[16]
Hoseok salió de su cuarto bostezando mientras se iba estirando a medida que se dirigía a la cocina, se quedó quieto al llegar por la sala, notando a Jungkook temblando del frio, Chasqueó la lengua acercándose a tomar la colcha y la almohada que permanecían en el suelo, no tenía idea que el menor tuviese un comportamiento loco al dormir. Lo cubrió con aquella enorme manta, tapándo hasta el rostro, para luego reír divertido, no había nada más placentero que molestar al cachorro a esas horas de la mañana.
Se dirigió a la cocina, debía hacer el desayuno, sabía que debía presentarse al instituto del menor. Mientras pensaba en su agenda de ese día, se percató que sería un poco apretado. No sabía que quejas pondrian del chico es más ¿Qué había hecho ahora Jeon Jungkook para que lo llamaran de dirección?
Sacó los ingredientes para empezar hacer el desayuno, podría hacer un Omelet con jamón y queso derretido dentro; pero después pensó que estarían mejor unos panqueques, eran más fáciles de hacer; pero aquel pensamiento pareció irse a otro lado cuando prefirió hornear budín. Aunque eso le llevaría mas tiempo.
Frunció el ceño, parecía que el debate sobre el desayuno, dio una guerra interna mental a él y su hambriento estómago, bueno, había tiempo, así que sonrió espléndido.
Batiendo el huevito, ¡hey!
Batiendo el huevito, ¡hey!
Batiendo el huevito,
Para el bebecito...
Aquí está,este padre soltero sin ningún fin,
Mientras su pareja solo genera un trajín,
Ese idiota que solo supo preñar y funfurruñar,
¡Pero pobrecito yo, que lo voy a desgreñar!
¡He aquí Hobicito A.K.A la esperanza!
¡El único omega que él solo avanza!
¡rey de la crianza, te domina con la chancla!
¡Mira aquí no más Jeon Jungkook, he aquí mi venganza!
Batiendo el huevito, ¡hey!
Batiendo el huevito, ¡hey!
Batiendo el huevito,
Para el bebecito...
Jungkook abrió de un solo golpe los ojos cuando el aroma de una deliciosa comida llegó a sus fosas nasales, con los ojos aun medio abiertos, se levantó con cierto desgano hasta llegar al comedor, que no estaba muy lejos de la sala, se sorprendió al ver un montón de comida sobre la mesa, así que solo se sentó listo para comer, tomando el tenedor y el cuchillo.
Hoseok salió con el budín hecho.
—¡Que proveche!—chilló de la emoción el menor; pero justo cuando iba a comer de un panqueque, Hoseok le retiró el plato.
—Oh, toda esta comida es mía, la tuya está allá—señaló en dirección de un plato que tenía un omelet con salsa ranchera, tocino, queso y pan —que proveches—comentó sarcástico para dirigirse a su silla.
—¿Pero te vas a comer todo esto?—preguntó con mucha exaltación Jungkook al ver la gran variedad de comida, budín, unas galletitas horneadas, panqueques, unas crepas de nutella con banano, entre otros pequeños postres—Déja que te ayude.
—No seas egoísta, tengo un bebé por dentro ¡Tiene que nacer gordito y bonito!—hizo una pausa— No solo como por mí, como por dos—comentó sentándose tranquilo mientras enrollaba la servilleta sobre el cuello de la camisa de su pijama.
—Que buena excusa para decir que tienes un hambre bien perra—musitó el chico sentándose en su lugar, bajó la mirada viendo con desgano su desayuno y luego enfocó su mirada en el montón de comida frente a él—dudo que el bebé coma todo eso.
—Bueno, eso no es tu asunto, el embarazado soy yo. Tengo que consumir las energías que tu me haces gastar—se puso la mano sobre la frente de forma dramática— ¡Oh, pobre de mi bebé, no ha nacido y el alfa que me preñó ya lo trata mal. Realmente eres un egoísta Jeon Jungkook—dijo arqueando su ceja derecha—¿Quieres que el bebé escuche eso? ¡Le estás mezquinando la comida!
—Pero tú engordarás.
Hoseok le miró con ojos fulminantes al escuchar aquello, abrió y cerró la boca molesto. Se levantó y quitó el plato del chico que apenas estaba por darle un bocado a su omelete, lo que hizo morderse la lengua cuando el omega incluso le quitó el tenedor con aquella porción de comida.
El menor no podía creerse aquella hazaña, se tocó la lengua sintiendo un poco del sabor de la sangre y soltó un chillido ante el mal genio del mayor.
—¿Quieres que muera de hambre?—alzó la voz el menor—te denunciaré.
—No te preocupes, cuando lo hagas estarás muerto por el hambre—se excusó Hoseok que tomó su tenedor de un golpe sobre el budín, muy molesto.
—¿Pero qué clase de omega eres? ¡Estoy pleno crecimiento, yo necesito comer mucho!—gruñó el cachorro mirando de nuevo el vacío sobre su lado.
—Único y exclusivo, desagradecido—comentó molesto—¿Acaso soy tu sirviente para tener que hacerte el desayuno? ¿No te dejan tus papás para que compres comida en el colegio? ¡Ni siquiera sé porque te hice tu desayuno, no es mi deber!
Jungkook tomó de nuevo el plato y lo empezó a comer rápido por si Hoseok se lo deseara quitar de nuevo.
—No es mi culpa que tu pongas postres frente a mi y no me quieras dar, egoísta.
—Cállate antes de que te eche con pijamas y veas como te vas a tus estudios—contestó desviando la mirada en dirección de la ventana, logrando apreciar un poco los edificios de la pequeña ciudad. Se tocó la cabeza un poco pensativo —Me toca ir a tu instituto, así que cuando regrese no quiero verte—dijo contemplando esta vez al menor.
—¿Porqué eres así conmigo?—preguntó este mientras tomaba el tenedor—¿Qué quieres que haga, que me disculpe, que me arrodille?.
Bueno...si lo dices de esa manera, ¡Arrodíllate! ¡Súplica por tu perdón! quiero ver como frotas tus manos y haces ojos de perrito triste...¡Oh si, que hermosa vista!
Jung Hoseok sonrió en sus adentros, imaginando a Jungkook arrodillado mientras tenía una correa alrededor de su cuello y rogaba por su perdón, el omega sacó un látigo y enarcó una ceja para sonreír ladino. El Jungkook de su imaginación empezó a subir sus manos por sus piernas hasta ponerlas sobre sus caderas.
Jung Hoseok le levantó el rostro y le dio leves palmaditas en el rostro.
Esperen...¿No era esa imagen demasiado rara?
Se dió leves golpes en la cabeza, regresando en sí: ¿¡Pero qué demonios acaba de pensar?!
—¿Qué, cara de qué me ves Jungkook?—dijo indignado— No dejaría que hagas semejante humillación, soy una persona humilde.
—Solo regresa, a la casa. De todos modos no podemos estar separados, eres mi omega ahora.
—¿Cómo puedes decir tan tranquilo que soy tu omega? ¿Es qué piensas que un bebé es un juguete para que lo uses como excusa? ¿Piensas que el lazo es un tipo de atadura para tu propio egoísmo? Yo también tengo una vida Jeon Jungkook. No me moveré de aquí, te lo dejo claro. Ni siquiera debería ir hoy a tu instituto, ya no trabajo para tus padres, tú y yo...—Hoseok suspiró al recordar que no podía decir que no eran nada, porque estaban atados de por vida por el lazo, suspiró fatigado—como sea, será el último favor que te haga.
—¿Tanto te desagrado?—preguntó Jungkook con leve tristeza.
—Si te consuela, no te odio. Además, eres el padre de mi bebé—Hoseok desvió la mirada mordiéndose la mejilla derecha—puedo soportarlo.
—Hobi, ve a regar las plantitas—dijo su maestra entregando al pequeño una cubetita con agua. El pequeño de cinco años afirmó emocionado saliendo corriendo de aquel salón de la guardería para ir al jardín.
El pequeño pelirrojo abrió muy feliz la puerta del jardín, donde había un hermoso cultivo de rosas rojas, que le encantaba por tener semejante color igual a su cabellera. Pero al llegar se encontró con la sorpresa que estas estaban en el suelo, cortadas y como si alguien las hubiera pisoteado. El menor se acercó a pasos lentos mirando con tristeza el destrozo que había, dejó el cubito de agua, lo depositó en el suelo, para recoger con sus manitas los pétalos marchitos. Empurró su rostro mirando a los lados, notando a lo lejos a la misma niña que siempre solía molestarlo, el omega agachó su mirada tratando de no llorar. Ella se acercó saltando muy feliz mientras ponía sus manos atrás, dejando una sonrisa en el rostro.
—¿Qué pasa, te comieron la lengua los ratones?—preguntó ella burlándose mientras enarcó una ceja—.Creo que las flores se ven más bonitas así, siendo pisoteadas.
—¿P-porq-qué l-lo h-hiciste?—preguntó el pequeñín con un poco de lagrimitas que ya iban escapando de sus ojos.
—Porque puedo y quise—respondió ella se acercó y le dio un empujón al pequeño y débil omega—porque es así como tú deberías encontrarte—prosiguió dándo otro empujón al menor, haciéndolo caer sobre la tierra. La niña se agachó para tomar un cumbo hondo lo llenó de agua y luego lo vertió sobre el menor—¡Listo, ya quedas divino, quédate con la tierra y la suciedad! Hobi feo, Hobi malo. ¡No le gustarás a nadie!—rió aquella niña a carcajadas para luego regresar a la guardería.
Hoseok bajó su mirada mientras contemplaba su ropa mojada, se puso a llorar mientras se levantaba, con su cabeza agachada caminó con lentitud en dirección del salón. Cuando iba por el pasillo, notó a Jin dirigirse a él. Se limpió rápido las lágrimas—¡Hobi!—alzó la voz el cachorro alfa hasta llegar al menor, frunció el ceño notando como este estaba hecho todo un desastre.
—¿Pero qué te pasó Hobi?–Preguntó preocupado el menor tomándolo de las mejillitas.
—N-ada...m-e caí en el j-ardín, s-soy...t-torpe, p-por eso—comentó el chiquitín limpiándose sus terrosas manos con la camisa.
Jin no le creyó, no lo hizo, tomando al menor de la muñeca de la mano, para dirigirlo al salón de la guardería, al llegar, sentó al menor en una de las esquinas, le puso sobre sus piernas un pequeñoun pequeño osito de felp.
—Espera aquí, no te muevas ¿Sí?
—¿D-donde v-vas, J-jin?—preguntó angustiado el menor alzando su mirada.
Jin se giró buscando a la niña que siempre molestaba a Hoseok, porque él ya sabía que su pequeño amigo omega, era usado como el juguete, era muy pequeñito y débil, también se burlaban por su pequeño tartamudeo. Cuando el cachorro alfa logró ver a la mocosa que siempre le hacía la vida a cuadritos a su mejor amigo. Corrió a una gran velocidad y sin importarle que fuera una niña, la tomó de su cola alta. La pequeña pegó un chillido mientras Jin la jaloneaba por todo el salón y le daba manotazos en la cara, ya que no era tampoco bueno para dar puñetazos.
—¡Jin, suéltala!—alzó la voz la maestra corriendo en dirección de los dos niños que estaban dándose duro en el suelo.
—¡Te vuelves a meter con Hobi y te la verás conmigo!—chilló de la furia el pequeño mostrando sus incisivos.
La maestra tomó al menor de la cintura, lo jaló para que soltara a la niña; pero Jin se había prensado con todos sus dedos en la cabellera y de buen aferre, tomando muy bien de las greñas a su compañera.
Para Hoseok aquello fue más que una muestra de amor, y sonrojadito en la esquina, se cubrió el rostro. Seguramente fue allí, unos pequeños sentimientos de amor se coló en su corazón, el hecho de era alguien que lo defendía y le mostraba que le importaba mucho.
Hoseok caminaba por el pasillo de aquel instituto buscando la oficina del Director, aunque hace mucho tiempo que no iba aquel lugar, por lo que no recordaba a lo mucho que direcciones tomar. Se quedó quieto, se giró a ver a Jungkook, que por alguna razón se había colado junto a él e iban juntos en el mismo camino.
—Agradezco tu gran amabilidad por decirme donde está la oficina de tu director—se quejó el pelirrojo con sarcasmo, cruzándose de brazos.
—¿Por qué? Tienes que bajar las calorías que te comiste en el desayuno—contestó burlón.
—Tinis qi bijir lis cilliris qi ti cimisti in il disiyini—dijo molesto.
—Pero que infantil eres—dijo sorprendido el menor ante aquella contestación del omega.
Hoseok rodó los ojos para seguir caminando, en eso vió a un grupo de jovnes alfas que le contemplaron de pie a cabeza, como si lo inspeccionaran. El pelirrojo frunció el ceño sin tomarle importancia; pero sin saber la razón se giró para ver a Jungkook, notando a aquellos alfas, que pasaron empujando al chico, el omega se quedó pensativo por un momento, para luego con leve molestia acercarse al cachorro.
Esperen, lo empujaron ¿Y no se disculparon? ¿Qué estaba mal con esos chicos?
Hoseok se detuvo.
—¡Oigan ustedes gorilas!—alzó la voz el mayo.—¿Acaso son ciegos? Acaban de pasar golpeando al alumno ¡Sean educados y pidan perdón, par de engendros horripilantes!
Jungkook tomó a Hoseok de los hombros ante aquello, lo giró de un solo tragando duro para negar con la cabeza rápido que no hiciera nada. Realmente muchas veces pensaba que Hoseok no tenía temor de nada y eso podía meter al omega en situaciones peligrosas; pero sabía muy bien que el mayor no se quedaría quieto.
Y esos chicos, tenían fama de ser unos alfas muy prepotentes.
—Hoseok...solo sigamos ¿Si? Ya casi estamos cerca de la oficina del director. No me gustan los problemas, no importa.
Jungkook sabía que no tenía posibilidad de defender a Hoseok frente aquellos tres tipos que se encontraban incluso en el club de boxeo, sabía que aquellos alfas eran de mecha corta, los más bravucones del instituto y él prefería mantenerse alejados de ellos, era lo mejor.
—¡Ustedes par de enjambre de vómito mal hecho!—los tres alfas se giraron soltando un gruñido al escuchar ser llamados de esa forma— ¿Acaso son ciegos y sordos?—gruñó el omega.
—¿Uh?–dijo uno que parecía ser el líder, se giró sobre sus talones para hacer una ademán de oler el aire—¿A qué huele, al lobo solitario llamado Jeon Jungkook—el chico miró a sus amigos para después depositar su mirada en ese pelirrojo—¡Oh! esperen, escuché otra mosquita muerta—comentó aquel alfa sonriendo ladino para mirar fulminante a Hoseok—Omega, conoce tu puesto.
Hoseok retrocedió un poco y se limpió el oido al sentir un zumbido, maldijo en bajo, la voz de mando de aquel alfa no hizo mayor efecto en él , ya que no era la de su propio alfa.
Jungkook suspiró tomando de la cintura a Hoseok para girarlo y seguir adelante. Suplicando que todo se detuviera allí y rogando que el pelirrojo no prosiguiera : ¡Es que el era un delgaducho y no podría con esos matones!
—¡Eso es Jungkook, llévate a ese estúpido omega!—dijo el otro riendo.
Jung Hoseok frenó, se giró y movió al menor a un lado para luego poner una mano en la cintura.
—¡Estúpida, la que te dio a luz, cara de mango destripado!—alzó la voz Hoseok sin darse por vencido—¡Tu papá que no conoció un condón para traer tu desgraciada existencia! ¡El mundo lloró cuando naciste!
—¡Oye Jungkook!—dijo el tercero riéndose—¿Dejas que un omega te defienda? ¿Qué clase de alfa eres? ¿Ven chicos?—dijo el líder enarcando una ceja— Les dije que es un alfa impotente—comentó burlón aquel alfa con tono audible—La tiene chiquita de todas formas-...
—Chiquita las ganas que me estoy conteniendo para no reventarte esa cara de imbécil—le respondió Hoseok mostrando sus incisivos.
—¿Y tú quién eres para que lo defiendas así? ¿Su puto?—enarcó ambas cejas— debes saberlo que tiene la verga pequeña para ser un alfa.
Hoseok miró desconcertado aquellos tipos ¿Dónde habían visto a Jungkook desnudo para decir algo así? y si lo veía del otro lado, jamás le había tomado importancia al tamaño de un órgano viril.
—¿Tanta importancia tienen sobre él para saber el tamaño de su pene?—comentó Hoseok señalando aquel joven y luego se cubrió la boca, fingiendo estar muy sorprendido y asustado—¿No será que...quisieras ese "pequeño" pene en tu culo?
—¡Oh, no quiso decir eso!—dijo Jungkook sorprendido viendo a Hoseok con los ojos abiertos al notar que el contrincante soltó un gruñido muy fuerte.
—¡Si lo quise-...
—¡No lo hizo, adiós! está ebrio, tomó mucho anoche y aún no sale de su delirio—mintió Jungkook.
—¡Yo no tomó-...—Jungkook puso su mano sobre la boca del omega—¡Hmmmm!
El alfa miró molesto aquel omega y cuando empezó acercarse a él. Jungkook maldijo en bajo y cargó de un solo a Hoseok sobre sus brazos para empezar alejarse, mientras el pelirrojo se retorcía casi como una culebra queriendo soltarse—¡Suéltame Jeon Jungkook que le parto su madre a ese trío de sabandijas!—gruñó el mayor encolerizado.
—Estoy acostumbrado. No le tomes importancia...
—¿Dejas que te traten así? ¡Si no pones un alto tú, lo haré yo!
—Relájate tienes al bebé, puede hacerle daño—musitó en bajo el cachorro alfa—Además, ya estoy acostumbrado, soy buen ignorante de sus conversaciones. Es inteligente el no prestarle atención a ese tipo de personas—comentó mientras miraba al frente girando al menor—se llama ignorar.
—Pues no parece que te vaya muy bien haciendo la "Ignoración"—comentó —la primera que no pones un alto, ese tipo de personas seguirán, hay personas que no entienden con un "No y detente! ¡He allí esos simios, el ejemplo perfecto!—comentó Hoseok cruzándose de brazos para luego dirigir un gruñido aquellos tres alfas. Luego pensó en algo y sonrió ladino cuando una idea se le vino a la mente—¿sabes qué? Mejor vamos con el director.
El omega se bajó de los brazos del menor y empezó a caminar casi a zancadas. Jungkook miró a lo lejos aquellos tres tipos que ya se iban alejando, luego suspiró al sentirse salvado de que la situación no empeorara.
Hoseok tocó la puerta de aquella oficina—Pase—escuchó una voz dentro, el pelirrojo se arregló un poco las cabelleras para luego dirigirle una mirada a Jungkook, el cual se sentó en las sillas de la sala de espera, bajó su mirada sintiéndose triste. Hoseok no sabía que pasaba realmente en el instituto, cuál era el día a día de aquel cachorro alfa, y ahora que lo sabía, parecía que un lado de él se sintió identificado.
Respiró con profundidad, inflando sus mejillas para luego ingresar a aquella oficina.
Hola Solecitos, gracias por su apoyito en este fanfic, creo que aún hay Solecitos que no saben que se está publicando de nuevo; pero tal vez lleguen pronto.
¡Les mando besitos, gracias por su amor y comentarios que me alegran mucho!
[Cualquier error de ortografía, redacción, avisad por favor, esto se corregirá cuando el fanfic pase a edición]
¡Recuerden el lema de la familia!
∞ Somos Sol que calienta; pero no quema 7w7r ∞
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