Capítulo 1

— ¿Sabes qué pienso? —preguntó el castaño— deberías dejar de ser tan infantil, Yoongi.

¿Él? ¿Infantil? no, nada de eso. Terco quizá sería la palabra más indicada, pero ser infantil y tener un corazón que aún no terminaba de sanar eran cosas muy diferentes.

— No estoy siendo infantil —dijo mientras le daba un sorbo a su taza de chocolate— solamente no tengo el tiempo suficiente para ir.

— No es que no tengas tiempo —replicó el castaño— lo que pasa es que no quieres ir, e incluso me atrevería a decir que tienes miedo.

Yoongi rodó los ojos, ya habían tenido la misma conversación varías veces, aún no comprendía la insistencia de Jungkook con ese asunto, para que insistir si la respuesta a eso siempre sería un rotundo NO.

— Escúchame, Yoon. Te apreció y mucho, pero no puedes dejar que tu salud se deteriore solo por evitar a toda costa todo lo que tenga que ver con medicina. Es estupido, ya pasaron seis años y hace cuatro que te mudaste a Seúl, ya debes dejar ese tonto miedo que tienes.

— Nadie dijo que yo tuviera miedo — se cruzó de brazos.

— ¿Ah no? ¿entonces por qué evitas a toda costa ir al hospital? o, ¿por qué no aceptas clases con médicos o hijos de médicos? o, ¿por qué evitas incluso salidas conmigo para evitar este tipo de conversaciones? ya es hora de que superes lo que pasó con Jimin. Yo superé a Taehyung, es hora de que tú hagas lo mismo.

Mmm, lo siento, pero creo que eso no se va a poder. En serio, lo intentó, incluso intentó citas a ciegas, salir con amigos de kookie, citas a las cuales nunca llegó ya que siempre huía del lugar cinco minutos después de que kook lo dejara ahí, también con citas en línea, incluso trato de salir con su antiguo crush, pero nada de eso funcionó, siempre terminaba pensando en aquel cabello rubio y esos ojos marrones que lo volvían loco, así que eso de superar... No le sonaba muy realista a estas alturas de la vida, a pesar de que hubieran pasado seis años, era estupido lo que hacía, pero así era él.

— ¿Estás escuchándome, Min Yoongi? —este asintió repetidas veces a pesar de no haber escuchado ni una palabra pronunciada por su querido amigo— Seúl es una provincia muy grande, es poco probable que te encuentres con él, y si así fuera no sucede nada, ha pasado tanto tiempo que sería casi imposible que te reconociera.

— ¿Me estás llamando viejo, kookie? tal vez no seré muy mayor que tu pero tienes que respetarme.

— No hablo de eso, hablo del hecho que en este tiempo ambos pudieron haber cambiado en muchos aspectos.

— Como la edad ¿no?

— ¡Nadie ha hablado de la edad cabezota!

— Ya, lo siento, no te amargues. Por eso prefiero dar clases privadas en lugar de grupales, esos niños ya te volvieron loco.

— Eso no importa ahora. Lo que importa en este momento es que mi hermana fue a sacar una cita para ti en el hospital para la próxima semana —tomó su portafolio y saco la hoja de la cita, la puso en la mesa frente a Yoongi y continuó— Mi hermana dice que es un buen médico, un buen internista, así que no hay de qué preocuparse.

— Esto es el 16 de junio, es el aniversario de mis padres.

— Yoongi —nombró masajeando su sien— le compraste un crucero a tus padres, es obvio que ellos no estarán aquí, así que no tienes excusas para no ir.

— Sabes bien que no me gusta salir ese día.

— Claró que lo sé, odias los 4 de cada mes, odias el 4 de octubre, los doce de diciembre y en especial el 16 de junio. Soy consciente de que odias esas fechas pero ya es tiempo de que dejes toda esa tontería atrás. Entiende que él seguramente volvió a rehacer su vida y ya es tiempo de que hagas lo mismo con la tuya.

— Pero... —empezó a replicar pero fue interrumpido.

— Nada de peros, irás a hacerte un chequeo médico y solo tienes dos opciones, Yoongi. Una, irás tú solo como el adulto que eres, o dos, te llevaré a la fuerza tomado de la oreja y me quedaré contigo desde que entres hasta que salgas. Tú eliges, y no asistir no es una opción.

— No sé por qué insistes tanto. Mi salud esta bien.

— Que una anciana que vende especies en el mercado te dijera que te ves precioso y muy saludable, no quiere decir que estés saludable.

— Tu no puedes juzgarme. Tu no volviste a tener nada formal después de Taehyung.

— No estamos hablando de mi vida amorosa ahora mismo. Además, tuve novios luego de Taehyung —replicó.

— Claro, novios que duraron un mes y que tu mismo terminabas.

— Bueno, al menos yo no intenté hacerle amarres a mi ex.

Suspiraron, largo y tendido. Se vieron a los ojos, Jungkook negó con la cabeza, solo quería que Yoongi fuera a un chequeo médico, ¿acaso era mucho pedir? ¿Por qué tenia que ser tan cabeza dura? — No lo repetiré dos veces, Yoon. Ve a la cita, y no lo hagas por mí, hazlo por ti y por tu salud, ¿lo harás? —Le preguntó con ojitos de cachorrito regañado.

— ¡Ah no! No me pongas esa cara de conejo sufrido Kook, —suspiró y cruzándose de brazos se dejó caer en el espaldar de su asiento— Esta bien, iré solo a una revisión, pero si me siento incomodo no volveré nunca, así que, ¿trato? ¿te hace feliz?

— Voy a tomarlo pero me ofende muchísimo —Jungkook sonrió y extendió su mano — Me hace muy pero muy feliz.

Yoongi esbozó una sonrisa —Eres un pequeño manipulador, kookie— Ambos estrecharon su mano y cerraron un trato. Ahora si se había metido en un gran problema y tendría que enfrentarse justamente a lo que había estado evitando por años, precisamente seria un gran y bastante excitante desafío.

[...]

Estupido Jungkook, ya era hora que dejara de preocuparse por él. Según Yoongi, él tenía mejores cosas que hacer en lugar de estar frente a aquel consultorio, junto a gente desconocida y que verdaderamente estaba enferma, él no estaba enfermo. O bueno, quizá si lo estaba, mentalmente por ser la única persona que evita los hospitales por un pasado estupido. Asi que, según él, debería estar en con un psiquiatra en lugar de estar esperando a un médico internista.

— Bien, si hago esto Jungkook me dejara en paz y volveré a ser feliz otra vez —repetía eso constantemente en susurros con la esperanza de calmar sus nervios. Las manos le sudaban, su pie derecho era incapaz de quedarse quieto y, en serio, en serio quería salir corriendo de aquel lugar. Estar ahí era peor que estar en el infierno, con sus paredes blancas, gente estilizada de cabeza alzada, ya no soportaba estar ahí.

— Señor Min, —estaba perdido— Señor Min, — Quería huir— ¡Señor Min! —Le habló un poco más fuerte la enfermera para poder sacarlo de su trance.

— ¿Si? —Preguntó con seriedad, no tenía ningún tipo de emoción al tratar con el personal, tratar con ellos era como sentirse muerto por alguna razón.

— Necesito que me acompañe para llenar algunas formas, necesitamos completar su cuadro antes de que llegue el Doctor.

Yoongi volvió a suspirar, asintió y se levantó con pesadez para acercarse a la recepción a hacer lo que la enfermera le había pedido. Era un pila de papeles por llenar, esto no era parte del trato, si luego de llenar tanto papel la enfermera sacaba uno solo más, seguramente saldría por la puerta hecho un manojo de nervios y furia.

— Y... Este es el último —le dió un papel mas y Yoongi, ya un poco desesperado, se inclinó para terminar de llenarlo.

— Buenas tardes, SunHee —Saludó un hombre detrás de él, hombre al cual decidió ignorar por completo.

— Buenas tardes Doctor Park —la mujer saludó y suspiro a la vez que se sentaba en su silla de escritorio con su mirada soñadora y un leve sonrojo en las mejillas. Yoongi al verla frunció el seño y rodo lo ojos, seguramente en aquella época el había sido igual, y se sintió ridículo de solo pensar en esa posibilidad.

— ¿Otra vez suspirando por el Doctor Park, Sunhee? —Preguntó otra enfermera sentándose a su lado.

— Él es tan lindo, aun no puedo entender como alguien como él puede estar soltero. O sea, es un Adonis, es uno de los mejores médicos del hospital y también se graduó con honores de la Escuela de medicina. Es simplemente el hombre perfecto —volvió a rodar los ojos, había escuchado eso tantas veces de una persona que, simplemente ya no quería oírlo más.

— Aquí entre nos, —se acercó y la tomo por los hombros— lo escuche hablando con Kim en la cafetería del hospital. Al parecer hubo alguien en su vida, alguien a quien aun no ha podido olvidar. Deberías acercarte a él y hacer que olvide a esa persona, tu serías ideal para él, una linda enfermera con la cual compartir su vida particular y profesional, suena fantástico, ¿no te parece?

— Quizá tengas razón, Lisa. Quizá debería...

— Ya esta listo —habló mientras deslizaba la forma y colocaba el bolígrafo encima con un pequeño toque de brusquedad— ¿puedo retirarme?

Ambas enfermeras se miraron entre si, sorprendidas por la actitud seria y seca del paciente — Usted es el primero en la lista de pacientes del Doctor esta tarde, si usted gusta puede acompañarme al consultorio y puede esperarlo ahí mismo.

Al parecer este dia iba a terminar un poco mas rápido de lo que pensó. Al fin su obsesión por la puntualidad le servía de algo. Asintió y la enfermera lo llevó al consultorio del médico que supuestamente iba a atenderle, solo esperaba que el viejito o quien fuera llegara lo suficientemente rápido para salir de ahí e ir por una buena taza de chocolate al café de SeokJin.

Se sentó en la silla, volvió a sentirse nervioso y comenzó a morderse la uñas otra vez, pensó que ya había vencido ese mal hábito, pero al parecer regresó con esa pequeña visita al médico. Miró las paredes en busca de fotografías, la última vez que estuvo en el consultorio de su médico en Busan, este tenía una linda foto de su familia en su escritorio y otra enmarcada en la pared. Pero aquí, aquí no había nada, ninguna foto, ninguna señal de familia, nada. Lo único que le rodeaba eran paredes grises, totalmente grises y unos títulos en medicina colgados en una de las paredes.

Había olvidado sus anteojos en casa debido a la prisa, pero trato de enfocar su vista lo mejor que pudo y asi lograr leer el nombre impreso en aquel importante marco. Park Jimin, ese nombre, si no estuviera tan paranoico hubiera pensado que era él, pero existen mucho Park Jimin en Corea para pensar que sería él.

Se levantó de la silla para mirar mejor el pequeño retrato que había en el título. Nuevamente tuvo que enfocar su vista y entonces lo vio, y junto con eso también empezó a descender por su espina dorsal aquel escalo frío que lograba ponerle la piel de gallina y hacerlo desvariar.

— ¡Maldita sea!

Miró el reloj, faltaban cinco minutos, el tiempo exacto para escapar y ahorrarse todo el bochorno que estaba a punto de pasar. No podía, no estaba listo para volver a verlo. Corrió a su asiento y tomo su teléfono para marcar el número de Jungkook, era urgente que se reunieran en es momento de una u otra forma.

"El número que usted marco esta ocupado, por favor inténtelo más tarde o deje su mensaje"

¡Genial! lo que faltaba, ahora Jungkook no respondía. Tenía que salir ahí ya.

— Llámame, es urgente, tenemos que hablar ahora mismo.

Descolgó la línea y preparó su cosas para irse cuando la puerta d abrió de golpe. Un hombre de unos veintitantos entró luciendo un pantalón de vestir negro, camisa de vestir blanca, una corbata roja, la bata y sus anteojos negros. Se hipnotizo e idiotizo al admirar a aquel ser frente a él, un ser que había anhelado ver en persona desde hace seis años. Él estaba ahí, Park Jimin estaba ahí, era real, ahora la pregunta era, ¿lo recordaría?

— Por un demonio —susurró, si él aún fuera su papi, seguramente ya lo habría castigado.

"Y entonces todo se desplomó en su interior, su mayor miedo y su mayor deseo estaba frente a su ojos"

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Bueno aquí el primer capítulo, espero que les guste uwu

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