Capítulo 42: Trampas


Sasuke Uchiha

Cuando me desperté, no sabía dónde narices estaba, era una habitación amplia y estaba... ¿estaba atado? ¿Por qué diablos estaba atado yo? Me encontraba en un futón y tenía ¿Ropa de Naruto puesta? Venga ya ¿Qué narices había pasado? No recordaba mucho aparte de que estuve en el estanque ayer ¿Qué hacía yo en la casa de Naruto? Es más... ¿Qué hacía en la cama de Naruto atado y con su ropa puesta?

Intenté soltarme las manos pero no había forma, de hecho, me estaban haciendo daño las cuerdas, creo que me quedaría una buena marca en las muñecas. Mira que era bruto ese chico hasta para atar a alguien, que poca delicadeza tenía. La puerta se abrió cuando intentaba morder las cuerdas y vi entrar a Naruto con una bandeja de comida.

- ¿Estás mejor Teme? – me preguntó.

- Serás desgraciado ¿Qué coño me has hecho? – le pregunté enfadado - ¿es un fetiche tuyo esto de atarme? ¿Has abusado de mí?

- Pero qué narices dices... ayer intentaste matarme, tuve que atarte para evitar que lo consiguieras y te cambié de ropa metiéndote en mi cama para que estuvieras más tranquilo.

- Si claro... ¿y tengo que creerme esa chorrada? Desátame – le grité.

- ¿Cómo sé que no es uno de tus trucos para intentar matarme?

- ¿Qué te has tomado? – Le pregunté - ¿Cómo voy a querer matarte? Estrangularte ahora mismo por intentar abusar de mí de esta forma puede, pero matarte sería demasiado.

- ¿No te acuerdas de nada?

- ¿Qué? ¿de qué tengo que acordarme? Joder Naruto desátame, me está doliendo.

- No me fio – me dijo ¡sería desgraciado el tío!

De verdad que me dolían las muñecas, no sé cómo había atado estos nudos pero me estaban destrozando, encima habría sido tan bestia de dejarme atado toda la noche. ¿Qué narices me había hecho este tío? Menudo dolor de cabeza tenía ahora mismo, ni siquiera podía recordar cómo había llegado aquí. ¿Qué hacía yo en casa de este Dobe? A parte de lo evidente... dejar que abusase de mí, porque a ver... ¿Qué quería que pensase al encontrarme atado en su cama? Si quería sexo salvaje podía habérmelo pedido o a Sakura ya que le gustaba tanto esa chica, pero... ¡Raptarme para esto era pasarse!

- ¿Tienes hambre Sasuke? – me preguntó con suavidad mientras se acercaba hacia mí.

- Desátame por favor – le supliqué – me duele Naruto.

Naruto me miró con ojos lastimeros y al final, dejó la bandeja de comida en un lateral para sacar un kunai y cortar las cuerdas que me mantenían preso. Mis manos cayeron al suelo y me quejé por el golpe. Cuando Naruto me quitó las cuerdas, podía ver marcas y sangre ¡De verdad que era bruto apretando las cuerdas! Él también se sorprendió un poco.

- Lo siento Sasuke – me dijo – pero no sabía qué hacer anoche contigo.

- Pues pedirme el sexo en vez de abusar de mí habría sido una buena opción.

- Ya te he dicho que no te he tocado – me gritó – intentaste matarme y tuve que atarte, incluso te rompí una muñeca cuando intentaste clavarme la katana.

- ¿Dónde está? – le pregunté asustándome - ¿Dónde están mis armas?

- En el armario – me dijo.

- Las necesito – le dije porque me sentía inseguro sin ellas.

- No te hacen falta Sasuke, lo que necesitas es comer algo ahora mismo, no te preocupes de las armas, estoy aquí contigo.

- Sí... menuda ayuda – le dije.

- ¿No confías en mí o qué Teme? – se enfadó.

- Pues la verdad... no mucho – le aclaré.

- ¿Así me agradeces que te ayudase ayer? Podían haberte matado Sasuke, si llego a decir lo que tratabas de hacerme ahora mismo estarías caminando a una horca.

- Yo no hice nada ayer – le grité.

- ¿Entonces si no hiciste nada donde narices estabas?

- Estaba... - intenté pensar pero no recordaba lo que hice anoche – estaba... vale... no sé dónde estaba, pero yo no intentaba matarte.

- Lo sé, pero te pasaba algo Sasuke, te encontré en mi casa revolviéndote en el suelo de dolor y de repente... me atacaste, sin previo aviso.

- ¿Qué me pasa? – le pregunté con las manos temblando - ¿Qué me está pasando Naruto?

- No lo sé – me respondió – me pediste ayuda, es como... si no fueras tú.

- Lo siento – le dije – lo siento Naruto, no quería hacerte daño.

- Lo sé, estoy contigo. Cálmate, encontraré lo que te ocurrió.

- ¿Y si no puedes?

- Lo encontraré – me dijo muy seguro colocando su mano en mi mejilla.

Seguía tirado en el suelo de madera, tapado con el futón de Naruto y con las muñecas donde se habían quedado, ni siquiera tenía fuerza para levantarme, sólo quería estar tranquilo un rato, quería descansar, estaba demasiado agotado.

- Sasuke... tienes que comer algo – me dijo Naruto.

- Sólo necesito descansar Dobe – le dije cerrando los ojos.

- Come primero y vete luego a dormir.

- Vale – le dije

Naruto me ayudó a incorporarme y comí con él. Me destrozaba estar así con él, me dolía demasiado verle tan cerca de mí y saber que no había nada entre nosotros, le quería y él pisoteaba mi corazón una y otra vez, cada vez que se acercaba a mí, me hacía ilusiones, me gustaba, me enamoraba más de él y entonces... siempre acababa apareciendo Sakura en la conversación y si no era ella específicamente, era el amor que sentía por ella.

Cada vez que le veía, sentía dolor, sabía que me rechazaba, que no me quería y aun así, le veía y no podía dejar de sentir esto, de sentir que le deseaba, que le quería, que me había enamorado del último Uzumaki, del dobe más grande de toda la villa.

Comí y fui a dejarme caer sobre el futón cuando sentí las manos de Naruto en mis hombros frenando mi caída ¡ni que fuera una damisela en apuros desmayándome! ¿Qué le pasaba a este hoy?

- Sasuke – me llamó.

- ¿Qué te pasa? Naruto.

- ¿No recuerdas nada de anoche? – me preguntó.

- Ya te he dicho que no.

- Lloraste – me dijo – me pediste ayuda.

- Yo no hago esas cosas – le dije.

- Si lo hiciste – dijo dejándome en el futón mientras se acercaba hacia mí.

No entendía nada de lo que pasaba y menos cuando se acercó cada vez más hasta besarme y me dejé, lo peor de todo es que me estaba dejando, Naruto me manipulaba a su antojo y me sentía imbécil por ser el único Uchiha que se dejaba manipular de esta forma, debía ser la oveja negra de la familia.

Como dolía sentirme como un maldito juguete en sus manos, me utilizaba para luego irse con Sakura, jugaba conmigo, me destrozaba a mí, pisaba mi corazón y destruía mis sentimientos, eso es lo que sentía en sus besos, pero me gustaba demasiado, le quería demasiado para negarme cuando me tocaba, cuando me besaba.

Cogí su nuca y le acerqué a mí metiendo mi lengua en él, le quería con locura y no me había dado cuenta en tanto tiempo. Naruto no se negó a besarme, me seguía, incluso metió sus manos por mi abdomen haciéndome gemir en su boca. Me di cuenta en aquel momento, que una lágrima corrió por mi mejilla ¿Qué me pasaba? ¿Era porque me sentía utilizado? ¿Solo un juguete en sus manos? Seguramente era eso, porque me sentía así, me sentía el Uchiha más despreciable de todos.

- Vuelves a hacerlo – escuché a Naruto decirme – cuando te beso, lloras.

- Entonces deja de hacerlo – le susurré – me haces daño Naruto.

- ¿Te hace daño besar? – me preguntó.

- Sí Naruto, puede que en tu cabeza cuadrada no entiendas nada, pero no soporto que los besos no signifiquen nada para ti, yo no soy como tú, cuando te beso sé que te quiero, pero tú sólo me estás besando para practicar, me haces daño, me estás utilizando.

- No es cierto Sasuke, no te utilizo.

- ¿Entonces qué haces? ¿Me quieres?

Naruto se paralizó y no sabía que contestarme. Sonreí de medio lado y es que estaba claro, ya sabíamos lo que ocurría, lo sabíamos los dos, él quería a Sakura, no a mí y yo ya no quería seguir siendo su juguete más tiempo.

- Tu silencio habla por sí solo, me voy Naruto, vuelvo a mi casa. Gracias por la comida – le dije levantándome y me dio igual seguir con la ropa de él, sólo quería marcharme.

Fui al armario y busqué mis armas, quería marcharme de allí cuanto antes, no aguantaba más. Me coloqué la katana y guardé el resto de mis armas para ir a la puerta. Naruto me siguió intentando que parase, pero no quería parar, quería irme, necesitaba salir de esa casa e intentar arreglar mi destrozado corazón.

Caminé por la calle y para colmo, estaba lloviendo ¡era lo que me faltaba! Seguí adelante aun mojándome y pude ver a Naruto tras de mí caminando con rapidez intentando aún explicarme lo que le estaba pasando, algo de que estaba confundido ¿Qué narices iba a estar confundiendo si cada vez que me besaba enseguida soltaba su amor por Sakura? Estaba harto de esto. No aguantaba más, quería que Naruto dejase de hacerme daño de una maldita vez.

Giré en una calle y me choqué contra alguien provocando que Naruto que venía detrás, me alcanzase, pero ambos nos quedamos mirando a la gente frente a nosotros, una de ellas Sakura que acompañaba a cinco ninjas de élite que me miraban.

- ¿Qué pasa aquí? – le preguntó Naruto.

- Sasuke queda detenido – me dijo uno de los ninjas.

- ¿Por qué? – le preguntó Naruto – no podéis detenerle sin más.

- Por intento de asesinato.

- ¿qué? – pregunté - ¿cuándo?

- En la misión a Sakura y ayer intento a Naruto, Sakura está de testigo.

- ¿Qué narices dices Sakura? – se enfrentó Naruto a ella y yo sonreí.

- Vale – les dije - ¿No hay forma de que me creáis, verdad? Pues que le vamos a hacer – les dije acompañándoles, ya sabía dónde me llevarían, de nuevo a prisión.

- No podéis llevároslo – se quejó Naruto.

- Naruto, vuelve a casa – le dijeron los ninja mientras me llevaban con ellos.


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