Capítulo 41: Peligro
Sasuke Uchiha
Dormí poco, pero creo que se estaba convirtiendo en una costumbre para mí, desde que llegué a Konoha... ¡bueno desde que me trajeron obligado a Konoha! Sólo había dormido bien cuando estuve en casa de Naruto y era una estupidez, porque me sentía seguro estando con él, creía que si pasaba algo, él llegaría a protegerme ¡qué equivocado estaba! Ahora sabía que sólo hacía todo esto por Sakura. No era yo quien le importaba.
De todas formas... tampoco me importaba ya mucho saber algo del rubio, porque sabía perfectamente que nadie me quería aquí, sólo era el traidor, el asesino de clase S, nadie se fiaba de mí, nadie me veía como alguien de la villa, sólo era un extraño al que era mejor eliminar.
- ¿Por qué no querías que ese chico te vigilase? – escuché que me preguntaba Dajimu
- No me caen bien los del clan Uzumaki – le mentí
- ¿Sabes que es el último de la descendencia Uzumaki, verdad? – me preguntó.
- Sí, eso dicen. Parece ser que no es tan diferente a mí después de todo, quedamos pocos Uchiha y sólo queda un Uzumaki. Medio Namikaze medio Uzumaki – le dije – el maldito Dobe al que todos creían huérfano viene de dos de los clanes más importantes de la villa ¿no es irónico? – Le pregunté sonriendo – y sigue siendo un Dobe.
- Los Uzumaki eran expertos en sellos, te habría vigilado mejor que yo – me comentó.
- Pues no lo quiero conmigo – le dije – que se quede con sus apellidos y sus clanes reencontrados, paso de él. No le necesito.
Me levanté y salí a dar una vuelta por el destrozado jardín de mi casa, o más bien... la casa de mi familia, porque ya ni siquiera la sentía mía. Echaba de menos a mi hermano, él siempre tenía todo bajo control, me habría gustado que me explicase qué demonios tenía que hacer ahora, porque no sabía qué hacer. ¿Tenía que pelear para ayudar a la villa que le había desterrado? Porque en este momento lo único que deseaba... era matar a Danzo, uno de los que desterraron y arruinaron la vida de mi hermano.
Dajimu me siguió cuando salí por la villa y como siempre, la gente me miraba mal y me insultaba. Me acerqué hasta el estanque del centro y me senté un segundo a ver mi reflejo en el agua. Recordaba mis entrenamientos cuando era pequeño aquí, cuando quise perfeccionar mis técnicas de fuego y entonces... vi algo en mi cuello, tenía una marca, creo que era un sello ¿Cuándo me había hecho esto? ¿Los sellos no eran la especialidad de los Uzumaki? ¿Habría sido Naruto? Lo dudé, era imbécil perdido hasta para pensar en algo así de complejo, esto no era de Naruto.
Miré mejor el sello, eso parecía demasiado reciente, empecé a pensar que quizá había sido Dajimu mientras dormía, era demasiado complejo para alguien como Naruto, pero no lo era para alguien perteneciente al ANBU y la verdad... es que no me fiaba de alguien que trabajaba para Danzo, no después de lo que le hicieron a mi hermano, eran capaces de cualquier cosa con tal de proteger la villa y para ellos, yo era el traidor, un enemigo de la villa, me querían fuera y nadie parecía darse cuenta de ello, al menos Naruto no se daba cuenta de que estaba en constante peligro.
Tras mi espalda apareció la figura de Danzo y lo vi por el reflejo del agua del estanque. No quise girarme cuando empezó a hablarme y ciertamente... el sello era algo suyo, estaba confirmado ¿Qué narices me habían puesto? Esa era mi gran pregunta, para qué diablos servía este sello.
- ¿Intentas bloquearme? – le pregunté - ¿debilitarme? – le pregunté.
- No Sasuke, no me serviría de nada debilitarte. Es un sello de control
- ¿De control? – le pregunté.
- Sabré dónde estás, qué haces, incluso podré ordenarte que hagas algo, puede que ni siquiera recuerdes lo que hagas cuando salgas del trance – me resolvió sonriendo.
- ¿Quieres manipularme? – le pregunté.
- Sólo eres un arma más Sasuke, quizá eres un traidor pero serás bueno en el campo de batalla, si te perdemos tampoco será una gran pérdida, nadie te quiere aquí.
- Eres un cabrón, ¿No tuviste suficiente con lo que le hiciste a mi hermano?
- Tu hermano decidió proteger a la villa
- Sí, pero supongo que no creía que tú lo tirarías a los leones como un criminal sólo para querer alzarte como hokage. No serás hokage – le dije – va a serlo Naruto, estaba decidido.
- Sí, esperemos que no le pase nada en este tiempo ¿Verdad?
- No te atrevas a tocarle – le amenacé girándome hacia él
- No voy a ser yo quien le mate, Sasuke – me dijo y entonces lo entendí, por eso el sello.
- No lo mataré.
- No tienes más remedio, puedo controlarte desde donde quiera cuando quiera, sólo tengo que ordenártelo y saldrás como un fiel perrito a hacerme el recado, no sé si recordarás después que lo mataste – me sonrió – eliminaremos dos pájaros de un plumazo, se acabó el Kyubi y se acabó el traidor, os matareis entre vosotros y si Naruto no se atreve, tranquilo, la justicia te atrapará por haber asesinado a tu compañero, así que igualmente... estás muerto. De todas formas Sasuke... te agradezco que me ayudes a ser hokage, tu aparición por la villa me ha venido perfecto.
Danzo se marchó y supe que estaba en problemas, porque no sé cuándo me mandaría atacar, pero si él tenía razón... lo haría sin pensar, no sería yo mismo, él contralaría todo lo que haría y no podía matar a Naruto ¿Qué debía hacer? Para colmo Dajimu me vigilaba constantemente, no me dejaría huir, no me dejaría poner distancia entre Naruto y yo.
En algo tenía ventaja frente a Dajimu, yo era más rápido y utilizaba mejor el Genjutsu, podía meterle en una ilusión antes de que él se diera cuenta de que lo había hecho. Miré hacia el agua y vi el reflejo de Dajimu mirándome, quizá aprovechando el agua no me haría falta ni que me mirase a los ojos, sólo tenía que conseguir que viera mi reflejo. Activé el Sharingan y cuando miró hacia el agua, lo metí dentro de la ilusión.
Hice que todo pareciera igual, yo sentado en el muelle mirando el reflejo mientras en realidad, me marchaba de allí. Debía avisar a Naruto, debía hacerlo antes de que Danzo pusiera en marcha su plan, porque no sé cuánto tiempo estaría consciente de lo que hacía.
Corrí hasta la casa de Naruto y comprobé un par de veces que Dajimu no me seguía, de hecho... cogí el camino más largo intentando despistar hacia donde me dirigía en realidad, di varios rodeos hasta llegar a la casa de mi compañero. Entré por la ventana porque ya ni siquiera tenía llaves de su casa. Todo estaba oscuro y en silencio, seguramente no estaba ¡Estaría ocupado con Sakura! Busqué entre los cajones hasta que encontré papel para poder dejarle una nota y lo hice, pensé en el futuro, porque iba a acabar muerto, iban a matarme y nadie se daba cuenta de lo que ocurría.
Terminé de escribirlo y lo dejé encima de la mesa para que pudiera leerlo, no sé si el dobe se daría cuenta, pero puestos a que iba a morir, le dejé todas las cosas claras, lo más claritas que pude dejarlas. Escribí mi nombre abajo del todo y al doblar el pergamino, escribí el nombre de Naruto en la cubierta para que supiera que era para él específicamente.
Me dispuse a irme cuando un agudo dolor en el cuello hizo que me cayese al suelo mientras me agarraba el sello ¡dolía demasiado! Y escuchaba algo, había un susurro, un molesto ruido y un susurro en él. Intenté no escucharle, tapé mis oídos con las manos y traté de evitar que la voz llegase a mí, pero cada vez sonaba más y más fuerte. No diferenciaba con claridad lo que quería hasta que subió el volumen dejándome entender que matase a Naruto ¡no iba a hacerlo! Traté de resistirme, me removí en el suelo tapando con más fuerza los oídos, no quería escucharlo, no quería sentir este dolor, pero no paraba. Grité justo cuando sentí que alguien me tocaba el brazo y cuando miré, vi a Naruto frente a mí ¡Esto iba peor! Tenía que alejarse de mí pero no podía decírselo, ni siquiera me salía la voz.
Naruto estaba hablando, le veía mover sus labios pero no podía oírle, sólo escuchaba esa maldita voz pidiéndome que le matase. Supuse que me estaba preguntando qué me ocurría, pero no estaba seguro, se le veía preocupado ¡y eso era raro en él! Porque últimamente sólo veía a Sakura.
- Vete – le dije pero no se movió y acabé gritándole – lárgate, aléjate de mí – le pedí.
Me sentía extraño, porque no me estaba rindiendo y sin embargo, parecía que mi cuerpo estaba empezando a reaccionar al sello, empezaba a perder la voluntad, quería presionar mis manos contra los oídos pero el agarre se estaba soltando. Mi cuerpo ya no respondía como yo quería, me estaban empezando a controlar y tuve miedo de que Naruto tan cabezón como siempre, no se moviera de mi lado.
No pude evitar atacarle, no quería hacerlo, estaba consciente de lo que estaba haciendo y trataba de evitar que mi cuerpo se moviera, pero no podía, menos mal que Naruto esquivó mi ataque. Ahora ni siquiera podía hablar con él, trataba de gritarle que se fuera, que se alejase, de explicarle que no era yo, pero no podía hablar, mi cuerpo no respondía a nada de lo que yo ordenaba, sólo podía ver a Naruto frente a mí dudando de qué hacer conmigo, gritándome que parase el ataque, pero mi cuerpo se movía una y otra vez, y cada puñetazo que le di me dolía más a mí que a él ¿Por qué no conseguía que mi cuerpo parase? Ahora casi rezaba para que Naruto me matase antes de que yo le matara a él.
Desenvainé mi Katana y grité interiormente del susto cuando corté su mejilla, aunque Naruto bloqueó mi mano con la suya evitando que moviera de nuevo la Katana hacia él. Su pierna bloqueó la mía y me tiró al suelo cayendo él encima de mí ¡Sé que trataba de inmovilizarme! Pero no creo que eso funcionase mucho tiempo.
- Para ya Sasuke – me gritó - ¿Qué te pasa?
Mi pierna se enrolló en su cintura tumbándole a él en el suelo mientras yo me ponía encima. Levanté la Katana para clavársela en el pecho pero por suerte Naruto me dio un puñetazo que me distrajo el tiempo justo hasta que pudo darme de nuevo la vuelta. Cogió mi brazo y lo golpeó varias veces contra el suelo para que soltase el arma. Me dolía, sentía el dolor aunque no podía gritar, aunque no podía decírselo, sentía como me estaba rompiendo la muñeca, pero mi cuerpo se resignaba a soltar el arma hasta que al romperla del todo, solté. Grité aunque Naruto no podía oírme.
- Sasuke – me gritó – déjalo ya
¿Y qué narices cree que quería hacer? No quería matarle pero no podía evitar que mi cuerpo se moviera por sí solo. Mi mano sana cogió su cuello con fuerza y le estaba ahogando, de hecho... creo que estaba activando el sharingan porque le vi cerrar los ojos mientras intentaba soltarse de mi mano. Consiguió soltarla un poco, aunque notaba aún como agarraba su cuello, no con tanta fuerza como antes, pero seguía allí. Le vi acercarse hacia mi cara y me sorprendió cuando me besó ¿Qué narices estaba haciendo? ¿Por qué me estaba besando?
Sentí una lágrima correr por mi mejilla y sé que mi cuerpo estaba reaccionando a eso, al sentimiento hacia él porque estaba temblando, aún así mi mano se negaba a soltar su cuello. Cuando se separó de mí, noté que mis labios se estaban moviendo y acercó su oreja intentando escucharme, no paré de pedirle ayuda por si podía oírme y creo que se había dado cuenta de lo que pasaba porque le vi abrir los ojos desmesuradamente, pero no estaba seguro. Para colmo, Sakura entró por allí corriendo, supongo que movida por el ruido y me vio intentando matar a Naruto ¡Era estupendo para empeorar mi situación!
- Voy por ayuda – gritó Sakura.
- No lo hagas – gritó Naruto – no es Sasuke, bueno sí es él, pero no lo es.
- Naruto intenta matarte – le gritó.
- No es Sasuke – le gritó Naruto – Sasuke no me mataría, necesita ayuda.
- ¿Cuándo vas a darte cuenta Naruto? Sasuke ya no es el que era, míralo, trató de matarme a mí, trata de matarte a ti.
- He dicho que te quedes ahí, si avisas a alguien de esto tú y yo rompemos – le amenazó – puedo pararle.
Naruto me dio tal puñetazo en el estómago y luego en la cabeza, que ya no recuerdo nada más de lo que ocurrió ¡Sería bruto el tío! Vale dejarme inconsciente era una buena forma de pararme, pero esta me la pagaría, aún me dolía todo el cuerpo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top