[27.3]
Choi contemplaba con un gran rostro de seriedad a los dos de enfrente, tomando una actitud seria, se acomodó un poco la chaqueta de cuero para luego entregar una sonrisa amable.
—Entonces denme sus datos, así tendré un poco de información de ustedes.
—Soy Jeon Jungkook —empezó el menor posicionándose bien en la orilla de la cama—, tengo dieciocho años, hasta en septiembre cumplo los diecinueve, estudio primer año. Mis padres son empresarios de una cadena de perfumerías y el chico a mi derecha es Jung Hoseok, mi omega y tendrá a mi bebé.
—Bien, siguiente —dijo Choi contemplando esta vez al pelirrojo.
—Soy Jung Hoseok —dijo sin ninguna emoción el omega mirando con fijeza al alfa de mayor edad—, tengo veintiocho años. Vengo de una familia humilde, mi padre es amo de casa y mi mamá es mesera de un bar. Hace unos meses, yo trabajab como cuidador de un cachorro que me preñó y ahora seré padre, el chico de la par, es el idiota que me embarazó —gruñó el omega.
—Ah...bien—dijo el mayor sorprendido mientras se rascaba la cabeza—. Ahora ¿Cómo se sienten respecto a la llegada del bebé?
—¡Bien! —respondió Jungkook sonriendo.
—Fatal —comentó el pelirrojo suspirando.
Jungkook contempló al omega al escuchar aquello.
—Claramente... sus opiniones están bien divididas —suspiró—. ¿Por qué fatal Hoseok?
—¡Porque estoy engordando como un elefante, mi espalda empieza a dolerme, tengo que dormir del lado porque la barriga pesa, tengo unas ganas de orinar horrible... ¡Obviamente Jungkook se siente bien, porque no es él quien carga un bebé! ¡Mis pechos duelen y los primeros tres meses estuve con vómitos constantes, asco, náuseas, dolor de cabeza! ¡Pero allí no termina todo, no señor! Mis pies se hincharon como si una abeja reina hubiera picado sobre ellos! y aún así tengo que hacer todo en la casa, la limpieza, la comida, que la lavada, la secada, la planchada, pagar la electricidad, el agua, el internet! La comida es proporcionada con el poco dinero que gana Jungkook en su trabajo de medio tiempo –gruñó mucho más molesto el omega contemplando esta vez al joven cachorro—. ¡Y ahora me molesta porque tengo antojos! ¡Me merezco comer mis antojos, soy un omega embarazado!
—¡Parece que vamos progresando! —dijo con falsos ánimos Choi mirando con leve preocupación a ambos, realmente aquellos dos no parecían que congeniaban en ese instante—. ¿Duermen juntos? —preguntó un poco atrevido —, ¿Cómo lo haría una pareja?
—Yo desearía dormir con él, ya sabes, un revolcón. Pero no puedo follar a un embarazado —contestó Jungkook.
—Ah... no me refería a ese "dormir" junto —se expresó mejor aquel alfa.
—¿Desde cuándo sabes de temas así cuando ni siquiera conocías un puto condón?—preguntó con curiosidad el omega enarcando la ceja derecha y señalando de pie a cabeza al menor—. ¿Y cómo es que ahora, hablas de temas así con tanta libertad? Me preñaste a la primera ¡Por lo menos debías saber que era un condón! ¡Un condón!
—¡Y dale con el dichoso condón Hoseok! —le respondió Jungkook—. Para empezar yo era virgen, nunca había hecho uso de mi hombría. Y ahora lo sé, gracias a la guía que leo, solo... era ignorante en el tema. —Se pegó en el pecho con orgullo—. ¡Ahora incluso puedo hacer las posiciones del Kamasutra! ¿Y por qué no tenías tú un condón? —preguntó de último con leve curiosidad.
—¡Porque yo tenía mis pastillas idiota, que desaparecieron!
—Como decía —prosiguió Jungkook queriendo evadir las últimas palabras de Hoseok, tratando de no notarse nervioso ante la culpa que lo comía—, dormir con él, siempre lo he tenido pensado, quisiera que me montara; pero así en ese estado no se puede, puedo dañar al bebé.
—¡¿Qué?! —preguntó sorprendido Hoseok—. ¡Con esa repuesta mucho menos dejaré que duermas conmigo!—El pelirrojo entrecerró los ojos—. ¡Tu solo me quieres para el sexo! ¡Hay putas para eso!
—No quiero una puta, te quiero a tí —comentó Jungkook enarcando una ceja.
—¿Desde cuándo no tienes vergüenza? —preguntó muy consternado el pelirrojo al escuchar semejante respuesta.
—Como dije... no me refería a ese "dormir" —volvió a recalcar el alfa rascando el puente de su nariz—. Por otra parte, puede haber sexo en el embarazo, solo es tener cuidado. —comentó tranquilo el alfa.
Hoseok miró a ambos desconcertado por el tema que había cambiado su rumbo por completo.
—No... no sería buena idea, además mi amigo ha crecido un poco ¿Estará demasiado estrecho ahora que está embarazado? no quiero lastimarlo —dijo muy serio Jungkook mientras desviaba sus ojos arriba pensativo y hacía un leve puchero.
—Recuerda que siempre existe la dilatación, además los omegas tienen su propio lubricante, solo no debes ser brusco —le respondió Choi—. Aunque... a algunos les va el sexo duro.
—Estoy presente —dijo Hoseok mirando a ambos más desconcertado al escuchar aquello.
—Sería exquisito hacerlo, pero no sabes cómo es, dice que no le gustan menores que él —prosiguió Jungkook y se cohibió de hombros—. ¿Por qué será? me considero bastante guapo.
—Dije: ¡Sigo presente! —habló el pelirrojo con la mandíbula tensa, de brazos cruzados y con un deseo de golpear a ambos con una cacerola en la cabeza.
Hoseok no se podiá creer que aquellos dos alfas no se podían guardar esa lengua y mente tan abierta que la inquietaba, tampoco comprendió como de alguna manera, terminaba formando plática de ambos alfas, ellos parecían divertirse al imaginarse como podrían dar opciones para tener sexo con un omega y no ser aniquilado en el intento.
Hoseok gruñó molesto ante aquella falta de respeto, ambos le miraron de pie a cabeza y chasquearon la lengua.
—Espérate que dé a Luz a la cría, solo pasará tres meses para que entre de nuevo en celo —le aconsejó Choi.
—¡Vaya consejero! —dijo con sarcasmo Hoseok abriendo los ojos en par—. ¿No era esto una terapia de parejas antes?
—Si, tienes razón... será más beneficioso. —sonrió Jungkook al escuchar aquello.
¡Y si fulanita te dice, tírate de un barranco, sultanita lo hace! ¡vaya par de idiotas! Ahora me apiado de la perra de Yoongi.
—¡Denme una razón para no matarlos! —le dijo él poniendo una sonrisa llena de sarcasmo.
—Yo soy el padre de tu hijo —se defendió Jungkook mientras se levantaba poniéndose a la par del alfa mayor.
—Yo soy de tu barrio —se defendió también Choi arqueando ambas cejas en forma divertida—. Y el barrio te respalda.
—Todos son iguales ¿Acaso los alfas son idiotas o qué? Malditos sin sentimientos.
Hoseok sonrió sarcástico de nuevo, él no comprendía como aquellos dos juntándose, parecían ser niños pequeños planeando alguna travesura.
¡Hasta parecían amigos de toda una eternidad!
Ahora el pobre omega se convirtió en su saco de juguete. Contempló a Jungkook que sonreía y mantenía una conversación bastante agradable con el otro y sonrió disimuladamente, Hoseok afirmaba dentro de su mente que tal vez Choi sería el primer amigo alfa que el menor pudiese tener.
—¿Quieres ver mi vientre? últimamente he hecho ejercicio —comentó Jungkook.
—¡Oh! ¡Yo también! —prosiguió el otro.
Pero su sonrisa se borró al ver al menor quitarse la camisa.
¡No aquí pero... ¿tiene abdominales?. Ay...quiero tocarlos... ¡No hoseok, eres papita preñada!
Jungkook tiró la camisa a lo ciego, cayendo sobre Hoseok, el cual suspiró cuando su visión fue cortada por un minuto, tiró la camisa de nuevo a otro lado.
—¡La canasta para la ropa sucia, está del otro lado! —le dijo a ambos.
—Mira, estoy tratando de hacer más abdominales —comentó Jungkook con orgullo e hinchando el pecho como paloma orgullosa.
—¡Vaya! Sí que te está funcionando.
—Oigan... —llamó Hoseok incómodo al notar aquello.
—Mira los mios—dijo el hombre subiendo su camisa y mostrando su bien formado abdominales.
¡Tanta carne y yo a dieta! ¡No Jung Hoseok, que eres papita preñada! ¡Y ni siquiera estás haciendo dieta!
El rostro de Hoseok se tensó de nuevo y entrecerró los ojos, sonrió sarcástico.
—Estoy cansado, me gustaría dormir ¿Pueden salir? —notó que ambos alfas seguían hablando entre ellos —, oigan...
—¿Qué tal tu espalda? —preguntó Jungkook muy curioso.
Hoseok sonrió con sarcasmo y soltó un gruñido.
Después de unos minutos, Jungkook estaba afuera del cuarto junto con Choi, Hoseok los había echado del cuarto. Ambos miraron al frente, Yoongi y Namjoon que iban pasando por el momento, solo les miraron de pie a cabeza, Seung Hyun saludó al omega, pero no recibió ninguna respuesta, siendo ignorado de forma descomunal.
Choi hizo un leve arqueo de ceja—¿Y tienes un cigarro? —preguntó un poco inquieto, Jungkook le miró de un solo y negó en silencio.
Cuando cayó la noche, Hoseok prefirió no salir a caminar con los demás, quedándose en el cuarto del hotel viendo algunas películas en la laptop de Jungkook. Incluso cenó solo, le llevaron incluso su comida al cuarto, como servicio que pidió con mucha amabilidad.
Siendo realistas, se quejó con la recepcionista, de nuevo, diciendo que eran pocos considerados al no ser amables con un omega que se encontraba en cinta. La pobre mujer, temblaba del miedo ante lo irritante que podría ser el pelirrojo. Casi tirando el teléfono al suelo de la rabia.
La puerta del cuarto se abrió, entrando Jungkook, que venía de cenar con los demás, contempló al mayor que se encontraba cuál tranquilo, como si posara para una revista de playa.
—Me dijeron que hay agua caliente... por si te quieres bañar —comentó el joven cachorro mientras cerraba la puerta.
—Ya me bañé —admitió el mayor sentándose mientras cerraba la computadora portátil—. Son las nueve, hay que dormir, dice Jin que mañana podemos ir a un pequeño mirador.
—Ah...sí.
Hoseok ya estaba con su pijama puesta, contempló un poco incómodo al menor, iban a dormir juntos por primera vez, en la misma cama, con pequeño espacio entre ellos, bien podría ser una cama matrimonial; pero estarían tan cerca como nunca lo estuvieron.
El pelirrojo puso la computadora sobre la mesa de noche. Se cubrió por completo con la colcha, como si fuese alguna oruga. Jungkook le contempló por un momento, notando lo divertido que se veía el omega cubierto todo por aquella enorme sábana, pensó que seguramente debía ser por el frío, por lo que prefirió no tomarle mayor importancia y ponerse su pijama.
El omega sintió el peso sobre aquella cama, adentro de aquella colcha, su corazón latía a una gran velocidad. El menor tomó la esquina de aquella sabana, bajándola para poder ingresar y tener un poco de calor. Rodeó sus manos alrededor de la cintura del pelirrojo, el mayor tragó duro ante la incomodidad y el tenso ambiente que se generó.
¿Por qué su corazón estaba latiendo de esa forma? ¡No era normal!
Jungkook presionó su pelvis sobre el trasero del otro mientras lo olfateaba como si no hubiera un mañana, siempre estaba allí, ese olor permanente de cerezas dulces, ese aroma que el menor reconoció desde que el omega ingresó por primera vez a su casa cuando apenas tenía cinco años.
—Estaremos juntos, siempre —susurró el alfa mientras sus ojos cambiaban a uno amarillo.
Abrió su boca y pasó la lengua sobre la marca. Hoseok dio un chillido de queja cuando unos dientes se incrustaron en su cuello, aferrándose a la sábana por el dolor ocasionado mientras el menor ronroneaba al hacer aquella acción. El pelirrojo cerró sus ojos con lentitud, tratando de calmarse para que el dolor no aumentara. Luego una pasada de lengua más y el alfa lamió parte de la sangre, impidiendo un poco del dolor cuando pasó su saliva como anestesia.
Hoseok no es que odiara al Joven Jeon, bueno, muchas veces el menor lo sacaba de quicio, con sus idioteces y palabras que lo sacaban de onda; pero no era un mal chico, era muy joven, demasiado para comprender que siendo joven, los sentimientos cambiaban muchas veces.
¿Y qué tal si en el día de mañana el niño encontraba otro omega y realmente se enamoraba de él o ella? ¿Y si su relación no podría funcionar?
Ante aquellos pensamientos, el pelirrojo chilló interiormente. Su sueño de tener un bebé se le había cumplido, no como la forma que lo deseara, el sueño de una boda, de una casa con la persona que más amaba y cuidando de sus hijos, estaba muy lejano.
Hoseok no creyó nunca en las parejas destinadas, siempre pensó que eran cuentos de telenovelas, no era alguien que creía en el amor a primera vista, pero en esos momentos ya no sabía ni que pensar. Había algo en el joven alfa que lo ponía inquieto y no entendía sus propios pensamientos ni sus sentimientos.
Quería que esas inquietudes acabaran. Apretó parte de la sabana, haciéndose bolita y enarcó una ceja cuando un beso se depositó en su nuca.
—Hobi —dijo el peli negro sonriendo con dulzura—, gracias por quedarte a mi lado cuando nadie lo hizo.
—¿Por qué andas tan sentimental? Suéltame...
—¿Podemos quedarnos así, solo por un momento? Me recuerda cuando era pequeño y dormíamos juntos.
—Es porque eras pequeño, además eras muy llorón y miedoso.
—No, lloraba porque tú te ibas de mi cuarto Hoseok, y tenía miedo de que fuera la última vez que te vuelva a ver.
«Hoseok tomó su mochila y notó al pequeño Jungkook de seis años llorando mientras estiraba sus pequeñas manos, el pelirrojo se agachó con una dulce sonrisa y acarició la cabellera negra.
—¿Por qué lloras? regresaré, solo voy a mi casa a visitar a mis padres.
—¡No te vayas, no me dejes!
—Kookie... regresaré —le recordó el mayor con una sonrisa—, siempre regresaré.
—¡Te seguiré donde sea, incluso hasta el fin del mundo; pero llévame contigo! —lloró más fuerte el pequeño».
Hoseok trató de contenerse las lágrimas ante aquellas palabras, se puso la mano en la boca, tratando de mantenerse fuerte. Al final de cuentas era cierto que Jeon Jungkook lo iba seguir donde fuera, hasta el fin del mundo para no separarse de su lado. Aunque el pelirrojo se fuera, el menor siempre le buscaría.
Hoseok se giró en ese momento, notando que el menor se había quedado dormido con profundidad. Recorrió su mirada por la piel lechosa hasta enfocarse en los rosados labios y acarició la mejilla del alfa, luego depositó un beso sobre esta que hizo al menor retorcerse al pensar que era parte de sus sueños.
Dulces sueños pequeño conejito desfigurado...
Hoseok abrió los ojos, era de noche; pero no sabía qué horas podrían ser, sintió una patadita proveniente de su cría, se acarició. —¡Ah...todavía es de noche! —se quejó este al percatarse que no era tiempo de despertarse. Contempló el reloj, notando que no pasaba la medianoche. Se sentó en la cama, y dirigió su mirada al pequeño balcón, afuera el viento golpeaba los árboles, sentía mucho miedo en su interior, de todo.
Sobre todo del bebé... traería una pequeña criatura indefensa al mundo, no sabría cómo cuidar de ella.
¿Seré un buen padre? ¿Cómo se cuida a un bebé? ¿Podré dar el amor que necesite? ¿Podré convertirlo en un buen adulto? No quiero que sufra.
Se bajó de la cama y puso las manos sobre su espalda, como si fuera una ancianita empezó a caminar en dirección del balcón, frunció el ceño, ¿acaso su vientre empezaba a pesar más?
Realmente su cuerpo estaba adaptándose a la perfección ahora con su quinto mes.
—Tu padre me regañó por tu culpa, piensa que yo soy el de la comedera... bueno, sí ¡Pero toda se va a ti! ¡Yo soy quien me quedo con hambre! —sintió otra patadita, como si su criatura se estuviera divirtiendo del regaño, suspiró y abrió las puertas del balcón—. ¡Auch! faltan cuatro meses para que salgas. —Otra patadita se hizo presente—. ¡Ya deja de golpearme! —se quejó Hoseok—. ¿Te diviertes, pequeño demonio?
El omega subió su mirada contemplando aquel hermoso cielo lleno de estrellas, abrió y cerró la boca. Jamás había visto el cielo tan iluminado. Era una vista estupenda, recostó su cabeza con ayuda de sus manos sobre la baranda, aquello era un paisaje digno de admirar. —Jungkook... —susurró de último el nombre de aquel alfa y soltó un suspiro.
[Cualquier error de ortografía, redacción, avisad por favor, esto se corregirá cuando el fanfic pase a edición]
¡Recuerden el lema de la familia!
∞ Somos Sol que calienta; pero no quema 7w7r ∞
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top