8-🌩Sanar heridas🌩
Después
Después te llamo
Después lo hago
Después lo digo
Después yo cambio
Dejamos todo para después, como si el después fuese lo mejor,
Porque no entendemos que:
Después el café se enfría
Después la prioridad cambia
Después el encanto se pierde
Después temprano se convierte en tarde
Después la añoranza pasa
Después los hijos crecen
Después la gente envejece
Después el día es noche
Después...la vida se acaba.
Domingo 14/03/2004
Abby se incorporó a trabajar, no había tenido noticias de Chris por lo que estaba muy preocupada, aunque al llegar a la delegación y verlo sintió un peso menos sobre sus hombros.
─¿Qué te pasó?, ¿por qué desapareciste?.
─Ya te lo dije, el coronel me llamó.
─Me llamaron esta mañana, no sé quién fue, pero me dijo que había un infiltrado en el cuartel.
La respiración de Chris se cortó.
─¿Qui...quién?.
─Me dijo que se llamaba Rashid.
Silencio incómodo nuevamente.
─¿Rashid?.
─Si, yo tampoco entiendo nada, ¿crees que sea cierto?.
─Obviamente no.
─¿Y como estás tan seguro?.
─Abby, eres una profesional, sabes perfectamente que no puedes creerle a cualquiera y menos un desconocido y por llamada.
─Tienes razón, pero aún así me da mala espina este asunto.
─Sabes, cuando me desperté esta mañana y no te vi pensé que me habías abandonado porque no te gustó lo de anoche.
─¿Pero que dices?, me encantó.
─¿De verdad?.
─Si.
─Abby─ llamó el superior.
─¿Si coronel?.
─Debes volver al lugar donde se encuentra el cuarto tren.
─¿Lograron abrir el túnel?.
─Aún no pero están a punto de lograrlo, necesitamos su presencia─ asintió.
Su teléfono vibró.
─¿Si?.
─¿Como pasaste la noche?, ¿te divertiste?─ inquirió Andrés.
─Mucho, como nunca lo hacía─ hizo una pausa─ soy una idiota, tú pasándola pésimo por Antón y yo ni caso.
─Tranquila no pasa nada, tampoco tenías tanta relación con él.
─Aún no hemos encontrado su cuerpo, aunque debes estar preparado, las bombas fueron de magnitudes descomunales.
─Lo sabemos, ahora estoy con la familia de Léa.
─Diles que estoy haciendo todo lo posible.
─De acuerdo.
─Lo haré. Gracias Abby.
Chris salió a por un asunto importante. Su teléfono volvió a sonar.
─Naeam, 'ana dhahib 'lilaa hunak.
Si, ya voy para allá.
Minutos después se encontraba en un edificio aparentemente abandonado.
─Qué bueno que llegas─ dijo un hombre de facciones finas, un poco más alto que Chris, pelo negro azabache y piel morena.
─Ladayna mushkilat hunak khayin.
Tenemos un problema, creo que hay un traidor.
─Me llamó esta mañana pidiendo dinero, y a Abby.
─La yumkinuna tahamul almazid min al' akhta' , nahtaj 'iilaa jawazat alsafar fi 'asrae waqt mumkin.
No podemos permitirnos más errores necesitamos los pasaportes cuanto antes.
─Los conseguiré, también me libraré de ese delator, la 'uriduha 'an tata'adhaa.
No quiero que ella salga herida.
─Hal waqaet fi hubiha
¿Te enamoraste de ella?.
─Ya me voy.
#
─¿Noticias?─ inquirió Abby.
─Utilizaremos bombas para abrir el túnel─ informó el zapador.
─¿Pero eso no será peligroso?.
─Pueden haber personas vivas ahí dentro, necesitamos rescatarlos a tiempo.
─Tienes razón─ Abby dió su aprobación.
Sacó del bolsillo de su pantalón la medallita de plata y entonces la recordó, un escalofrío le recorrió la espalda.
Claro, esta medalla era de Antón; pensaba.
Definitivamente está aquí, dios, Andrés estará devastado.
─¿Diga?─ contestó a una llamada
─Me encontraré con Rashid en unas horas, si quieres descubrir su identidad esta es la dirección─ se la dió.
─¿Por qué lo haces?, ¿quién eres?.
─Solo ven y captura a ese hijo de puta, no vengas sola─ colgó.
Abby no lo pensó 2 veces y salió para allá, ni siquiera llamó a Chris.
#
─Veo que llegaste Rashid.
─No me llames así y dime donde estás.
─En el último piso─. Era un edificio en construcción.
Subió rápidamente, era una mujer.
Rió cínico─. ¿En serio?, ¿una estúpida mujer me está chantajeando?.
Ella alzó un móvil─. Cuidado, esta estúpida mujer puede destruirte con solo oprimir la opción de enviar todo a Abby.
─¿De donde me conoces?, ¿como sabes de mi?.
─Soy miembro de la policía, para ser mas específicos del cuartel de Abby, me enviaron a Arabia con el fin de investigar una organización delincuente, pero me creyeron muerta, y eso me convino hasta cierto punto, me permitió investigar más a fondo tu organización, investigarte a ti─ ladeó una sonrisa─. Y caíste en la trampa.
─¿De qué hablas?.
─Cité a Abby aquí, pronto llegará y te descubrirá.
─Eres una maldita perra.
─Una que te atrapó.
Abby llegó al edificio, comenzó a inspeccionar pero no vió nada, pensó en irse pero una voz resonó en su cabeza.
Revisa la última planta.
Chris se abalanzó sobre la policía─. Dame eso─ intentó tomar el teléfono pero ella sacó un arma.
─Atrás.
Chris retrocedió─ estás cometiendo un error.
─Ya quisieras maldito asesino.
─¿Qué pasa aquí?─ Abby llegó confundida, no pudo distinguir al hombre que se encontraba de espaldas pues fue muy rápido. Eso fue suficiente para que la policía se distrajera.
Chris forcejeó con ella.
─¿Dalilah?─ inquirió Abby confundida─. ¡Dios!, ¡Dalilah!; baja el arma─ le gritó al hombre.
Pero fue tarde, Chris lanzó a Dalilah al vacío, tomó el arma y se escondió tras una columna.
─¡Dalilah!─ gritó Abby─ apuntó hacia la columna─. ¡Maldito asesino!─ gritó desgarradoramente─ ¡no te muevas!─ fue acercándose.
El hombre quedó con los pies descubiertos y Abby los miró, miró sus zapatos. Esos zapatos...los conocía, ¿pero de donde?
No, no hera tiempo de pensar en eso.
─¡Sal ahora!─ se acercó y ya no estaba, había una trampilla cerca de la columna, de esas que utilizan los constructores por si ocurre una emergencia.
Mierda, el desgraciado huyó.
Bajó lo más rápido que pudo pero no había nadie. Se acercó al cuerpo de Dalilah, aún viva.
─¡Oh dios, Dalilah!, estabas viva, ¿por qué no me lo dijiste?, ¿por qué no me dijiste que eras tú?.
─No no, no digas nada─ recapacitó al ver su estado.
─Es él
─¿Quién?, ¿quién es Rashid?
─Es Ch...─ no pudo soportar la contusión causada por la caída murió.
─¡Mierda!─ gritó Abby.
Otra llamada la interrumpió.
─¿Si?.
─Abby soy yo.
─¿Qué pasa Chris?.
─El cuartel sufrió un atentado, está en llamas.
Lunes 9/02/2004
Antón Arteaga
Nervios recorriendo mi cuerpo, Léa y yo estábamos en el porche de mi casa, mi padres estaba dentro, como había dicho Léa era el momento de sanar heridas, y yo necesitaba superar esa fase de una vez.
Me armé de valor, y me fortecí más porque Andrés llegó, lo había llamado, y Léa me agarró fuerte de la mano.
─Hasta que al fin llegas, ¡¿donde coño has estado todos estos días?!.
─Ya no aguanto más papá, te has vuelto un alcohólico, me voy a vivir con Andrés.
Rió irónico─. Debes estar bromeando, ¿y quién es ella?─ apuntó a Léa.
─Ella es...mi amiga.
Auch, hasta a mi me dolió, miré de soslayo y ella bajó la cabeza.
─Pues te aconsejo que no andes con él, estos dos no son una buena influencia.
─Ya es suficiente, te avisé así que ahora me voy...
─Tú no vas a ningún lado─ me retuvo.
─Ey suéltelo, ¿qué carajos le pasa?─ la personalidad loca y fuerte de Léa salió a flote, Andrés y yo la miramos sorprendidos.
Joder esta chica cada vez me gustaba más, cada vez se robaba una parte de mi corazón, y no sé como se las ingeniaba, supongo que era su naturalidad, su transparencia, hasta su torpeza, me gustaba absolutamente todo de ella.
Léa Mendoza
No lo soporté más, ese tipo era una bestia y en eso si que no me ganaba nadie.
¿Preparada loca?.
Preparada esquizofrénica.
─¿Y tú quién carajos eres?.
─Soy la...─ dudé─ la amiga de Antón, y no voy a permitir que un viejo alcohólico como usted venga a hablarle así.
─Soy su padre, y le hablo como se me da la gana.
─¿A si?, pues que sepa que está muy equivocado, lo podemos acusar con la policía.
─Váyanse de mi casa─ movió sus manos para Andrés y para mi.
─¿Ahora trata de huír no?, Antón no tuvo la culpa de nada, lo de su mujer y Camille fue un trágico accidente, ¿hasta cuando piensa seguir maltratándolo psicológicamente?, ¿qué no ve que lo que está consiguiendo es acabar lentamente con la vida de su hijo?.
─Mira mocosa, manguera─ levantó su mano para pegarme pero Antón se interpuso en medio, aunque eso no amino mi furia.
─Mira querido, más grande que yo, la tierra y sabes qué, la estoy pisando, y podré ser manguera, flaca, larga, pero entera.
En tu cara perro
Esa es mi bitch favorita.
El rostro de Andrés esbozó una sonrisa, estaba reteniendo una carcajada.
─Mejor nos vamos.
─Ya te dije que tú no te vas─ lo retuvo pero yo fui más rápida, tomé un baso de agua que había en la mesita de la sala y se lo arrojé al gorila.
─¡Corran!─ grité.
Y entonces me transformé en super sayayin y salí como una bala de ahí junto a Antón y Andrés.
#
─Lo siento mucho─ le dije al cabo de unas horas cuando llegamos al puente.
─No te preocupes, sabía que pasaría─ aseguró tomando mi mano y apretándola con fuerza─. Mi padre no tiene remedio, al igual que yo─ masculló.
─Antón...─ traté de decir algo pero me interrumpió.
─Ya basta Léa, por más que quiera arreglar mi vida no conseguirás cambiarla, es y seguirá siendo una mierda.
Ok, auch, debo admitir que eso me quebró, emocionalmente estaba pasando por muchas cosas pero que me dijera esto así, que me hiciera saber de una forma tan directa y cruel que no podría ayudarlo dolía, y más viniendo de él que en tan solo unas semanas se había convertido en un pilar de mu vida.
─Lo siento─ dijo al notar mi silencio e incomodidad.
─No pasa nada─ mustié.
─Ey─ agarró mi barbilla haciendo que lo mirara─ no te contengas, suelta todo lo que tengas que decirme.
Ese fue mi motor.
─Me parece injusto Antón─ mis ojos comenzando a cristalizarse─ me parece injusto porque te he demostrado de millones de formas que te quiero, que mi vida cambió desde que te vi por primera vez en ese jodido vagón, eres el pedazo de cielo que no merezco ni mereceré, pero quiero ayudarte, a superar todas tus pautas, tus dificultades, porque de eso se trata una relación, de apoyarse, de confiar, pero por lo visto yo no soy eso para ti ¿verdad?.
Ante su silencio continué hablando.
─¿Sabes cuanto me dolió que no me reconocieras como tu...?, bueno es que ni yo se lo que somos. Y te quiero joder, te quiero como no he querido a nadie, pero precisamente por que te quiero te dejaré ir.
─¿Pero qué dices?─ logró decir.
─Dicen que si amas a alguien debes dejarlo ir, aunque duela, y tú necesitas eso, sanar tus heridas, tus viejas dolencias que te siguen marcando.
Andrés decidió cambiar el rumbo de la conversación al ver lo tenso que estaba su primo.
─Oye Léa te luciste con mi tío, mereces un óscar, deberías ser abogada.
Lo miré y sonreí─. Tú también me caíste muy bien.
Dirigí mi mirada a Antón, este miraba hacia el suelo, procesándolo todo. Coloqué mi mano en su mejilla.
─Es lo mejor para los dos, debemos sanar heridas─ y con esto me alejé, y con esto también se me acabó de romper el corazón.
Ceci Weigend
─¿Si?─ contesté preparándome para la fiesta.
─Ceci te necesito─ escuché su voz emtrecortada.
─¿Léa estás bien?─ definitivamente no.
─¿Puedes venir a casa?.
─Si claro─ hablé sin dudar. Tomando mi bolso.
Enseguida estaba ahí.
─¿Que le pasa?__le pregunté a mi tía pero no supo decirme. Subí a su habitación y entré.
─¿No vas a pedirme contraseña?─inquirí divertida pero al ver su cara, empañada en lágrimas el corazón me dió un vuelco, jamás la había visto así─. Ey, ¿qué pasó?─ acaricié su cabello.
─Terminé con Antón, era lo mejor para ambos.
─Ay amiga─ la abracé─ estarás bien.
─Era todo para mi Ceci─ sollozó provocando que mi corazón se achicara─ era todo y ahora ya no será nada.
─Tranquila Léa, lo superarás, lo superaremos─ entrelacé nuestras manos─ ahora nos pondremos guapas, que nos vamos a la fiesta de Juanca.
─Ay no, Ceci, de verdad que no tengo ganas.
─Te entiendo, ¿pero de verdad le harás ese feo a Juanca?, ya sabes lo mal que lo está pasando con su padre.
─Tienes razón─ sequé sus lágrimas y sonreí.
─Anda vamos, la pasaremos de puta madre, ya verás como te olvidas de él.
La ayudé a arreglarse, yo retoqué mi maquillaje y cuando bajamos Harry se encontraba en la cocina con el padre de Léa, el cuál la miró expectante pero ella no le hizo ni caso. Quise decirle que en algún momento tendría que hablar con él pero no quería empeorar la estabilidad emocional de mi amiga.
Otra cosa que me sorprendió fue ver a mi madre, la señora Brenda, aquí.
─¿Me seguiste?─ le pregunté.
─Claro que no─ rió─ Laura me llamó para que estuviera con ella, ya sabes, son momentos difíciles. ¿Léa como lo lleva?.
─Existiendo, así lo lleva, la pobre está muy depre.
─Imagino.
─No regresen tarde─ intervino Laura.
─No te preocupes tía, Juanca nos trae.
─Díganle a ese irresponsable que si les pasa algo se me olvidará que es su cumpleaños y...
─Mamá...─ Léa la interrumpió.
─Si si, que se diviertan.
─Léa...─ su papá se acercó.
─Vámonos Ceci─ la ignoró y nos fuimos.
Juanca Quintanilla
─Pero miren a quién tenemos aquí, las reinas de mi vida─ exclamé dramáticamente al ver a mis mejores amigas llegar.
─Ay pero que dramático─ dijo Léa.
Michelle regresó del baño, había llegado hacía unas horas, aún no abría su regalo. Ceci mi dió el suyo.
─Espero que te guste.d no se si fue el ya efecto del alcohol pero la vi sonrojarse. Jeje, se veía tierna.
─Aquí tienes─ Léa me extendió el suyo.
Se me ocurrió decirle algo:─ Sabes Léa tú eres como el oxígeno.
─Aww, sin mi no puedes vivir?.
─No, todos te usan.
─Pero...
─Todos.
─Yo pen...
─Puta.
Ceci, Michelle y yo no pudimos contener las risas. Solo Léa se quedo con esa cara de Wtf.
Después reaccionó─. Yo también te quiero idiota.
Seguí riendo.
─Pero no te burles más─ entrecerró los ojos con una mirada asesina.
─Ya, ya─ el estómago me temblaba de tanto reír.
Una hora después nos encontrábamos relajados, sentados en un gran sillón, el lugar estaba super concurrido.
─¿Y bien Juanca?, ¿no abres los regalos?─ me dijo Michelle.
─Sip claro─ asentí ya mareado.
Abrí primero el de Harry que había llegado media hora antes, era una pelota de football, sabía que me encantaba jugar pero últimamente estaba muy ocupado con la uni y mi propio padre cavernícola.
─Me encanta─ lo abracé.
Continué con el de Michelle, era el nuevo álbum de mi banda favorita La oreja de Van Gogh.
─Ostia, ¡está súper!, muchas gracias─ dije emocionado como un niño.
─De nada─ rebatió ella rápidamente provocando una risa mía.
Abrí el de Ceci, era una camiseta firmada por toda la banda y decía con amor para Juanca.
─¡Joder!, ¿como lo conseguiste?.
─Ser hija de mi madre tiene ventajas.
La abracé y ella soltó una risa nerviosa.
Luego abrí el de Léa, era...¿una nota?.
Y adivinen qué, tenía el dedo corazón dibujado.
─¿Es en serio?─ inquirí divertido.
Léa rió descaradamente.
─Solo quería ver tu reacción─ contuvo una risa y extendió a mi otra cajita. La abrí y en verdad me conmovió.
Léa Mendoza
Mandé ha hacer el regalo hace unas semanas. Ceci, Juanca y yo cumplíamos más de 12 años de amistad, jeje, amix por siempre.
Este es el regalo, lo dividí en tres partes, y decidí regalárnolos a todos en un día especial, así que escogí el cumple de Juanca, mi loco favorito.
─Léa ¡está precioso!─ chilló Ceci.
─Lo sé─ dije entre risas.
─¿Nos los ponemos?─ propuso Juanca.
─¡Primero vamos a bailar!─ gritó mi amiga.
Hicimos caso y salimos a la pista.
Que recordarás, las tardes de invierno por Madrid, las noches enteras sin dormir, la vida pasaba y yo sentía que me iba a morir de amor, al verte esperando en mi portal, sentado en el suelo sin pensar, que puedes contar conmigo.
Bailábamos como locos hasta que Juanca me jaló fuera del salón.
─¿Qué pasa?─ inquirí.
─Tengo que confesarte algo.
─Si, dime mosquito.
─Te quiero piojo.
Lo soltó sin más tajante, cortante, zanjante.
─¿Eh?─ confundida, anonadada, consternada, no sabía ni como me sentía─. ¿Es broma?.
─No Léa─ me tomó las manos─ te quiero desde el primer momento que nos conocimos, nunca te lo dije porque...
─Para─ lo interrumpí─ estás muy borracho.
─Lo estoy, pero mis palabras son verdaderas.
─Estás loco, ¿y Michelle?, ¿y Ceci?.
─Michelle fue un amor de la infancia que me inventé para olvidarte; y Ceci... ¿qué hay con ella?.
─¿Pero serás idiota?─ dije exasperada─ así como según tú estás enamorado de mi desde siempre ella lo está de ti de igual manera.
La cara de Juanca parecía un poema─. ¿Qué?─ dijo mareado.
─Juanca mejor volvemos.
Lo peor vino después, traté de regresarme pero Juanca me retuvo y me robó un beso. Me desaparté a tiempo solo para ver a Ceci mirándonos desde la puerta.
─¡Ceci!─ corrí hacia ella.
─¿Como pudiste Léa?, tú sabías que yo amaba a Juanca.
─¿Amas a Juanca?─ Michelle intervino.
─Tú cállate ¿si?─ dijo Ceci.
─Ceci esto no es lo que parece, Juanca me besó, me acaba de decir que siempre me quiso, se volvió loco.
Ceci rió sin pizca de gracia─. ¿De verdad piensas que me lo crea?, pero como sea, eres mi amiga y siempre estaré de tu lado, te quiero mucho, él es el que no vale la pena─ miró a Juanca y me abrazó.
─Te quiero mucho─ me dijo.
─Yo también─ una gruesa lágrima rodó por mi mejilla.
Salimos de ese lugar tomadas de la mano como las dos perras que éramos. A la salida me impacté por completo.
Jeje adivinen.
El mismísimo dios haciendo presencia.
Contrólate perra histérica.
Pues si, Antón ton ton.
─Hola─ se acercó a mi.
─Hola─ contesté, segura de que con un brillo en mis ojos.
─Bueno creo que los dejo solos─ dijo Ceci pero yo no se lo permití.
─Nop, tú te quedas, a este colega ya yo le dejé las cosas claras.
─Léa por favor─ me retuvo─ necesitamos hablar.
Yo accedí haciéndome la dura.
Jeje pero si te mueres por él.
Nos morimos bb.
─Habla rápido─ me crucé de brazos.
─Léa se que soy una basura de persona, no tengo los mejores hábitos, pero te quiero joder, te quiero desde que te vi, desde que pronunciaste mi nombre tartamudeando.
Eso me hizo sonreír.
─¿Y sabes por que te dije "Aún no te conozco y ya te he echado de menos"?
─No.
─Yo tampoco─. Ok eso me hizo reír más─. El punto es que descubrí que sin ti no puedo vencer esta batalla interna que estoy luchando, y dios, simplemente quiero seguir a tu lado, seguir tomándote de la mano y superar todos estos obstáculos que la jodida vida nos pone.
Por ti me olvido de todo, atrapas mi mente, mi mundo y toda mi atención, te quiero
Me descoloqué por completo.
Antón te amooo.
Lo amamos loca.
Lo tomé de la mano, miré a Ceci, esta me dió su aprobación con su pulgar, sonreí y junto a Antón salimos a correr.
Si me dieran a escoger entre mi mundo y tú, escogería mi mundo porque mi mundo eres tú.
××----××
Notita rápida.
Me encantó el cap, espero que a uds también.
¿Quién quiere una amiga como Ceci?.
Chau, el próximo cap os dejará literal así💔.
Chau.
Siiuu
KevG
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