Capítulo 48: Termas


Naruto Uzumaki

Cuando me desperté, no sentía el peso de Sasuke en mi brazo y por mucho que le busqué con el otro, no lo encontré. Me preocupé por no sentirle y abrí los ojos de golpe viendo que no estaba en el futón, se había levantado y supuse... que se había marchado a algún lado, aunque no sabía dónde y eso me preocupaba más, porque toda la villa le odiaba, así que no me gustaba que saliera solo por ahí, yo quería estar con él en todo momento por si necesitaba ayuda, por si necesitaba un testigo que desmintiera las cosas que la gente podía llegar a inventarse de él.

Me levanté con rapidez y fui al armario a buscar mi ropa. No había hecho nada más que quitarme el pantalón del pijama buscando el de salir a la calle, cuando la puerta corredera de la habitación se abrió dejándome ver a Sasuke completamente vestido. Me quedé en shock al verle, pero él se sonrojó al verme sin el pantalón.

- ¿Ya vamos así? –me preguntó sonriendo - ¿No puedes estar ni un segundo con el pantalón en su sitio? – preguntó burlándose y sonreí.

- Contigo por aquí es imposible – le bromeé.

- Naruto... estás demasiado cachondo últimamente, te sentará mal – me dijo sonriendo.

- Me sentará mal sólo si me rechazas – le dije acercándome a él para besarle - ¿Dónde has ido Sasuke? – le pregunté de golpe y me miró extrañado.

- A resolver un problema – me dijo.

- ¿Qué problema?

- Un problema con mi equipo.

- ¿Con tu equipo? ¿Está aquí tu equipo? – pregunté.

- Eso parece, se han preocupado por mi larga ausencia y querían saber si me había pasado algo. Ya lo he arreglado.

- Vale – le dije por no meter más problemas.

Desayuné con él y la verdad... seguía preocupándome que su equipo hubiera venido, no porque tuviera celos de que tuviera que compartir mi tiempo con Sasuke con ellos, sino... porque no quería que Sasuke se marchase y ellos había venido para llevárselo, sabían tanto como yo, que para Sasuke era un riesgo quedarse en esta villa, así que iban a intentar convencerle para volver a irse y yo no iba a consentir que nadie me separase de Sasuke, era mío y lo quería a mi lado siempre.

Quizá estaba un poco enfadado desde que me enteré que su equipo estaba por aquí y Sasuke lo notó enseguida, no tenía la misma facilidad que Sasuke para aparentar que las cosas estaban bien cuando no lo estaban, él sabía camuflar sus sentimientos pero yo no, lo que sentía es lo que sentía, le quería y estaba enfadado con poder perderle.

- ¿Qué te pasa? – me preguntó Sasuke de golpe dando un sorbo a la leche.

- ¿Te acostabas con los de tu equipo? – le pregunté y es que me estaba destrozando la duda.

- Mmm no – me dijo – aunque Karin venía a despertarme todas las mañanas... ya me entiendes.

- ¿Y me lo dices así tan tranquilo? – le pregunté enfadado.

- Tú has preguntado – me dijo con su seriedad de siempre - ¿Tenía que mentirte?

- No – le dije – o sí, no sé Sasuke.

- Pues decídete – me dijo - ¿Estás celoso? – me preguntó sonriendo.

- Puede que un poco – le dije haciendo un puchero como un niño pequeño y vi a Sasuke saltar por encima de la mesa para llegar a mí y cogerle por la nuca mientras me acercaba a besarme.

- Te quiero a ti, Dobe – me dijo sonriendo.

- Ya... pero te la chupaba Karin por las mañanas – le recordé y empezó a reírse.

- Bueno... pues te la chuparé yo a ti a partir de ahora ¿qué te parece? – aquello me hizo sonreír.

- Me parece genial – le dije besándole mientras le acercaba más a mí y le obligaba a sentarse a horcajadas en mis piernas.

Parte de lo que estaba encima de la mesa se calló al suelo, pero me dio igual, prefería arrastrar a Sasuke por toda la mesa con tal de que estuviera sentado encima de mí. Le besé con posesión y es que... sentía que era mío, había tardado en darme cuenta pero nadie iba a apartarme de él, ni la villa ni su equipo. Sasuke se dejó besar mientras agarraba con fuerza mi cabello acariciándome.

- Voy a ir a comprar unas cosas – le comenté a Sasuke, más que nada porque tenía algo que hacer y no quería que él viniera - ¿Qué te parece si me esperas como un buen chico y cuando venga... te invito a un relajante baño en las termas?

- ¿Con sexo incluido? – me preguntó con picardía.

- Por supuesto, te daré todo lo que quieras Sasuke, ya lo sabes.

- Entonces me parece bien – dijo besándome mientras se levantaba de encima.

Cogí las llaves de casa y salí para ir a comprar cualquier cosa que necesitase para la cocina, algunas patatas... algo de ramen, cualquier tontería que viera para camuflar mí salida ante Sasuke.

Busqué al grupo de Sasuke, porque iba a tener unas palabras con ellos, no me fiaba de ninguno y tenía que dejarles claro... que Sasuke era mío, les gustase o no. Les encontré a las afueras de la villa ¡Y me costó salir evitando a los guardias! Pero allí estaban, acampados cerca de un río dentro del bosque para ocultarse. El chico del cabello blanco fue el primero en verme y se tensó.

- Vaya... el pesado de Naruto Uzumaki por aquí... a mí no tienes que convencerme para volver a la villa, así que no sé qué haces aquí fuera.

- Venía a buscaros – le aclaré.

- ¿Por qué?

- Porque no sé qué queréis de Sasuke – le dije muy claro.

- Los demás no lo sé – miró hacia ellos – pero ya sabes lo que quiero yo de él, quiero exactamente lo que tienes tú, quiero follármelo mientras grita como hacía contigo esta mañana.

- Pues ya puedes olvidarte – le amenacé – él no quiere nada contigo.

- Eso ya lo veremos... te recuerdo que lleva mucho tiempo trabajando conmigo, entraba en su habitación cuando se cambiaba, le he visto ducharse, ha estado a un paso de follarme – me dijo y le pegué un puñetazo, aunque me sorprendió que se convirtiera en agua y no le afectase. Él empezó a reírse – que genio tenemos.

- No vas a tenerle.

- Lo veremos, acabarás metiendo la pata con él como haces siempre y volverá a mí, volverá donde le corresponde, con su grupo y cuando eso pase... tendré mi oportunidad para enamorarle.

- No sabes nada de Sasuke – le dije – es un Uchiha, no puedes enamorarle sin más, siempre acaba saliéndose con la suya, no puedes obligarle a nada, ni siquiera te dejará follarle.

- A ti te deja, no sé por qué no lo haría conmigo.

- Porque no lo hace con nadie – le grité – ni siquiera sé por qué me deja a mí. Sasuke es incontrolable, cuando quiere es él quien me la mete y cuando quiere, soy yo, hacemos siempre lo que quiere él – le dije – no puedes intentar enamorar a un Uchiha, son demasiado orgullosos.

- Pues algo haré, porque no voy a dejar que le destroces la vida, no pertenece ya a esta villa ¿No te das cuenta? – me gritó – aquí sólo quieren verle muerto.

- No van a matarle.

- No, no lo matarán, pero porque yo no lo permitiré – me dijo y pasé de seguir discutiendo, no valía la pena perder el tiempo con él.

La verdad es que estaba enfadado, él se creía mejor que yo, pero... ¿Dónde estaba él cuando casi matan a Sasuke el otro día? Fui yo quien impedí que le matase, este tío ni se había enterado, si yo no llego a aparecer, no estaríamos él y yo aquí discutiendo por Sasuke, porque estaría muerto. Él no podía protegerle, sólo le llevaría de nuevo a ese maldito camino de venganzas que Sasuke cogía siempre, yo le ofrecía cambiar, vivir tranquilo, vivir conmigo, ser feliz, olvidarse de las venganzas definitivamente, pensar sólo en nosotros.

Volví a casa tras comprar un par de cosas y hasta Sasuke se dio cuenta de que había tardado demasiado tiempo para lo que había comprado. Supongo que no era muy bueno pensando en las cosas y Sasuke era demasiado inteligente para mí, siempre lo había sido, desde la academia, él siempre sacaba las mejores notas, era el mejor en todo, era astuto, siempre pensaba él los planes para derrotar a los enemigos y yo me dejaba llevar por sus ideas.

- ¿Has ido a verles verdad? – Me preguntó aunque extrañamente no parecía enfadado – ya te dije que me ocupaba yo de mi equipo.

- Lo sé... pero...

- Pero estabas celoso – me dijo de golpe sonriendo – no he tenido nada con ellos Naruto – me aclaró – con Karin un poco, pero no siento nada por ellos y lo sabes ¿De qué te preocupas?

- No lo sé, no quiero perderte – le comenté.

- No vas a perderme – me dijo acercándose a besarme – sabes que te quiero a ti. ¿Qué te ha contado Suigetsu? – me preguntó.

- Creo que está un poco enamorado de ti.

- No es cierto – sonrió – quiere follarme porque tiene la obsesión de hacerlo con un Uchiha, pero no siente nada por mí. Pero si quieres... podemos darle una buena lección – me dijo sonriendo y escuché su plan con atención.

Tal y como le prometí, le llevé a las termas de las afueras, decidí que eran mejor esas ya que iba menos gente y con toda la que le odiaba a él, casi prefería estar un poco más solos. Sasuke había ideado su gran plan para las termas y no sé cómo... pero él sabía que su grupo iría a las termas, supongo que los conocía muy bien, luego me confesó que Karin podía rastrear el chakra, así que acabarían enterándose que él estaba allí y no tardarían en ir a cotillear.

Tuvo razón ¡como siempre! Pero yo no estaba pendiente de ellos, sino de un Sasuke completamente desnudo tapando su intimidad con una fina toalla blanca. Se sentó a mi lado y se relajó dentro del agua mientras yo le miraba y es que tenía un cuerpo de escándalo, me encantaba todo de Sasuke, su carácter, su orgullo, su cuerpo, su inteligencia... todo de él me llamaba la atención, no podía hacer otra cosa que sonrojarme sabiendo que tenía el novio perfecto que todo el mundo desearía tener, porque todos lo admitieran o no... se sentían atraídos por Sasuke de una u otra forma ¿Quién no querría estar con él? Desde pequeño todos le deseaban, le perseguían, tenía su propio club de fans sobre todo entre las chicas.

Si le dejaba un poco más de tiempo sin decirle nada, seguro que se quedaba dormido, así que metí disimuladamente la mano tocando su muslo con delicadeza. Había un chico al fondo, pero aunque le miré, él ni se inmutó de lo que le estaba haciendo a Sasuke, de hecho... el otro chico se quedaría dormido casi seguro. No sabía si hacía lo correcto o no tocándole en un sitio así pero cuando fui a apartar la mano de su pierna, escuché a Sasuke que aún tenía una pequeña toalla encima de sus ojos decir que subiera más la mano. Me encantó su sonrisa pícara y aunque yo retiré mi mano, él metió la suya bajo mi toalla cogiendo mi miembro.

- Sasuke... - le dije – creo que no es un buen momento – le dije señalándole con la cabeza hacia el chico de enfrente.

Sasuke levantó la toalla de sus ojos mirando hacia el otro chico y luego sonrió aún más sin apartar su mano, sino que encima la movió más rápido apretando más para darme placer. Acallé como pude el primer gemido que casi se me escapa.

- ¿Tienes vergüenza o qué? – me preguntó subiéndose a horcajadas de mí y besándome con posesión – eres mío Naruto, así que me da igual la gente, por mí puede enterarse toda la villa cómo gimes por mí – me dijo mordiéndome el cuello.

Vi a Suigetsu entrar en este preciso momento y le indiqué con un gesto que pasó desapercibido, que había entrado a quien él esperaba y le vi sonreír más mientras me besaba. Suigetsu intentó medio acercarse a nosotros, supongo que para interrumpirnos, pero Sasuke no detuvo su mano, ni siquiera sus besos, pasó de Suigetsu y de lo que pudiera decir para empezar a gemir cuando le metí los dedos preparando su entrada.

- Parad ya – gritó Suigetsu de golpe mirándonos pero Sasuke no se detuvo, cogió con fuerza su brazo y le dio una mirada que yo jamás le había visto, pero desde luego... no me extrañaba que la gente le tuviera miedo.

- Si no te gusta lo que ves, lárgate – le dijo de golpe soltándole con fuerza – Y tú Naruto... fóllame – me dijo y me quedé estático con sus palabras.

- No puedo creer que vayas a dejarle – le dijo Suigetsu.

- Tú lo dijiste, parezco una gata en celo, pues tienes razón, pero soy de Naruto y si quiero que me folle lo hará y punto – le dijo de forma amenazante – me da igual si quieres quedarte a mirar, pero hazte a la idea ya, estoy con Naruto, sólo él tiene derecho a tocarme.

Suigetsu no aguantó y se marchó cabreado y la verdad... aunque le vi irse, también le vi esconderse para asegurarse si lo hacíamos o no y creo que Sasuke lo suponía, porque él mismo cogió mi miembro y lo colocó en su entrada sentándose encima mientras gemía sintiendo como entraba en él. Yo no pude evitar jadear también al sentir su estrechez y el gran placer cuando llegué al fondo.

No había visto nunca a Sasuke moverse como lo hizo, porque se movió a un ritmo que casi no podía seguirle, rozando con su miembro mi abdomen cada vez que subía y bajaba clavándose en mi miembro, abrazándose a mí mientras hundía su nariz en mi cuello intentando acallar sus gemidos. Me corrí en su interior casi de inmediato, pero él siguió moviéndose hasta que se corrió encima de mí besándome con fuerza y pasión.

- ¿Te ha quedado claro que te quiero sólo a ti? – me preguntó – no quiero más celos – me dijo – de mi equipo y sus problemas, me ocupo yo.

- Vale – le dije – no más celos, te lo prometo, pero esto... hay que repetirlo – le dije sonriendo y él también sonrió.


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