en el hospital, al niño le cosieron su pequeña herida en el rostro, en cambio a Hoseok, le hicieron varias puntadas sobre la marca de la mano, incluso se la vendaron porque la mordida fue demasiado profunda, rompiendo parte del tejido. Hoseok lo sabía que aquella herida, quedaría permanente en él, no se irían como otras cicatrices. Para Jungkook aquella fue su primera decepción amorosa. Llegando a la casa se giró sobre sus talones, lleno de celos e ira todavía porque se sintió traicionado—¡Te odio Jung Hoseok!. ¡Eres horripilante y lo peor, ningún alfa te va querer!—y dichas aquellas palabras el menor subió escaleras arriba y cuando ingresó a su cuarto, se puso a llorar. Entonces fue allí que la relación entre ambos... se volvió a una hostigante e insoportable.>>

Jungkook claramente no recordaba mucho sobre aquel accidente, el golpe le dejó una leve amnesia. Hoseok tampoco tenía idea del actuar del menor, fue ignorante completo de los verdaderos sentimientos que desde en un principio aquel joven cachorro mantuvo al verlo entrar por la puerta.

Hoseok se preguntó en ese momento, mientras ambos se encontraban acostados, en la misma cama, compartiendo el nido. Si el accidente no hubiera sucedido, él seguiría llevándose de patada con Jungkook, tal vez nunca hubiera conocido el valor que escondía para dejarlo todo por alguien que amaba, jamás había descubierto un propósito en su vida, y tal vez pensó...que si el bebé nunca hubiera llegado a su vida, el seguiría solo; pero ahora tenía una familia, no perfecta, claramente no era el alfa perfecto con el que había soñado; al final de cuentas no era vida si no había un poco de drama en ella. ¿cierto?.

Hoseok dio un pequeño chillido y se quejó cuando el menor mordió sobre la marca y se frotaba exquisitamente sobre su trasero. El omega ronroneó ante aquello y se cohibió un poco dejando a la vista su vulnerable cuello. Jungkook se sobresaltó al sentir una gran patada proveniente del vientre del mayor, lo que le asustó por unos segundos. Hoseok se rió de forma tierna ante el gesto del menor, claramente no podía ver la cara que Jungkook hizo; pero lo conocía lo suficiente para imaginarlo. Cuando Jungkook terminó de remarcar aquel lazo. Hoseok se giró poniéndose frente al otro, tomó las manos del joven alfa para ponerlo sobre su pancita.

—¿te asustaste Jungkook?—preguntó casi en susurro el pelirrojo mientras iba durmiendo y sus ojos se iban cerrando—solo es el bebé.

—Hoseok...quiero preguntarte algo—dijo este tocando levemente sobre aquel lugar.

—¿Hm?—preguntó el mayor entrando y entregándose a las manos de Morfeo.

—¿porqué todos estos años tú...no te fuiste?.

—Tal vez porque tenía miedo de dejarte solo...y también porque yo no quería estar solo.

Hoseok ronroneó de último, pegándose de nuevo a Jungkook, quien se quedó por un momento en silencio al escuchar aquellas palabras.—Hoseok...te amo—susurró el menor en

[Cualquier error de ortografía, redacción, avisad por favor, esto se corregirá cuando el fanfic pase a edición]

¡Recuerden el lema de la familia!

∞ Somos Sol que calienta; pero no quema 7w7r ∞

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