C.12
Hoseok se arreglaba un poco su desordenada cabellera mientras Jin se despedía del rubio. Hobi estaba muy feliz ese día. Su pequeño y lindo amigo Kim Taehyung, había conseguido un protector, al parecer Kim Namjoon, el cliente habitual de su amigo dio una suma considerable, comprando en todos los sentidos al menor. Ahora el menor se iba a vivir con ese hombre de mirada fina y todos estaban felices porque el menor del grupo salía del edificio de mala muerte y podía hacer sus sueños realidad y se lo merecía. Hobi pensaba que nadie más que Kim Taehyung merecía ser feliz en ese mundo, era un chico muy espontaneo que merecía toda la alegría del mundo.
—¿Llevas todo lo necesario, cierto?—le preguntó Jin con su hermosa sonrisa. Hobi contempló a ambos chicos sonriendo dulcemente, casi se aguadaba de la emoción; pero no.Tae afirmó mientras un carro negro, con un chofer parado en el asiento con la puerta abierta, le miraba, esperando que este terminara de despedirse.
—No me miren como si me estoy muriendo—rió el menor queriendo romper un poco el melancólico ambiente—estaré visitándolos, y ustedes pueden irme a ver también.
—¡Si algo sucede, tienes que decírmelo!—dijo Hobi muy emocionado, para luego hacer un leve puchero en su rostro.—¡Si te hace daño, yo le partiré su madre!.—dijo queriéndose mostrar su rudeza, que claramente no tenía.
Jin rió en burla al pelinaranja. Hobi le miró de un solo.
—Tú ni siquiera eres capaz de matar una flor, pequeño solecito—le recordó. Se dirigió al castaño—Yo sabía que ese hombre se iba convertir en tu próximo chulo, en tu protector...¿Cómo se le dice a este tipo de hombre?—preguntó para sí, tratando de recordar.
—Daddy—interrumpió Hobi poniendo su brazo alrededor del cuello del pelirosa.Luego contempló a su otro amigo, Tae radiaba tanta felicidad como siempre y tanta hermosura, suspiró para luego entregar una cálida sonrisa.—Kim Namjoon ahora es tu "Daddy" dijo burlón para luego ver a Jin, se sorprendió un poco, nunca lo había pensado así; pero su amigo el peli rosa las tenía también para ser el siguiente en irse de aquel edificio de mala muerte, deseando que este también corriera con la suerte. La idea de un Daddy era casi más tentador, —quiero un Daddy—rió divertido sin dejar de ver el perfil de Jin.
—¿porqué dices eso mientras me observas a mí Hobi?—preguntó Jin frunciendo el ceño con extrañeza.
—Admiraba tu belleza—dijo este serio.—tú serías el próximo en irte si corres suerte como nuestro pequeño Tae—despeino la cabellera del piel canela.
—¡Hyung, basta!—rió el menor mirándole con picardía—Además, usted tiene a ese chico que le compra cosas sin pedírselo, sobre todo ese anillo, que según investigué, cuesta cuatro mil dólares. Ni que fuera anillo de compromiso.—dijo con sarcasmo.
Hobi dio un suspiro al recordar aquel regalo por parte de Jungkook, realmente no sabía como decirle que no le comprara cosas para él.El menor últimamente andaba agrandando ya los presentes, trayéndole cosas que no podía aceptarlas, y esque realmente no podía, era demasiado y pararlo a esas alturas...ni siquiera él sabía porque dejaba al menor continuar con sus rituales de conquista. Suspiró cansado con solo recordarlo.
—Se lo regrese para tu mayor información. Mi humildad no me lo permitió quedármelo.
—Pues con esa humildad solo está haciendo que él se interese más en usted—se burló Tae entregando su sonrisa cuadrada.
Hobi enarcó una ceja derecha. ¿Y si Jungkook lo estaba probando?. Podía aceptar aquellos artilugios, andaban costando miles de dólares y luego venderlas para disminuir un poco de la deuda de sus padres; pero el hecho que fueran un regalo, de ese chico, que siempre llegaba solo para verle, no podía.
—Oh dioses, sigue así y desearé que de verdad te vayas para que me dejes de joder—dijo fingiendo molestia para luego pegarle suavemente en la frente.
Jin río al ver aquellos dos discutiendo. Se giró contemplando a Yoongi, el cual había estado allí todo el tiempo, en su silencio, como una león esperando al oportunidad perfecta, contempló a sus amigos y tosió en bajo. Los dos le miraron, para luego divisar al pálido. Tae se mordió los labios, acercándose al otro. Yoongi le miró de pie a cabeza el dichoso día había llegado, no iba a llorar en ese momento, debía demostrarse fuerte.
Hobi solo pudo contemplar a Taehyung y Yoongi con leve lástima, realmente las relaciones amorosas eran tan complicadas, y el aún no estaba para entenderlas de todo, recostó un poco su cabeza sobre el hombro de Jin.
—Hyung...ya me voy—dijo el menor con una voz suave y dulce.—Debe prometerme que comerá bien, se mantendrá con salud y cuidará de mis amigos. También que me visitará.
—Por los demonios Tae, no te vas a ir al otro lado del mundo, deja de querer ponerme nostálgico. Yo debería decirte esas cosas a ti—agarró de la cintura al menor para acercarlo a él.
Hobi enarcó ambas cejas contemplando a Jin, sintiendo ahora lastima por su mayor, realmente debía estar sufriendo. Notó a Jin desviar la mirada a otroa lado, era un momento de privacidad. El peli naranja se acercó al oído de su amigo.
—Jin...déjalos por hoy.—le dijo este con una dulce sonrisa en el rostro.
—Eh...sí.—dijo el peli rosa mientras se mordiá los labios.
Hobi podía casi sentir el dolor de lo que era tener un corazón roto, los triángulos amorosos siempre serían lios del universo. Acarició atrás de la cabeza del peli rosa, ambos concentraron su mirada esta vez en el rubio.
—Hyung, prométame que cuidará de Jin y Hobi. —le pidió aquel chico mirándole fijamente—ustedes han sido como una familia para mí. Además—contempló a su izquierda, Jin parecía estudiar el carro que yacía frente con el chofer—Hay alguien que puede hacerlo feliz si usted se lo permite. ¿Quién sabe? Algún día encontrará a una persona que le pueda llamar: "Su hogar". Todavía no encuentro la mía; pero cuando lo haga, se lo presentaré a usted.
"Su hogar". Hobi frunció el ceño, extrañaba aquella palabra, cuando aún podía desayunar con su madre y hermana, despedirse de ellos para ir a estudiar. Su vida había cambiado tanto como él también.Pero no podía quejarse del todo, aun tenía cariño presente.
—Si algo sucede Tae, cualquier cosa, puedes decírmelo, siempre estaré para ti, y esos chicos estarán dándome dolor de espinas también—señalo a los dos que estaban a un lado. —no dejarían que te hagan daño. Siempre tienes donde regresar. No es el mejor lugar; pero...no te faltará cariño.
Y allí estaban los tres, contemplando como el menor se despedía con esa sonrisa tan fina y única, alegre de la vida—¡Adios Hyungs, los veré después! —gritó el menor entrando al auto, la puerta se cerró. Aún podían ver al pequeño despidiéndose como un niño que era llevado a su parque favorito, aunque esta vez, para no regresar con ellos, y rogaban que no lo hiciera, que no regresara aquel edificio de mala muerte. El pequeño hermanito se iba de la familia.
Hobi sintió un poco de envidia, el también quería subirse a un carro y si era posible nunca regresar, Notó como Jin parecía aguantarse las lágrimas y al mismo tiempo el como Yoongi lo abrazaba por detrás, frunció el ceño. Realmente las relaciones complicadas eran toda una osadía que agradecía no tener que pasarlas.
.—Si alguien me encuentra y decide por mí—comentó Jin con una sonrisa ante la idea de también partir de aquel lugar—Espero que me despidas de igual manera—dijo con cierto recelo.
—Ni pienses que te vas a ir—comentó el pálido, quien le tiró una mirada fulminante—no puedo darme el lujo de perder a otro de mis mejores trabajadores.—dijo con un voz de molestia total
Dichas aquellas palabras, soltó de la cintura del mayor, metiéndose de nuevo al edificio, Hobi lo había escuchado, contempló a su amigo con cierto temor, al parecer al proxeneta no le había agradado en absoluto aquella declaración. Jin había tenido el valor para decir tales cosas. Aunque el pelirosa estaba más sorprendido por aquello, miró al peli naranja en búsqueda de alguna respuesta al comportamiento del mayor; pero no iba tenerla.
Hobi realmente no sabía como decirle a Jin que fue todo aquello.Le sonrió levemente a su amigo.Un carro descapotable frenó enfrente, los dos miraron al jovencito que llevaba unos lentes negros con aro circular de color oro.—Hablando de Daddys, llegó el tuyo—comentó Jin rascándose la sien. Hobi le dio un codazo al mayor, fijando su mirada al frente, donde Jeon Jungkook se bajaba con un hermoso ramo de flores rojas esta vez, realmente el jovencito era como chicle que no podía despegarse, maldijo en bajo con un chasqueo de lengua.
Jin ingresó al edificio y Hobi aprovecho para acercarse al castaño. Jungkook le miró de pie a cabeza, notando aquellos pantalones con rotaduras en los muslos, rodillas y otras partes que demostraban a la perfección su perfecta carne expuesta, entrecerró los ojos, sintiéndose incómodo.
Demasiada piel expuesta Musa.
Hobi le sonrió dulcemente tomando aquel ramo, bueno, las olio y al hacerlo simplemente no pudo evitar sonreír sin esforzarse. Las manos de Jungkook se rodearon a su cintura, atrayéndole a él, juntando sus pelvis mientras contemplaba como el mayor seguía cautivado y medio drogado por el aroma de las rosas.
—Ya que no me aceptastes mi regalo, te traje esto.
—Son hermosas—dijo este contemplándola como si fueran la más grande creación del mundo.—Gracias Kookie.
—Por cierto...creo que no lo recuerdas; pero...ya estamos cuatro meses desde que vamos así. Sé que usted no le importa; pero creo que estos meses han sido los mejores que la vida me ha entregado.
Hoseok subió su mirada, el ciertamente había perdido la cuenta; pero el menor no. Se ruborizó un poco ante esos pequeños detalles y un manojo de nervios se instalaron en su vientre. El peli naranja miró alrededor, percatándose que nadie los estuviera vigilando y después de una leve sonrisa, le entregó un beso en los labios al menor. Al hacerlo Jungkook agarró con firmeza al mayor; prolongando esta vez ese beso. Los labios de su mayor eran simplemente cálidos y suaves, quería tenerlos más tiempo de lo que podía hacerlo. Se soltó de él agachando su rostro.
Se sintió completamente intímidado a sus sentimientos, soltando a su musa. Hobi contempló al menor dirigirse a su carro y sentarse para luego encender el transporte. Jungkook simplemente no podía seguir con esos sentimientos, mientras más pasaba con su mayor, con su pequeño arte, el deseo de poseerlo se hacía más fuerte, como el cariño, no...ni siquiera era cariño o aprecio, era algo más fuerte.
Estaba realmente enamorado de ese hombre. Le sonrió levemente al peli naranja y decidió alejarse en aquella calle mientras apretaba sus labios y se maldijo. Ahora más que nada había deseado como su última gota de esperanza, salir de su maldito mundo.
Jungkook había encontrado su hogar, la calidez y la ternura, sí...en ese prostituto que simplemente vendía su cuerpo por alguna necesidad que él...no estaba dispuesto a seguir dejando que lo hiciera, no...estaba al límite de sus sentimientos.
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