luna
En su cuarto tenía tres muñecas siendo la favorita una Gorjuss que le regaló su su padre al cumplir los 5 años.
El diseño de estás muñecas es peculiar pues carecen de nariz y de boca, pero aún así para la pequeña era muy especial por su alto valor sentimental. Está Gorjuss de nombre Luna, bautizada así por Mariana que tenía cierto afecto a las estrellas y las cosas del cielo lucía un vestido rojo con detalles de color negro y un gran moño en la cintura también de dicho color. Cuando jugaba con ellas trataba de no ensuciarlas ni tirarlas tan fuerte.
Su cuarto era pequeño pero lo suficiente para estar cómoda, tenía una pequeña ventana que daba al callejón de la parte trasera de la casa. Y por la noche la dejaba abierta por si venía Peter pan o la pequeña campanilla. Aveces sentía el frío del crepúsculo que se colaba por ella y con decepción se levantaba a cerrarla.
***
Una tarde salió de clases y el conductor del bus la había dejado, la única opción que le quedaba era cruzar la ciudad a pie y sin pensarlo empezó a caminar, después de unos minutos se acercó un coche negro con vidrios oscuros, que resultó ser su vecino
—¿Mariana?…
—le dijo.
—¿que haces caminando y sin compañía?¿Y el bus de la escuela?.
—a lo que Mariana respondió
—el conductor me a dejado ,el cierra la puerta y yo camino detras,estos juegos ya no me gustan.
—sube mi niña,yo te llevaré.
—la pequeña subió al coche y en unos cuantos minutos ya estaba en casa.
Rodolfo estaba en la puerta, esperando que alguien le abriera,la pequeña no pudo evitar notar que llevaba unas bolsas negras con lo que parecía verdura fresca.
—Por fin llegas pequeña, pensé que ya estabas en casa, ví pasar el bus de la escuela hace media hora.
—me ha dejado
—dijo la niña con dulce voz. Hizo un gesto para invitarle a pasar.
—tengo mucho por hacer
—susurró.
—Entonces deberíamos empezar ya,dijo Rodolfo.
—¿empezar?
—respondió la Niña desconcertada
—sí,empezar. Te ayudaré a limpiar y luego descansaremos.
—dijo el joven.
Rodolfo le entregó la bolsa de verduras.
—esto es para ustedes
—la pequeña se sonrojó
—no hay necesidad, mi mamá trabaja muy duro para mantenernos, se que a veces no alcanza pero es porque le gusta mucho andar tomando tragos.
—lo sé, tu madre de verdad se esmera, es una buena mujer pero ha cambiado de una forma drástica después de la muerte de Raúl.
Hubo unos minutos de silencio y por fin la niña respondió
—sí, ya no es la dulce madre que conocía.
—deberías estar jugando a las muñecas y no fregando platos
—dijo Rodolfo.
El Joven muy amable se ofreció a fregar platos, y luego cuando todo estaba hecho se sentaron en el viejo sofá a leer la Caperucita Roja. Al finalizar se oyeron golpes en la puerta.
—es mamá,llegó temprano.
—la niña se puso de pie dirigiéndose a la entrada, al abrir vió algo terrible, su madre estaba envuelta en bomito y se tambaleaba de un lado a otro
—neeesecitoooo unnnnnn bañooooo
—no podía hablar de lo mal que se encontraba.
—déjame y te ayudo
—interrumpió Rodolfo que luego la cargó hasta la ducha dejándola a su suerte, al volver la pequeña mariana estaba sentada llorando en el suelo junto al sofá
—no llores
—le consoló el joven
—si quieres hacemos algo que te guste…mmm....Queteparece, ¿Jugar a las escondidas tal vez?
—Mariana se pasó la mano en su dulce cara enjugandoce las lágrimas
—me gusta jugar a las muñecas.
—entonces juguemos a las muñecas
—respondió Rodolfo.
Mariana invitó a Rodolfo a su cuarto, el la siguió y se sorprendió al ver lo ordenada que era a pesar de su corta edad, la niña cogió la muñeca de vestido rojo
—Está es mi favorita
—dijo en tono dulce
—se llama luna, me la dió papá cuando era pequeña y la guardo como mi tesoro más preciado.
—luna pasó a manos de Rodolfo, quien le notó la falta de boca y nariz.
—estas dos son sus hermanas, la de vestido verde es Ariel y la de rosado es Aurora.
Llegó la hora de tomar el té, se sentaron haciendo un círculo en el suelo junto a las muñecas.
—lo que vino fue viva imaginación de los dos, la niña cogió su tetera imaginaria,sirvió su taza de café y la bebió lentamente como si realmente sintiera el calor de la bebida. luego sirvió las demás
—¿Disfruta del té señorita luna?
—dijo dirigiéndose a la muñeca de trapo,esperó una respuesta y luego agregó,
—es usted muy amable
—y usted señor Rodolfo ¿Desea más té?
—no señorita así estoy bien, me temo que se hace tarde y tengo una reunión muy importante, debo dejarlas
—¿tan pronto?
—respondió Mariana
—el joven se puso de pie y se despidió de las tres muñecas, luego se dirigió al baño, deseaba hablar con Elena pero está parecía estar todavía mareada.
Se acercó a la puerta y dijo.
Elena, no puedes seguir así, no tienes la puta idea de lo que está sufriendo tu hija, llegas tarde a casa y no traes dinero,mírate eres un fantasma andante, y mira a tu hija, parece una mujer de 15 heciendo las labores que te corresponden a ti, busca ayuda para salir del alcoholismo, tu marido murió hace muchos años y parece que tú no lo has entendido, Mariana lo entiende mejor. Si sigues así las dos van a acabar muertas de hambre,tienes que cambiar, hazlo por ella.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top