Capítulo 6: Tiene que ser una broma

He estado parada en el parqueo ya varios minutos analizando lo que Matt me dijo. Ni siquiera me he movido un milímetro. Mi mente sigue dando vueltas en el asunto.

Tal vez he malentendido lo que Matt me ha dicho.

¡No hay manera de mal interpretar!

Es mejor que deje de pensar en esto porque me va  empezar a doler la cabeza.

— Pequeña — sentí que alguien caminaba detrás de mí — ¿Otra vez te perdiste?

— No — me giré y vi Ryan — Solo estaba pensando.

— Qué raro lugar escogiste para pensar — me mira extrañado — Pero cada quien con sus gustos.

— No es eso — se detuvo en frente de mi — Es que Matt me dijo que... — me detuve rápido.

Casi le digo lo que su hermano menor me habia dicho hace unos minutos. Malentendería las cosas. 

No quiero que las cosas se compliquen en esta casa.

Creo que con lo que ha pasado con Patrick y con lo que me ha dicho Matt es suficiente.

— ¿Matt? — Ryan frunce las cejas — ¿Qué te dijo?

— Nada — le respondo rápido.

Me mira fijamente insistiendo para que yo le diga algo.

— Matt no me dijo nada — recalque.

Ryan seguía viéndome fijamente y me hacía poner nerviosa. 

Nuestro silencio se estaba alargando.

— ¿Te gusta? — la pregunta me hizo sobresaltar.

— ¿¡Qué!? — no pude evitar ponerme nerviosa — N-no, claro que no.

Empecé a reirme de los nervios. Aunque sabía que mi risa no me daba credivilidad, no podía detenerme.

— Tu cara dice otra cosa — da un paso para acercarse más a mí — Su relación sería complicada.

— P-pero...

— Matt va a ser tu hermano — sonríe de lado — Eso es muy peligroso. ¿Qué pasa si un día mi papá o tu mamá los descubre?

No sé qué ideas le pasaban por su cabeza, pero sé que estaba malinterpretando todo.

— Estas confundiendo las cosas — intenté sonar lo más convincente — Matt solo me trajo a casa.

Acerco su cara a la mia. 

— ¿Estaban en una cita? — me miro seriamente.

— No tenemos nada — mi voz temblaba por los nervios — Ni siquiera hablamos mucho.

— Pero te gustaría tener algo con él 

Su cara estaba frente a la mía. Y su mirada seguia fija en mis ojos.

— ¡No! — alcé mi voz — Solo me gustaba antes.

Ryan vuelve a tomar su forma erguida.

Después de un segundo, me di cuenta de lo que habia dicho.

Le dije a uno de los hermanos que me gustaba Matt.

Últimamente estoy teniendo actos involuntarios.

— Con que Matt — mete una mano al bolsillo — Ese chico tiene suerte.

Mi cabeza estaba dando vueltas. 

Había mantenido ese secreto por años. Solo una amiga cercana sabía ese secreto.

— No pongas esa cara — saca un llavero de su bolsillo — No se lo dire. Incluso puede que tú tambien le gustes — Presiona un botón y detrás de mí se escucha un Bip Bip — Si me gustas a mí, porque no a él.

¿Qué me acaba de decir?

— Me quieres acompañar a comprar el almuerzo — me dice mientras camina hacia su auto.

Me sorprendió como volvió a su actitud relajada y sonriente.

Se para al lado de su auto y me mira. 

Viendo que no respondía se vuelve a acercar a mí y me jala del brazo hasta su auto. Me suelta en frente de la puerta del copiloto.

— Tomé tu silencio como un sí — abre la puerta y me hace un gesto para que entre.

No sé qué hacer. Si voy, va a ser muy incómodo, al menos para mí. Y siento que ya es tarde para decir que no.

Sin hacer caso me quedo quieta.

Da un paso hacia mí y yo retrocedo como acto reflejo.

Mi espalda choca con el auto y el sigue acercándose a mí. Apoya ambas manos sobre el coche poniéndome a mí en el medio de ellas. Se agacha para que nuestras caras estén frente a frente.

— ¿Quieres que te ayude a olvidarlo? — me mira los labios — Porque puedo ayudarte.

¿En serio me estaba diciendo eso?  

Se escucha el sonido de un auto entrando al garaje, pero Ryan no se mueve para nada.

— Creo que alguien llegó — le digo por si él no había escuchado.

— ¿Y? — ni siquiera desvía la mirada para ver quién era.

El auto que acababa de llegar se parquea en su lugar.

— ¡Ryan! — se escucha como alguien azota la puerta del auto.

— Estoy ocupado, Patrick — Ryan no se movía para nada.

¿Patrick?

Me sentía incomoda de que uno de los hermanos me viera así con Ryan, pero ahora que sé que es Patrick me siento aún más incómoda.

— ¿Qué están haciendo? — la vocecita de Rob se escucha.

Ryan desvió la mirada hacia la dirección de Rob. Parece que eso fue lo único que le hizo reaccionar. 

Rápidamente, Ryan se pone erguido por la presencia de su hermano menor.

Me giro para ver a los hermanos que habían llegado. Patrick nos estaba viendo. Empieza a caminar hacia nosotros.

— No pierdas el tiempo Patt — Ryan me empuja delicadamente para que entre al auto — Ya nos vamos.

Apenas entro al auto, Ryan cierra la puerta y se dirige rápidamente al lado del piloto. Cuando él ya está adentro enciende el auto y avanza para salir del parqueo.

— ¿Qué se te apetece para comer? — Me sonríe — La comida china de...

— ¿En serio? — lo interrumpo.

Como podía volver a una charla cotidiana después de haber hecho lo de antes.

— ¿Qué pasa? — Me mira confundido.

Me giro para ver por la ventana sin decir nada.

El auto gira hacia un lado y se parquea.

— ¿Por qué estas así? — Realmente parecía no entender nada.

— ¿Y me lo preguntas? — resoplé — No te acuerdas lo que casi haces en el garaje. Esa clase de bromas no me parecen graciosas.

Se quedo callado mirándome. La sonrisa que siempre tenía cambio por un gesto serio.  

— Perdón... — su voz tenía un tono distinto — A vecés no me mido. Solo quiero que te sientas comoda entre nosotros.

— Esa no es una buena forma — Me giro hacia él para poder verlo mejor.   

Desde que he llegado a su casa, siempre esta haciendo comentarios que me ponen incomoda y que me hacen malinterpretar las intenciones que tiene conmigo.

— Me pasé ¿verdad? — siento su mirada sobre mí — pero en serio te digo que lo siento.

— Lo sé — le muestro una pequeña sonrisa — Pero no quiero más bromas como esa.

— Prometo a no acercarme a ti de esa forma — me sonríe aliviado — además, puedo ser muy agradable.

— Yo sé que sí.

Puso en marcha al auto. 

Hablamos en el auto como si nada. Es la primera vez que hablaba solo con él. Pensé que no íbamos a tener temas de conversación, pero en todo el camino no paramos de hablar.

Abre la puerta y se gira para hacerme una seña para salir.

Estábamos al frente de un centro comercial. No sabía que había uno cerca.

— Sé que este centro comercial es pequeño, pero tiene buenos restaurantes — empieza a caminar y yo le sigo.

Tenía razón. El centro comercial era pequeño, pero tenía un ambiente acogedor y eso es mucho para ser un lugar como este.

— ¿Cuál es tu comida favorita? — Ryan se pone a caminar de mi lado — Como eres la nueva en casa hoy escoges el almuerzo.

— No es necesario — le sonrió apenada.

— Escoge — insiste — Además, también te la debo por lo que te hice pasar.

Siento que Ryan está actuando de una manera distinta. Todo el tiempo que estuve con él tenía una sonrisa y una actitud eufórica. Ahora está actuando calmado y un poco serio.

— ¿Por qué me miras así? — no me di cuenta que me había quedado viéndolo.

— Lo siento — dirijo mi vista al frente — Es que siento que estas actuando distinto. Estas más tranquilo.

— ¿Te di la impresión de ser un chico inquieto? — me mira algo preocupado.

— No, más bien de ser más alegre y con mucha energía — me mira y alza una ceja.

— Eso es otra manera de decir inquieto — se ríe y baja su mirada — creo que así soy la mayor parte del tiempo.

— Pero eso nos es malo — le sonrío — para mí eso es una cualidad.

El me devuelve la sonrisa.

Seguimos caminando hasta encontrar una comida que nos guste a todos. Estar con Ryan fue divertido. 

Más tiempo paso con cada hermano, más siento que se parecen entre ellos.

Nuesto paseo por el centro comercial fue corto. Solo compramos la comida y nos fuimos directo a casa.

Salimos del auto con las bolsas de comida.

— Yo te ayudo — Ryan intenta tomar las bolsas que llevaba.

— No, soy más fuerte de lo que parezco — me mira de arriba abajo y sonríe burlonamente — ¿no me crees?

— Claro — me lo dice sarcásticamente.

Enojada intente darle un golpe en el hombro, pero las bolsas que estaban en mis manos me lo impedían. Así que solo le saque la lengua.

— Pequeña — me sonríe dulcemente — no hagas eso.

— ¿Pequeña? — lo miro confundida.

— Es como decidí llamarte — se pone en frente de mi — Te va bien.

Realmente me estaba preocupando mi apariencia. Primero Patrick me dice que parezco una niña y ahora Ryan.  

— ¡No soy pequeña! 

— Sacas la lengua como una niña — seguía con su sonrisa burlona — ¿Eso que te dice a ti?

Sin saber que decir a mi favor. Le vuelvo a sacar la lengua.

— Te dije que no hagas eso — me mira serio — Me la pones dificil. 

— ¿Difícil? — lo miro confundida — ¿Qué cosa?

— Contener las ganas de besarte — me lo dijo casi susurrando.

Sentí como mi cara se ponía roja. 

Pensé que había prometido que no iba a volver actuar de esa manera.

— Habíamos quedado que ya no ibas a hacer ese tipo de bromas — bajo mi cabeza para esconder mi rostro.

— Sí — Empieza a avanzar hacia el ascensor — prometí que no me iba a acercar a ti de la manera que lo hice esta tarde.

Presiona el botón del ascensor y las puertas de abren. 

— Además, mis ganas de besarte no son una broma —Ryan  entra al ascensor y al ver que no me movía me jala hacia adentro. 

— ¿Qué? — Mi voz salió casi como un susurro.

Se gira para verme y suelta una risa entre los dientes.

Presiona el botón para ir al segundo piso.

— Me interesas — se apoya en el pared del ascensor — lograré que te intereses en mí y tú no sabrás como pasó.

Las puertas del ascensor se abrieron. 

Se gira para verme y dedicarme otra de sus dulces sonrisas. 

Agarra las bolsas que estaban en mis manos.

— Esta vez no estoy jugando — su mirada y su voz eran muy serias.

Lo veo salir del ascensor.

Antes que las puertas del ascensor se cierren, salgo de él.

¿Qué es lo que estaba pasando? 

Este domingo se está poniendo muy largo y apenas es la tarde. De lo que ya me estaba poniendo cómoda en esta casa, tenía que pasar estas cosas.

 Ahora como voy a actuar con ellos. 

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