10-🌦La promesa que ilucionó🌦
Ella
Ella es una mujer de emociones fuertes, por tanto es intensa, apasionada, entusiasta y un poco exagerada. Es un poco terca y egoísta, intuitiva, analítica y perfeccionista.
Sabor agridulce:
es simpática pero difícil;
tiene tacto pero es directa,
es noble pero no pendeja.
Es el paradigma del sarcasmo y el morbo perfecto.
Infalible encanto,
su carácter justo a la medida.
Esotérica, cauta, tenaz,
pero tiene una debilidad:
Ella ama.
Lunes 16/02/2004
Léa Mendoza
La noticia cayó como bombas sobre todos nosotros, Juanca, nuestro Juanca se iría a Irak, por muy cruel que pareciera el desgraciado de de padre lo había conseguido.
─Juanca eso es una locura, tu estás enfermo─ le decía yo en el campus de la universidad tratando de convencerlo.
─Ya lo sé pero ustedes saben que no tengo otra opción─ rebatió desganado.
─Siempre hay otra opción─ aclaró Ceci y a mi me dió la impresión de que estos dos se traían algo, el día anterior no los había visto.
─¿Me van a contar que ocurrió el sábado?─ inquirí con un brillo en los ojos, saben de esos de...
─Eres muy chismosa sabías─ dijo Juanca risueño.
─Mira mosquito si no me lo quieres decir está bien pero después no te quejes.
─Ok piojo─ se encogió de hombros.
─Somos novios─ dijo Ceci.
─¡¿Qué?!, ¿pero como?, ¿cuando?, ¿de qué forma?.
─Cuando ya lo sabes piojo histérico─ dijo mi best friend.
─No me refería a eso tonto─ recalqué
─Me regaló esto─ Ceci extendió hacia mi el regalo.
─¿Una libreta?─ inquirí extrañada.
─Podías haberle regalado algo mejor mosquito─ me dirigí a este y él me miro divertido.
Ceci me sonrió maliciosamente y yo sabía lo que venía.
─A mi, Antón me regaló esta medallita, le pertenecía a su familia.
─Es hermosa─ dijo Ceci y yo sonreí orgullosa de mi novio, por dios mi novio!!!─. Pero ¿tienes una libreta─ continuó ella.
─No.
─Pues toma─ arrancó una hoja─ te regalo una para que saques un lápiz y calcules las hectáreas de pollas que me importa lo que te haya regalado Antón.
Por dios, no pude contener la risa─. Ceci eso fue un golpe bajo─ dije entre risas y ella y Juanca no tardaron en unirse a mi.
─Los quiero mucho, y me alegro que al fin estén juntos, no sabes como me puse yo cuando Ceci me confesó que le gustabas desde siempre.
─¡Léa!─ exasperó esta.
─Ya, ya.
─Tranquila Léa, Ceci me lo confesó todo.
─Oh-oh-oh.
Se sonrojó y yo la miré divertida.
─¿Y Michelle?, cuéntenme, ¿habló con Andrés?.
─Demasiado diría yo─ le jaló un cachete a Juanca y este hizo una mueca de dolor.
En ese momento Michelle llegaba─. Hola chicos─ saludó y la imitamos.
─Cuentanos todo─ no esperé ni a que se sentara.
Ella rió nerviosa─. Me acosté con Andrés, pero no se lo digan a nadie.
─¡¿Qué?!─ dijimos los tres al unísono.
─Pero después me dijo que había sido un error, que no era una buena influencia para mi, y lo dejamos.
─Yo se por que te lo dijo─ aseguré─ hablaré con él.
─Léa no es necesario─ trató de impedirlo pero yo quería ayudarla.
─Tranqui Mich, soy tu amiga y te ayudaré.
─Ey chicos─ dijo Ceci mirando su teléfono─ esta noche hay fiesta en la casa de Joaquín.
Joaquín era un compañero de clases, muy pijo, aunque no tan rico como Ceci, siempre estuvo enamorado de mi pero yo siempre le daba una patada a los huevos, y ojo estoy hablando literalmente.
Que les digo, la loca a veces tomaba el control de mi cuerpo.
Si haste la vistima, eras tú la que lo golpeaba siempre.
¿Vistima?.
Cállate o te meto.
─No iré─ dije con desdén.
─¿Por qué?, ¿por el anfitrión?─cuestionó Ceci.
Asentí─. Por eso y porque no tengo ganas de salir.
─Anda piojo, que será mi despedida─ dijo Juanca y eso me agrietó el corazón.
Miré a Ceci, tenía los ojos cristalizados, la conocía perfectamente para decir que estaba a punto de llorar así que hablé.
─De acuerdo, iré.
─¡Urra!─ gritó Juanca sacándonos unas risas.
Ceci Weigend
Mi corazón se partió en dos al momento que Juanca decidió confesarme eso, fue tan doloroso, la noche más especial de mi vida se había convertido en la más triste. Juanca se iría, para tal vez no volver, y no es que estuviera siendo pesimista, pero las cosas claras, iría a una guerra en Irak, no a un campamento de verano. A pesar de estar deshecha y completamente rota por dentro nos prometimos volver a vernos, y eso me ilucionó hasta cierto punto.
Juanca siempre fue un pilar fundamental en mi vida junto a Léa, de no ser por ellos mi vida continuaría así de snob y vacía, de no ser por la amistad y hermandad de Laura y mi madre jamás había conocido a estos locos, y doy gracias a dios por eso.
Ahora con su partida solo me quedaría Léa, si las cosa continuaban así se me acababa casando y me dejarían sola. Si, sonará ridículo, pero estos dos tórtolos del tren como así les decía si no acababan en boda los ahorcaba, porque habían pasado por tanto que merecían compartir una vida entera juntos.
Nos despedimos de Léa, ella obviamente tomó el tren mientras que Juanca y yo fuimos a mi casa. Mamá nos saludó y ordenó a la criada que nos llevara una merienda a mi habitación, claro después de advertirnos:─ ojo Cecilia Weigend, la puerta abierta.
Yo reí porque Juanca me susurró al oído:─ y si la desobedecemos.
─Shh, no quieres eso─ reí.
Antón Arteaga
Íbamos conversando tranquilamente en el vagón, nuestro de toda la vida.
Léa me comentaba que había comenzado a leer Lo que el viento se llevó y que le parecía genial. Yo sonreí de orgullo por mi pequeña lectora.
─Esta noche habrá una fiesta en la casa de Joaquín, un compañero.
─¿Y quién es el Joaquín ese?, nunca me habías hablado de él.
Léa rió por lo bajo─. ¿Estás celoso?─ preguntó divertida.
─Claro que no─ si lo estaba.
─Claro que si─ rebatió dándome en la nariz con su dedo índice.
─Bueno vale, si─ admití.
─Ay que tierno te vez celoso.
─No es chistoso.
Ella se tornó seria de repente─. Estás hablando con la loca cara de culo de la universidad, todos me temen y respetan, a Joaquín le doy un patada en los huevos y ya está.
Sonreí, eso me dejó más tranquilo, saber que solo era mía y de nadie más, además de que me encantaba verla así, libre, loca jeje. Creo que todos tenemos un poco de locura dentro de nosotros.
Me aseguré de dejarla en la puerta de su casa.
─¿No vas a entrar?─ inquirió.
─Mejor no, en otro momento.
─Vale─ asintió.
Nos despedimos, yo le di un beso en la frente y me alejé.
Léa Mendoza
─¿Cuando vendrá tu novio a hablar conmigo?─ inquirió mamá con su tono de interrogatorio habitual.
─No lo sé─ subí a mi habitación pero eso no impidió el sermón.
─Escúchame bien jovencita─ me persiguió─ no te escaparás, ese joven debe venir a hablar conmigo, o lo perseguiré y hablaré con sus padres.
─No te aconsejo eso─ mustié pero ella alcanzó a escucharme.
─¿Por qué?, ¿hay algún problema?.
─Que no, que no─ moví mis manos─ ahora si me disculpas me voy a bañar que voy a salir con mis amigos.
─¿Con tus amigos o con tu novio?.
─Elemental querido Watson, irá Antón─ bromeé.
─Léa...
─Tranqui, no pasará nada.
Con eso estuvo más tranquila, la verdad aún no había pensado en tener relaciones con Antón, solo de imaginármelo. *Carita sonrojada*
Vaya vaya, la cara de culo teniendo pensamientos impuros.
Cierra la boca, y no he pensado nada maldita perra.
Si si, claro.
[...]
Antón fue a buscárme.
─Se cuidan y cuando regresen quiero hablar contigo─ le dijo.
─Claro─ asintió y nos fuimos.
─Está preciosa─ me dijo una vez estábamos en el taxi.
─Tú también.
─Te queda hermoso─ tomó mi medallita y yo agarré nuestras manos para juntar los gemelos. Nos las tomamos hasta llegar a la casa de Joaquín.
Ceci, Juanca y Mich nos esperaban fuera.
─¿Y Andrés?─ pregunté.
─Por ahí viene─ señaló en una dirección a un joven de aspecto salvaje, efectivamente muy de su estilo.
─Bueno ya estamos─ nos acercamos.
─Quiero pedirte una disculpa─ le dijo Juanca a Antón.
─Tranquilo, no pasa nada─ aseguró este y le extendió una mano.
Juanca la estrechó y luego se dieron un corto abrazo.
─Bueno bueno ya que me pongo celosa─ bromeé.
─Hola chicos─ Andrés saludó.
Lo imitamos y yo miré a Mich de soslayo, estaba evitando mirarlo. Ja, eso se acabaría, mister shippeo entraba en acción.
Entramos a la casa, era muy grande, con decoraciones de plata por todos lados. Antón no me soltaba de la mano en ningún momento, definitivamente seguía celoso y eso me encantaba. Digo, no es que me hubieran celado mucho durante mis 17 años.
─Ala, que bonito está todo, ¿verdad Mich?─ ella asintió─ ¿y tú que opinas Andrés?─ mister shippeo en acción
─Está cool─ se limitó a decir yo bufé, esto sería difícil. Para rematar apareció la bella personita anfitriona de esta fiesta.
─Pero bueno miren a quien tenemos aquí, Léa y su pandilla.
─Joaquín sabías que estás muy cerca de la perfección─ dije provocando que todos me miraran con cara de WTF, y ni decir Antón, pero no me soltó por nada del mundo.
─Wao!!, ¿en serio?─ dijo con sus ojos brillando.
─Si, estás muy cerca de mi, por favor echa para allá y deja la confianza.
En tu cara perro
Así se habla loca.
Joaquín se puso un punto en la boca y se alejó mientras mis amigos no podían parar de reírse. Miré a Antón el cual estaba reteniendo la risa.
─Ahora, pero pude distinguir tu tensión─ bromeé.
─Ya basta─ me pegó más a su cuerpo y eso encendió algo dentro de mi.
Nos sentamos en un gran sofá donde cabíamos perfectamente todos, yo en medio de Juanca y Antón, los dos hombres de mi vida jaja. Si Harry me escuchaba me mataba.
─Ahora vuelvo─ dijo Antón─ voy a dar una calada─ yo suspiré, pensando que ese terco jamás cambiaría.
Andrés y Ceci fueron a por unas copas, por ser la despedida de Juanca beberíamos champagne. No es que yo lo hubiera bebido muchas veces, solo en las fiestas de la tía Brenda.
─Sabes por qué Juanca me regaló la libreta─ Ceci se acercó.
─Y estámos otra vez con la libreta fea...
─Quiero ser escritora, por eso.
Eso no me lo esperé.
─¿En serio?.
─Si, estoy escribiendo una ahora, sobre ustedes.
Eso tampoco me lo esperé.
─Pero, ¿como...
─Sabes Léa, mi vida es maravillosa, pero es por ustedes, y les estaré agradecida por siempre, por eso, si se llega a cumplir mi sueño quisiera dedicarlos a ustedes.
Mis ojos se cristalizaron, la abracé─. Yo también te quiero amiga, que digo amiga, mi hermana, y ya verás como serás la mejor escritora del mundo.
─Pero bueno, ¿me dejan fuera?─ llegó Juanca.
─Claro que no tonto─ nos abrazamos.
Me separé y alcé la copa.
─Quiero brindar por esta persona maravillosa que es mi mejor amigo, porque esto no es una despedida, es un hasta pronto, y estoy segura de que regresarás más fuerte de lo que ya eres, porque siempre fuiste, eres y serás un guerrero─ bebimos. Luego volvió a aparecer Joaquín.
─Léa, ¿bailamos?.
─¿Estás loco?, anda tira que obstruyes la vista─ zanjé.
─Joder tía, ¿porqué eres tan fría?, venga vamos─ trató de jalarme.
─Ey─ Juanca me liberó de su agarre─ que la dejes en paz.
─¿O sino qué?.
─O sino esto─ distinguí la voz de Antón detrás, y fue más rápido que la luz, le propició un golpe en el mentón a Joaquín que lo noqueó─. ¿Estás bien?─ me preguntó tomándome el rostro con sus manos, yo asentí.
─Será mejor que nos vayamos─ dijo Ceci.
Salimos fuera y me acerqué a Andrés─. Deberías hablar con Mich.
─Léa yo...
─Sé lo que me dirás, que no eres lo suficientemente bueno para ella y acabarás haciéndole daño, pues sabes que, te digo algo, Antón y yo tampoco es que seamos la pareja ideal, pero sabes porqué hemos salido adelante, porque nos queremos y eso es lo único importante, si quieres a alguien díselo. Muchos corazones se rompen por palabras que no se escuchan─ el asintió y corrió hacia Mich, yo levanté mis pulgares y ella sonrió.
─Bueno, esta fue sin duda la peor despedida de todas─ me acerqué a Juanca con una sonrisa triste.
─Tranquila Léa, ya tendremos momentos para celebrar cuando regrese─ nos abrazamos, mañana se iría.
Luego Antón y yo tomamos un taxi de regreso, íbamos en silencio hasta que el decidió romperlo─. Quiero hacerte una promesa.
─¿Una promesa?─ inquirí extrañada.
─Si─ apretó mi mano con fuerza, tanto que dolió─ quiero prometerte que pase lo que pase siempre estaremos juntos, nos querremos siempre, porque eres y serás lo mejor que la vida me ha regalado.
Eso me hizo sonreír y hasta cierto punto me ilucionó─. Eso es hermoso Antón─ dije tratando de contener las lágrimas─ él me sonrió y depositó un casto beso en mi frente, de esos que me calmaban por muy tensa que estuviera.
Llegamos a casa, mamá nos esperaba con una cara que no me gustó para nada.
─¿Qué ocurre?─ inquirí.
Antón Arteaga
Las palabras de Laura fueron tan cortantes como su reciente actitud.
─No puedes estar con este chico.
Mi cuerpo helado─. ¿Qué?, ¿por qué?─inquirió Léa confundida.
─Es un maleante, un drogadicto, un pandillero.
─Mamá, Antón dejó eso hace mucho tiempo, lo dejó por mi, vale que aún de vez en cuando se fume algunos porros pero eso no es un delito─ su voz amenazaba con quebrarse.
─Léa, ¿pero tú te estás oyendo?, que es un pandillero, que tu hermano lo vió fuera de la casa de Joaquín golpeando a otro delincuente.
Léa me miró estupefacta.
─Léa yo...─ traté de hablar pero ella me lo impidió.
─Hablemos fuera─ me agarró del brazo.
─¿Eso es cierto?─ no esperó ni a llegar al porche.
─Léa te lo quería contar, antes, cuando estaba en esa mala vida me involucre con personas peligrosas, mi padre también le debe dinero, yo le había estado dando largas por un tiempo pero me amenazó con hacerle daño a Andrés o a mi otra prima. Fuera de la casa de Joaquín me dijo que te mataría, ¿entiendes eso Léa?, no soportaría que te hicieran daño ¿me entiendes?.
─Dios, Antón─ llevó sus manos a su boca─ no sabía...─ me abrazó─ ...lo siento tanto.
─No te preocupes, aquí lo importante es que tu estés bien.
─¿Y qué piensas hacer?.
─Lo denunciaré, no hay de otra.
─Pero te arrastrará con él, y puede tener cómplices que buscarán venganza─ sonaba genuinamente preocupada y eso me conmovió.
─Ey─ agarré su mentón─ no pasa nada.
Ella me regaló su más bella sonrisa y yo la besé en los labios. Por un instante el tiempo se paró, dejó de correr y distinguí en mis oidos esa dulce melodía que sonaba en el metro el día que nos conocimos.
─Me hiciste una promesa, ahora es mi turno─ dijo─ te prometo que estar contigo por el resto de mi vida, y que cuando seamos mayores, sentados en el sofá de nuestra futura casa nos tomemos de las manos y digamos que no fue fácil, pero lo logramos.
Sonreí y ella también lo hizo. Me alejé tras decirle adiós con la mano y dibujar un corazón con mis dedos.
Léa Mendoza
Entré a casa, el frío helándome hasta los huesos.
─¿Y bien?, ¿acabaste con eso?─ inquirió mamá expectante.
─Creo que ya sabes la respuesta, amo a Antón mamá, el tuvo sus motivos y yo no lo juzgaré por eso.
─¿Pero tú estás loca Léa?, te prohibo que lo vuelvas a ver ¿me oyes?.
─Laura...─ habló ese señor que hasta entonces me di cuenta de que estaba ahí─ déjame hablar.
─No quiero hablar contigo─ rebatí e intenté subir a mi habitación.
─Léa...─ dijo mamá.
─No─ rebatí.
─Léa papá está enfermo─habló Harry provocando que me paralizara en medio de las escaleras, me volteó y terminó de hablar─. Tiene cáncer en la sangre, morirá en unos meses.
×--------×
Ok nota rápida.
Me he demorado en actualizar pero aquí lo tienen.
¿Qué opinan?
No hubo flashforward pero en el próximo si.
Ya estamos en los cap finales, este capítulo fue un especial.
¿Como creen que será el final?.
Pronto lo sabrán.
Chau
KevG
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