Capítulo II
Jungkook y Taehyung ya iban de regreso a casa del menor. Después de unas cuantas horas de entretenimiento; el hambre se hizo presente, y fueron a comer en una pizzería. En donde estuvieron conociéndose mucho más.
Se dio cuenta que Jungkook era un chico muy especial era entretenido, tierno, dulce, alegre, lindo e inocente. Definitivamente, era alguien con quien cualquier persona quisiera estar. Él llamaba la atención. Lástima que había caído en las manos equivocadas.
Taehyung, miró al joven de los dos, el cual estaba dormido en el asiento del copiloto, abrazando un oso de peluche que él había ganado para el más joven, en un puesto, en donde tenía que derrumbar tres botellas con tres pelotas. Era ágil para esas cosas, y no pudo evitar sonreír al recordar la cara de felicidad que el menor le había dado al ver el oso de peluche.
Ya Taehyung había aparcado en frente de la casa de los Park, y se dispuso a despertar a Jungkook, pero se detuvo un momento para mirarlo. Sí que parecía un ángel cuando dormía, ni siquiera provocaba despertarlo, pero igual tuvo que hacerlo.
—Jungkook —lo sacudió de manera suave.
—¿Mmm?
—Ya llegamos a tu casa.
—¿Ah? ¿Qué? —preguntó, desorientado.
—Que estamos en tu casa —repitió.
—¿Mi casa? —preguntó, adormilado, viendo hacia su hogar a través de la ventana del auto— ¡Es cierto! —habló, encontrándose de nuevo en sus cinco sentidos. Miró a Tae—. Lamento haberme dormido.
—No tienes porque preocuparte por eso —le restó importancia.
—Yo eh... Debo irme... Gracias por este día —se dispuso a abrir la puerta del auto, pero una mano se lo impidió.
—La pasé genial contigo hoy. ¿Crees qué podríamos volverlo a repetir?
—¿D-de nuevo?
—Sí ¿No te parece?
—Pues... La verdad... No mucho.
—¿Por qué? —preguntó, ofendido.
—Es que... Tú... Tú eres... Eres el ex de mi hermano...
—¿Y? Tú y yo podemos ser grandes amigos, sin problema alguno.
—Sí pero ¿Por qué ahora? Es decir, tú casi ni me hablabas cuando estabas con él ¿Por qué ahora sí? ¿Qué quieres de mí, Tae?
—Ya te lo dije, sólo quiero que seamos amigos. Entonces ¿Qué dices?
—¿de qué?
—De volver a salir, y de ser amigos.
—No lo sé, yo creo que quieres llegar a Jimin por medio de mí.
—¿Qué? ¡No! ¡Yo ya no quiero nada con él! ¡Créeme! ¡Ya lo he superado!
—¿De veras?
—Sí —El menor, suspiró.
—De acuerdo —Taehyung, sonrió.
—Grandioso —soltó su mano—. Espero que nos podamos ver pronto.
—Sí... Yo también... Creo... —Taehyung, asintió.
El más joven se dispuso a abrir la puerta nuevamente.
—Ah, y Jungkook — lel mencionado volteó a verlo una vez más. Taehyung se acercó a él, le plantó un beso de manera suave y prolongada a Jungkook, cerca de sus labios. Provocando un sonrojo profundo en el susodicho.
Taehyung solo se apartó para ver el rostro rojo del joven— Ahora sí puedes irte —le sonrió.
—A-Adiós, Taehyung —Jungkook salió del auto, una vez cerrada la puerta, su sonrisa fue rápidamente reemplazada por un ceño fruncido y una cara de asco. Limpió sus labios con él antebrazo, volvió su mirada al más joven. El cuál ya estaba entrando a su casa. Así que presionó el pedal colocando el auto en marcha, yéndose a su hogar.
—Todo está saliendo a la perfección. Tal y como lo planeé. Tae, eres un genio, como siempre —habló, con aires engreídos.
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Jungkook despertó después de la noche tan entretenida que había tenido con su ex cuñado, miró el reloj que marcaba 11:35 AM. Sentía como sí no hubiera dormido nada, pues aún se sentía cansado.
Tomó su teléfono y comenzó a revisarlo, tenía un mensaje del mayor. Inconscientemente sonrió al verlo.
"Buenos días :D"
"Buenos días :)"
"Como se nota que a penas te vas levantando"
"Siiii, bueno, ya sabes lo perezoso que puedo llegar a ser"
"Sí no me lo dices, no me entero"
Sin algún otro argumento que aportar al mensaje del otro, dejó su celular a un lado y fue a su baño, donde cepilló sus dientes y luego se dio una ducha. Se vistió, para después bajar.
—Buenos días —saludó, feliz, entrando a la cocina.
—Oye, ¿y tú por qué tan alegre? -preguntó, su mamá.
—No lo sé —se acercó a ella— me siento muy feliz —le plantó un besó en la mejilla— Buenos días, Chim Chim —éste sólo lo miró sin decir nada— ¿Qué sucede, Chim Chim? ¿te comieron la lengua los ratones? —preguntó riendo mientras se sentaba en una de las sillas del mesón.
—Sí que estas bromista hoy —comentó, su mamá, riendo— Aquí está tu desayuno, cariño —le colocó el plato frente a él y salió de la cocina.
Jungkook comenzó a comer como si no hubiera un mañana el desayuno. Tenía mucha hambre, y no creía que esta comida, lo lograra satisfacer.
—Kook — llamó su atención, Jimin. El cual había olvidado que estaba allí.
—¿Qujf dafa? (qué pasa)
—¿qué hacías ayer con Tae? —preguntó, serio.
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