6-🌧Lo que fue, es y será🌧

Cambia el "no llores" por:

-"no te guardes nada, déjalo salir"
-"llorar está bien"
-"aquí me tienes por si me necesitas"
-"saldrás de esta tormenta, te lo prometo"
-"¿necesitas desahogarte?
-"tranqui, no te dejaré sol@"
-"aquí estoy, no pasa nada"
-"te entiendo completamente".

Sábado 13/03/2004

─Teniente creo que debe descansar, se está exigiendo mucho.

─Es que no lo consigo Chris─ pausó para tomar aire, su respiración agitada, era evidente su presión─ no te imaginas lo duro que es para mi cada que me notifican un nuevo herido, un nuevo fallecido.

─Lo imagino, y creeme que te entiendo─ colocó su mano en su hombro─ pero si continuas así te estarás perjudicando a ti misma, por favor, date un tiempo, ya has hecho bastante.

Por más que le doliera esa situación lo que decía Chris era cierto, y es que temer que lidiar con esa situación no le hacía bien a nadie, ni hasta el más entrenado oficial, todos éramos seres humanos y merecíamos un descanso.

Abby asintió

─Está bien─ dijo con resignación─ pero será solo hoy, mañana a primera hora volvemos.

─Okay.

─Coronel Aldana─ llamó a su superior, creo que...

─Si teniente, puede hacerlo.

Abby se quedó boquiabierta.

─¿Cómo...lo supo?─ solo pudo decir.

El coronel Aldana soltó una ligera sonrisa.

─Su ayudante me lo pidió desde la mañana, estuve de acuerdo, usted es una excelente profesional y no queremos que se vea afectada psicológicamente.

─Pero señor...─ intentó rebatir pero no no se lo permitió.

─Abby─ sonó más fraternal─ esta vez te lo digo como amigo, tómate un descanso, sé que esta situación puede ser agobiante, mañana te incorporas ¿vale?.

─Si señor.

Se alejaron lo suficiente hasta llegar al auto de Chris.

─¿Quieres que te lleve a casa o pasamos a comer algo antes?─ inquirió el ecuánime.

─Prefiero ir a casa antes si no te molesta.

─No, claro que no, puedo acompañarte y pedir la cena desde ahí.

─Me parece bien.

─Pues a la carga entonces.

Eso hizo que Abby retuviera una sonrisa. Nunca se lo había dicho pero le encantaba la compañía de Chris, se sentía.. en paz.

[...]

Hasta entonces 106 heridos, la cifra de fallecidos no se ha comunicado aún por las autoridades estatales, las zonas donde ocurrió el siniestro continúan siendo monitoreadas por si llegaran a aparecer nuevas bombas, se les pide a las personas alejarse lo más posible de esas zonas, el estado proveerá la ayuda necesaria a los familiares de las víctimas. Por ahora no sabemos nada más, los mantendremos atentos ante cualquier información. Yo soy Paula Elizalde.

Chris se acercó a la tv y la apagó.

─¿Qué haces?─ inquirió Abby.

─Asegurándome de que descanses.

─Pff─ bufó con hastío─. Para que lo sepas, soy tu jefa así que te ordeno obedecerme y darme ese control.

─En tus sueños. ¿Recuerdas que ya no estamos en el trabajo?, aquí no tienes rango─ dijo con una sonrisa ladina.

─Ja, deja que lleguemos al trabajo, haré que te despidan por faltarle al respeto a tu superior.

Chris se lanzó encima de ella.

─Eso jamás─ comenzó a hacerle cosquillas.

─Ey, ¡para!─ Abby odiaba las cosquillas, la hacían perder la razón.

─De eso nada.

─Por favor Chris─ su risa despampanante resonando por todo el departamento.

─Estás a mi merced─ susurró en su oído─. Eso hizo enrojecer a Abby, la cuál se levantó de golpe y agarró el control remoto para encender la tv. Pero Chris fue más rápido y se lo arrebató,─ de eso nada señorita.

─Devuélvemelo ahora─ chilló como niña malcriada.

─De eso nada, ahora compórtate o le daré las quejas al coronel Aldana.

─Cobarde─ mustió a regañadientes.

Chris soltó una risita por lo bajo, se levantó de encima de ella,─ solo quiero que tengas un día de paz.

Abby comprendió sus motivos y sonrió.

─Me alegra que te preocupes por mi.

─No es nada─ acarició su mejilla y Abby se sonrojó.

─Bueno em..y la comida─ se recompuso nerviosa.

─Ya está en camino.

[...]

─Oye está delicioso, no sabía de tus conocimientos sobre la comida árabe.

─Em...pues si, de niño mi padre me llevó a muchos lugares, conocí diferentes culturas, también sus comidas, entre ellos la árabe.

─Me parece genial. ¿Sabes por qué pedí que te asignaran como mi asistente?.

─¿Por qué?─ inquirió curioso.

─Porque me dijeron que sabías hablar varios idiomas.

Chris no pudo evitar soltar una delicada carcajada.

─¿Qué?─ preguntó incrédulo.

─Pues si, sabes, mi sueño es poder viajar por el mundo, conocer lugares, resolver misterios, pero la verdad es que solo sé algunas palabras en inglés.

─Ah.

─Pero no te pongas así hombre─ risita─ he aprendido a quererte.

─Vale, vale─ hizo una pausa─ ¿quieres que te enseñe algún idioma?.

─¿Cuáles hablas?.

─Pues inglés, italiano, francés, alemán y mandarín.

La boca de Abby se abrió en una O.

─¿Qué?, ¿te quedaste sin palabras?─inquirió burlón.

─Tío, que tienes más estudios que yo, ¿por que no continuaste estudiando?.

─Existen situaciones...

─Vale, no tienes que contarme─ movió sus manos─ respeto tu silencio.

Hubo un silencio incómodo hasta que Abby lo rompió:─ alemán.

─¿Qué?

─Que me gustaría aprender alemán.

─Perfecto, aunque te advierto que es complicado.

─Aprendo rápido.

─Sein schön.

─¿Qué?─ dijo incrédula.

─Eres bella.

Las mejillas de Abby comenzaron arder.

─Gra...─ aclaró la garganta pero no pudo terminar la palabra pues su teléfono comenzó a vibrar.
Intentó cogerlo pero Chris se lo impidió.

─No te dejaré.

─Chris, que puede ser importante.

Este accedió.

─¿Si?─ atendió.

─Abby, soy yo.

─Andrés, ¿qué pasa?, ¿por que lloras?.

─Él hiba ahí Abby, hiba en el tren.

─Cálmate, ¿de quién hablas?, ¿quién hiba en el tren?.

─Antón.

Domingo 8/02/2004
Léa Mendoza

─Léa joder deja de morderte las uñas y escúchame─ chilló Ceci.


─¿Em?─ regresé de mis pensamientos.

─Qué estás ida tía, reacciona─ chasqueó sus dedos─ que te digo que Michelle Ruiz ha vuelto.

─Ujum, ¿y qué hay con eso?─ la verdad no tenía cabeza para pensar en nada.

─Pero tu estás tonta tía, helou, que es la primera novia de Juanca─ dijo con obviedad.

─Es que apenas recuerdo a esa chica, además, ¿a ti en que te afecta que haya vuelto, míralo por el lado positivo, así nos libramos de Juanca de una vez─ solté una risita.

─No es gracioso, ¿puedes prestarme atención por lo menos una vez?.

─Claro claro, pero aclárame una duda antes porque no lo entiendo.

─Anja─ pronunció con hastío.

─DESDE CUANDO MIERDA TE GUSTA NUESTRO MEJOR AMIGO!!!

Cecilia bajó la cabeza apenada cosa que confirmó mis sospechas.

─¿Me estás jodiendo Cecilia?.

─Hope Léa, es que a ti no se te escapa ni una, que me has descubierto, el enamoramiento te ha dado por mala cosa.

─Bueno es que no has sido la más discreta del mundo que digamos, ¿me quieres contar desde cuando pasa esto?.

─Desde siempre Léa─ eso me descolocó─ solo que últimamente la cosa ha crecido más, y pues ahora con la vuelta de Michelle...

─Si si, ya te entendí, ahora la pregunta es, ¿qué carajos vas a hacer ahora?.

─Joder que no lo sé Léa, y eso es lo que no me deja dormir.

No pude evitar reír y bromear ante la situación para variar;)

─Uyy, mi amiga sueña y muere por mi otro colega:o─ es que todavía no me lo creo.

─¡¿Te quieres callar?!, no ayudas.

─¿Y qué quieres que te diga?, pues em...este─ me lo pensé un poco y sugerí algo─ puedes decírselo hoy en la tarde, ya sabes que iremos a cenar para que conozcan a Antón.

─Si claro, y de paso compro una soga en la tienda de ultramarinos y así acabo con mi existencia.

─¿Por qué eres tan dramática?─removí su cabello.

─¿Y tú desde cuando eres tan ecuánime?, tengo que conocer a ese chico que me ha cambiado tanto a mi amiga.

Solté una risita.

─Pues si, que te puedo decir, pero hace una semana que no lo veo, le echo de menos─ y la verdad si comenzaba a extrañarlo. ¿Curioso no?, vamos que apenas lo conocía y ya lo sentía como una parte indispensable de mi vida.

─Haber a mi no me cambies el tema, estábamos hablado de Juanca─ recalcó mi amable y para nada alterada amiga.

─¿Qué hay conmigo?─ la voz de mi amigo habló por detrás de nosotros.

Silencio sepulcral
Incomodidad nivel dios.

─Em...este...yo...─ tartamudeó Ceci como una tonta.

─Hablábamos de la cita de la tarde─ defendí para apoyar a mi amiga.

─Ah, claro, conoceremos al famoso Antón.

─Exacto─ pronuncié orgullosa.
─ Además Ceci te quiere decir algo allí.

Ceci me lanzó una mirada asesina, esa que entendí muy bien:
Léa estás completamente muerta.

─¿Pero que dices?─ logró disimular su nerviosismo─ Juanca por favor no le hagas caso a esta...¡auch!

Le lancé un codazo.

─ ¿Sobre qué?─ inquirió Juanca curioso.

─Sobre nada─ rió Cecilia.

─Estás muy extraña─ le dijo.

─Y que lo digas─ añadí yo y Cecilia me miró fulminante.

Pero que querían, ahí yo era la shippeadora mayor, aunque siempre estuve fuera de el "amor" me gustaba emparejar a la gente.

─Bueno vale, basta de hablar de mi─ defendió─ ¿por qué no hablamos de ti Léa?, y de tu amor encantador.

─Si quieres hacerme alterar no lo conseguirás─ dije serenamente.

─Wao─ soltó Juanca y me tocó la frente─ ¿te sientes bien?.

─Perfectamente─ aseguré.

─Olvídala Juanca─ Ceci movió sus manos─ esta ya es caso perdido...

─ Hola chicos─ Ceci no pudo terminar de hablar pues la voz de Michelle la interrumpió─ ¿como están?.

─Bien─ contestó Juanca y como yo me las llevo todas detecté algo en sus ojos, no era enamoramiento ni nada por el estilo, tampoco yo sabía lo que era, pero estaba segura que todo menos eso, era como si quisiera lograr algo.

─Ah─ dijo mi amigo como recordando algo─ ¿recuerdas a Léa?, mi mejor amiga.

─Por supuesto─ la rubia se dirigió a mi y compartimos dos besos. Observé a Ceci de reojo, estaba conteniendo las ganas de gritar.

Como si Juanca lo notara decidió hablar tras el silencio formado:─ recuerden que mañana es mi cumple, si faltan no regresarán al día siguiente aquí.

─¿Por?─ inquirí. En realidad ya sabía la respuesta pero ese día estaba muy descolocada con todo el asunto de Antón, bueno en realidad lo había estado toda la semana.

─Porque las encontrarán en las alcantarillas con el cuello torcido, igual que las chicas de la maldición de Carmen Winstead.

─Ah.

Si no saben quién es búsquenlo en la web.

─¿Oye quieres venir con nosotros a comer esta tarde?─ le preguntó Juanca a Michelle provocando que el rostro de Cecilia se enrojeciera aún más.

─Claro─ asintió ella para más decepción de mi pobre amiga.

─Creo que...me voy─ dijo antes de desaparecer y por supuesto yo corrí tras ella.


Antón Arteaga

Hacía exactamente una semana no hablaba con Léa, la verdad había discutido con papá otra vez y no quería volver a verle, así que me mudé con Andrés, más que mi primo y mi hermano era mi mejor amigo, nunca nos habíamos faltado, habíamos estado ahí siempre el uno para el otro.

Tampoco había regresado a mi lugar secreto, por eso no tomé el tren y por ende no vi a Léa, sonará ridículo pero sentía que me faltaba una parte de mi.

Cuando me llamó esa mañana mi corazón comenzó a latir desbocado, el saber que conocería a sus amigos era seña de que algo serio comenzaba a formarse entre nosotros y eso...me gustaba, no, me encantaba.

─¿Ya estás listo?─ preguntó Andrés, él iría conmigo.

Asentí, estaba realmente nervioso, por ende necesitaba aliviar tensión así que encendí un porro y le di una calada.

─¿Es en serio Antón?.

─¿Qué?.

Bufó─ ¿Léa lo sabe?.

─¿El qué?.

─Que te drogas.

─Se lo dejé claro cuando la llevé allí─. Andrés era el único que sabía hacia donde me dirigía a desahogarme.

─Eso acabará contigo.

─Para lo que me importa─. En verdad no lo hacía, aunque me di cuenta de que eso acababa de cambiar. Yo debía cambiar, debía hacerlo por Léa.

─Pues te debería, ahora tienes un motivo─ me dijo como si me hubiera leído la mente.

Salimos hacia la dirección indicada por Léa en la llamada.
¿Mencioné que se escuchó jodidamente atractiva?, y eso que solo fue su voz. Me encontraba tan descolocado tan solo por el echo de no comprender lo que me ocurría que me olvidé de todo, solo existíamos ella y yo, solo importabamos ella y yo.

Minutos después llegamos, la verdad no conocía ese lugar, me sorprendió, era sencillo pero acogedor.
Vi a un montón de chicos sentados en una mesa, de entre ellos una mano me saludó, su dueña se puso de pie y caminó hacia mi.

─Viniste─ me dijo.

─Y como no hacerlo─ dije mientras acaricié su mejilla y el sonrojo se asomó en ellas. Diablos se veía jodidamente guapa, era un ángel─. Em, este es mi primo Andrés.

─Un gusto─ dijeron ambos dándose dos besos de saludo.

─Vengan─ me tomó de la mano y me condujo hacia la mesa.

─Chicos ellos son Antón y Andrés, su primo─ nos presentó y comenzamos a estrechar manos y dar besos─. Ellos son mis mejores amigos Cecilia, Juan Camilo y Michelle, una antigua compañera─ todos sonrieron amablemente, aunque pude notar la mirada de incomodidad de su amigo y por otro lado Cecilia me escrutaba sigilosamente, vamos que me observaba de pies a cabeza, como no creyéndolo.

Nos sentamos e hicimos el pedido.

─Y entonces, ¿como fue que se conocieron?─ indagó Juanca.

─Juanca─ dijo Léa con tono de advertencia.

─Tranquila─ coloqué mi mano encima de la suya cosa que incomodó más a su amigo.

¿Qué carajos le pasaba a ese tipo?.

─Fue en el metro, Léa me espiaba─ dije en tono burlón.

─Serás cabrón, tú también lo hacías─ se volvió a sonrojar, ese hábito se hacía frecuente en ella cada que estábamos cerca y para ser sincero, me encantaba.

─Bueno, lo confieso.

─¿Qué quieres con ella?─ inquirió.

La pregunta me dejó descolocado.

─¿Como?.

─¿No me has entendido?, que ¿qué carajos quieres con Léa?, que sepas que tiene familia y amigos que la protegemos, sobre todo de patanes que se quieran aprovechar de ella.

Vaya vaya, el chaval estaba celoso.
La sonrisa fue clara en mi rostro y creo que eso lo molestó más.

─¿De qué cojones te ríes?.

─Nada, nada─ levanté mis manos en señal de paz.

─Juanca, deberías calmarte─ pidió la rubia a su lado, ¿Michelle era?.

─ Calmarme mis cojones, no pienso seguir manteniendo esta farsa─ se puso de pie y se marchó.

─¡Juanca!─ chilló Léa─. Ahora vuelvo─ dijo y fue tras él.

─Vaya, intenso el chaval─ dijo Andrés dándole un sorbo a su malteada. Ceci le regaló una sonrisa de boca cerrada.

─Lamento todo esto, no se que le pasó a Juanca─ me dijo.

─No pasa nada─ aseguré.

Michelle se mantenía callada, supongo que por la vergüenza de haber sido plantada.

─Y tú no te preocupes por ese tonto, yo estoy disponible─ Andrés se dirigió a ella con esa sonrisa ladina y esta sonrió. Yo lo miré incrédulo.

Wtf

─Mi amiga te quiere mucho, porfa no la hagas sufrir─ añadió Ceci. Me agradaba esa chica.

─Claro que no─ rebatí sin pensarlo.

Léa Mendoza

─¡Ey!─ lo llamé por enésima vez hasta que se detuvo.

─¡¿Qué cojones quieres Léa?!

─¿Me quieres decir que te pasa?, ¿por qué te has puesto así?.

─Joder Léa, ese tipo no es bueno para ti, lo veo en sus ojos joder.

─Espera, ¿me estás diciendo que juzgas a una persona sin conocerla y te basas en una simple impresión?, de verdad que no te reconozco.

Y en verdad no lo hacía, ¿qué carajos le pasaba?.

─¿Es que no lo ves?, ¿estás tan ciega?.

─No sé a que te refieres.

─Pues dejémoslo aquí─ trató de irse pero lo retuve.

─No, ahora me dices, ¿es por tus padres?, ¿ha pasado algo?.

─Léa yo...es que yo...─ trató de hablar pero no pudo, solo dijo:─ ven mañana a mi fiesta, te lo diré todo─ dicho esto se marchó dejándome más confundida.

¿Qué carajos?

[...]

─Lamento que las cosas no hayan salido como las planeé─ le dije tomándolo de la mano y apretándola fuertemente.

─No pasa nada Léa, es normal que se preocupen por ti─ me sonrió y dios!!!, juro que casi me desmayo ahí mismo.

─Es que no lo entiendo, Juanca nunca se había comportado así─ estaba verdaderamente descolocada.

─¿Por qué no vemos el lado bueno?, ya conozco a tus amigos, Ceci es mona.

Eso me hizo sonreír.

─¿Irás mañana conmigo a la fiesta de Juanca?.

─¿Y no le molestará?─ sobó su nuca y se vió tan tierno;)

─Claro que no, ese gillipollas solo tuvo un mal día.

─Está bien.

Nos quedamos mirando por un buen rato, sus radiantes ojos gres penetrando cada parte de mi cuerpo, entreabrí mis labios deseosa de algo pero en su lugar me besó en la frente, algo tan tierno, delicado y amoroso que me estremeció.

─Antón─ pronuncié en un susurro.

─Si Léa, yo también te quiero─ es cono si me hubiera leído la mente.

Y con ese te quiero nos despedimos.

Durante el trayecto a casa no paraba de darle vueltas a las palabras de Juanca, ¿qué habría pasado?.

─¿Estás bien?─ preguntó Ceci.

Asentí, no tenía ganas de hablar.

Abrí mi casa, Ceci se quedaría esa noche, mañana era sábado así que Brenda la dejó.

Lo primero que me preocupó cuando entré fue la reacción de mi madre, ¿estaba llorando?, ¿o acababa de hacerlo?. Estaba en la sala de estar, y en el sillón de enfrente mi hermano abrazado de un hombre, ¿qué pasaba ahí y quién era ese desconocido?.

─Ma...mamá─ logré decir.

─Léa, tenemos que hablar.

El desconocido se puso de pie y comenzó a caminar hacia mi. Me quedé paralizada cuando lo tuve delante, sus ojos, esos ojos, mis ojos.

¡Mierda!

No loca, recontramierda.

─¿Quién es?─ inquirió Cecilia.

Yo solo pude decir una palabra:─ papá.

***

N/A:

Hola bbs, que vuelta tíos.

No tengo nada que hablar, si quieren preguntar algo ya saben⬇️

Adelanto que quedan pocos capítulos, mucho más, ultra mega, aristócrata intensos.

Espero les esté gustando y creanme que el final es impactante.

Thanks❤🌧

KevG

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