And the Mad hatter

. . .

Sus amigos no caminan, corren en todas direcciones por el parque de diversiones --circo-- ingresando sin seguir las reglas como madriguera propia.

Él los ve sentado en el carrusel, tomando entre sus dedos pequeñas ratas que pasan por el abandonado parque de diversiones.

Decidieron ir por rumores, explotaron globos con pistolas en los oídos de sus cuidadores, logrando huir sin remordimientos mientras el demonio sólo observa ansioso la llegada del loco final.

No hay mucho que hacer, esos idiotas se drogaban con el helio de los globos, el sonido de caja musical es leve pero lo guía pintando las rosas blancas de rojo, camina descalzo entre las rosas guiado por la cajita musical.

Pero las espinas no lo lastiman ¿Quien se atrevería a herir al demonio?; Nadie en su sano juicio. Cada sombra sería un cadáver más a la colección.

Se detiene frente a una escena realmente divertida y bonita, una escena digna de enmarcar en pintura para observar.

La sangre alrdedor es preciosa al igual que el niño a nada arrancarse la piel de su rostro, la sangre brota de recientes heridas, al parecer drogado a la fuerza, permitiendo que los niños que lo acompañan hagan bulling.

Él debe odiar estar a salvo, el demonio simplemente ve a sus amigos ser unos desgraciados con repudio, ese niño tan maltratado es hermoso al punto de querer ser amable.

Alguien ha encantado al demonio, los normales dan miedo y los locos lo hacen sentir cuerdo.

Arranca la piel del rostro de sus amigos, el niño albino no lo juzga, lo admira quieto en su lugar amando como el azabache pinta de rojo el parque de diversiones llamado circo para los cuerdos.

Marañas de palabras arrastradas al hablar por el miedo o borrachera son lanzadas al niño azabache, que corta torturuosamente los tejidos de sus víctimas.

Lo llaman loco. . .

── ¿Y que si estoy loco? ¡Las mejores personas también lo están!

Y el maltratado niño se incorpora como puede, acercándose embelesado al niño ruso, burlas se escapan al ver sufrir a sus agresores.

Tan perfecto como siempre, él hace su trabajo, cuida del albino de apariencia maltratada, parecido a un payaso de un cuento de hadas crudo siendo él, quien recibía los peores tratos.

Termina con su labor, vuelve al carrusel seguido del niño. Nunca hablaron pero siente la necesidad de protegerlo. Se sientan juntos, faltan niños esparcidos en el circo que matar pero el demonio aún puede jugar.

Ve maravillado al albino jugar con globos, agarrando agujas clavadas en sus brazos para reventar los globos, por reacción lo recuesta en su regazo.

── Un gusto, me llamo Fyodor Dostoyevsky ¿Y usted? ──. Murmura al niño maltratado. ── Nikolai Gogol ──. Reconoce el acento ucraniano como el mismo tan marcado de ese culto de psicópatas. ── ¿Del culto cercano a San petersburgo?

Gogol asiente con la cabeza, solo puede sorprenderse al ver como el azabache toma de su brazo, comenzando a curarlo.

Antes de preguntar, escucha un simple "Tranquilo, estoy contigo". ¿Con él? ¿Es decir. . .Lo tiene a él? Pero por favor, vaya broma, nadie quiere a un monstruo que ha dudado de Dios.

Permite que Fyodor lo ayude, deja a un lado cada aguja antes de dibujar con la sangre de las rosas cercanas estrellas en las cicatrices de Nikolai, como un símbolo.

Y para el payaso, es tan raro, nadie se comporto amable con un monstruo como él.

Sin embargo, Fyodor es el mismísimo demonio.

── ¿Disfrutamos de este circo, Kolya?

[. . .]

Se toman de las manos, riéndose con globos atados a las muñecas del ruso y atados en los dedos del ucraniano, comiendo algodón de azúcar de los puestos, los dulces se conservan bien.

Ingieren los dulces, ganan premios que acumulan en el auto del padre del mayor de ellos, Vladímir Soloviov, toman rosas que pintan con el líquido denso que brota de sus víctimas.

Dos enfermos mentales jugando en su propio mundo, creando su propia festividad de masacres.

Se acercan a él, quien reconoce al albino, un niño maldito por cuestionar la existencia de Dios, un pobre niño indefenso usando de trapo por los creyentes.

── ¡Fyodor aléjate de este! ──. Ordenó Vladímir, pero a Fyodor no le gusta recibir órdenes. ── Es mi nuevo amigo

Comenta en voz baja, tomando entre sus dedos el bisturí, se corto la palma de su mano pintando una rosa, sus habilidades eran útiles juntas.

── Dulces pesadillas, asesino

Rie Fyodor al ver a su nuevo amigo incondicional, Nikolai, acabar con la vida de Vladímir.

[. . .]

── ¿Por que me ayudaste aquel día Dos-kun? ──. Interroga curioso el payaso.

── ¿No lo recuerdas?

Responde leyendo 'El diario de un loco', sin parar la vista, sintiendo las manos enguantadas del albino acariciando sus mejillas con cuidado y parsimonia, como si buscara atención.

Porque Nikolai es un niño pequeño cuando se trata de Fyodor ¿Saben?

── La verdad creo que nunca lo supe

── ¿No? Bueno, porque te amo mi Mykola

Y Fyodor solo puede reír, al ver el rostro del albino calentarse.

── Doooos-kun no me llames así ──. Reclamo en un tono de indignación al parecer. ── ¿Por que no? Si tu nombre es hermoso ──. Se relaja al sentir una rosa en su cabello. ── Lo sabes bien

Y es cierto, Fyodor se incorpora, la parte inferior de su capa y sus botas se manchan con la sangre del hombre a sus pies.

Con permiso del albino, guarda el libro en la habilidad del mismo, acercándose hasta acunar sus mejillas.

── Prometi que serás libre, no te desesperes al intentar envenenarme con la sangre de la rosa blanca mi amor ──. Beso la mejilla de su acompañante, quien suspira. ── Me conoces bien mi Fedya

Dejan atrás los cadáveres, el circo al que volvieron a visitar por curiosidad se calcina.

Y los amantes dejan atrás las cenizas de un primer encuentro. Tal vez.

──Kagayaki--Hikari-Nyx

Me pase de vrga¿

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