Capítulo 10: ¡No haré nada malo!
-Hola ¿Cómo están? -habló la joven ingresando al salón.
-¡Hola! -saludaron a coro.
-Hannah -la llamó un compañero -¿Me dejas tus apuntes de matemáticas?
-¿Tienes los de química? -interrogó.
-Para usted, señorita -le extendió una libreta.
-Te lo regresare en tres días.
-Cinco -enseñó la libreta de la joven -¿Te parece?
-Seguro.
Estaba cansada, llevaban un buen tiempo viviendo sólos y la presión ya se hacía sentir.
-Necesito dormir más... O no estudiar.
-Hannah ¿Te encuentras bien?
-¿Eh? Si, sólo un poquito cansada.
-Deberías dormir más, te están saliendo ojeras.
-Si, creo que tienes razón. Pero no puedo dormir en clases.
-¿Por qué no? Yo lo hago todo el tiempo.
-Lo sé ¿Cómo es que no te dicen nada?
-Ya están acostumbrados a verla dormir -respondió una voz masculina -Y como siempre aprueba los exámenes les da igual.
-Chicos.
-¿Si? -respondieron.
-Me he estado preguntando ¿Quién es ella?
-¿Huh? ¿La rara?
-¿Rara?
Él se encogió de hombros restandole importancia -Nunca habla con nadie.
-Sasha ¿Tú qué dices?
-Bueno... Hubo una vez que quisimos integrarla. Pero no pareció funcionar porque ella tampoco ponía mucho de su parte, así que lo dejamos.
-Ya veo... -respondió pensativa.
-¿Qué estas pensado? -preguntó Sasha.
-Conozco esa mirada en las mujeres. Nunca traen nada bueno entre manos cuando ponen esa cara.
-No estoy tramando nada... Nada malo... Nada muy malo ¿Bien? Ya dejen de mirarme así.
-Sólo no nos metas, ni te metas en muchos problemas.
-Si, por favor.
-Dejando eso de lado ¿Alguno quiere bocaditos de arroz?
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-¡Noah!
-¿Qué haces aquí? ¡Tendrías que haber ido por los mellizos!
-Los chicos los recogerán hoy porque yo los dejé en su lugar.
-¿Está bien?
-¿Hum? ¿El qué?
-Qué caminamos juntos.
-Está bien, no estamos en la misma escuela después de todo, ¿Y?
- ¿"Y" qué?
- ¿Vas a dejar de tirar dinero en aperitivos? Mis bocaditos de arroz debieron haber tenido un mejor sabor y haberte llenado más. Quita esa cara.
-Es con la que nací. Pero no se trata de eso, sólo probé uno el resto fue a parar al estómago de mis compañeros ¿Una galleta? - extendió una pequeña bolsa.
-Son caceras, ¿Quién te las dio?
-Una chica.
-Eso ya lo sé, ¿Estamos en un shojo acaso? ¡Más importante! ¿Ya tienes novia?
-No, la saqué de un lío y me dio esto como recompensa.
-¿Eres un perro?
-¿Quieres pelear?
-Ya, ya. Cocinare lo que quieras si te vas de casa 30 minutos después que los chicos.
-¿Me estas tratando como a tú perro?
-Si ese fuese el caso te daría dulces. Es un soborno.
-¿A dónde irán ellos?
-Tienen entrenamiento. No te acerques a ellos.
-Ok. Quiero lasania.
-Hecho. Estate lejos un mínimo de 3 horas.
-¿Qué estás por hacer?
-Una pequeña travesura, pero nada de que preocuparse.
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-Muy bien, todo listo -oyó el sonido del timbre -Qué comience el juego.
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Salió de la institución poco después del sonido de la campana. Llegó a su casa y en su bolso encontró una curiosa nota
"Ven a la dirección dictada al final exactamente 4 horas después del fin de clases.
Te conviene no faltar..."
Temerosa ante la nota y la obvia amenaza no supo que hacer. Paranoica su imaginación le brindó mil y un imágenes de las posibilidades.
-¡Kyyyaaaa! -gritó al oír su celular.
"También tengo tú dirección... -eso no la tranquilizó en absoluto -Puedes avisar a dónde irás. No te estoy amenazando, te estoy citando." -¡¿Entonces por qué demonios tenía número bloqueado?!
Y ahora por miedo a, quién sea qué fuese esa persona, apareciese en su casa estaba frente aquella enorme casa.
-¿Hola mamá? Si, creo que estaré bien.
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