Capítulo 59: Hokage

Naruto Uzumaki

Cuando desperté aquella mañana, me alegró ver a Sasuke a mi lado, ya fuera del hospital, durmiendo como un tronco sin necesidad de sedantes ni ningún otro medicamento, aunque Ino me había recordado que debía tomarse la medicación durante unos días aún. Le veía tan destrozado allí tumbado en mi cama y me sentía mal, porque yo le había llevado a esta situación, desde que le traje a la villa, yo fui el culpable de todo su sufrimiento y no podía pensar en otra cosa excepto en eso.

Acaricié su cabello y se giró hacia mí cogiéndome, porque al menos ahora ya podía medio mover los brazos, aunque sus manos aún no se movían con soltura, ni siquiera creí que pudiera pelear, porque no podía hacer sellos, así que provocaba en mí esa sensación como si tuviera que protegerle ahora de todo y de todos. Él siempre había cuidado de mí, estaba dispuesto a morir por mí si fuera necesario y ahora... era mi obligación estar a su lado y ayudarle en todo lo que pudiera.

Le abracé también y lo acerqué un poco más a mí aprovechando para acariciarle. Parecía tan dulce cuando dormía, como si fuera un niño pequeño aunque realmente, cuando abría los ojos me encontraba con ese chico solitario de mirada profunda que sólo pensaba en venganzas, pero yo le enseñaría que no todo eran venganzas, había mucho más, había amor también y yo le quería demasiado. No quería volver a separarme de él nunca más.

Mi gran problema es que tras la guerra, habían vuelto a ofrecerme el puesto de Hokage y sinceramente... era mi sueño ser Hokage pero también lo era ahora vivir con Sasuke y no sabía hasta qué punto la villa perdonaría a mi chico. ¿Tenía que coger el puesto o no? Sé que Danzo estaba siendo perseguido por la justicia, Ibiki y su equipo le pisaban los talones pero... ¿Sasuke soportaría vivir aquí? Seguramente sí, por mí él era capaz de aguantar cualquier cosa, pero yo no quería que aguantase, quería que fuera feliz y ya no estaba tan seguro de que vivir en la Villa fuera a ser la felicidad de Sasuke.

Con la conversación que tuvimos anoche, sé que Sasuke no quería estar en la villa y debía empezar a tomar decisiones, hacerme a la idea de que jamás llegaría a Hokage pero es que después de cómo habían tratado a Sasuke esta villa, tampoco estaba seguro de que yo quisiera ser su Hokage, sólo eran un grupo de personas que habían intentando matar a mi chico, unos egoístas y no merecían mi cargo, sólo me querían porque me había vuelto fuerte y podía defender la villa, pero yo no sería ese chico inocente al que pudieran manipular a su antojo, iba a marcharme con Sasuke y me daba igual si me convertía en un delincuente.

Por lo menos debería esperar unos días hasta que Sasuke pudiera moverse bien para poder irnos de aquí, necesitaba mucho reposo y no podía pedirle ahora a Sasuke de marcharnos, habría que aguantar unos días aquí. Le vi durmiendo y tras acariciar su cabello, su brazo y su espalda, le di un beso en la frente para levantarme de la cama con cuidado y vestirme para ir a comprar algunas cosas que nos hacían falta, principalmente medicinas para Sasuke.

Pasé a por las medicinas al hospital y me encontré con Hinata y con Ino ayudando aún a algunos ninjas que traían del campo de batalla, una batalla que ahora ya estaba en sus últimos momentos, las tropas se retiraban y posiblemente era por el rumor de que Sasuke había muerto gracias a Danzo y ese ataque que le hizo.

Ibiki también estaba allí buscando información sobre Danzo y su paradero, aunque tenía a casi todo su escuadrón buscándole, incluso el padre de Ino estaba en ello, había entrado en la mente de unos cuantos subordinados de Danzo para poder encontrar algo de información sobre todo esto.

- ¿Cómo está Sasuke? – me preguntó Ibiki cuando pasé cerca de él.

- Está durmiendo – le comenté – sólo he venido a por las medicinas para el dolor.

- ¿Aún le duele mucho?

- Bastante, moverse como antes le llevará aún un tiempo de recuperación.

- Ha sido una batalla difícil, dale un poco de tiempo Naruto, su cuerpo tiene que recuperarse con calma.

- Lo sé, pero odio ver el dolor que tiene cuando no está sedado.

- Atraparemos a Danzo, te lo prometo, estamos estrechando el círculo.

- Yo quiero ir a por él – le dije.

- ¿Estás seguro? Podrías dejar que tu ira apareciera y no sería bueno.

- Quiero ir a por él, voy a demostrarle que no puede acercarse a mi chico mientras yo esté aquí con él.

- De acuerdo, te avisaré cuando lo encontremos.

Caminé hacia Ino que hablaba con Hinata para que me diera algunas medicinas para Sasuke. Cuando llegué hasta ella, estaban hablando sobre todo el asunto de la guerra pero al menos no le echaban la culpa a mi chico como habían hecho otras personas de la Villa, como si fuera culpa de Sasuke el que iniciase, él no tenía nada que ver, sólo quería vivir tranquilo pero en cambio lo que consiguió es que todos le odiasen, que todos intentasen matarle incluso en su propio hogar, porque Konoha... fue su hogar en la infancia y no entendía por qué nadie parecía ver eso, nadie quería ver a Sasuke como uno más de Konoha.

Ino me dio un bote más de pastillas para reducirle el dolor a Sasuke y me preguntó por él y su estado. Le aclaré que estaba mejorando pero con mucha lentitud, también aproveché para avisarle que seguramente, acabaría marchándome en cuanto pudiera caminar con normalidad, no quería arriesgarme a que pudiera pasarle algo malo en el camino, pero en parte... aunque extrañaría mi gran sueño de ser Hokage, iniciar una nueva vida con Sasuke en un pueblo abandonado de la mano de Dios como en el que lo encontré junto a su hermano y Deidara... no me parecía tampoco un mal plan.

Cuando salí del hospital, me crucé con Itachi que estaba en un parque junto a Deidara, sentados en el césped bajo un árbol abrazados y mirando un estanque donde algún ciudadano estaba pescando. Les vi tan enamorados, tan calmados, tan enamorados que no sabía qué pensar de todo esto, en realidad sí sabía qué pensar... pensaba en que yo también quería algo así con Sasuke, una vida tranquila, con él, viviendo el día a día y me daba igual si teníamos que construir nosotros la casa o hacer lo que fuera por sobrevivir.

De hecho esperaba dejarle la construcción a Sasuke, porque como me dejase a mí las tareas de manualidades podíamos descartar el tener una buena casa, porque yo era malísimo para todo esto de construcción y de crear cosas desde cero. Sasuke no sé si sería bueno o no, pero al menos tenía a su hermano y podía pedirle algo de ayuda.

Volví a casa para darle los medicamentos a Sasuke, pero al entrar por casa y dirigirme a la habitación, me di cuenta de que Sasuke seguía dormido como un tronco, ni un Tsunami le habría despertado a este chico y es que tenía que reconocer, que en mi casa estando conmigo, Sasuke conseguía dormirse sin problemas.

Despertó Sasuke mientras le estaba acariciando y aunque le costó un poco abrir los ojos, se acercaba cada vez un poco más hacia mí para que siguiera acariciándole y es que Sasuke aunque frío, también podía ser realmente tierno, me encantaba todo de él y no podía evitar sonreír al verle aunque también notaba como le dolía el cuerpo. Por lo menos ya empezaba a mover un poco las manos y eso era un gran avance.

- ¿Estás bien? – le pregunté.

- Sí – me dijo – si sigues tocándome sí.

- Eres de lo que no hay – le comenté sonriendo - ¿Te duele mucho?

- Un poco.

- Tómate la medicación - le dije – estarás mejor con ella.

- No es cierto, sabes que me deja medio abobado tanta pastilla.

- Así puedo aprovecharme más de ti – le sonreí tras la broma y él sonrió

- Así que era por eso... - sonrió – y yo que creía que era porque te preocupaba mi dolor.

- Enserio, tómatelo, en cuanto estés mejor para poder hacer un viaje, nos iremos de aquí, eso te lo prometo.

- ¿No iban a convertirte hoy en Hokage? – me preguntó y no supe como se había dado cuenta, pero tenía razón.

- Lo he rechazado – le dije – no seré yo, ya te dije que sólo me interesabas tú.

- ¿Y por qué te busca Ibiki? – me preguntó y me sorprendí.

Tenía razón, sentía su chakra venir hacia nosotros por la calle y le dejé la medicina a su lado para decirle que ahora venía. Creo que Sasuke ya suponía que iba a por Danzo por la cara que me puso y porque me pidió que le llevase a él, pero no podía llevarle, no como estaba ahora, sé que era muy vengativo, pero por esta vez y sólo por esta... sería mi venganza y no la suya, yo me ocuparía de defender a Sasuke de quien fuera y donde fuera.

Salí de la casa sabiendo que Sasuke no podría seguirme en su estado. Ibiki se sorprendió de verme salir tan rápido y me comentó que tenían la localización de Danzo. No tardé nada en ponerme en marcha con el escuadrón de Ibiki, quería a ese tío entre rejas o asesinarlo allí mismo por todo lo que le intentó hacerle a mi chico.

El escuadrón no estaba mal, parecían todos muy fuertes y además, Ibiki también venía y eso daba confianza. Salimos de la villa por un camino que yo jamás había recorrido y llegamos hasta donde se suponía, que estaba Danzo, una pequeña cabaña a las afueras donde se ocultaba como una rata, que es lo que era. Entré sin previo aviso, le pegué la patada a la puerta derribándola y entré para ver a Danzo gravemente herido en una cama, supongo que tratando de recuperarse de las heridas que le hizo también Sasuke en su pelea, pero ni aquello me frenó.

Lo cogí del cuello de la chaqueta y lo saqué a la fuerza mirándole con esos ojos de odio que ahora había aprendido a sacar de Sasuke y aunque me rogó por su vida, en este momento sólo pensaba en destrozarle. Tuvo que venir Ibiki a tranquilizarme y una vez lo hizo, se lo lancé como un saco hacia él para que se lo llevasen, sabía que Ibiki no lo dejaría en prisión sin antes una buena tortura y es que Danzo... tenía secretos de la villa que debían proteger, por lo que la tortura no sería nada agradable.

Cuando volví tras comprobar que Ibiki se llevaba a Danzo a su base, me encontré a Sasuke durmiendo, creo que la medicación lo había dejado demasiado cansado. Al acercarme a él, se despertó y me preguntó qué tal había ido todo. Le comenté que Danzó no volvería a molestarle y me tumbé a su lado abrazándole, acurrucando su rostro en mi pecho para sentirle cerca, para que me sintiera cerca de él y estuviera protegido, porque conmigo, Sasuke siempre iba a estar protegido.

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