C.2
Jungkook estaba acostado, contemplando el techo de su pared, gritaba internamente de la emoción. Los pensamientos iban libres y saltarines, se mordía los labios recordando la noche anterior. ¡Había dejado de ser virgen!. Ahora podía sentirse orgulloso ante aquello. Cuando ingresó al edificio, realmente lo dudo mucho, un compañero de su padre había conversado sobre tal lugar, halagando y dándole honor al edificio, comentando que era el mejor burdel hay cual había pisado. Jungkook, solo oyó de paso ese tema que el hombre se tenía con su padre, no preguntó la razón del porque hablaban sobre eso.
Jungkook no era idiota y sabía muy bien, que su padre tenía una fascinación con los jóvenes de bello rostro, había llevado a chicos a la casa, que no le ganaban ni por muchos años, los metía a la cama como si fueran algo digno de apreciar. Sus padres no estaban juntos, podía decir que su embarazo fue desprevenido y ahora veinte años después, el vivía con su progenitor y los fines de semana iba a la casa de su madre, quien vivía muy bien para ser ciertos, la mujer era todo una astucia andante, tenía ropa de marcas, iba a reuniones de la alta sociedad, teniendo a su padre que le pagaba rodo, carros de miles de dólares y allí sabía Jungkook que su progenitora también era una interesada.
Jungkook muchas veces se preguntaba que era realmente el amor, porque él sabía que lo que sus padres tenían o tuvieron, no es ni fue amor. Solo dinero, el dinero parecía dividir a la sociedad, marcándoles como etiqueta que era bueno o malo, servible o inservible. Jungkook quería encontrar el amor verdadero, poseer una familia y un hombre a quien amar, darle lo que pudiera a su pareja, hacerlo reír, feliz, encontrar su obra de arte, una la cual podía apreciar por horas y nunca aburrirse, un hombre que también le amara por igual y no le importara el dinero, un hombre que no le importara también su oscuridad. Hombre, porque no se imaginaba con alguna mujer, conocía muy bien su sexualidad y a aquel bando le iba cuando cumplió trece años, su madre no le tomó importancia a sus preferencias, su padre era el menos indicado para reprenderle siendo este quien contrataba jovencitos para el sexo. La vida de Jeon Jungkook era simplemente tan llena de los pecados de los adultos y como estos vivían entre la mierda, que buscar algo diferente le era una osadía.
Y entonces se le vino a la mente el chico del burdel, no podía lamentarse, un chico atractivo se hico cargo de su virginidad y fue lo más amable del mundo, una amabilidad que poco conocía en su mundo, es más, no existía porque las bestias andaban al acecho y él no podía mantenerse en calma, vivía en alerta. Todo alrededor del chico que le atendió brillaba, era como si estuviera libre de cualquier suciedad, tan puro y al mismo tiempo tan lastimero, una joya digna, capaz de hacerle sentirse pleno consigo; pero ese vivía en un lugar de mala muerte y otra vez, el dinero maldito se hacía presente. Podía estar no razonando, imaginando los rasgos del chico, del aroma de él, del cuerpo y como fue al tocarlo, tan suave y tan adictivo.
Se sentó en la cama de un solo golpe, teniendo la necesidad de ver esa lúz cálida, quería volverse lleno de nuevo, dejar el vacío en el que yacía. Tomó su celular y respiró hondo, debía calmarse primero y pensar en frio, no estaba dejando que sus razonamiento le gobernara, combinar los sentimientos de algo nuevo que experimentaba más el placer que también venía con eso, no era nada tranquilizante. Le había gustado, sí, ver el rostro del chico gimiendo y retorciéndose bajo su regazo. Tragó duro al sentirse como un pervertido por aquellas imágenes.
Hoseok aún no se había levantado, claramente no estaba durmiendo porque hace una hora permanecía despierto viendo el infinito de la ventana y la trasparencia de estas que mostraban los perfectos edificios construido a lo lejos del que ahorita vivía. No, no era porque tuviera sueño, estaba muy bien despierto, queriendo bajarse de la cama, si no fuera por el jodido dolor de su cadera, sí, el pequeño virgen le había dejado con un dolor de puta madre. Suspiró en bajo, así no podría atender a nadie ese día, solo rogaba que Min Yoongi fuera comprensivo y le dejara descansar.
El sonar de la puerta le hizo callar las mil y maldiciones que vagaban en su mente, unos ojitos saltones se asomaron con mucha diversión, también otros. Jin y Taehyung estaban haciendo de su presencia a buena mañana, talvez solo para preguntarle curioso cómo le había ido con el cliente nuevo y de paso burlarse, como siempre lo hacía. Por suerte para ellos, Hoseok era un alma tranquila, podía dejarse molestar y no estallar, era casí como una abuelita que se mantenía quieta en su mecedora mientras el nieto corría alrededor de ella. Hoseok era tan maternal y paternal al mismo tiempo, lo era todo y la felicidad que brindaba, tan cálida como contagiosa.
—Hobi, solecito madrugador. ¿Cómo amaneciste hoy? Se me hace extraño que no hayas ido a desayunar con nosotros, nunca te faltas una comida—dijo Jin acercándose casi saltando a la cama del menor.
—Puedo decir que amanecí completo. —dijo con cierto desgano el peli naranja.
—Oh, no me digas que te...¡Taehyung, el chico casi lo rompe!—río divertido Jin corriendo abrazar al piel canela, quien se había quedado quieto por el marco de la puerta.
—¿Ah, sí? —prosiguió el rubio riéndose por igual—eso pasa cuando por mucho tiempo no has recibido de una buena medicina, ya sabes.—guiñó el ojo divertido el menor.
—La medicina le daré a ustedes dos, par de gritones—dijo una voz fría casi gruñendo y escalofriante.
Jin garraspó su voz y junto con Taehyung sintieron un frio posarse por la espina dorsal, se giraron sobre su talones para contemplar a Yoongi, quien estaba de brazos cruzados, como todo un general, esa mirada muerta sobre ellos. Los trabajadores no pudieron más que entregarle una sonrisa estúpida de sus partes y bien forzadas. El rubio corrió de un solo donde el proxeneta sonriéndole tiernamente.
—Hoseok amaneció con dolor de culo, por el cliente de anoche.–comentó este mirando a Hobi, quien trataba de sentarse en la cama, lo logró entre quejidos y maldiciones.—parece que no podrá trabajar hoy.
—Lamento informarte—dijo Yoongi mirando al peli naranja—pero el novatillo de ayer pidió cita de nuevo, contigo—dijo sin mayor importancia—ya pagó, incluso, a veces admiro lo eficiente que son estos clientes—dijo al final con cierta sorpresa.
Hobi suspiró en bajo, no se lo esperaba, por supuesto que no, tendría que ver como arreglárselas para disminuir su dolor, unas cuantas pastillas le podían funcionar, sus amigos solo le miraron con cierta lástima; pero divertidos. Salieron del cuarto bajo la mirada de Yoongi, para después desaparecer por el pasillo.
—Sí me hubieras dicho más temprano, la secretaría hubiera cambiado la cita—dijo Yoongi con leve pena.—seré considerado y solo recibirás a ese cliente por hoy.
¿Cónsiderado? Esa palabra no era directamente para él, si no para ese chiquillo, que no lo fue y no podía ni culparlo, era un jovencito, aún hormonal, intenso, emocionado por su primera vez y torpe en el sexo. Sí iba estar teniendo a ese tipo de cliente, por lo menos el debería hacerse cargo y enseñarle como follarlo, porque ni de gracia estaría soportando dolor de culo todos los días. No señor. Le dio una suave sonrisa tan cálida al pálido que casi hacía derretir a quien pudiera, Yoongi sabía que la arma de ese chico era esa sonrisa con hoyuelos chiquitos en la comisura de sus labios.
Hoseok ya se estaba preparando mentalmente para la noche, tendría que explicarle muy bien al chico como iban ser las cosas, aunque temía que este reaccionara mal, pero venga, un virgen siempre estaba abierto a los consejos. ¿quién no quiere convertirse en un experto en la cama?. Se tronó el cuerpo hasta quedar satisfecho que algunos nudos hayan desaparecido. Un buen baño caliente, acicalarse como se lo merecía, después unas pastillas y estaría como nuevo, bueno, medio bueno. Algo a nada.
Jungkook estaba sentado en la silla del cuarto, con las manos juntas entre su pierna mientras Hoseok le contemplaba, el chico veía a cualquier lado menos a él, de nuevo, como si fuera la primera vez. Podía estar avergonzado, ciertamente; pero era un comportamiento muy extraño. El peli naranja se terminó de arreglar parte del cabello, el chico había llegado unos minutos antes de la hora indicada y le pareció, más indicado dejarlo entrar, porque el menor estaba inquieto, molestando a la secretaria cada segundo que pasaba.
—Bien, dado que, al parecer, serás un cliente habitual mío, te daré las reglas: No besos, no marcas sobre la piel y esto es solo sexo—dijo aquel hombre, Hobi podía hasta decir aquellas frases durmiendo porque era lo que siempre decía cuando un cliente se volvía casual. —por obligación se usa condón. Se respeta la hora que vayas a tener conmigo, ni un minuto antes ni uno después, hoy hago la excepción porque eres nuevo en este lugar. —Hobi decía todo aquello con tanta dulzura y tranquilidad, erizando los vellos del jovencito, quien ahora le miró relajándose, ya no sentía presión ni tensión.
—Sí...entiendo. —dijo asimilando aquellas palabras.
—Bien ,ahora, ven aquí lindo—dijo mientras daba golpecitos en la cama.
Jungkook tragó duro, realmente el nerviosismo no se le iba ir tan rápido, haciendo caso a lo que el mayor le decía se dirigió a sentarse al lado del peli naranja, observando encantado los ojos que brillaban de aquel chico, era simplemente admirable para él.
—¿Ya vamos a empezar?—preguntó mientras se trataba de acomodar, el perfume que cargaba aquel chico ya lo tenía prendido de por sí, se sentía con un deseo de querer tocarle, sobre todo la piel suave de ese hombre mayor.
—Dado que también eres novato en esto, te enseñaré un poco. La experiencia la irás tomando con el tiempo.—Hoseok tomó el lubricador que se encontraba sobre su mesa y la puso cerca de la cama—te daré consejos para que no vayas espantando a ningún futuro amante, no hay que ser tan bestia en la hora del sexo.
Hoseok casi quería golpearse duro contra la pared por estar enseñando tales cosas, pero se recurrió a la necesidad. Amaba tanto su culito y estar adolorido no era cerca de lo ideal.
—¿Le hice daño?—preguntó de un solo el chico asustado ante aquellas palabras.
Hoseok rió dulcemente ante la consideración, tarde; pero le pareció tierno.
—No dulzura, por supuesto que no. Ahora desnúdate porfavor.
Casí me jodes el culo y me partes en dos; pero te lo dejaré pasar.
Jungkook se desabotonó la camisa, Hobi no le había puesto atención anteriormente; pero el chico andaba vestido muy formal, con un saco azul, una camisa negra debajo con mangas largas, negro con figuras impresas de luna y estrella, sin contar con cuello alto, un pantalón azul que combinaba con el mismo saco, Hoseok ya casi se ahogaba del calor al ver aquella vestimenta, el andaba tan cómodo solo con una bata de dormir color verde libre que le cubría su desnudez y se sintió tan simple en ese instante. Contempló al chico desnudarse, aquellas vestimentas debían ser caras, podía deducirlo por la tela que estaban hecha, no es como si fuera bueno estudiando telas para saber cuales eran la que usaban en las marcas altas, no, solo lo sabía. No recordaba la razón; pero no era de sorprenderse cuando en aquel burdel recibían gente con mucho billete, Yoongi no se andaba con rodeos.
Cuando el menor ya permanecía desnudo con un poco de vergüenza, de nuevo. Porque Jungkook todavía no asimilaba el hecho de verse desnudo frente a alguien más, Hoseok lo tomó de ambas manos y ambos se acostaron en la cama. —¿Te han hecho sexo oral? —preguntó divertido el peli naranja mientras observaba fijamente al ojos bruno, el menor negó levemente mientras desviaba la mirada.
Hoseok bajó a la entrepierna del chico, mientras con sus manos acariciaba sobre los muslos levemente, no debía hacer gran trabajo de nuevo porque la semi erección del menor ya estaba presente. El peli naranja pasó un lengüetazo desde la ingle hasta la cabeza del pene. Y Jungkook se sonrojó ante aquella escena que sus ojos veían, había estado viendo cosas así en internet, en el porno y ahora era a carne viva. Realmente no podía disimular su emoción y agregándole a su excitación el tipo que chupaba de su polla era jodidamente atractivo para él, tenía un aire sensual como al mismo tiempo dulce.
El miembro de Jungkook estaba duro como una piedra y Hoseok no comprendió en ese instante porque su lujuria se activo orgullosa, casi quería inflar el pecho al percatarse que era él la causa de aquel estado del chico. Cuando terminó de hacer su trabajo con la polla del menor, se acostó en la cama, contemplando al menor para que diera el siguiente paso. Hoseok se sintió estúpido al recordar que el tipo ni sabía entender o estudiar que le esta pidiendo y suspiró en bajo, iba ser una larga noche.
Hoseok ya permanecía solo, su cita había concluido, solo le quedaba ver la oscuridad de la noche y la luz de la luna que entraba levemente a su cuarto, también contemplar la luces de los edificios lejanos, bueno, no es como si pudiera quejarse de su nuevo cliente, era torpe; pero ambos terminaban satisfechos. Realmente Jungkook era muy intenso, apasionado y al parecer al peli naranja le pareció algo exquisito, salir de la misma rutina de sexo suave para recibir uno más desenfrenado. Se sonrojó al recordar el tocar de la espalda del chico, tenía sus músculos tan bien definidos que muchas veces le creaba la ilusión de estar siendo follado por alguien mayor, a comparación de él, Hobi no tenía tan bien definidos todos sus músculos.
Pasado unos minutos, simplemente se dejó caer en los brazos de Morfeo, esperando al día siguiente, un domingo y su día libre, ese día que tanto anhelaba los fines de semana y lo llenaban de energía.
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