Parte 2
¡Segunda parte del fic, espero que la trama les esté gustando!
⚠️Antes de leer, considera lo siguiente:
📌 Para no hacer más largo el fic NO se realizó la narrativa estilo songfic, sin embargo quiero compartirles los videos de los que tomé inspiración para la participación de los protagonistas:
🥁 Para JUMP utilicé al grupo de Halestorm y la canción de "All I Wanna Do (Is Make Love to You)".
🎸 Para Shoto utilicé un cover de la canción "Ghost" de Justin Bieber (el video aparece arriba por si les interesa) cantado por Nonalign.
¡Ahora si, sin más los dejo con la continuación de la historia!
Cuando la noche arribó, Bakugou no se sorprendió de seguir en el mismo sitio.
Sus opciones de moverse fueron vanas cuando miró a Shoto desplomarse en el suelo cansado, entonces aceptó que tendría que quedarse.
Admite que no tiene sueño, pero si desea cubrirse del frío otoñal. Se pone de pie y se acerca al escritorio para encender la pequeña lámpara de noche. Con la pequeña guía de luz, se dirige al ropero abierto y escoge aquellas prendas que lucen más acogedoras y calientes —sin importarle el color verde limón o morado pálido que tienen —y regresa sus pies ante los durmientes del suelo y los cubre con la gabardina, él se coloca la otra prenda.
Toma asiento frente al escritorio y sus ojos carmín descubren que en el escritorio lo único fuera de su sitio es una hoja rayada que está prensada a un bolígrafo de tinta negra.
Las manos de Katsuki se mueven por inercia, arriesgándose a tomar la hoja y posicionarla frente a sus ojos que son testigos de leer una hermosa lírica de poesía melodiosa que no puede creer.
Estrofas bien posicionadas con versos que riman, además del conjunto de letras que, al ser pronunciadas con instrumentos invisibles, cantan una melodía dulcemente triste.
—Esta letra es...
Bakugou mira el cuerpo durmiente de Shoto y descubre que, en definitiva, tiene mucho más talento individual de lo que se había planteando ya hasta ese momento.
Y considera que, para hacer resurgir esa chispa que arregle su futuro, tendrá que guiarlo para romper las barreras de inseguridad de su propio talento.
El rubio aplaude con una euforia reprimida cuando siente la gama de ideas arribando con su nueva decisión.
Para cuando Shoto despierta —aún adormilado en plena madrugada —lo primero que sus ojos divisan es el perfil del rubio sentado frente a su escritorio completamente despierto. Siente el cuerpo ligeramente pesado que le exige permanecer recostado, y lo hace al ver a Café durmiendo entre sus brazos y notar que están arropados con su ropa.
—Asegúrate de dormir un poco más, tonto.
Sus ojos se desvían a la presencia frente a él, quien se había hincando mientras le daba alguna clase de golpecillo en la cabeza. Shoto parpadea con lentitud, sintiendo esa somnolencia que quiere apaciguar, pero no puede.
—Hablaremos por la mañana, descansa príncipe —Katsuki bufa, y aunque Shoto se siente ofendido, solo cierra los ojos y se deja atrapar en el sueño otra vez.
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Antes del horario de los ensayos, ambos se encuentran sentados sobre el suelo, mirando las hojas de papel regadas frente a ellos, acompañados de los ronroneos de Café desde su edificio de juegos.
—Y bien ¿qué opinas? —pregunta tras dar todo el relato de su ingeniosa idea nocturna.
Todoroki lo mira ligeramente cohibido, sus dedos apenas rozan la hoja que tanto cariño le tiene y que había sido su mayor secreto durante años. Siente como si las frases le hablaran, tanto como la mirada inquisidora del rubio frente a él que golpetea con los dedos las hojas restantes llenas de ideas, notas y arreglos musicales.
Shoto siente que no dejan de golpearlo latigazos que no le permiten respirar. Además, su cabeza es un lío cuando siente que se quemará las manos al mirar la guitarra, cuando recuerda que tiene que subir al escenario y cumplir toda expectativa como el prodigio que es.
Y luego recuerda que perdió la voz.
Su única respuesta es mirar al rubio y tocarse la garganta desde el exterior con los dedos, luego baja la cabeza.
Algo en su interior se remueve como cada que retoma la lectura de las frases escritas en ese papel. Todoroki fue encapsulado en la bruma de la melancolía infantil la vez que sus manos se movieron solas, sus neuronas trabajaron bajo los recuerdos de emociones pasadas y sus ojos fueron testigos de cómo creó tal lírica.
Bakugou suspira, sabe que la transición de los hechos, con el corto tiempo que les queda, no es saludable ni tampoco suficiente para solucionar ciertas cosas. Aun así, se encuentra aferrado a la idea de generar ese cambio que permita al otro no volver a perder esa percepción musical como años atrás.
—Dijiste que tenías motivos personales para estar aquí ¿cierto? —con ello logra atrapar la atención del bicolor, quien solo asiente —. ¡Pues hazlo a tu manera, a tu madre le gustaría ver en quien se ha convertido su hijo!
Los ojos heterocromáticos se dilatan con sorpresa. Bakugou mantiene su postura indiferente, pero el brillo en sus irises reflejan comprensión a todo ese dilema emocional de su situación personal, y no sabe como tomarlo.
Todoroki es consciente de que el conflicto con su padre no tendrá resultado mientras no sea capaz de enfrentarlo con acciones, las palabras solo provocaron la perdida de su voz que lo aflige por sentirse apresado en ese creciente odio a la guitarra que le impusieron y todo lo que lo ha conllevado a encapsular su propio esfuerzo.
Lo odia, realmente detesta permanecer cohibido en la sombra del régimen de su padre.
Hasta ese momento cae en cuenta que las palabras de su madre no serán suficientes para liberarlo, pero su presencia será la catapulta voluntaria que le ayudará a construir esa confrontación.
Detesta no poder contar con su voz para emitir sus penas, pero tampoco la necesita cuando se guía mejor con los gestos. Suspira y estira las manos con dirección a las de Bakugou —las cuales aun permanecen sobre las hojas en el suelo —, quien capta el gesto y las voltea para enlazar sus dedos por inercia.
Shoto siente que con Bakugou podrá tomar el impulso que le falta para —finalmente —poder liberarse de su padre no solo con palabras, sino también con actos que demostrará en la presentación.
Cuando ambos se miran, Todoroki no puede evitar emitir el ligero sonrojo al tiempo que sonríe agradecido de contar con él. Katsuki desvía la vista igualmente avergonzado, pero el mero orgullo no evita que sonría también.
Su ambiente colorido se rompe cuando Café maúlla y se restriega entre las manos de ambos, golpeando con sus patitas delanteras los dedos como si buscara quebrar el contacto.
—¿Ya te aburriste de jugar? —le pregunta el bicolor cuando rompe el agarre y comienza a acariciarlo.
Katsuki gruñe y lo mira con desaprobación, Café también lo observa con la espalda levantada, la colita agitándose de un lado a otro mientras maúlla y mueve los bigotes territorialmente, burlándose de él.
Bakugou no es tonto y comprende que ese animal no quiere compartir a su dueño.
"¡Maldito gato celoso, lo estás haciendo a propósito, animal!"
Café mueve su nariz cuando la palma tibia de su dueño lo roza, frota su cabeza y sacude la colita mientras ronronea, no sin permitirse mirar al rubio.
Y pensar que comenzaban a llevarse bien.
—No es solo tuyo ¿sabías? —reprocha al apuntarlo cabreado y con el ceño fruncido.
Todoroki alza la mirada al rostro molesto de Bakugou y ladea su cabeza al lado derecho sin comprender. De un momento a otro, Café se aleja y alza la espalda mientras sisea, Katsuki se impulsa para esquivar el salto del felino hacia él, pero su provocación lo lleva a chocarse contra el bicolor, cayendo ambos al suelo.
Las respiraciones se cortan en cuanto el contacto de miradas se da. Shoto reprime el jadeo de sorpresa cuando es encerrado entre el suelo y el cuerpo encima suyo, pero cuando Bakugou mira debajo suyo el rostro del bicolor y sus cabellos desparramados en el piso siente que se le va todo el aire y se queda quieto.
Shoto no puede emitir palabras, así que recurre a la acción y alza su mano con dirección al rostro contrario y simplemente palmea su mejilla. Bakugou parpadea, pero acepta el gesto al rozar con su mano la contraria.
Cuando Café maúlla frente a ellos, ya no esta encrespado, parece contento al agitar su colita.
—Parece que si entiendes lo que es compartir, bola de pelos. —Bufa divertido mientras le acaricia la cabeza.
Los gatos son animales exageradamente territoriales, pero tal parecía que Café era de aquellos que no solo buscan pelear por ganar, también ceden a compartir, y quizás Bakugou se lo ganó.
Ninguno se da cuenta que Café regresa a jugar a su parque de juegos al rincón pues ambos están tan eclipsados mirándose con fervor que olvidan el horario, día o lo que los ha arrastrado a estar ahí cuando antes se detestaban.
Shoto siente una mezcla desfavorable de sentimientos sobre la música, y desconfía de sí mismo de replicar aquella lírica. Pero si acepta que Bakugou tiene un perfil varonil que lo atrapa, y no se había dado cuenta hasta ahora.
Sus respiraciones entrecortadas se mezclan de un momento a otro, el brillo en sus miradas se intensifica y sienten como los cuerpos ceden a lo que la mente todavía no logra procesar. La cercanía se acorta con cada segundo.
—¿Me permitiría, —Katsuki toca su mejilla antes de continuar —príncipe? —Shoto lo mira sonreír con burlona emoción y comienza a creer que el apodo es más bonito cada vez que lo escucha, así que solo asiente.
No tiene voz, pero tampoco la necesita cuando sabe que será callado, y le parece justificablemente bien.
La cercanía se rompe y ambos profanan el deseoso roce de labios inexperto, solo es un sutil deleite de tocarse ante la mirada gozosa del otro, sonriendo ocultamente mientras vuelven a unir las manos.
Bakugou sabe que iniciará el recorrido al éxito con el chico de sabor canela en los labios, y eso le parece bien.
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El evento iba encaminado al recaudamiento monetario dirigido a los fondos de hospitales especiales de Japón.
Bakugou había leído con sumo interés la intención del evento y le pareció magnífica la idea de impulsar talentos para obrar caritativamente; claro, la idea le pareció fascinante, pero cuando Shoto desistía rotundamente en profundizar la melodía por lo mismo, ya no supo expresamente que sentir al respecto.
Japón era una nación especializada en brindarle a sus ciudadanos la mejor atención posible en cualquier ámbito, la salud —por supuesto —entraba en sus necesidades a atender. Pero los pacientes con diagnósticos delicados como transtornos mentales o enfermedades como el cáncer, requerían de mayor atención, equipos y tiempo.
—Dijiste que tu madre había enfermado... —comentó tratando de sonar tranquilo, pero Shoto igualmente se tensó —¿acaso ella...? —él dijo que participaba por obligación, pero también recalcó que tenía otro motivo, por lo que concluyó que tenía que ver con su madre, probablemente al ser paciente de algún hospital y con un diagnóstico delicado.
Todoroki acercó a sus manos la pequeña pizarra de plumones que Inasa había logrado conseguirle para que no ocupara la voz y así lograse recuperarla más rápido. Se tomó el tiempo de escribir porque las manos le temblaban, cuando terminó, simplemente volteó la pizarra sobre sus pies y se la mostró.
"Mi madre padece de cáncer de pulmón en estadío III, lleva años con tratamientos que probablemente no la curarán, y su estado la vence cada día. Llevo más de 8 años sin verla, y su estado sigue decayendo."
Los ojos de Shoto se cristalizaron, pero no lloró. Katsuki intuyó que se hacía el fuerte, pues cargar con tal peso —fuera de sus otros tantos problemas —no lo habían destruido ya por su fuerza de voluntad.
—Si escribiste esto cuando eras un niño, es porque creías que ya nunca la volverías a ver ¿cierto?
El ojicarmín traga con pesadez, sabe que debe pulir la letra y la melodía a tocar. Shoto solo asiente. No hay palabras que puedan sanar el dolor, pero quizás la música si pueda remediar un poco el pesar reprimido.
Bakugou toma prestada la guitarra de dos colores y comienza a tocarla, se permite deslizar los dedos en las cuerdas y sentir las vibraciones de una melodía en su cabeza que la relaciona con las frases de la hoja. Luego, su mano derecha tamborilea en su pierna y comienza ese traqueteo sin resonancia que imagina como batería.
Shoto no aparta la mirada de él, y mira con sorpresa la percusión del baterista de JUMP mientras susurra algo.
—Tres notas altas de teclas negras con la caída de una cascada en #Fa mayor.
Shoto parpadea con incredulidad, pero el cuerpo atiende a sus palabras y se dirige al teclado; sus ojos buscan las notas y trata de congeniar con los golpes en las piernas y con las cuerdas cuando realiza su entrada al teclear las notas solicitadas. Una melodía primeriza inunda el lugar, curiosamente la repiten de manera coordinada, cada uno atrapado en su propio mundo musical.
El corazón de ambos late con un frenesí emocionado. Antes de darse cuenta, las vibraciones de las cuerdas desaparecen y solamente es el piano quien parece cantar solo, las teclas son apretadas por los hábiles dedos del bicolor.
La canción se escribe sola, y Shoto solo parece seguirla en silencio.
Bakugou es testigo del talento de Shoto, su visión musical lo llevó únicamente a interpretar la mejor escala de tono que encajaría con la canción, pero el resto fue obra del corazón del bicolor.
Y sonríe, porque cree que la canción podría quedar completa cuando la voz de Todoroki resuene esa noche.
Katsuki realiza más anotaciones, cambia alguna que otra estrofa y hace un énfasis en la recaída de emociones que aquel niño de 7 años plasmó con tristeza, y que ahora, podría darle un giro inesperadamente melancólico.
Cuando termina, decide acercarse a la espalda del chico que sigue tocando von espléndida habilidad. Deposita la hoja corregida sobre el teclado, logrando pararlo para que la lea, un par de segundos después nota como sus ojos reflejan una emoción en sus irises cristalizados mientras la toma y la arrastra a su pecho con sentimiento.
—¿Ensayamos la melodía?
El cuerpo de Todoroki se gira con sorpresa, mirando de soslayo a Katsuki quien sonríe con confianza mientras asiente a su cuestionamiento mental y se toma el atrevimiento de llevar la mano izquierda a su mejilla derecha.
—Te dije que haríamos esto juntos, y eso haremos. —El agarre lo fuerza a mirarlo de frente anonadado.
Shoto no lo creyó capaz de interponerse tanto, y le parece una idea ingeniosamente terrorífica que escala más en la incertidumbre que en el poder de decirle «no, yo puedo solo» cuando sabe que no está listo para ello.
Y que tampoco el tiempo se va a detener solo para esperarlo a decidir, a curarse, a actuar por sí mismo.
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La noche del evento es una fiesta, la gente vitorea y celebra mientras comienza el permiso de entrada al recinto.
Con pulseras de luces adornado sus muñecas, los comensales inician las gigantes olas de luz de un lado a otro en un ritmo lleno de energía. No importa el género y las letras a tocar cuando lo que se busca es disfrutar, quizás.
Los nervios yacen sobre la piel erizada de cada integrante de las bandas, en el brillo inquieto de sus miradas y en el bombeo incesante de cada corazón ante la subida de adrenalina por cumplir un sueño.
JUMP no es la excepción, su recital será el trigésimo en participar y están exageradamente nerviosos y llenos de emoción por igual. Mina calienta su voz con arrullos agudos de voz que entona entre vocales, mientras el resto se cercioran de que cada cuerda esté entonada y bien estirada, Bakugou solo puede juguetear con las baquetas.
Su experiencia le permite mantenerse sereno cuando escucha la apertura del show entre aplausos y vitoreos de emoción, está tranquilo en cuanto a la partitura que tocará una vez se encuentre en la gigante tarima, pero su nerviosismo reside en mirar a un inmenso público con las luces cegándole la vista.
—¡Cumpliremos un gran sueño, Bakugou! —Kirishima celebra con ímpetu, como una porra.
JUMP salta con las expectativas altas de lograr lo imposible, y saben que lo lograrán con gran esfuerzo.
Es cuando el baterista está a punto de salir, que atrapa todo el aire en sus pulmones y aprieta con fuerza las baquetas. Sus ojos carmesíes brillan con euforia acumulada cuando mira el recinto exageradamente lleno, con siluetas que no reconoce, pero que serán testigos de su arte musical.
—¡Démosle la bienvenida a JUMP y su mezcla musical que los hará «saltar» de emoción!
Agradece la bienvenida y la palabra enfatizada en su discurso, la gente grita con emoción cuando son cegados completamente por las luces. Los 5 integrantes se colocan en sus puestos, Mina vocifera un emocionado saludo con el que prueba el micrófono y hace un llamado al público para iniciar.
Da la señal de los 3 zapatazos de sus botas negras —combinando junto a su conjunto rockero de falda negra tableada y blusa rosada —y se aferra al atril que sostiene el micrófono donde prudentemente emite las primeras vocales de sus labios a unos 8 centímetros de la bocina que obliga al recinto a guardar silencio.
Bakugou mira como las luces se posan en su amiga, su momento es ese, la oportunidad de que brille mucho más que las luces anaranjadas y rosas sobre ella.
A su vez, Kirishima inicia la tocada de cuerdas, una melodía que acompaña la voz de Mina que engrosa y agudiza según las palabras a cantar. Un ligero periodo de 30 segundos les permite a Sero y Kaminari entrar con otros tonos de guitarra y notas largas que atraen próximamente la entrada del bombo para las percusiones de la batería.
Pronto, el ensueño de tocar en semejante recinto se hace vivaz y lleno de ruido cuando el coro arriba y la voz de Mina grita la canción, provocando la emoción de los comensales que se levantan y aplauden al ritmo de los golpes en los platillos gemelos y los gritos chillones de las guitarras, JUMP sonríe triunfal.
La canción no es del todo explosiva, pero si lo suficiente para hacer vibrar y enaltecer la voz de la solista, teniendo ese ritmo agresivo por parte de la batería que remarca cada compás en su percusión conjuntiva con las cuerdas del trío de guitarras eléctricas que resuenan con fuerza acompañando el canto.
Bakugou posa su mirada en el fondo, mientras percibe los nervios irse de su cuerpo para pronto emocionarse y tocar sin control los Tom's y la tarola en golpes sutilmente agresivos que chillan junto a los platillos. Las luces anaranjadas lo alumbran y se imagina a sus padres entre el público para aumentar su orgullo.
Los minutos estipulados de la letra rápidamente se terminan, y la gente aplaude con emoción cuando escuchan como lentamente comienzan a esfumarse las notas de cada instrumento, cayendo del género rock a la melodía pomposa del pop y culminar con la balada armoniosa de la voz de Mina finalizando con la mano en alto.
—¡Gracias por la oportunidad de escucharnos, JUMP se retira eternamente agradecido!
Los cinco se forman como soldados —uno a lado del otro —y tomándose de las manos, se inclinan tres veces como agradecimiento entre aplausos. La presentación en sí ha sido un éxito y están satisfechos con su empeño.
Toman sus cosas y se retiran de la tarima hasta una próxima nueva oportunidad que se les presente.
Entonces, Bakugou —sin aviso alguno —se marcha perdiéndose entre los participantes.
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Con el cúlmine del entreacto, los comensales retoman sus asientos y el orden anterior al descanso, mientras los solistas se preparan tras bambalinas para su participación individual.
Los ojos heterocromáticos se pasean de un lado a otro ligeramente nerviosos. La lata de café le tiembla entre sus manos mientras se asegura de leer una y otra vez la canción escrita en la hoja arrugada.
—Todo estará bien.
Se voltea cuando percibe la presencia que palmea su cabeza con cariño, Inasa lo mira orgulloso y plenamente confiado de su progreso en una sola semana, y si él lo piensa así entonces decide creerle.
—Sabes que Camie y yo te seguiremos en el camino que decidas elegir, porque eres capaz de todo, créeme.
Las muestras de afecto no formaban —normalmente —parte de su repertorio emocional, pero se siente complacido cuando su entrenador decide abrazarlo como apoyo a su presentación y futuro.
Cuando está a segundos de salir al escenario —al ser el penúltimo participante —la bruma remolina su cabeza y se siente vacío al no cargar con nada entre sus manos, al menos ya cuenta con su voz nuevamente.
—¡Y con ustedes... el músico de talento innato y jovial, Shoto Todoroki con una presentación inusual!
Sus pies lo arrastran al centro del escenario, se deja cegar por las luces moradas mientras escucha el ruidoso sonido de los aplausos y vitoreos de la fama que se ha ganado con el tiempo, lo esperaba, pero no se siente contento.
Se pregunta si las personas cuestionaran la ausencia de su famosa guitarra, si no les extrañará verlo tan inseguro y si les decepcionará su presentación.
Cuando el silencio se posa en el recinto, las cuerdas de una guitarra acústica comienzan a tocar una canción nueva.
No le sorprende mirar a la gente asombrarse de la melodía, misteriosa al desconocer de donde proviene cuando él se mantiene completamente quieto en el lugar; es tras una serie de acordes que separa los labios, descansa las manos sobre el micrófono frente a él y emite el primer susurro cántico.
Las letras fluyen con parsimonia, una melodía lenta pero rítmica que provoca que las luces del público permanezcan pasmadas, pero tintineando. Shoto cierra los ojos cuando percibe la letra, es tan superficial el sentimiento que al segundo párrafo lleva sus manos a sostenerse de las ropas cercanas a su pecho, al corazón.
El significado de «separación» se percibe en la letra, y esa voz que se había perdido regresó con una naturalidad rebosante que quiere hacer escuchar sus súplicas de amor, agonía y esperanza por igual.
Cuando está a punto de arribar al coro, aparece una presencia más en el escenario, la gente se sorprende y aplaude cuando descubren al precursor de la melodía de guitarra. El coro arriba con el acompañamiento de dos voces, bastante diferentes entre sí que buscan transmitir la emoción lírica desde la perspectiva de cada uno.
La gente alza las manos y apoya con emoción la dualidad de los músicos que quedan uno a lado del otro. La voz del rubio es grave, pero da esos toques grosos y potentes de una letra que se transforma en algo romántico y lleno de esperanza, mientras que la voz del bicolor es sutil, delicada y de notas altas que lo aferran al sentimiento de tristeza de una relación de amor no necesariamente romántico.
El segundo precoro nuevamente es la voz del solista la que resplandece junto a las luces del escenario que lo alumbran. Shoto sueña con volver a ver su madre, abrazarla como ella lo hizo cuando era un niño, y eso es lo que trata de expresar cuando escupe las palabras musicalmente antes de llegar nuevamente el coro.
El dueto explota junto a los aplausos de la gente mientras ambos cantan con una compenetración perfecta, un talento sin igual de una guitarra acústica que se acopla perfectamente bien a los gritos de notas altas del bicolor, como si supiera el rubio en que momento debe enfatizar y entrar con su voz según lo que desea expresar.
El coro se repite de manera armoniosa, con ritmos mas acelerados que no requieren de una explosiva percusión pues solo buscan enfatizar los sentimientos en conjunto de dos personas que parecen tenerse gran confianza mutua al constantemente mirarse y sonreír antes de alzar la voz nuevamente.
La gente está asombrada por el talento de ambos y lo hacen notar cuando la presentación casi termina con ellos susurrando las últimas estrofas, antes de silenciarse y el público ponerse de pie con aplausos eufóricos.
Bakugou recuesta la guitarra sobre el atril del micrófono y se acerca a Shoto, ambos entrelazan sus manos mientras se inclinan en agradecimiento unas tres veces y agitan las manos como despedida.
—¡Vaya sorpresa emocional que nos ha presentado este dúo, se han ganado al público, muchas gracias!
El proceso de ensayo y decisión fue mucho más largo que la presentación en dicho escenario, pero es un resultado que los hace sentirse orgullosos.
Mientras caminan al camerino, Shoto logra percibir que gente ha llorado con su mensaje musical, y eso le hace sentirse más vulnerable y contento a la vez, pues consiguió lo que de niño quería transmitirle a su madre.
Y no puede evitar imaginar la reacción que tendría ella al escucharlo cantar esa canción esa noche.
En ningún momento su mano ha sido soltada por el rubio, y cuando se encuentran ocultos del ojo público una vez cerrada la puerta, el impulso de unir sus labios se agranda, llevándolos a probarlos mientras cierran los ojos.
—Lo hiciste. —Le susurra atrevido cuando se separan lentamente —¡Te has convertido en la estrella del evento, príncipe! —le asegura con burla orgullosa mientras enlazan sus manos nuevamente y juntan sus frentes.
Shoto se siente ligeramente cohibido por el cumplido y avergonzado por el ambiente romántico entre ellos, pero sonríe agradecido y corresponde a cada gesto mientras deja soltar algunas lágrimas traidoras.
—Gracias, pero... esto no lo habría logrado sin ti. —Confirma mientras siente que Katsuki limpia parte del rastro mojado en sus mejillas con delicadeza.
—Obviamente, niño prodigio.
La sorna en su sonrisa no es algo que moleste a Shoto, claramente le atrae y sonríe en respuesta cuando ambos se abrazan, percibe el aroma de sudor con manzana que le parece relajante y cierra sus ojos con calma.
—JUMP también ha estado increíble, felicita a tu banda también.
—Tienes razón, se lo han ganado esta vez.
Ambos se ríen. Por el momento, Bakugou prefiere disfrutar de Shoto y su logro personal en la primera presentación sin imposiciones. Además de sentirse especial por formar un dueto con el afamado príncipe de las revistas y cumplir uno de sus sueños al cantar nuevamente.
—Como sea, las sorpresas aún no terminan. —Katsuki se dirige a la puerta del camerino mientras los ojos de Shoto lo siguen sin comprender —¿Creíste que solo le cantarías a simples extraños?
Bakugou se cruza de brazos mientras le sonríe confiado, Shoto no comprende sus palabras. El evento era de índole pública, no entiende si debía conocer a alguien en particular.
—¿No son lo eventos así? —indaga confundido, provocando que el rubio soltará una carcajada.
—¡Já! ¡A veces olvido que eres muy ingenuo e inocente para la realidad de ciertas cosas, principito!
Bakugou se burla mientras su mano derecha toma la manija de la puerta sin darle la espalda, sus ojos brillan con el poder de las palabras que terminan opacando en la ofensa de apodos y debilidades que Shoto no niega aceptar.
—¡Fue difícil mover las piezas, pero asegúrate de agradecerle a Inasa y Camie por ayudarme a mover todas las mareas para conseguir lo imposible! —emite con firmeza, y ya no hay burla en su discurso —¿Crees que la letra merecía ser cantada en un evento público sin que la persona a la cual está destinada no la escuche?
Los ojos de Shoto se abren con sorpresa. De la duda arriba la negación de verdades que Katsuki le confirma cuando abre la puerta y entra Inasa con rastros de haber llorado —que no está dispuesto a admitir —con celular en mano.
Su entrenador le sonríe con orgullo mientras asiente con la cabeza al estirar su mano frente a sus ojos y mostrarle el celular. Puede verlo, es un reflejo en la pantalla de una videollamada con el contacto de una mujer que conoce demasiado bien, pero no puede creerlo, siente que pierde el coraje de solo intentar tomarlo.
—Es tu madre, —el cuerpo de Shoto se tensa cuando Bakugou se coloca frente a él y lo obliga a tomar el objeto —ella tenía que ver tu presentación, escucharte cantar, mirar al hombre en que se ha convertido su hijo.
Inasa se ha marchado en silencio. El rubio lo atrapa en una clase de abrazo inconcluso, pero lo suficientemente cercano para brindarle seguridad; luego siente su respiración cercana a su oído y se cohíbe ligeramente cuando le escucha susurrarle lo evidente:
—Contactarla fue complicado, pero cuando lo lograron ella aceptó enseguida. —Shoto traga con pesadez mientras se resiste a cristalizar sus ojos —Inasa lo grabó todo en secreto, Camie distrajo a tu padre.
Bakugou se retira sutilmente, anteponiendo el celular frente a él, y deja ligeramente separado su dedo del botón de la cámara con la que —después de muchos años —finalmente volverían a verse los rostros.
—¡Háblale, y no la dejes esperando después de tanto! —emite antes de sonreír y presionar el botón.
La pantalla se llena de luz y rápidamente enfoca todo a su alrededor, no solo el fondo de plantas ornamentales, también agudiza el encuadre con el que su rostro se muestra en la cámara, uno lleno sorpresa que recae en la incredulidad de lo que acontece, los ojos ligeramente cristalizados y el temblor en sus labios.
Sus ojos son testigos de mirar a su madre tras la pantalla, con su belleza aun presente en su delicado rostro notablemente cansado y con los pocos cabellos blancos aun presentes tras ser arrebatados por el tratamiento de su enfermedad; pero es ella, es la misma esencia de ángel que recuerda cuando era un niño.
—Hola, mi amor. —Saluda con suavidad, un nítido llamado de voz que lo acompaña con la caída de algunas lágrimas mientras sonríe —¿Cómo estás, mi pequeño Shoto? —pregunta mientras le mira con ternura.
Shoto no recuerda haberse roto tan drásticamente desde el día que los separaron, pero en ese momento lo hace, porque ella lo llama con amor maternal, con esa aura angelical de una voz que puede curar y generar tranquilidad con solo escucharla. Él es capaz de seguir percibiendo ese hilo que los sigue uniendo pese a la separación.
—Bien... —balbucea, trata de hablar con claridad, pero el quiebre de voz se lo impide—estoy bien, mamá.
Ella sonríe mientras arrastra sus manos para limpiar los riachuelos de lágrimas en sus mejillas, pero no son nada comparables contra los ríos caudalosos que escurren de los ojos bicolor, hipeando en el alivio y la emoción reprimida en una sonrisa que trata de formular en su rostro hecho un desastre.
Katsuki lo mira quebrarse, y le parece bien, por lo que decide no interceder.
Recarga su cuerpo en la puerta para evitar cualquier intromisión que pueda interrumpir una reunión que acontece por el medio que se puede. Reprime las sensaciones en su interior que lo hacen querer llorar también. Él no es débil, pero admite que escuchar llorar al bicolor es hiriente, igual de doloroso que la voz quebrada de la mujer en la pantalla.
No puede imaginarse en una situación similar. Traga con dificultad y tuerce la boca cohibido por la situación, pero rápidamente compone su postura y figura una sonrisa que da seguridad junto al asentamiento de cabeza que recalca en cuanto siente la mirada atormentada en emociones del bicolor hacia él.
«Todo está bien, continúa» eso le dicen sus ojos rojos, reprimiendo las ganas de limpiar sus lágrimas.
—Gracias, mi amor. —Habla ella con suavidad —Por acordarte tanto de mí como yo lo hago de ti cada noche.
La conversación es de pocas palabras, hay más lágrimas que otra cosa, pero ambos logran entenderse de una manera única después de no verse en muchos años.
Es ese vínculo entre madre y su retoño.
—¿La escuchaste? —prefiere ser directo, y habla cuando el nudo en la garganta se le desenreda con alivio, la ve asentir con otra sonrisa —. Siempre la tarareaba antes de dormir, esperando que la oyeras.
La confesión lo acongoja más de lo que espera, siente ese pinchazo en el pecho del grito de su corazón que parece reclamarle por decirlo, pero sabe que debe soltarlo tanto como sus esfuerzos por emitir palabras sentimentales.
—Cada verso reflejó el sentimiento de amor y separación, pude sentir tu sufrimiento solitario siendo un niño mientras cantabas la letra acompañada de aquella guitarra, realmente fue único, especial y emocional. —Shoto mira como despeja de su rostro algunas rebeldes lágrimas mientras le mira con ese cariño que solía trasmitirle cada que terminaban de cantar una canción —La música habla por nosotros, ¿no es así?
—Lo hace, —responde en seguida —con el mensaje indicado, realmente lo hace —recalca, y sonríe para ambos.
La escucha reír después de mucho tiempo, el carmín se apodera de sus mejillas y todo cansancio desaparece de ella, incluso si está portando la bata del hospital. Shoto está seguro de haber conseguido mucho más de lo que imaginaba esa noche, y anhela traspasar la pantalla para correr a sus brazos nuevamente.
—Siempre serás mi niño, mi pequeño Shoto que se convertirá en un gran músico que logre profesar con su voz lo que la gente desearía escuchar, ese es tu talento. —La voluntad de su madre es versátil, Shoto percibe como resiste el quejarse al acomodarse en la cama, pero no interrumpe ni si discurso ni su sonrisa —Mamá estará tranquila y feliz de verte cumplir tus metas, porque orgullosa siempre estaré~... —emite con una suave tonada, una linda melodía de su voz que canturrea para él mientras sonríe.
Shoto no puede evitar volver a quebrarse, al punto que se tira de rodillas y busca ocultar su roto rostro de su madre que prolifera sus disculpas con un «lo siento, mi amor, no llores» con una voz maternal que nunca imaginó dolería tanto de volver a escuchar.
No estaba listo, realmente fue una sorpresa muy necesaria volverla a escuchar cantarle de esa manera dulce.
—¡Lucha mamá, —emite con súplica y la mira sorprenderse, Bakugou asiente y se acerca a su lado tomando su hombro como apoyo —prometo visitarte pronto! —Las manos le tiemblan, así que Bakugou lo ayuda a sostener el celular mientras trata de despabilar y recomponerse —¡No volverán a separarnos jamás!
La mujer emite un aullido de sorpresa y dolor, no puede evitar romper en llanto y gemir ante el mensaje que tampoco veía venir. Bakugou resiste tanto como puede el sentimiento, es doloroso escuchar a las personas romperse después de no verse, y solo puede solapar con su presencia el descontrol emocional del chico que aprieta sus ropas mientras seca sin sentido las lágrimas que le caen, es hiriente, pero sabe que será sanador.
—¿Eres feliz, Shoto? —le pregunta ella en cuanto se recompone, y siente que su voz lo abraza como nunca antes.
Ambos están destruidos, pero el hilo sentimental sigue fuertemente afianzado a sus corazones. Saben que estarán bien, que podrán esperar el tiempo suficiente para abrazarse, para sanar dualmente.
Shoto se cuestiona la pregunta, y podría asegurar que siempre tuvo una vida buena, aunque llena de cadenas que hoy ha podido liberar, así que asiente al principio. Pero Katsuki está frente a él, y recuerda cuanto lo ha ayudado a llenar de color su vida nuevamente.
No duda en su respuesta en cuanto Katsuki le corresponde el apretón de manos y le sonríe a su madre.
—Lo soy ahora, mamá —asegura confiado —, así que no te preocupes por mí. —Y ella parece sonreír complacida.
Después de unos minutos, ambos cuelgan la llamada y una extraña calma lo abraza, sabe que todo estará bien.
Bakugou lo abraza, no considera necesario hablar cuando los ojos lo dicen todo y las lágrimas han liberado todo.
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El recaudamiento para el evento fue abismal y rebasó la marca a conseguir, y aunque el beneficio no se adjudicaría a los participantes, Bakugou y Todoroki sienten que han ganado demasiado al momento de confirmar su asistencia y participación al mismo.
Ninguno de los dos pudo evitar la confirmación oficial de una relación entre ambos cuando sus sentimientos fueron demasiado evidentes después del evento, además de que Café los arrinconó a ello indirectamente.
Al enterarse, JUMP molestó a Katsuki e invitaron al bicolor a cantar alguna vez con ellos. Mientras que Inasa y Camie parecieron rezarle con gratitud al rubio. La madre de Shoto lloró en agradecimiento, mientras que los padres de Katsuki aceptaron a Shoto como un miembro más de su familia.
Así que podían decir que estaban bien, mucho mejor de lo esperado.
—¿Y qué hará ahora el príncipe? —inquirió al pasear sus dedos como una caricia por los cabellos del chico recostado en sus piernas.
—Abogaré para que sea yo el que dirija todo lo respecto a mi carrera musical —asegura mientras acaricia a Café recostado sobre su pecho —. Inasa y Camie me ayudarán con todo, después decidiré que rumbo tomar.
Katsuki sonríe orgulloso y no puede evitar caer en la belleza del chico que lo atrapó desde un inicio, aunque lo niegue. Ensimismado en los recuerdos de su primer encuentro hasta ahora, decide inclinarse y robarle un beso en los labios que deja sorprendido al contrario, aunque igual lo corresponde.
—Mina no deja de insistir sobra una colaboración. —Argumenta para romper el silencio como excusa.
Shoto sonríe porque ya lo sabe, pero también entiende que la insistencia viene más de parte suya que de la chica de cabello rosado.
Katsuki es un dolor de cabeza en cuanto a confrontarlo y muchas veces entenderlo, pero esa dificultad le agrada a Shoto porque logra percibir rasgos y cualidades que solo le enseña a él.
Incluso Café terminó aceptándolos juntos y se volvió un gatito caprichoso cuando Bakugou no lo atiende de inmediato por perderse en la mirada del bicolor y sonreírse como jóvenes enamorados.
—No seas celoso, animal —dice cuando lo escucha gruñir insatisfecho —tu turno es por la noche.
Ambos sueltan la carcajada cuando el gato parece ofenderse y enrosca su colita dándoles la espalda, no se aleja y levanta las orejas cada que escucha como entre ambos se dicen cariños aprovechando que están "solos".
—¿Le cambiarás el nombre? —pregunta con interés divertido.
—¿Quieres que le llame «bola de pelos celosa»? —el mencionado se levanta ofendido por el apodo, es listo.
El rubio se ríe y le palmea la cabeza en modo de disculpa, el felino se frota con él antes de volverse a acostar.
Café ha formado parte importante de sus inicios y lo que son ahora, así que no pueden simplemente alejarlo de ellos y el felino lo sabe, así que adoptarlo como un hijo mimado les parece correcto mientras no sea tan celoso.
La visión a futuro de su relación y de ellos como profesionales aun es un enigma, pero saben que juntos lograrán grandes cosas y se acompañarán en los logros y caídas que cada uno sufra con el tiempo.
La colaboración de Shoto cantando junto a JUMP podría suceder más próximo de lo que se espera, al igual que Bakugou apareciendo como su acompañante en otro dueto que les haga reflejar nuevamente sentimientos.
Lo único que saben es que juntos serán capaces de profanar la música en el género que quieran y con los sentimientos que busquen transmitir para el mundo y, sobre todo, para ellos mismos.
El futuro siempre será incierto, pero no habrá palabras que, conjugadas con música, se vuelvan su nuevo dilema a la libertad, el objetivo a alcanzar en sus metas, en su filosofía del amor.
Un romance inexperto entre ambos que inició lleno de prejuicios y se volvió musicalmente compatible.
¿Alguien más lloro con todo el duelo y pesar de Shoto o la plática con su madre? 😭💔 de no ser por la intervención de Ale (artista) esta escena habría quedado muy simple, así que muchas gracias 💕.
¡Espero que la historia (aunque larga) haya sido de su agrado, muchas gracias por darme la oportunidad!
⚠️ IMPORTANTE: ¡Tengo unas cuantas cositas que aclarar sobre el fic, así que pasen a la última parte por si les interesan los datos curiosos jeje!
¡No me queda más que agradecer su lectura, comentarios y votos y que le den todo el amor posible a Ale con su arte (pondré sus redes en la siguiente parte también ☺️💕).
¡Muchas gracias por todo y nos vemos pronto!
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