Capitulo 1 Limbo


Aclaraciones: Lo que esta entre comillas ("...") es la voz de la mente de la protagonista y como se comunica en este historia.


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El sonido de cascabeles resonó suavemente por el lugar seguido del sonido de una gota caer al agua. Ambos sonidos hicieron eco en la cabeza de una chica.


-"Uhm...Cascabeles...¿agua?" - Eran los pensamientos que cruzaban su cabeza provocando también que sus ojos cerrados temblaran ante la intención de abrirlos.


La chica se encontraba flotando, o más bien esa sensación sentía, sin pensarlo movió sus brazos en el aire y sentía como se movía los que la estuviera rodeándola, la sensación que sentía al hacer eso era la misma que cuando estabas en el agua; sin más, abrió sus ojos lentamente y parpadeaba una y otra vez, lo único que podía ver era...Nada, absolutamente nada. El lugar estaba sumergido en una infinita negrura que, incluso no podías distinguir del cielo y el suelo o si estaba flotando en el medio de la nada.


- "¿Dónde estoy?...¿Qué es este lugar?...¿Quién...soy yo?" - Pensó esas preguntas dejando que deambularan por su mente.


La chica veía a su alrededor con la mirada vacía sin distinguir nada entre la misma oscuridad, ni siquiera su propia mano que se encontraba al frente de su rostro, podía ser percibido ni aunque fuera su propia silueta.


- "¿Qué fue lo que paso?...¿Acaso estoy en un sueño?...Pero si fuera así no debería de saber ¿quién soy?" - Se cuestionó a si misma con esas preguntas que rondaban por su cabeza.

Unos minutos fueron los que pasaron antes de que se pusiera en marcha pero sin saber qué dirección tomar, opto por seguir de frente ante la oscuridad que la rodeaba como un manto negro que te a cobijaba.


Paso el tiempo y la chica continuaba su camino. No se sabía con exactitud cuánto había pasado desde que comenzó a caminar, pudieron a ver sido minutos, horas o incluso un día cuando mucho; no era fácil determinar cuánto había pasado sin ninguna referencia con que apoyarse para poderla determinar pero tal parecía que en ese lugar, no era relevante. No había absolutamente nada, bueno...Si se consideraba a la oscuridad como "algo" ya que era lo único visible y abundante que existía para poder considerarse como tal, una cosa.


Pero para nuestra protagonista este hecho lo paso por alto y siguió sin rumbo fijo hasta que unos de sus pies choca con algo, la cual no puedo prever por las obvias razones que la rodeaban, provocando que cayera en una superficie fría y plana, si eso se podía considerar "suelo" en ese sitio. Mientras caía abrió su boca para que de este saliera un grito pero tal sonido jamás se escuchó.


- "¿Q-Qué...e-esto?...N-No puedo h-hablar..." - En su mente solo podía escucharse su voz que temblaba sin saber porque.


Tendida en el "suelo" se levantó con ayuda de sus brazos quedando sentada y mirando a su alrededor. Un frío comenzaba a filtrarse a través de ella recorriendo su cuerpo, comenzando desde sus pies y terminar hasta llegar a su cabeza haciéndola temblar ligeramente pero esto no tenía nada que ver con algún sentimiento alguno como miedo, angustia o alguno que pusiera sus sentidos alerta ante cualquier amenaza, no sentía nada. Volvió a recorrer la mirada a su alrededor sin esperar encontrar algo, ya había perdido cualquier esperanza pero antes que regresara su vista al frente varias imágenes inundaron su mente, tan rápido que parecían flashes de luz.

- "Así que...Es verdad...Lo que pasó...Yo...Morí..." - Se quedó mirando un punto al frente, dejando que su vista se volviera parcialmente borrosa ante esto bajo su mirada rápidamente.


Una fina lagrima caí por la mejilla izquierda de la joven, llegando lentamente hasta su barbilla y dejarla que cayera al suelo produciendo el sonido característico que se producía al golpear en un estanque. Lentamente llevo su diestra a la mejilla contraria y toco el rastro de agua salada que se había producido, sorprendiéndose levemente sin que sintiera un pizca de emoción alguna; por alguna razón que desconocía se abrazó a sí misma como si tuviera frío mientras que poco a poco, una sensación fría se extendía por sus piernas y lentamente se alojaba en su pecho hasta llegar a su cabeza dándose cuenta, que esa sensación era producido por el lugar en el cual se encontraba.


No era el cielo o el infierno con el que se imaginó alguna vez de niña o en los relatos que le contaba su abuela al enseñarle el catecismo a esa tierna edad llena de dulce inocencia y pureza.




"¿Qué fue lo que pasó?"




Lentamente ambas manos de la chica se colocaron a cada lado de su cabeza, sosteniéndola y cerraba sus ojos con fuerza. Al mismo tiempo y sin darse cuenta, bajo de ella aparecía una tenue luz que rápidamente fue sustituido por un sello con un sol y dos lunas en esta en cerrados en una estrella de doce picos.


Al notar el brillo que emitía tal sello, la chica intento abrir sus ojos pero rápidamente fueron cerradas con fuerza ante la gran fuerza que emitía su brillo, llenándola de una sensación de calidez y paz como si de una caricia se tratara, una suave y delicada.


Abrió sus ojos pero al notar como el la luz desaparecía a través de sus párpados, sus ojo temblaron al abrirlos lentamente y levantar su vista para abrirlo con incredulidad ante tal ser que descendía y posaba sus pies ante el suelo haciéndolo hondear como si fuera agua. Ante tal mirada que le dedicaba a la joven, tan seria, fría y analítica con sus ojos azul hielo siendo solo la voz del ángel lo que rompió el silencio del lugar.


(Yue)


- ....... - Abrió su boca con intención de preguntarle quien era pero ningún sonido se escuchó por el lugar, dejando solo como movía sus labios al pronunciar esa pregunta que jamás se oyeron por el lugar. Ante este hecho, repitió la pregunta pero esta vez en su propia mente - "¿Quién eres?" - Que dando asombrada ante como este podía leer su mente y obtenía la respuesta a su pregunta.


- Soy el guardián de este lugar - Su voz grave había resonado por el lugar, clara y sería - Mi nombre es Yue y seré el que te juzgue en tu juicio final - Sentenció el ángel posando de nuevo su mirada en los ojos de la chica que estaba aún sentada en el suelo mirándolo.

- "Mi...Juicio...Final..." - Separó cada palabra al pronunciarla en su mente aun albergando una pizca de esperanza la cual se esfumó al pronunciar la última palabra - Así que...realmente...morí - Bajo su cabeza apartando sus ojos del ángel al frente suya.

- Así es...moriste - Le confirmó sin moverse de su lugar y analizando cada reacción y movimiento que realizaba la contraria.

- Asintió, volviendo a levantar su cabeza y con ella su mirada - "¿Dónde estoy?...¿Qué es este lugar?" - Preguntó al contrario sin apartar su mirada de él.

- Este lugar es conocido por ustedes, los humanos como limbo - Se incorporó dejando su alas extendidas y levemente doblada al final de las puntas, cerrando sus ojos por un momento.

Quedando totalmente erguido enfrente de la joven dejando a la vista sus inmaculadas ropas de color blanco y con algunos detalles en azul en los bordes dando la apariencia como si emitiera una especie de luz, el cual era así pero siendo más visible ante el reflejo de sus ropas.

- Cuando una persona muere su alma es enviada a este lugar para ser juzgada ante sus actos en su vida terrenal sin distinción alguna son conducidos hasta este lugar - Abrió sus ojos dejando ver sus pupilas rasgadas como la de un gato - Siendo el guardián que custodia este lugar es mi deber de guiar y juzgar las almas que lleguen hasta aquí. Toda alma deja atrás todo los que vivió...memorias, su propio cuerpo, pertenecías y seres queridos solo siendo su alma que atraviesa la barrera que divide el mundo de los vivos y los muertos - Explicó de forma tranquilo como si de un maestro se tratara al instruir a su alumna, entrecerrando levemente sus ojos se giró dándole la espalda a la chica - Sígueme...Tu juicio está por comenzar - Sin decir más comenzó a avanzar sin esperar a la chica.

- ¡...! - Abrió su boca, gritándole que se detuviera y la esperara, pero ningún sonido salió de su boca, recordando el hecho que no podía hablar o articular palabra alguna.

Sin más la chica se levantó como pudo y sin dudar, siguió al ángel siendo atraída por ese brillo y aura que desprendía. Yue miro sobre su hombro para verificar que la joven lo estaba siguiéndolo y al comprobar esto, regreso su mirada al frente dejando soltar un leve suspiro de sus labios. Ante sus ojos, le parecía la chica débil y frágil, su cuerpo era menudo y su piel detonaba cierta palidez en contraste a la oscuridad del lugar; lo que más le llamaba la atención eran sus ojos que no mostraba emociona alguna y como su postura reflejaba inseguridad siendo así un "cascarón vacío" como denominaba a todas las demás almas que pasaban por ahí que solo deambulaba sin rumbo fijo hasta que eran llevados hasta él en el mayor de los casos.

Para él que ya había hecho un escáner del alma de la chica, no tenía razón de que ella estuviera ahí, para la vida que tuvo que soportar y ante las grandes marcas que se reflejaba en su alma, simplemente esa almas ya habían sufrido el suficiente daño para que soportarán este proceso, por el cual no se quedaban mucho tiempo en ese lugar y habitualmente no pasaban por este proceso sino que tenían paso directo a su destino. Pero tal vez había alguna razón del cual no fue notificado para que se hiciera cargo de ella, sea la razón que sea, solo la descubriría ante como se desenvolvieran en cada una de las pruebas durante el juicio.

- "Yue" - Llamo al ángel sin apartar su vista de la infinita negrura que se extendía al frente de ellos.

- ¿Qué sucede? - Pregunto este tranquilo, mirando de reojo a la contraria indicándole que tenía su total atención.

- "Si esto es el limbo...¿Por qué esta tan oscuro?" - Pregunto con voz monótona.

- Suspiro antes de contestarle - Este lugar se encuentra en el medio del cielo y la tierra, siendo la división entre eso dos lugares, este lugar es considerado terreno neutro, razón por la cual son enviadas las almas a este sitio pero también, al estar en contacto entre el cielo y el infierno es inevitable que este lugar no sea afectado por la luz y oscuridad - Otro suspiro pesado se escuchó del ángel al terminar de explicarle a la chica.

- "Oh ya veo...disculpa si te he molestado" - Dirigió su mirada al suelo creyendo que lo había molestado su pregunta.

- No me ha molestado en lo absoluto, ¿Por qué crees eso? - Cuestiono a la joven girando levemente su cabeza para poder mirarla mejor.

- "No lo sé" - Respondió sin siquiera levantar su mirada del suelo.

No dijo nada el ángel, solo se quedó observando a la contraria dejando que el silencio reinara entre ellos y sin dejar de caminar por la obscuridad, continuaron avanzando sin contra tiempos.

- "Yue..." - Volvió a llamar al contrario pero se arrepintió de inmediato al nombrarlo.

- ¿Qué pasa? - Pregunto tranquilo sin alterarse y cerrando sus ojos mientras lo hacía.

- ".....¿Por qué morí?" - Soltó la pregunta después de meditarla unos segundos, insegura de ante la respuesta que le diera el ángel.

Soltó un suspiro leve ante la pregunta que ya se esperaba de la chica, abriendo sus ojos, giro su cabeza lo suficiente para poder mirarla y respondió.

- Porque así fue decidido...Ya habías cumplido con lo que tenías que hacer en esa vida...No había más que pudieras hacer - Aparto su mirada de la chica y siguió andando por el camino invisible que seguía.

- "Ya...Se...Había...Acabado...Mi tiempo..." - Se detuvo ante esas palabras procesando lo que había escuchado de Yue.

Un escalofrió recorrió la espalda de la joven sin tener nada que ver con el ambiente del lugar, sin que pudiera evitarlo algo que se agito en su interior, abrazándose de forma instintiva y con fuerza, temiendo que se rompería en cualquier momento o con el leve soplido del viento. Esto no pasó desapercibido por el guardián del lugar, sin apartar su mirada del frente, se detuvo quedando alejado de la joven.

- Te sugiero que no te quedes atrás. A menos que quieras ser raptada y devorada por las criaturas del infierno que rondan por estos lugares - Sentencio con voz clara y grave provocando que rápidamente la joven levantara la mirada observando la espalda del ángel y negara en respuesta - Eso creí....Sígueme aún tenemos que caminar - Levanto su diestra y con un simple movimiento le indico que se apresurada.

Sin rechistar, la joven comenzó a caminar con prisa para llegar al lado del guardián y al estar a su lado, sin pensarlo, tomo parte de su ropa blanca aferrándose a ella como si de una pequeña niña se tratara ya que eso fue lo que cruzo por la mente del ángel ante tal acción de la contraria provocando hacia que posara los orbes azul hielo de Yue en la mano hecha puño de la chica.

- Continuemos - Fue lo único que salió de los labios del peliplateado abrazando a la contraria de los hombros para brindarle algo de seguridad.

Ante esta acción del contrario la chica levanto su mirada encontrarse con esos orbes color azul hielo y notando esa pupila ligeramente rasgada como la de los gatos. Unos segundos bastaran para que la joven apartara la mirada y asintiera en acuerdo con el guardián, esa señal basto para Yue, dando de nueva cuenta su camino a seguir.

La mirada del ángel perdida entre sus pensamientos se clavó en un punto fijo en el horizonte, sin que la chica pudiera notarlo había percibido al ver en sus ojos una ligera señal de emoción reflejada en ellos, aunque fuera el mísero reflejo de lo que alguna vez sintió la joven; fue lo suficiente para que no desaparecieran esos sentimientos que se quedaban atrás cuando dejaban su vida terrenal antes de llegar al Limbo. Había encontrado a una de las pocas almas que se negaban a dejar todo atrás y se aferraban a esa vida pasada con gran empeño y esmero, de cualquier manera ante esa muestra de terquedad por parte de la chica hizo que una imperceptible sonrisa apareciera en el rostro del peliplata a la vez que su mirada se suavizaba ante como la joven a quien guiaba le recordaba a su joven maestra.

La joven noto como el contrario estaba perdido entre sus pensamientos pero no dijo nada, dejado que su mirada cayera en el brazo que la tenía abrazada y que de alguna manera le transmitía seguridad y paz, ante esas sensaciones no pudo evitar cerrar sus ojos y dejarse embargar por estos. Sin que se diera cuenta, el ambiente comenzó a cambiar dándole paso a un paisaje aun tétrico como el de un bosque en penumbras pero siendo distinguibles las cosas que los rodeaban y con eso el fin del camino de los dominós de la oscuridad.

- Ya casi llegamos - La voz suave del ángel hizo que la joven abriera sus ojos para ver el final del bosque y volver a cerrar sus ojos ante la luz cegadora al salir de esos dominios - Aquí no correrás peligro - Le aseguro sin vacilación.

Esas palabras hicieron que soltara un suspiro de alivio con sus ojos cerrados, tanta luz dolía y lastimaba sus ojos dejándose guiar por el contrario sin vacilación.

- "Este lugar es demasiado extremista" - Se le escapo el comentario cubriendo sus ojos con el dorso de su mano izquierda.

- No eres la primera que lo dice - Respondió con tranquilidad - ¿Ya te acostumbraste a la luz? - Pregunto al ver los ojos cerrados de la contraria.

- "No del todo...Lo siento" - Contesto aun cubriendo sus ojos de la luz con el dorso de su mano, protegiéndolos.

- No te disculpes, tardaras unos minutos en acostumbrarte, lo que será en lo que lleguemos al punto de encuentro - Musito acercando más a la joven a él para que no tropezara en el camino.

- "Todavía no llegamos" - Estaba a comenzando a desesperarse y ponerse inquieta ante esa respuesta del contrario.

- Paciencia...Nada ganaras con desesperarte - Contesto a la contraria mientras la miraba de reojo.

Un ligero puchero con los ojos cerrados fue lo que obtuvo el ángel provocando que una pequeña sonrisa se dibujara en sus labios y trascurrido algunos minutos de caminar en línea recta, llegaron al lugar acordado.

- Hemos llegado - Índico el peliplata deteniéndose para después alejarse de la chica.

La chica se limitó a asentir, retirando el dorso de su mano que aun cubría sus parpados cerrados y tomado un poco de aire, se dispuso abrir sus ojos lentamente pero sin poder abrirlos completamente ya que la luz que se filtraba tras ellos aún era demasiado brillante tanto que aún le molestaba. Pasaron los segundos hasta que sus ojos se adaptaran a la iluminación del lugar dejando que solo viera blanco a su alrededor, una palabra fue la que apareció en sus pensamientos al ver cómo era el lugar "extremista", no lograba entender porque no había un punto medio entre esos dos lugares, pero ese no era el caso en estos momentos para pensar en eso. Sino que la atención de la joven fue puesta ante su guía que le extendía su brazo derecho y le señalaba el lugar que tenía que colocarse.

- Por favor...Colócate sobre el sello - Le indico con su voz grave y sus ojos no se despegaban de la chica, la cual con un asentimiento de su cabeza y a paso tranquilo hizo lo que le indico.

Colocándose en medio del sello donde estaba conformado con un sol en el centro y dos lunas alrededor, una más grande que el otro, el cual comenzó a brillar sin bien había llegado la chica al centro de este. Por instinto, su cuerpo reacciono cubriendo su rostro con ambos brazos causando que el brillo del sello se intensificara tragándose a los dos individuos que se encontraban en ese lugar.

El brillo comenzó a desaparecer paulatinamente hasta desaparecer dejado ver a Yue con los ojos cerrados y con los brazos cruzados con su rostro impasible para que al cabo de unos segundos abrir sus ojos y dejar a la vista sus ojos azul hielo, mirando con detenimiento los cuatro espejos que rodeaban a la chica. Estos espejos eran altos y con una anchura considerable para que pudiera ser reflejado el cuerpo de la persona, alrededor de estos, ubicado en el marco se encontraba tallados en ellos símbolos y palabras en un lenguaje que no podía ser leído para cualquier humano, para que en lo más alto del espejo se encontraba un símbolo donde de él se desprendía varios relieves con distintas formas.

La joven al no sentir la luz chocar contra su rostro, retiro sus brazos con lentitud y cautela, no quería más sorpresas de por medio pero no esperaba los espejos que la rodeaban. Eran cuatro en total, cada uno ubicado en uno de los puntos cardinales, se giró para mirar cada uno de ellos notando los símbolos en cada uno de sus marcos tan delicadamente tallados que sobresalían y en lo más alto como si fuera una corona se encontraba uno de los símbolos que caracterizaban a las cartas de la baraja pero en donde predominaban solo dos colores, el negro y el blanco.

- "¿Qué es esto?" - El ver su propio reflejo en el espejo la desconcertó a la chica provocando que retrocediera unos pasos y cayera al suelo quedando sentada en el suelo.

- Estos espejos son los que te juzgaran en tu juicio - Respondió Yue caminando hacia ella - Cada uno tiene una prueba, la cual tienes que superar de eso depende a dónde quieres que sea dirigida tu alma - Le explico a medida que caminaba - Cada prueba tiene a un guardián quien la imparte, deberás de convencerlos para que den su veredicto a tu favor de lo contrario sufrirás la consecuencias; las cuatros pruebas están divididas en mente, corazón, cuerpo y alma - Señalo el espejo enfrente de la chica, después el de su izquierda, seguido del de su derecha para terminar con el de su espalda y todo esto la chica lo miraba con los ojos bien abiertos - Yo...Yue...Seré el que te juzgue en el último de tus pruebas...La prueba del alma y ahí, será donde te de mi veredicto final y tu sentencia como guardián del Limbo - Termino de rodear los espejos para colocarse en el espejo ubicado a la espalda de la chica.

- "¿Mi...Juicio?...¿Seré juzgada?" - Su mirada se posiciono en cada uno de los espejos mientras sentía una opresión en su pecho y temblaba con ligereza - "Supongo que es inevitable..." - Comento con un toque de rendición y melancolía aunque no sabía por qué sentía aquello, ya que no debía albergar emociones según eso era lo que había entendido, por lo que sentir lo que sentía le parecía extraño incluso ajeno a sí misma.

- Llegados a este punto, lo es - Confirmo con sus palabras lo que la contraria había comentado y levantando su diestra, el guardián hizo aparecer un cristal de color azul manteniéndolo en alto - No hay marcha atrás una vez que comienza el juicio final - Del cristal emano un rayo de luz que caía en trayectoria al centro del sello, donde se encontraba la chica pero al llegar a la altura, donde estaban posicionados los símbolos en lo alto del espejo, se dividió en cuatro y que este se dirigiera cada uno de ellos, iluminándolos.


Que comience el juicio


Esas palabras pronunciadas por Yue resonaron por el lugar y dando comienzo a que cada uno de los espejos desprendiera luz y en conjunto sumergiendo el lugar en el proceso. Pero solo siendo percibido por Yue, que las sombras que se produjeron en un escaso segundo en cada uno de los espejos restantes habían revelaron las siluetas de los demás guardianes encargados de las pruebas restantes.




Suerte pequeña, la necesitaras...









[To Be Continue....]











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