Meison recosto a su pequeña hermana en la cama y la arropó para después recostarse a su lado.

La miró a los ojos y esperó pacientemente para que ella le contara.

-No sé si lo recordarás, pero desde que nací tuve una constitución débil es por ello que yo...

-¿Qué viviste con la abuela? -ella asintió.

-Al día de hoy no comprendo por completo lo que tenía. Recuerdo que solían decirme "No puedes irte de aquí, es peligroso para ti".

-¿Por qué? -preguntó con sincera preocupación y curiosidad.

Él sabía que su hermanita era sumamente delicada, a tal punto que desde que nació fue forzada a vivir en una hacienda perteneciente a sus abuelos.

-No lo sé... Esas eran las palabras que me decían mamá y papá cada vez que lloraba cuando se iban.

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-Buenos días -saludó Hannah a sus hermanos cuando entraron en la cocina.

-Hola -respondió Noah -Oh, desayuno.

-¿Panqueques americanos? -preguntó con desagrado Taison.

-Aquí -dijo ella mientras colocaba una taza de Té con leche frente a él -Los tuyos no son americanos, éstos son para ti.

-¡Gracias!

-¿Y Mei?

-Durmiendo.

-¿Todavía? -se sorprendió el mayor de los presentes.

-Desayunen en silencio ¿Quieren?

-¿A dónde vas? -volvió a preguntar.

-A llevarle el desayuno.

-Pff... Coff... Coff... Coff -Noah de ahogó.

-¡Idiota! -gritó Tai -¡Toma, bebe la leche!

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Estaba recostado en un costado de su cama mirando el techo.

No era que tuviese sueño, de hecho no había dormido nada en absoluto esa noche.

Toc... Toc...

Como nadie respondió al llamado la puerta se abrió, él cerró los ojos por inercia, y al instante la luz se encendió.

-¿Mei? -dejó la bandejan con comida en la mesa de noche y se acercó a él -¿No dormiste bien? -él abrió los ojos -Lo siento, te mantuve despierto hasta muy tarde.

-No, está bien -sonrió -¿Por qué me miras así?

-Tienes ojeras, no dormiste nada ¿Verdad?

-No moriré por falta de sueño -posó una mano en su cabeza y acarició sus cabellos -¿Trajiste algo para mi?

-Desayuno.

-¿Onigiri? A Tai es a quién le gusta la comida oriental.

-Pero a ti te gusta el desayuno salado, no iba a hacerte huevos con bacon me quedan con mucho aceite.

-¿Son de atún? -ella sonrió.

-No irás al Instituto hoy.

-¿Qué...? Coff... Coff -casi se ahogó con su bebida -¿Leche de soja?

-Es jugo con leche de soja, se llama "AdeS", vastante rico he de admitir.

-Repiteme eso de que no iré a clases.

-Descansa por hoy ¿Si? Yo dormí bien, a diferencia tuya.

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Ese día Hannah estaba extrañamente complaciente, llevó a los mellizos a la guardería y preparó, no sólo el desayuno favorito de cada uno, sino que además también hizo bocadillos para que se llevasen.

Aunque para Noah era extraño y conveniente Tai sabía la razón...

-Oye, Tai ¿Me estás escuchando? -preguntó un compañero.

-¿Eh? Perdón Kevin, no estaba escuchado.

-Se nota, viejo estás en las nubes -apoyó Benyamin* -No me digas... ¡¿Te peleaste con tu novia?!

-¿Qué? ¡Noo!

-Yo le creo -habló Kevin -Quiero decir, si estuvieran peleados no habría traído estos -dio un mordisco a algo en su mano.

-¿En que momento ustedes? -abrió su mochila -¿Cuándo los sacaron?

-¡Oh, tienen atún dentro! -exclamó Ben -¿Qué son? Están deliciosos.

-Se llaman "Onigiris", es un platillo japonés o eso creo.

-Tú novia debe quererte mucho, dile que te prepare unos extras para la otra.

-Me golpeara con un sartén si le pido eso... -reflexionó -¡Ella no es mi novia!

-Lo que digas -respondieron simultáneamente.

-No me creen ¿Verdad?

-Ni por asomo -respondió Ben con una sonrisa zorruna de oreja a oreja.

-Y bien ¿Cuál es el problema? -preguntó Kevin.

-¿Uhm? -el gemelo no se esperaba esa pregunta.

-Algo te está molestando ¿O no?

-No, bueno si... Es que... Es una situación difícil.

-¿Tan complicado es?

Suspiró -Si, más o menos -miró la mesa -¿Eh? ¡Ya no hay!

-¡¿Qué?!

Ambos voltearon a ver a su amigo, quién se había mantenido al margen de la conversación.

-¡¿Te los comiste todos?! ¡Por eso estabas tan callado!

-¡Aaah! -gritó con desespero mientras sacudia a Ben -¡¿Tienes idea de cada cuanto me hacen de esos!? ¡Y no probé ni uno! -ríos de lágrimas surcaron sus ojos.

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Hannah le había pedido que se quedara a descansar pero le era difícil y, para empeorar, se sentía culpable de algunas cosas del pasado.

Cerró los ojos intentando consiliar el sueño que no consiguió en toda la noche y la mañana.

Visualizó una mujer embarazada junto a un hombre, frente a ellos 1 niña y 2 niños jugando.

La imágen cambió, la mujer ahora se encontraba sentada al borde de una cama matrimonial cubriendo su rostro mientras lloraba y el hombre junto a ella la abrazaba protectoramente sobre su pecho.

Los niños pequeños que se veían antes ya habían crecido aparentando entre 8 y 9 años, por las mochilas que cargaban regresaban de la escuela junto a una joven de 14 o 15 años.

Ingresaron a una gran casa frente a la cual se hallaba un automóvil.

-¡Regresaron! ¡Mamá y papá regresaron! -gritaron ambos niños antes de salir corriendo.

-¡No! ¡Esperen! corrió tras ellos.

-¡Mamá, papá! ¡Mamá, papá! -ingresaron a la casa.

-¡Chicos, esperen! -los alcanzó en la entrada -No vuelvan a salir corriendo así ¿Entendie...ron?

Frente a ellos si se encontraban sus padres, pero no estaban sólos.

Una pequeña niña usando un vestido blnco y botas marrones era cargada de una manera sumamente delicada por los brazos de su padre.

-Vamos, pequeña -tocó su pequeña espalda para que dejará de esconder su rostro -Saluda.

Obedeciendo al hombre lentamente volteó su pequeño rostro -Hola -dijo con una pequeña y dulce voz.