Oneshoot [Ryomen Sukuna]


Ya había pasado una hora exacta desde que Sukuna te había hecho una escena de celos. Le había molestado que le digas un simple "te quiero" a Yuuji, y eso hizo que no le permitiera salir a Yuuji. ¿Cómo podía soportar Yuuji, besar a la chica que no le gustaba, por simplemente ayudar a su compañero de cuerpo?

— Cuando vuelvas a elegirme, te voy a estar esperando en mi habitación.

Eso te había dicho antes de retirarse con un enfado que no era ni medio normal. Estabas molesta. No sabías por qué, pero lo estabas. Aunque Sukuna se veía bastante tierno de esa manera, te preocupaba el hecho de lo que quiera decirte apenas cruces su puerta.

No podías pedir consejos. Debido a que, estaba prácticamente prohibido tener una relación sentimental, sea de amistad o no, con una maldición. Por eso, todo quedaba en secreto, y el único que lo sabía era Yuuji. Por una razón bastante obvia.

En cuanto se hicieron las dos de la madrugada, la joven ya se encontraba en la puerta. Pensaba en las mil maneras para pedirle disculpas, y acabar con este capricho que había relucido en Sukuna.

Antes de tocar, abrieron la puerta, y casi se cae hacia delante, pero unos musculosos brazos la tomó por los brazos. Elevó la mirada, y se dio cuenta que era Sukuna. Su sonrisa era ladina, pero tenía una chispa en los ojos que causaba escalofríos. En cuanto la joven quiso alejarse, Sukuna colocó una mano en el cuello de ella, e hizo que chocara con la pared de la habitación. No la estaba ahorcando, pero sí parecía tener intenciones de hacerlo.

La chispa de sus ojos poco a poco envolvió toda su pupila, haciendo que esta se dilatara.

— Me hiciste enojar demasiado —su voz se oía lujuriosa, baja, y muy intimidante— ¿No piensas que debo castigarte?

— N-no creo que sea para t-tanto —respondió la joven tartamudeando. Sukuna agrandó su sonrisa, una superficial, sabiendo el control que tenía en ella de pies a cabeza.

— Sí, fue muy para tanto —le murmuró— Y creo que quiero jugar un poco.

La joven pasó saliva, y Sukuna pasó sus labios por su cuello, lentamente.

— Yuuji no va a presenciar nada, y cuando quiera hacerlo, lo mataré.

Sukuna en verdad estaba molesto, y aunque no era la primera vez que iban a hacerlo, la verdad es que estaba nerviosa. La mayoría de veces fue porque Sukuna tenía una calentura del momento, y ya. Pero esta vez era un castigo. Nunca había presenciado un castigo. Sukuna nunca le había dicho todo eso.

— ¿Va a doler? —se le ocurrió preguntar con voz temblorosa. Sukuna se rió, de esa manera tan enferma y cínica.

— Te va a doler tanto, que desearías nunca haberle dicho "te quiero" a Yuuji.

-----

No sé si querías que hiciera algo así, pero esto es lo que se me ocurrió.

Pedido de -Lxhote

Lindo día, tarde, noche.

Son los mejores ♡

Hagan sus pedidos

-megumiwife

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top