Para el pelinegro era un peligro arriesgarse. Las peleas nunca las iniciaba él, y a pesar de que era bastante fuerte, evitaba cualquier discusión.

Pero esa vez fue diferente.

Esa vez no era una pelea, ni tampoco una discusión. Era una declaración de amor.

A Junpei le gustaba una chica, y aunque nunca supo su nombre, quedó completamente flechado por ella. Su carisma, su risa, todos esos detalles eran una obra de arte para el joven.

Hasta que un día se animó a hablarle.

— Hobbie favorito, y por qué.

Eso fue lo que soltó apenas se sentó a un lado de la chica. Ella lo miró, y se rió de una manera muy nerviosa.

— Supongo que bailar —fue lo que dijo— ¿Qué te gusta a ti?

— No lo sé.

Y era la cruel verdad. Junpei no sabía lo que en verdad le gustaba hasta el momento en el que conoció a la joven. Era el único gusto concreto que tenía hasta ahora.

La chica se removió incómoda, y lo analizó de pies a cabeza.

— ¿No lo sabes? —preguntó.

— No —negó una vez más, y los dos se imitaron al quedarse callados.

— Pero es imposible —refunfuñó la joven— Tienes que tener alguna actividad que te guste. Leer, escribir, jugar a la computadora. Hay muchos Hobbies que te pueden interesar.

— ¿Sabes? —murmuró Junpei, para luego mirarla fijamente— Creo que sí tengo un Hobbie.

— ¿Cuál? —cuestionó la chica, curiosa e impaciente.

— Verte reír —respondió Junpei, a medida que sus mejillas se sonrojaban— Verte saltar, verte jugar, verte hablar, verte vivir.

La chica quedó en silencio, esperando a que Junpei terminara de hablar.

— Me gusta mucho verte vivir —el pelinegro sonrió— Eres la que me mantiene cuerdo en un mundo que parece de fantasía.

Antes de que la chica respondiera, sus palabras se escaparon en un aire de sorpresa en cuanto sintió los labios de Junpei presionando los suyos.

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En fin, haz tu pedido al privado.

Nos vemos en la próxima.

|Lindo día, tarde, noche|

-megumiwife