En su cuarto tenía una pequeña colección de libros, libros que había leído una y otra vez. Al terminarlos simplemente los apilaba,cuando le faltaba dinero iba a la pequeña librería dónde los compraban usados y los vendía, le entristecía tener que dejarlos allí pero era eso o sufrir de hambre por un buen tiempo. Tenía libros de ficción,aventura,horror pero sin duda sus favoritos eran los clásicos cuentos de hadas. Los mantenía en perfecto estado para que alguien los pudiera comprar y disfrutara de la lectura.
Con el tiempo su colección fue creciendo, ya era necesidad tenerlos para luego venderlos, No le daban mucho pero algo era mejor que nada. Sin que hubiera la mas mínima sospecha  la pequeña Mariana se acercaba a los vendedores ambulantes, y con manos ágiles se llevaba dos o tres, cuando se percataban ya no estaba ni la niña ni los libros.
Cuando tenía oportunidad no lo dudaba dos veces.
La pequeña era tan veloz que en un pestañeo ya la habían perdido,
Sin duda era la liebre de los libros.
al llegar a casa tenia sopa de letras en vez de texto inteligible y ordenado.

***

Un día se encontraba en el baño cuando escuchó la voz de Lucia
—sal de ahí que te tengo buenas noticias,mi papá te mandará a casa por robarte mi libro, ¡ladronzuela!.
—Lucia empezó a golpear puerta por puerta.
—y la buena noticia es que no te recibirá más
—Mariana estaba tan asustada que subió los pies al sanitario para evitar que le viera sin obtener resultado. Después de varias puertas abiertas lucía la encontró y con el mayor cuidado posible cogió un balde rojo lleno de agua del excusado y por el baño del lado lo lanzó en la cabeza de la pequeña empapandola de agua sucia,inmediatamente fue vestida por un hedor tan desagradable que contener las respiración se convirtió en necesidad.

Había robado muchos libros en la escuela,su colección tenía varios que habían pertenecido a compañeros de clase, pero Lucia era la única que le había descubierto y desde ese entonces le apodaron la ladrona de libros. Por suerte el rector decidió pasar por alto la queja de su hija y Mariana pudo seguir asistiendo a la escuela.