C.27
Cualquier falta ortográfica, avisadme. ¡SON MI BARRIO, AVISENME ! :V les amo ^///^
AU: Alternative universe : Puede haber cambios drásticos de la descripción de los personajes, es decir que su carácter puede no encajar con la realidad.
Ar: Alternative realitive: Los lugares donde se desarrolla la historia, pueden no ser los mismos que en la vida real. ^U^.
¡No olviden el lema de la familia 7v7 !
∞ Somos sol que calienta; pero no quema 7w7∞
Hobi se contempló la espalda y suspiró pesadamente, las marcas del látigo habían quedado marcadas, aún rojas. Respiró con profundidad, sintiéndose cansado. La puerta se abrió y terminó por cubrirse rápido con la bata gris, contemplando a un Jeon Jungkook radiante , que traía una cajita de donas para entregársela a su adorado solecito. El peli naranja frunció el ceño, se sentía asqueroso, sucio en todos los sentidos, debía detener los sentimientos del menor lo mejor posible.
—No sabía que sabor le gustaba, así que traje una variedad—se acercó a la mesita donde Hobi solía tomar sus té por la mañana, cerca de la ventana de aquel piso. Jungkook pensaba que desde allí el mayor tenía una hermosa vista. Dejó sobre la mesa la cajita.
Hobi se contempló en el espejo, dio un fuerte respiro para fingir su mejor sonrisa. Se comparaba con un payaso, que trataba de hacer feliz a los otros, mientras por dentro moría, lento y sus pensamientos se desgarraban, lo único que lo hacía seguir adelante, era el poder pagar la deuda y así lograr tener una vida normal después. Si lo lograba. Las manos de castaño se posaron sobre sus hombros, dio un pequeño brinco por el tacto del menor. Realmente el menor no pensaba darse por vencido en cuanto dejar de amarlo se tratara.
Hobi se giró sobre el banco, posando sus manos sobre la cadera del menor, se acercó para respirar el aroma del jovencito, subió un poco la camisa de este y entregó un beso en el vientre bajo. Jungkook se estremeció ante aquello, sorprendido por la inesperada conducta del peli naranja. Hobi necesitaba sexo, uno que le recordara que aún era un humano que valía la pena, no, querían que le hicieran el amor, y Jungkook se lo haría, porque el jovencito estaba loco por él, no lo trataría mal, su amor puro podía sentirlo aliviado después de haber sido maltratado por un patán mientras le pronunciaba cosas sucias al oído. Hobi jamás había odiado tanto su trabajo.
Esta vez sería la primera y última vez que pidiera algo así, jamás le decía a alguien; pero lo necesitaba, quería curar el lío de sus pensamientos. Se levantó de su asiento para buscar el cuello del menor. El otro se quedó quieto, pensativo, queriendo comprender aquel extraño comportamiento donde su mayor tocaba sus pieles; pero su excitación le pudo y era más fuerte que tratar de analizar la conducta del mayor. Enrolló sus manos en la delgada cintura del peli naranja dejando que este depositara besos sobre sus cuellos y clavículas.
Jungkook quitó las pitas de la bata que Hobi cargara, contemplando aquella desnudez, frunció el ceño al notar ciertos moretones que permanecían entre los muslos y brazos. ¿Porqué Hobi cargaba tales marcas?.—¿Hyung, qué le pasó?—preguntó preocupado mientras con su dedo las tocaba con cuidado, sin ejercer presión. El mayor desvió la mirada, joder, había olvidado esos moretones que días antes aparecieron en su piel tal cual cuadro de pintura fuese. Tragó en seco, tenía que desvíar los pensamientos del ojos brunos, por lo que decidió tomarlo de la cabeza y le beso con hambre sus clavículas. Jungkook se dejó besar. Venga que tampoco podía tener como santo al mayor sí el sexo formaba parte de sus necesidades diarias.
Sus respiraciones se hicieron rápidas y el menor rodeó las piernas del mayor sobre sus caderas, presionando su erección con él otro, disfrutando de los roces intensos y las fricciones de ropa con piel desnuda.—Hobi...—dijo el menor empezando a desprenderse de sus ropas, el calor ya amenazaba en él, la vestimenta le eran una molestia.
Contenerse, al diablo con eso, había esperado mucho tiempo, incluso, podría decirlo que a pesar que Hobi era un jodido imán de la seducción, lo atesoraba como si fuera el más bello arte. Permaneciendo ya desnudo, sus manos recorrieron desde el cuello del mayor hasta bajar al vientre, con solo tocar la piel bronceada de Hobi, le gustaba, lo apreciaba, eso era como un pequeño fetiche.—Hyung...me encanta—pronunció el menor entre gemidos mientras seguían frotando sus miembros. Hoseok le miró a los ojos y le sonrió dulcemente, mientras acariciaba ese rostro del ojos brunos.
El menor se dirigió a tomar uno de las bolsas de condones; pero la mano del mayor lo detuvo—Solo, esta vez no será necesario Kookie—pronunció el mayor poniendo ambas manos sobre el rostro del ojos bruno—Pero Hyung las reglas...—Hobi posó su dedo sobre los labios de Jungkook, mientras negaba con la cabeza, para después generar en su rostro una sonrisa cálida. El menor se quedó casi sin aire, se relamió los labios, con temor, después de meditarlo, besó los labios del peli naranja, y otra vez, el mayor se lo permitió, dejar que sus labios rozaran para después la introducción de la lengua del joven se hizo presente, las lenguas empezaron a pelear dentro, hasta que la respiración les hizo falta, se separaron con agitación.
Hobi rodeó sus manos en el cuello de Jungkook, el cual daba suaves embestidas; pero tocando su punto dulce, sus gemidos roncos sobre el oído, lo habían puesto como perra en celo, el mayor quería más.Su erección estaba dura y el menor jugaba con ella, de algún momento a otro el ojos bruno había aprendido como darle placer, riéndose ante el hecho que unos meses atrás Jungkook era un virgen; aunque ser virgen y conocer la anatomía o dar placer,e ran cosas distintas.—Hyung...Hyung...oh Hyung!—Jungkook sintió un cosquilleo en su vientre, avisándole lo que venía. Apretó duró contra la próstata del mayor para luego depositar su cálido semen en el interior. Hobi se estremeció mordiendo sus labios inferiores. La mano del manor bombardeaba con más velocidad y fuerza su polla, terminando después de unos minutos en correrse entre las manos del joven y el vientre de este.
Jungkook se recostó sobre el pecho del peli naranja, dando respiraciones agitadas, ambos trataban de controlar sus respiraciones. El ojos brunos deposito un casto beso sobre la mejilla de Hobi, el cual le miró con suma tristeza, ahora debía decirle que se fuera, que nunca apareciera por la puerta de ese edificio, que ahora atendería a alguien que había pagado mejor, sí, ser un maldito patán con el menor. Hizo a un lado a Jungkook, para bajarse de la cama, y dirigirse al asiento. El menor le miró de pie a cabeza, sus ojos recorrieron las marcas de la espalda. No había tenido la oportunidad de ver aquellas marcas; pero estaba seguro que Hobi no se las había hecho sola.
Se bajó de la cama para girar de un solo al alto, quien abrió los ojos en par ante aquel trato, agitado miró como una furia en los ojos del menor se encendió.
—¿Porqué tiene esas marcas? No son mías, yo jamás le dejaría algo así. ¿Acaso usted...se está acostando con otro?.
Jungkook sintió algo en su interior quebrarse.
—Ah. ¿Esto?—dijo fingiendo no tomarle importancia al comentario del menor—Te lo iba decir; pero ahora tengo un cliente que paga mejor suma que tuya, por lo tanto, esta fue nuestra última vez.
Jungkook no podía creer lo que había escuchado.
<<¿quién, porqué?>>. Se preguntó mentalmente.
Se hincó al suelo, poniendo sus manos en las rodillas del peli naranja. Era una broma, ¿Cierto?. Hobi no era así, su Hobi no lo iba permitir que alguien lo tratara de esa manera, y ese "alguien" estaba destruyendo a su arte. no...su Hobi, ni siquiera lo amaba. ¡Claro, el dinero!. Sintió celos y cólera. ¿Quién había pagado por más por el hombre que amaba?.
—¿Quién es?. Hyung, no me haga esto, dígame que no lo aceptó.
—¿Porqué debería de rechazarlo? Ofreció más que tú—evitó la mirada del menor—sabes como son la cosas, el sexo que acabamos de tener fue como un regalo de despedida. Asi como el que te di de Bienvenida en tu cumpleaños. Te dije que te retiraras a tiempo niño. No me hiciste caso.
—No...Hyung, por favor. No me haga esto yo lo amo...
—¡Por todos los demonios! —alzó la voz Hobi, debía hacer lo posible para que el chico se fuera y lo odiara—¡No te amo! ¿¡no lo entiendes?! No te veo como un hombre, si me dejaba tocar por ti entre otras cosas, es porque recibía dinero, es mi trabajo Jungkook.—empujó al menor para dirigirse a poner su bata.—Solo fue sexo, follamos como cualquiera lo haría. Soy un prostituto. ¿Qué esperabas? No amo a nadie, no lo necesito. Estoy por el dinero.
Jungkook estaba en blanco ante aquellas palabras. ¿Qué fue entonces todo lo que habían hecho anteriormente? Se contempló sus manos, las cuales temblaban y sudaban en frio.
—Para mí ni fue sexo...le hice el amor.—dijo levantándose para acercarse a poner sus prendas.
Hobi sintió ruborizarse ante aquellas palabras, se sentó en la cama, atándose la bata, sentía flaquearse.
—Tú no sabes lo que es el amor. Si me quieres de nuevo, entonces paga por lo que ofrece mi nuevo cliente—le sonrió con amargura, es más, sonrió para tratar de evitar llorar.
<<Vamos Hobi, esa actuación no se te da, debes parecer realista.>> se ordenó a sí mismo Hoseok.
—No...talvez no sepa lo que es el amor—comentó Jungkook poniéndose sus pantalones—pero sí sé lo que siento por usted.— y usted...Jugó conmigo, con mis sentimientos.
Hobi desvió la mirada aún sosteniendo su risa falsa en el rostro.
—Yo te advertí desde un principio; no quisiste hacerme cargo.
—¡Me lo advirtió pero no me detuvo!—alzó el tono el ojos bruno.
Hobi dio un pequeño brinco, tragó en seco. Cierto, nunca lo detuvo, dejó que el menor fuera más allá. Talvez fue su culpa, se acostó en la cama para darle la espalda al chico.—Cualquier cosa, ve a vértelas con Yoongi, ya no me sirves.—Jungkook sintió sus lágrimas de la rabia, terminó de vestirse. Por último, cerró la puerta con fuerza, molesto de sí mismo, se lo habían advertido; pero el prefirió ignorar. Jungkook no pensaba quedarse así, necesitaba respuestas. Sobre todo saber quien era el imbécil que le había arrebatado el derecho de estar al lado de su peli naranja.
Al llegar a la oficina, Jungkook apretó su mandíbula, minutos antes pasó por su carro, sacando una maleta con grandes billetes, que había obtenido de una reciente venta. Abrió aquella puerta, viendo a un muchacho completamente agitado, esté tiró unas maletas con dinero, el dinero lo tenía en el carro, dado que iba depositarlo al banco; pero había entrado en un momento de locura, de arrebato total a sus sentimientos, no quería pensar, no lo haría, la furía le hervía. Jin se levantó exaltado ante aquello, notando como ese joven de pelo azabache abría aquellas maletas y tiraba todo el dinero sobre el escritorio, a Jin le pareció un dejavú, claro, sin ser esta vez el personaje principal.
—¿¡Cuánto...dio ese tipo por él?—preguntó con una risa llena de amargura el joven. Apretaba sus mandíbulas. Estaba siendo irracional, lo sabía; pero venga que le han quitado al hombre que ama, que con la única forma de verlo y su única salvación era con el dinero.
Joder, Jungkook se quería secuestrar a Hobi, lo haría, no lo estaba tomando ni como opción. ¿Otras manos tocando sobre su pequeña obra de arte? No, eso no era lo que le había puesto histérico.¡Eran esas marcas, esos golpes y moretones sobre el mayor, sobre su musa!. Yoongi suspiró en bajo, pasándose sus manos entre sus negros cabellos, claro. Hobi había decidido terminar la relación.
—Lo siento; pero no puedo darte datos sobre los clientes.
—Él dijo que ya no quería verme—murmuró casi gruñendo el menor.
—Entonces si ya te dejo claro las cosas, temo decirte que te retires. Hobi no quiere verte, no pongas peor la situación y respecto al cliente...su suma es más de lo que tú puedas dar.
—¿Entonces sí doy un millón de dólares?.—Jungkook se pasó las manos por su rostro, frotándosela una y otra vez. ¿Qué era para él esa cantidad de dinero? No, no lo tenía ; pero podía conseguirlo. Era capaz.
Jin casi se le quiebra la quijada ante la impotencia de aquel jovencito, estaba de visita ese día, para querer apacigüar un poco las cosas con Yoongi. Miró al pálido, quien no había cambiado mucho su rostro, aunque Min Yoongi no era un hombre que tuviera tantas facetas en su rostro. Sintió lastima por aquel muchacho. Demasiada para ser verdad, ni el mismo se había vuelto en un estado tan deplorable donde el orgullo lo mandara a la mierda por alguien.
Hobi apareció por aquella oficina, contemplando el desorden que se había formado. Su corazón dolía por tener que lastimar los puros sentimientos de ese niño, no, Jeon Jungkook no era ningún niño, lo sabía. ¿Porqué lo había etiquetado de tal manera? No contempló al mayor, ignorando su presencia, se dirigió a sentarse sobre las piernas del peli negro, sobre Yoongi, quien no se esperaba aquello. Jin se quedó en silencio, preguntándose que trataba de conseguir su amigo con tal conducta, realmente Hobi no era así, ser un maldito patán no le iba.
—¿Qué haces aquí?. Vete—comentó el peli naranja tratando de mantenerse duro con el menor.—contempló aquel dinero que yacía sobre la mesa—Tú dinero no sirve ya, me entregó al mejor postor niño. Al parecer no eres tú.
—No estoy hablando contigo, así que cállate—le habló en alto el pelo azabache dirigiendo su mirada a Yoongi.Por primera vez, le había faltado el respeto al hombre que amaba; pero estaba lleno de molestia total.
—Lo siento chico; pero...tienes que retirarte—comentó triste Jin—las cosas son así. Hay otros chicos disponibles en el edificio.
—Esto no es contigo tampoco—gruñó el menor.
Yoongi agarró su pistola, lo había pensado, el tener que amenazar al chico con aquella arma; pero dada la situación que el otro no quería irse, apuntó en dirección a él. Hobi miró a Yoongi, sobresaltado. Jin igual. ¿Por qué el tipo tenía una pistola a su alcance?.—Retírate ahorita, antes de que te vole los sesos. No eres el único con buena puntería, conozco tu mundo, así que, vete por las buenas.—amenazó el pálido. Yoongi no había tocado un arma hace mucho tiempo; no la necesitaba tampoco dado que su edificio se encontraba en un terreno neutro y las pandillas entre otras ocasiones no podían hacer de las suyas; pero la protección siempre debía estar presente.
El joven dirigió una mirada última a Hobi, para luego contemplar el dinero, ya no le importara, que se quedara allí aquellos billetes, no le harían falta. Con zancadas fuertes se retiró del edificio. Su interior se rompió en mil pedazos, Jungkook jamás lloraba; pero por primera vez, aquel gánster, conoció lo que era sentir el dolor de un rechazo, las lágrimas eran saladas, así como el presente que le rodeaba ahora.
Maldito mundo de mierda en el día en que lo vio nacer, maldita la maldición y el destino que su padre le había entregado. Su musa...le habían quitado al amor de su vida, le arrebataron lo que más quería, entonces todo le pareció tan insignificante de nuevo.
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