13

El gesto de Ngema denotaba claramente que estaba haciendo hasta lo imposible por contener la furia. Se le habían escapado, los había perdido apenas por la mitad del grosor de un cabello.

Para colmo, aquel maldito pato amarillo lo observaba desde una de las cómodas de la habitación 103 como burlándose de él. Sin embargo, ahora había algo muy distinto ahí: el juguete no era real, era una proyección holográfica que provenía de una tarjeta qubit, una versión más "primitiva" de las tarjetas qubyte.

Ngema lo recogió y no supo si debía enviarlo al Centro de Investigación. Hasta el momento, no había recibido respuesta del equipo forense de la isla sobre el resto de la evidencia que había enviado, especialmente de los patos. Había intentado llamar al centro, pero un incidente con un helicóptero había hecho que se activaran los protocolos de seguridad y nadie había podido atender su llamada.

Observó la habitación, era obvio que apenas habían pasado un par de horas ahí, algunos envoltorios con restos de comida, las camas casi en perfecto estado, los baños incluso todavía cerrados y con los sellos de sanitización todavía en las tapas de los excusados.

Aquí, sin embargo, quizá podría obtener algo que no había logrado en los otros escenarios: huellas digitales. Sabía todo lo que había que saber de Cartwright, de Boho, Martín y Ramírez, pero de los otros dos no sabía siquiera el nombre; un par de fotos borrosas de cámaras de tránsito en la carretera y retratos hablados proporcionados por Neumann no habían arrojado resultados en la búsqueda facial.

Su teléfono sonó, pero no quería contestar, no estaba de humor para soportar el mal humor de Hofstadter, ni mucho menos para dar explicaciones del porqué "los había dejado escapar otra vez". Tal parecía que no tenía idea del esfuerzo que estaba desplegando para atraparlos; de hecho, justo había recibido un reporte de la Bundeskriminalamt, habían tendido un retén en la carretera para detenerlos, pero una gigantesca mano de energía morada había arrojado a un lado un tanque Leopard 2A7V de 66 toneladas como si fuera un juguete, rompiendo el bloqueo.

—¿Ngema? —finalmente tuvo que responder, aunque rechazó la videollamada y mejor hizo una llamada por teléfono convencional.

—Sí, doctora Hofstadter, dígame.

—Hubo un cambio de prioridades —dijo la mujer con un extraño tono de voz que jamás le había escuchado.

—¿Que ocurre? —preguntó el agente, con un negro presentimiento.

—La Junta Directiva —dijo Hofstadter con tono dubitativo —cambió el estatus del equipo de "activos" a "riesgo potencial".

—Entiendo —respondió Ngema, apretando la mandíbula.

—Las instrucciones cambiaron de "búsqueda y recuperación" a "búsqueda y destrucción" —declaró la directora, haciendo que el estómago de Ngema se hiciera un nudo —no podemos fallar, Ngema, ya no son solo nuestros puestos lo que peligra.

—Pero son solo chicos... —trató de protestar el agente.

—Eso no importa, las instrucciones de la Junta Directiva son inapelables y definitivas, y espera resultados lo más pronto posible.

—Entiendo, doctora, pero necesitaré autorizaciones por escrito y equipo adicional.

—Tiene carta blanca, Ngema, pero ya no se tolerarán más fallas. La Junta Directiva incluso ha insinuado que necesitamos un nuevo Jefe de Seguridad, así que usted sabe a lo que se arriesga —sentenció su jefa, cortando la llamada.

—¡Maldición!

—¿Señor? —el técnico que pasaba a su lado se le quedó viendo con gesto confundido.

—Nada. Toma y envía esto al Centro de Investigación —le dijo, tendiéndole la tarjeta qubit —No, ¿sabes qué? —lo detuvo antes de que se alejara —mejor mándala al Proyecto Prometeo.

—Sí, señor, ¿a quién se la debo enviar?

—A Franz Jordan, en Recuperación y Análisis.

Ellos eran los encargados de desmontar y analizar cada pieza electrónica o mecánica de la Pyrsos; si alguien podía decirle si había algo más de lo que se veía a simple vista sin riesgo de activar o desactivar algo que podía ser vital, ese era el equipo de Jordan.

—Ya empezó —totalmente agotada, en un asiento del tren de Saarbrücken, Alemania, a Saint-Denis, Francia, Cartwright le tendió la tablet a Patricio, quien tomó el aparato y comenzó a leer en voz alta.

—Bla, bla, bla, yada, yada... "Beijing, China... fecha... agencia YonHap..." esos coreanos siempre sacando a los chinos al balcón... "fuentes internas del Centro de Investigación y Desarrollo Prometeo en la Universidad de la Academia China de Ciencias confirmaron que habían perdido contacto con el uno por ciento de las sondas del proyecto Feng Popo."

»La fuente, hablando bajo condición de anonimato, por no estar autorizada a dar declaraciones, explicó a YonHap que el Centro de Monitoreo de Feng Popo había ubicado al grupo de beerds en un punto sobre el Océano Pacífico, sin embargo, los drones no estaban obedeciendo los comandos del Centro de Control.

»Este incidente se suma al derrame del viernes pasado, cuando un grupo de cien fathoms del proyecto Ran emergió en las inmediaciones de Isla San Miguel, en el Canal de California, donde arrojaron al aire una columna hecha de un líquido de naturaleza desconocida, que causó la muerte de un número todavía no determinado de aves y peces nativos de la isla.

—Yo no supe de eso —dijo Cartwright —¿y tú?

—Aquí abajo lo aclara: "...autoridades estadounidenses habían negado el incidente, sin embargo, ante las imágenes y la evidencia que ha emergido en redes sociales, aunado a los rumores en torno a Feng Popo, finalmente admitieron lo ocurrido en San Miguel.

»Al respecto, YonHap contactó al Instituto Noruego de Geotecnia, pero hasta el momento, la institución no ha emitido respuesta...

—¿Pueden dejar dormir? —reclamó Dalel levantando un poco la cabeza en el asiento frente a ellos; Dolores reposaba la cabeza sobre sus piernas, mientras Roger dormía en el asiento de atrás y Alba tenía la vista perdida en el paisaje del norte francés que se deslizaba frente a la ventanilla.

La huida constante ya les estaba pasando una pesada factura. Habían llegado en la pick-up hasta un pueblo alemán llamado Saarburg, donde Spectral Glimmer había arrojado el vehículo a un lago cercano para borrar su rastro, y de ahí habían tomado un tren a Saarbrücken, luego otro a Forbach y desde ahí, uno más a Saint-Dennis.

—Oye, Alba —llamó Patricio estirándose para tocar el hombro de la jovencita, quien volteó sólo para encontrarse con el casi violento flash de la cámara del celular del mexicano —Por si necesito otra foto para su pasaporte —dijo este último cuando Cartwright se le quedó viendo, extrañada —Es que creo que la otra no salió muy bien.

Siempre preparado, Pato tenía pasaportes falsos para los cuatro chicos, mientras que Cartwright solo tuvo que esgrimir su identificación de Neotenia, armando un poco de escándalo en el puesto de revisión de la frontera, diciendo que viajaba en una misión prioritaria para el Proyecto Prometeo y los agentes fronterizos no hicieron mayores preguntas.

Sin embargo, habían dado un rodeo enorme no solo para perder a sus perseguidores, sino para evitar atravesar Luxemburgo, lo cual habría implicado pasar dos revisiones fronterizas "y mis pasaportes son buenos, pero no me arriesgaría a tanto con Ngema pisándonos los talones...", había advertido Patricio.

—Ya estamos por llegar a París, ¿por fin vas a decirme a qué vamos ahí? —preguntó la rubia, sospechando de la extraña conducta de Pato. No tenían que cruzar otra frontera, hasta donde ella sabía, y otra foto para el pasaporte parecía totalmente innecesaria.

—¿Sabías que después de que terminaron los trabajos de rescate y de limpieza, la Zona Cero se delimitó al perímetro del Boulevard Peripherique?

—Sí, lo sabía —respondió Cartwright, mitad ofendida y mitad suspicaz —yo di la orden.

—¿Y sabías que cuando el Proyecto Prometeo presionó a todos los gobiernos para declarar ilegal el tráfico de piezas de la Pyrsos, Saint-Denis se convirtió en el epicentro del mercado negro de tecnología alienígena?

—Eso... lo sospechábamos, pero nunca pudimos comprobarlo.

—Por supuesto que no. Ngema no es tan bueno como cree que es.

—¿Cuál es tu punto?

—Mi punto es que estamos a punto de llegar ¡Despierten, bellas durmientes, ya se nos acabó la vía!

(Urgente)

Falla masiva de drones Feng Popo causa preocupación global

Beijing, 5 abr (Kyodo).- Una fuente anónima de la Universidad de la Academia China de Ciencias reveló que los drones del proyecto Feng Popo han dejado de seguir su programación original y tampoco están siguiendo las instrucciones del centro de control, ubicado en esta capital.

Aunque un comunicado de la Universidad intentó desmentir la historia, inicialmente dada a conocer por la agencia coreana YonHap, imágenes de satélites estadounidenses, rusos y japoneses muestran que los beerds, como popularmente se les conoce, han adoptado patrones de vuelo inusuales.

Las imágenes muestran que los drones dejaron su patrón de vuelo en enjambres de entre 10 y 50 beerds, para comenzar a volar en solitario, formando una cuadrícula ubicada exactamente a 10 mil metros de altura.

Hasta el momento no se han reportado incidentes con el tráfico áereo normal, sin embargo, autoridades aeronáuticas de todo el mundo están monitoreando de cerca la situación, para poder responder de forma adecuada.

Esta agencia se puso en contacto con los responsables de los proyectos Ran y Hammer Fist, para corroborar si todos los drones de ambos programas están funcionando normalmente, pero hasta la publicación de este cable no había recibido respuesta.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top