Capítulo 15: Paseos nocturnos

La noche se había quedado simplemente... perfecta. Al ver la sonrisa de Minato mientras el joven observaba el firmamento y se perdía entre el brillo de las estrellas, Tajima descubrió ese "encanto" que había embrujado a sus hijos. Era inocente, como un niño pequeño descubriendo cosas, a la vez... que era maduro. Su padre le había retenido en su casa, le había metido en un instituto privado, no le dejó ver el mundo exterior y quizá eso... hizo que conservase esa inocencia, pero no era del todo ingenuo, al menos no ahora. Había pasado por algo en su vida que le había hecho madurar a gran velocidad, sin embargo, esa inocencia y las ganas de descubrir cosas nuevas, era, sin duda, una de las cualidades que seguro había hipnotizado a sus hijos.

Tajima sonrió al verle, era un chico interesante y no podía negar que era muy diferente a su padre. No era en absoluto soberbio, tampoco le había tratado con prepotencia, sino todo lo contrario, había sido muy humilde, tímido, reservado, se sentía halagado enseguida al encontrarse ante una gran familia pese a que él había pertenecido a la más importante de todas.

- Me encanta pasear por las noches – aseguró Tajima consiguiendo captar la atención de ese rubio – Izuna a veces me acompaña a pasear al perro. Primavera y otoño son las mejores épocas del año para pasear, la brisa no es gélida pero es refrescante.

- Sí lo es – comentó Minato con una sonrisa.

- Me comentaron mis hijos que tuviste un problema con la familia Senju. Sé que es complicado y la verdad imagino que no querrás hablar del tema pero... me gustaría que supieras que no es ningún problema para mí, si alguna vez necesitas algo, te apoyaremos en lo que podamos.

- Se lo agradezco mucho. Siempre es todo un honor poder recibir una oferta así de una familia tan importante.

- No... yo te lo agradezco a ti. Mis hijos parecen un poco más centrados desde que te conocen y además... me has demostrado que no eres para nada igual que tu padre.

- Lamento que no saliera bien ese trato o acuerdo que quería hacer con mi padre. Siempre ha sido un hombre testarudo pero en el fondo...

- Se preocupaba por ti aunque te llevó a la ruina – sonrió Tajima – imagino que no estará nada contento con su elección.

- Me culpa por lo ocurrido – comentó Minato algo entristecido, sentándose junto a Tajima en la fuente central del jardín.

- No creo que te culpe a ti – dijo Tajima mirando la correa del perro entre sus manos – yo... daría cualquier cosa por mis hijos... y tengo tres – sonrió – aunque uno ya prácticamente hace su vida por separado, se casó, tiene a su hijo y apenas los veo para las fiestas importantes, aun así, puedo asegurarte que todo lo hacemos por nuestros hijos. No justifico a tu padre, no tomó la decisión correcta y eso es obvio, pero él no sabía cómo ocurrirían las cosas. No creo que esté enfadado contigo, sino consigo mismo, pero es demasiado orgulloso o terco para echarse la culpa, prefiere tirarla fuera, aun así... estoy convencido de que te adora, ya lo hacía cuando le propuse el trato. En sus ojos veía el brillo del orgullo, eras su más preciado tesoro y no quería dármelo – sonrió Tajima haciendo sonreír a Minato.

- A veces pienso... que no le importo nada, que sólo quería recuperar la reputación que tenía nuestra familia, pero lo que más me duele es que no acepte a mi hija sólo por no llevar el apellido de mi ex esposo.

- Es un hombre muy tradicional, de la vieja usanza... le educaron con rigidez y eso afecta a la relación que tiene con sus hijos. Tenías un hermano, ¿verdad? – preguntó Tajima.

- Dos hermanos – comentó Minato – uno murió en un accidente, el mayor se casó hace mucho y no sé nada sobre él. No se llevaba muy bien con nuestro padre así que se desvinculó, más aún después de perder la empresa y que el apellido cayese en desgracia. Supongo que adoptó el apellido de la familia de su esposa para alejarse completamente de esta situación y que no le encontrasen los periodistas.

- No puedo discutirte el hecho que tu padre quizá tomase una mala decisión y que tu ex esposo sea un... un desgraciado – aclaró tras encontrar una palabra más suave a lo que tenía en mente – pero... creo que esa niña es algo muy bueno, no sucedería en las mejores condiciones pero... estoy convencido de que no te arrepientes de ella.

- Al principio lo pasé mal. Sentí el desprecio de su familia, sus miradas de asco cuando supieron que podía concebir, me di cuenta de que no la querrían y pensé en abortar pero... luego la esposa de Butsuma tuvo una larga conversación conmigo – sonrió Minato – muy larga. Me contó cuando tuvo a sus hijos, su matrimonio... no sé... puede que ella tampoco sea feliz en ese matrimonio, pero me dijo que sus hijos eran lo mejor que le había pasado, así que decidí continuar el embarazo pese a encontrarme solo y tenía razón, no me arrepiento de nada. Su padre será lo que sea... pero es mi hija y es lo mejor que tengo en mi vida.

- No lo dudo – sonrió Tajima – creo que mis hijos eligieron bien contigo. Ellos son... idealistas, les gusta romper las normas, pero también son muy protectores y aman de verdad, siempre obtendrás completa sinceridad de ellos y no te dejarán solo ante las adversidades, son luchadores – sonrió el Uchiha – han salido a su madre. Lo que hay algo que me inquieta... me dijeron que estudias medicina.

- Sí, señor, quería llegar a entender lo que ocurre en mi cuerpo, aunque hasta el momento no he obtenido respuestas.

- Es muy honorable pero... si tu familia está en quiebra, tu padre en un sanatorio mental por ahora y tienes que cuidar de tu hija... ¿De dónde estás sacando el dinero para mantener a tu familia? Quizá tu hermano...

- No, ya le he dicho que mi hermano está con su familia, no quiso saber nada de nosotros.

- Entonces...

- Esperaba que no me hiciera esa pregunta, no quería contestarla – Tajima empezó a sospechar con su respuesta lo que ocurría allí – yo... no me siento satisfecho por lo que hago o por lo que he hecho pero... no me quedó más remedio. Lamento si eso es un impedimento para el honor de su familia.

- No lo es – comentó Tajima – hiciste lo que tenías que hacer para sobrevivir y mantener a tu hija, no todo el mundo es capaz de enfrentarse a la vida como tú lo has hecho. Me da igual cómo te conocieron mis hijos, lo que me importa es vuestro futuro.

- Sólo estoy con ellos si es lo que le preocupa.

- Me alegra oír eso.

- Pero no me gustaría que utilizasen mi pasado para dañar la imagen de su familia ni su carrera política y siendo sincero, podrían utilizarlo.

- La gente de buena familia no querrán sacar ese escándalo si se acostaban con un adolescente por dinero, así que está a salvo y en caso que saliera, algo se me ocurriría para proteger tu imagen, no te preocupes por eso, ¿de acuerdo? Tú sólo... preocúpate de aprobar la carrera y ser un buen médico, del resto nos ocuparemos nosotros.

- Yo... no puedo aceptar algo así...

- Sé que iniciaste la relación con mis hijos de forma no muy... normal. Te han pagado la carrera, la estancia de tu padre en el sanatorio, lo necesario para tu hija... todo. Dime una cosa, ¿si pudieras pagarte las cosas, realmente habrías aceptado el dinero de ellos?

- No – le dijo Minato.

- Eres orgulloso, te gusta ganarte el dinero por ti mismo, preferías trabajar aunque fuera algo deshonroso como llegar al sexo por dinero con tal de poder mantenerte y en parte... eso te honra. Pudiste estafar a tus clientes, chantajearles, pero no lo hiciste en ningún momento, tampoco a ellos, eras legal y querías ganarte por ti mismo el dinero.

- No estoy contento con las cosas que he tenido que hacer, pero no me arrepiento, volvería a hacerlo con tal de poder conseguir el dinero para mantener todo tal cual está ahora. Cuando me saque la carrera y sea médico, cuando tenga un trabajo fijo, podré devolverle parte a sus hijos, lo prometo.

- No quiero que nos devuelvas nada, Minato, te lo ganaste, era tu trabajo, los tres aceptasteis esa condición. Sabían que tendrían que pagarte por tus servicios pero hay algo que sí me preocupa... no quiero que ellos sufran con todo esto, se están enamorando de ti y...

- Estoy en exclusivo con ellos y si pudiera... estaría con ellos sin necesidad de interponer el dinero de por medio, pero no puedo permitirme el lujo de hacerlo, porque si pierdo ahora su dinero, se acabó mi carrera, el mantener a mi padre y a mi hija... se acabó todo en mi vida.

- Y esa sinceridad te honra aún más. Yo voy a pagarte todo, como si fueras mi hijo – aclaró Tajima – podrás ser libre de quererles. Lo que no puedo prometerte es que recupere tu empresa con prontitud. Es un asunto delicado.

- No necesito mi empresa, señor, yo sólo... quiero estar con sus hijos.

- Y eso me basta – sonrió Tajima.

- Yo... no sé cómo agradecerle todo esto, de verdad que no es necesario...

- Sé que no es necesario que te lo pague, pero el dinero que ellos van a pagar por tus servicios va a salir igualmente de mi bolsillo, así que es más fácil que directamente me pasen tus facturas a mi cuenta y tú simplemente... disfruta de tu hija y de mis hijos – sonrió Tajima – y no me digas que no es necesario, lo sé de sobra, pero quiero hacerlo si con eso veo a mis hijos felices. Sólo quería conocerte antes de tomar una decisión y lo que he visto, me ha gustado. Entiendo el motivo por el que están tan encaprichados contigo.

- Se lo agradezco de verdad, nadie había hecho algo como esto por mí – se levantó Minato de la fuente para hacer una reverencia frente a él, pero Tajima colocó sus manos sobre sus hombros y le incorporó.

- Yo terminaré de dar el paseo al perro. ¿Por qué no vas con tu hija y con mis hijos? Seguro que están deseando estar contigo.

Minato sonrió antes de hacer otra reverencia antes de caminar de nuevo hacia el interior de la casa. Subió las escaleras del patio hacia la terraza, pero cuando estaba a punto de llegar, observó a ambos Uchiha mirándole fijamente, Madara apoyando sus brazos y levemente inclinado sobre la balaustrada y a Izuna sentado en ella, ambos sonriendo.

- ¿A qué no era tan malo venir a conocer a nuestra familia? – preguntó Izuna – en el fondo mi padre tiene un buen corazón.

- Aunque aparente ser muy duro – sonrió Madara.

- No sabía que teníais otro hermano.

- Nuestro hermano mayor – aclaró Madara – se casó hace unos años y su esposa adoptó nuestro apellido.

- Una buena mujer – comentó Izuna – Mikoto Uchiha, venía de una buena familia también y ya han tenido a su primogénito. Es todo un angelito.

- Con un cerebro brillante – aclaró Madara – todos piensan que será el genio de la familia. Le han llamado Itachi. Seguramente les conocerás para alguna celebración importante, siempre vienen a vernos.

- Y la navidad se acerca – sonrió Izuna – vendrán seguro, son muy hogareños. Les encanta respetar las tradiciones.

- Pero no te asustes, nuestro hermano es bastante serio, pero su mujer es un encanto, siempre tiene una sonrisa para todos – añadió Madara.

- Quiero dejaros una cosa clara... no incluyo a vuestro hermano en el trato – dijo con una sonrisa dando a entender que bromeaba.

- Oh, tranquilo... no estamos tan apegados a nuestro hermano, sólo nosotros dos – aclaró Izuna – además ya te hemos dicho que tiene esposa. No le van mucho los hombres.

- Es diferente a nosotros. Aun así, le queremos igual – agregó Madara siguiendo con la broma.

- Me alegra oírlo.

- Creo que al final... nos estás aceptando a ambos – dijo Madara con una gran sonrisa triunfante.

- ¿Y quién podría decidir entre vosotros dos? – preguntó Minato con una sonrisa – tampoco estoy seguro de querer decidir si puedo teneros a ambos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top