Oneshoot |Gojo|
— No me parece justo que tú estés pasando por esto, sensei.
Megumi parecía irritado con todo lo que le había contado. Le devolví una mirada llena de cariño paternal, y lo abracé por los hombros.
— ¿Crees que el amor es algo malo? —cuestioné.
— Es peor que malo —intentó removerse en mis brazos pero lo abracé con fuerza, recibiendo un suspiro por su parte— Te pinta todo de rosa, y luego, todo se convierte en negro.
— ¿Tú qué sabes del amor, mi querido alumno? —una leve carcajada escapó de mis labios y Megumi me miró de mala gana.
— Con el amor que me tiene mi padre, es suficiente para tener una definición de lo que es —volteó la mirada lejos de la mía— ¿Qué vas a hacer?
— Voy a declararme —liberé un suspiro y me alejé de él. Megumi, tomó mi brazo y me acercó a él.
— E-espera.
Guió mi brazo a su hombro, y se abrazó a sí mismo.
— ¿Qué pasa, Megumi? —pregunté extrañado.
— Nada —murmuró— Solo...quería sentir ese amor paternal por parte tuya. Es muy calmante.
Sonreí de lado y lo abracé con fuerza. Megumi se acomodó en mis brazos, y luego de unos minutos noté que se había quedado dormido.
Megumi era como un hijo para mí.
Su actitud, su aura, su personalidad, todo aquello era parte de las situaciones que tuvo que vivir en su corta vida. Pero yo, fui el único que estaba con él, confiando y apoyando todas sus ideas y metas. Nadie confiaba en que iba a salir adelante. Nadie confiaba en lo que se proponía.
Y yo siempre intenté darle esa imagen mía. Una mejor que de un maestro.
Un padre.
Al día siguiente, me dediqué a preparar una cena elegante en un restaurante de cinco estrellas. La verdad es que, siempre ocupaba mi dinero en comida chatarra y dulces de todos los sabores. Y se sentía extraño estar en un lugar elegante cuando mi personalidad no me permitía encajar entre todo eso.
— Hola —al oír su voz me giré para poder observarla. Su cuerpo estaba decorado con un lindo vestido negro, que combinaba con su pálida tez. Sus ojos, maquillados con algo simple, y sus labios, con un rosa pálido. Su sonrisa se veía radiante.
— Hola —le respondí con una sonrisa— Ven, siéntate.
Aparte el asiento hacia atrás y le tomé la mano para poder ayudarla.
— Gracias —relamió sus labios— Y dime, ¿Qué haremos esta noche?
Podrían ser bastantes cosas, pero voy a ir por el camino de la biblia.
— Bueno... —jugué con mis manos— La verdad es que...tú me gustas.
No pareció sorprendida. Fruncí el ceño aún mas nervioso y observé la cantidad de personas en el restaurante.
— Lo sé —se rió.
¡Wow! ¿Eso de ahí es un candelabro antiguo? Nunca conocí uno en persona. ¿Qué se sentirá su tacto? ¿Tendrá polvo o lo limpiarán siempre?
— Pero tengo algo que decirte.
La cantidad de personas es incontable. Hay una alta probabilidad de que sean cerca de cincuenta a sesenta personas. ¿Por qué vienen aquí, y no a McDonald's?
— Soy la profesora de tercer año... —suspiró— Y...
Tragué saliva, y volví mi vista a ella. Intenté grabarme en la cabeza las palabras de Megumi. En ese momento quise tener esa coraza que él mismo se creó para no demostrar nada. ¿Qué haría Megumi en esta situación?
— Me da igual —respondí con indiferencia, y el rostro se me enrojeció de repente. Definitivamente actuar como Megumi no me serviría para nada. La chica, confundida, me tomó de la mano.
— Te estaba molestando —se rió— Tú también me gustas, Satoru.
— No me importa —me reí internamente. Estaba seguro de que, como ella me conocía, iba a saber que estaba bromeando, ¿No?
— Entonces no hubieras perdido el tiempo en esta tontería —se levantó del asiento de manera brusca y la miré— Vete a la mierda, Satoru.
Y así, se marchó. Me sorprendió el hecho de que se haya ido así sin más, y al notar lo borde que fui, me golpeé la cabeza contra la mesa, llamando la atención en el restaurante.
Al llegar a la escuela, opté por visitar a Megumi y ver si estaba despierto. Y si no lo estaba...lo dejaría dormir.
Como buen padre que soy.
— Pequeño gruñón, despiertate o te tiro de la cama.
Su cabeza salió de entre sus mantas, y me observó con ligera curiosidad y confusión. Se sentó en la cama y rascó su nuca.
— ¿Me quedé dormido?
— No, te quedaste pendejo.
— ¿Y eso por qué? —respondió en un bostezo.
— Porque me hiciste perder a la chica.
— ¿Y qué tengo que ver yo?
— En realidad, me dije "¿Qué haría Megumi en esta situación?" —me mordí un labio, avergonzado— Por favor, recuerdame siempre no tenerte más de ejemplo.
Megumi se rió levemente. Sus ojos se achicaron y sus mejillas se elevaron, sonrojadas. Me pareció tierno su gesto, como de un niño pequeño.
— ¿Piensas que podrás dormir? —me preguntó, y en un suspiro, negué. Hizo un espacio en su cama, y levantó la manta— Ven.
Me metí en sus sábanas, y en cuanto me recosté, las lágrimas comenzaron a caer lentamente. Megumi me miró, y se recostó a mi lado, colocando su cabeza en mi hombro.
— No llores, sensei —me murmuró con una voz somnolienta— Yo sé que usted merece a alguien mejor.
Y con esas tranquilas palabras, me dormí a un lado de Megumi, de mi casi hijo.
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No tengo idea de dónde surgió esta idea, pero salió esto. Si no les gusta, lo siento. Pero cuando me agarró la inspiración, escribí este Oneshoot, y para mí quedó bien.
Estamos creciendo muy rápido, tengo una emoción enorme.
¡Muchas gracias por todo!
Dedicado a T0M0E1 y a Katia, que no me sé su usuario jajajajaja
-megumiwife
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