[07]
—¿Yo te gustaba? —preguntó el omega de un solo, que sacó de onda un poco a Jin.Hoseok apretó sus puños bajo la mesa mientras fingía un rostro serio, tratando de mantenerse calmado; pero los latidos de su corazón le traicionaban—Jin ¿Yo te llegué a gustar como pareja?
—Sí...me gustabas Hoseok—dijo Jin dándole un sorbo a su bebida.
El omega subió su rostro de un solo al sentir aquello, su presión se bajó.
—¿P-por qué...nunca me lo dijiste? –preguntó el pelirrojo aguantándose un grito interno.
—Porque...tuve miedo de que me rechazaras, entonces preferí guardar mis sentimientos, además, si algo salía mal, no quería que nuestros años de amistad se quebraran, prefería mantenerte a mi lado en silencio que...no tenerte.
Hoseok se había quedado atado a esos pensamientos, a esas palabras que Jin le dijo aquel sábado antes de que todo se desmoronara. Suspiró con pesadez mientras terminaba de darle vuelta a la carne para que se cocer del otro lado. Bostezó con mucho cansancio, no había estado durmiendo bien.
En esos días prefirió alejarse de Jungkook, lo estaba evitando, se quería mentir a sí mismo que no existía ningún lazo, que nada había pasado y él podía actuar a la perfección, no le era ningún problema, el punto estaba que Jungkook no.
El menor ahora empezaba a buscarlo más, se le acercaba en momentos que menos esperaba para olfatear unos segundos y después solo enarcar la ceja e irse a sus clases.
Algunas veces hasta se frotaba contra él y pasaba su nariz sobre su cuello.
Al recordar aquello, el omega se tocó el cuello.
Hoseok pensaba que Jungkook seguramente no era ni consciente de sus acciones, incluso no sabía que significaba del todo el jodido accidente que había creado. Ese joven alfa era ignorante sobre el hecho que ya tenía una pareja de por vida y era él, Jung Hoseok.
El omega cuando terminó de cocinar, apagó el fuego. Notó el vacío de la casa, otra vez, ese silencio. El almuerzo se haría como siempre, ellos dos. Los señores Jeon regresaría hasta la noche de la empresa y solo irían a dormir, dado que cenaban en otro lugar.
¿Para qué tanto trabajo si abandonaban a su propio Hijo? ¿Eso era vida, tantas riquezas para qué?
Escuchó unos ladridos provenientes del jardín, frunció el ceño limpiando sus manos en un papel toalla. Se preguntó a que se debían aquellos ladridos, torció los ojos, eran los perros de la vecina, al parecer el escupitajo que dio sobre las galletas, no le fueron de maravilla.
Salió de la casa para ir a conversar con la vecina; pero aquello fue un completo error al percatarse que los perros le miraron y gruñeron. Hoseok les sacó la lengua de forma burlona.
¡Ja...no podrán hacer nada animales pulgosos, de todos modos, ese portón es muy alto para que...
Los dos dobermans corrieron en dirección de Hoseok y como si nada, empezaron a trepar aquel portón grande que recién habían hecho para que los animales no escaparan, dado que la valla anterior era muy pequeña y los perros se escapaban con más facilidad.
Hoseok pegó un grito cuando los animales se tiraron del otro lado.
¡Que están endemoniados como Jeon Jungkook!
Hoseok pegó un alarido para echarse a correr sin dirección alguna, los perros le ladraban e iban persiguiendo a no más poder. Jungkook iba caminando en dirección a la casa, cuando un rostro familiar y olor pasó a su lado a una gran velocidad sin mirarlo, el menor frunció el ceño para girarse sobre sus talones, notando el muy conocido pelo rojo chillante de aquel omega.
—¿No era ese-...debería dejar que los perros lo muerdan, así me deshago de él—murmuró en bajo Jungkook, pero los gritos de Hoseok seguían presentes a pesar que ya iba cuadra abajo—¿Y entonces...a quién molesto?
Jungkook gruñó transformándose en su forma animal, aquello estaba prohibido, volver a su forma de lobo mientras estaba en plena luz de día, ya que usualmente significaba peligro y pelea, sobre todo que, en la forma animal, pocos podían controlarse. Los perros se giraron y abrieron los ojos como dos huevos, soltando chillidos para agarrar otro lado y escapar.
¡Ja, ya no eran tan valientes después de todo!
Una patrulla de policía se encontraba haciendo su rutina diaria de supervisión cuando notó a un lobo grande que iba atrás de unos perros. Pensaron que ese animal se había descontrolado quería matar a los inocentes perritos, por lo que la patrulla encendió sus sirenas para seguir al chico que estaba haciendo vandalismo. Porque así lo consideraban.
Hoseok empujaba a quien se le cruzaba, creía que tenía una jodida mala suerte, no entendía aquí se debía que los perros de la vecina siempre le seguían con las ganas de morderlos. Se golpeó con alguien a medio camino, cayendo ambos al suelo. El pelirrojo subió su rostro, encontrándose con los de Jin, ambos se miraron con mucha extrañeza.
—¿Pero qué...está pasando? —preguntó aquel alfa con los ojos bien abiertos.
—¡Oh, Jin! —dijo Hoseok sonriendo espléndido—¡Corre! —gritó con todo el aire que le quedaba.
Hoseok se levantó de un solo tomando de la mano a Jin, el cual, bien podía transformarse, miró extrañado atrás, solo viendo como un lobo grande que al parecer era alfa cruzó a otro lado delante de él, unos perros. Iba a decir algo, cuando el pelirrojo lo arrastró casi por el suelo, el menor estaba que lloraba del pánico sin ver atrás.
Jungkook estaba a punto de tomar a uno de los perros con su hocico y tirarlo contra la pared,cualquier automóvil o muro; pero una cuerda sobre su cuello, lo rodeó, agarrándolo y pegó un chillido. El menor cayó tumbado al suelo, viendo a los perros escapar: ¿Y ahora qué?
Lo último que vio fue a Hoseok tomando a alguien de la mano , que no sabía quién era y luego estaba él, agarrado del cuello por una soga. Subió su mirada, notando a un policía que se le acercó y su lobo molesto, gruñó bajo.
Luego de unos minutos, Jin y Hoseok lograron esconderse en algún callejón con la respiración muy agitada. El alfa frunció el ceño al sentir un aroma sobre Hoseok que no había presenciado, se acercó a la nuca de aquel omega hasta que la fragancia de un alfa se apoderó de sus fosas nasales, gruñó en bajo, soltando al peli rojo. Era como si alguien hubiera dejado en claro que Hoseok era suyo, había dejado impregnado su aroma,ese alfa olía a pino y menta.
Jin miró al frente, dejando calmar sus respiraciones.
—¿Quién es?
—¿Esos perros? son de la vecina.
—No...¿Quién es tu alfa?—preguntó Jin sentándose en el frío suelo. —Parece que ya te marcaron. Tienes su lazo y una m-mordida—el alfa vio aquella extraña mordida, iba decir que se veía fea; pero por respeto, se quedó callado.
—Sí...así es—dijo Hoseok bajando su mirada al percatarse que Jin se había sentado en el suelo y se quedaba en un silencio profundo—Dime... ¿Nunca pensaste que sería de nosotros si nos hubiéramos dicho nuestros sentimientos?
—Seguramente tendríamos muchos cachorros—respondió Jin sonriendo tiernamente ante aquella pregunta—estarían corriendo por el jardín...llegamos tarde Hoseok —musitó en tono bajo aquel alfa.
Hoseok se sentó al lado de Jin, para después recostar su cabeza sobre el hombro de aquel alfa y ambos prefirieron que el silencio se hiciera compañía de sus sentimientos ocultos, no estaban molestos entre ellos, una paz se hizo presente, era como si ambos sabían que la hora de liberarse de esos pesares que prefirieron callar.
Jin giró un poco el rostro del pelirrojo hacía él para depositarle un beso sobre la comisura de sus labios. Hoseok se sobresaltó, el beso no duró mucho, solo fue un roce de dos segundos. El omega bajó la mirada poniendo sus manos sobre el pecho del tipo para separarse—¿Puedo hacerte una pregunta? —Hoseok contempló directo a los ojos del alfa—dime...que eres feliz.
Jin afirmó y acarició con dulzura la mejilla de Hoseok.
—A pesar que Jimin y yo no somos perfecto y tenemos ciertos problemas, de alguna forma nos complementamos.
El menor no pudo contener sus lágrimas frente aquel hombre, seguramente esa despedida era lo mejor y así cerraría con llave aquel capítulo de su vida. El alfa al ver aquello lo abrazó Jin era feliz, eso podía complacer sus frágiles sentimientos y creyó que era suficiente.
Ahora le tocaba a él, pasar la página.Ese libro de su amor, ya estaba lleno, no había más páginas que llenar, debía solo cerrarlo y superarlo.
Jungkook no sabía, no. Mejor dicho, no comprendía porque se encontraba en la estación de policía, ni siquiera había escuchado de la dichosa ley de no andar en forma animal por las calles, hasta sonaba estúpido cuando ellos tenían sangre animal en parte. Suspiró con pesadumbre cuando el policía terminaba de anotar sus datos.
¿Por qué solo a él le pasaban esas cosas? ¡Por querer ser bueno, le iba mal!
Una oficial se acercó con leve decepción en su rostro, haciendo una leve negación con su cabeza.
—No me contesta ninguno de sus padres, me mandan al buzón de voz—dijo ella mientras se acercaba al menor. Jungkook al escuchar aquello desvió la mirada—¿Seguro que son los teléfonos de tu padre? No puedes salir de aquí hasta que pagues una fianza. Lo siento chico.
—¿¡Qué?!—alzó la voz Jungkook ante aquello, torció los ojos y solo se le vino a la mente una persona, suspiró. —Hay...alguien más.
Hoseok abrió la puerta de la estación de policía cuando la llamada a su celular había caído, a su lado venía Jin que aún le hacía compañía, el pelirrojo se dirigió rápido al primer puesto de un oficial. Jin le siguió en silencio mirando a su alrededor, él nunca había estado en una estación de policías y solo lo veía a través de las novelas.
—¡Jeon Jungkook! —alzó la voz el omega acercándose al alfa con leve agitación—¿¡Ahora si te crees Bad Bunny?
La oficial que estaba encargada del caso de Jungkook se acercó con una noble sonrisa.
—¿Es usted Jung Hoseok? —preguntó la mujer.
—Sí soy yo... ¿Me quiere explicar porque Jungkook se encuentra aquí?
—Quebrantó una de las leyes de la ciudad, moral, y también en su captura, hizo forcejeo, lastimando al policía, que solo hacía su proceso de capturarlo. Cuando vino a la estación trató de huir por segunda vez, ah... sin contar que unos de nuestros compañeros se encuentran en la clínica por revisión. Se le acusa de abuso contra el poder, obstruir la justicia, inmoralidad, y romper la ley sobre no andar en su forma animal al aire libre...
¿Siquiera existe esa ley?
—Bien ¿Hay alguna forma de sacarlo de esas rejas?
—Lo siento mucho; pero la fianza para su liberación es de mil dólares—interrumpió aquella mujer.
Hoseok se quedó perplejo, enarcó una ceja viendo al alfa. Su demonio interior sonrió divertido.
¡Al fin, aprenderá a comportarse! No espera...eso es malo para mí, si sus padres se enteran que estaba bajo mi protección me echaran y... ¡Jeon Jungkook, que te odio! Tengo que hacer algo... ¿el qué, el qué?
Hoseok se echó a llorar en el suelo al escuchar aquello.
Jin frunció el ceño mirando a los lados preguntándose que estaba aconteciendo. Jungkook se levantó al olfatear un aroma familiar, se acercó a las barras de metal, viendo al omega. Se sorprendió, realmente el omega sí había llegado cuando sus padres no lo hicieron.
Frunció el ceño, ¿Por qué demonios Jung Hoseok estaba tirado en el suelo como si alguien se le hubiera muerto?
—¡Es mi culpa oficial, he sido un mal hermano! Cuando el niño era pequeño, se cayó de su cuna y quedó pendejo, mi mamá me dio con la chancleta y mi padre era un maldito alcohólico que se iba con putas! —Hoseok se pegó en el pecho mientras abría más la boca, para pegar un alarido de fingido dolor—¡y desde entonces el niño le ha costado adaptarse! ¡Es un poco retrasado, pero así lo quiero! ¡Yo trato de protegerlo contra nuestro abusivo padre! —Hoseok puso sus manos en el pecho, fingiendo mucha lástima—¡No tenemos dinero, venimos de una familia problemática... ¡Ay! ¿Qué le diré a nuestra ancianita, mi viejita le dará un infarto y se morirá... ¡Es mi culpa, lo sé!
Hoseok se empezó a pegar en el pecho fuertemente y las personas presentes miraron de mala cara a la oficial, el peli-rojo hizo un puchero limpiándose las lágrimas, la alfa sintió mucha lástima por ese chico ¡Pobrecito, tantas desgracias y siendo muy joven!
Jungkook y Jin no se podían creer aquella escena del omega.
Hoseok dirigió una mirada al cachorro alfa y le tiró una mirada aniquiladora, Jungkook tragó tragó duro, el omega miró al frente y fingió tristeza. El alfa chilló por sus adentros, esos ojos cargados de molestia, le avisaban que de esa, de verdad no se salvaría.
¿Y...qué tal mi actuación?
La oficial al percatarse de la mala mirada de sus compañeros, tragó más duro y se acercó al omega—Cuanto lo lamento, no sabía que su hermanito tenía un especial retraso. —Jungkook abrió la boca a no más poder hasta que casi se escuchó el crujir de sus huesos.
¡Realmente Hoseok siempre hacía de las suyas!
El omega afirmó limpiándose las lágrimas y Jin, uniéndose al drama del menor, solo le acarició y abrazó como afirmando.
—¿Y usted quién es? —preguntó la oficial al atractivo alfa que abrazaba al omega.
—Soy...el otro hermano que paga las deudas de su padre. —comentó Jin.
—El hijo de la amante—recalcó Hoseok—hace poco nos dimos cuenta que éramos hermanos...¿No sabe lo bonito que se siente saber que no es hijo único?
Jeon Jungkook puso los ojos en blanco, mordiendo el interior de su mejilla, su alfa gruñó: ¡Aleja esas manos del omega! ¿Dónde creía que estaba tocando?
Hoseok frunció el ceño y miró de un solo a su amigo. Jin le guiñó el ojo divertido, para decirle casi en susurro al mayor.
—¿Qué eso no era una frase del libro? –preguntó el pelirrojo a Jin.
—Sh, nadie más de estos lo saben—contestó su amigo susurrando por igual mientras fingía tristeza por igual
—¡Ahorita libero a su hermanito! ¿Sí? Aquí no ha pasado nada—dijo la oficial rompiendo aquellos papeles donde se encontraban los datos de Jeon Jungkook . La alfa se dirigió a la celda donde mantenían a Jungkook encerrado.
La oficial se acercó donde el joven, abrió la puerta y con leve pena, le entregó unos golpecitos en la espalda. —Como lo lamento—dijo ella abrazando a Jungkook, quien se tensó ante aquel abrazo y miró a Hoseok, el cual solo le dio una sonrisa ladina muy disimulada que nadie notó. Hoseok se levantó con ayuda de unos oficiales, y sacó un pañuelito para seguir en su perfecta actuación.
¡Hasta merecía un jodido premio Oscar!
Jungkook pasó del lado de aquellos dos; pero su lobo gruñó cuando notó el aroma de Jin que se había quedado impregnado sobre su omega. El otro alfa le miró en ese instante, ambos se miraron directo a los ojos; pero Jungkook retrocedió con cierto temor, al percatarse de que aquel hombre era mucho más fuerte y su lobo no pudo hacer mucho que chillar en silencio y resignarse a quedarse quieto.
Hoseok no cambió su cara de tristeza hasta que se encontraron a unas cuadras más debajo de aquella estación de policía y cuando ya estaba seguro que nadie le vería, su tristeza pasó a ser de un rostro serio.
—¡La próxima y dejo que te pudras en la cárcel! —le gritó molesto el omega mientras ponía sus manos en la cadera para seguir caminando—¡¿Y qué estúpida ley era esa? ¡Este mundo ya no sabe que inventar!—hizo una mueca—rimpi li li di ni trinsfirmirsi.
Ambos alfas se miraron por un momento entre ellos, viendo como Hoseok seguía caminando, hablando solo y quejándose de las leyes de la vida. Jin sonrió divertido ante aquello; pero el lobo de Jungkook no, estaba molesto, sintiéndose en un estado constante de peligro. —No es tuyo—dijo el lobo de Jungkook gruñendo. —No...dejes de nuevo tu apestoso aroma sobre ese omega. —y dichas aquellas palabras el menor siguió a Hoseok en silencio para meter sus manos en los bolsillos del pantalón.
Jin frunció el ceño al escuchar aquello.
Jeon Jungkook sopló sobre el oído del omega, quien le dió un empujón ante aquella acción.—¡Ah, guacala, que asco,no me pases tus gérmenes!—comentó Hoseok para apresurar sus pasos, Jungkook fijó su mirada en el culo del omega, quien al sentir una fuerte mirada, se cubrió rápido y se giró con los ojos en par—¡Jeon Jungkook!—gritó alterado. El alfa silbó para fingir ver a otro lado.
Cuando pasó de lado del omega y se alejó, Jung Hoseok suspiró: ¿Qué demonios? Ese tipo se estaba saliendo de control.
Gracias por su apoyo solecitos ^^
[Cualquier error de ortografía, redacción, avisad por favor, esto se corregirá cuando el fanfic pase a edición]
¡Recuerden el lema de la familia!
∞ Somos Sol que calienta; pero no quema 7w7r ∞
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top