Capítulo 3: Juego entre hermanos
El jardín es hermoso, para ser una casa donde solo viven hombres, está muy lleno de flores. Siento que pasare mucho tiempo en este jardín. Es tan grande y tranquilo. Me gustaría quitarme los zapatos y caminar sobre el césped, pero aun no me siento con mucha confianza para hacer eso.
— Hermana — Me giro y veo a Rob corriendo hacia mí — ¿Quieres ir a nadar?
— Me gustaría, pero no hay piscinas cerca.
— ¿De qué hablas? — empieza a caminar — Aquí tenemos una piscina, sígueme.
¿Una piscina aquí? La verdad no me sorprende. Tenía que esperármelo. Ni siquiera me sorprendería si me dicen que tienen una sala de bolos.
Caminamos hasta el fondo del lado izquierdo. Después de unos pasos pude diferenciar el agua de la piscina del pasto.
Como no la vi antes. Estaba aquí casi 15 minutos. El jardín no es tan grande como para no ver la piscina.
— Ves — Rob me señala la piscina — creo que tenemos un par de horas antes que el sol se vaya.
— Claro, pero tengo que ir a buscar un traje de baño — le hice una señal con el dedo para decirle que tenía que ir arriba.
— No te preocupes — se dirige a una puerta de una pequeña caseta — Aquí hay muchos trajes y no sé para qué.
Entre a la caseta y era cierto que había muchos trajes. Escogí uno y aproveché la caseta para cambiarme. Cuando salí Rob ya estaba dentro de la piscina.
— Tardaste mucho — Rob estaba flotando en el agua — Tengo una pelota para que juguemos.
— Genial — le sonreí.
— Me puedo unir a su juego — una voz que venía detrás de mí me hizo sobresaltar.
— Patt — Rob grito desde la piscina.
Me gire para ver al dueño de la voz y vi a uno de los hermanos que no pude conocer en el almuerzo.
Se estaba acercando hacia nosotros.
— Arlene ¿Verdad? — me mostro una sonrisa — Soy Patrick, uno de tus nuevos hermanos.
— H...hola — no sé qué más decir — ¿Quieres jugar? — le mostré la pelota intentando no temblar por los nervios.
— Claro — me sonrío — pero no tengo mi traje de baño.
— Hay mu...— antes de poder terminar se empezó a sacar su camiseta.
— Tendré que entrar así — Su camiseta ya estaba sobre el césped y ahora se estaba quitando el jean.
Me di rápidamente la vuelta. Estaba mirando hacia donde estaba la piscina, intentado controlar los nervios y la incomodidad que sentía.
— Hermana, te pusiste muy roja — Rob me miro extrañado.
— No...digo...debe ser por el calor — abanique las manos para darme viento.
— Entonces entremos a la piscina. El agua debe estar fresca — Patrick se puso a mi lado.
Me gire para verlo.
No pude evitar verlo de arriba y abajo. Solo estaba con boxers. Sentí que mi rostro ardía. Gire mi cabeza rápidamente hacia el frente intentado disimular que no había visto nada.
— ¿Estas bi...?...ahh —Patrick se mira — Lo siento — se veia apenado —Estoy acostumbrado a vivir solo con hermanos. Me olvide que eras una chica.
De alguna manera me ofendió. Como se puede olvidar que soy una chica. Segun yo tenía caracteristicas obvias de mujer... ¿O tal vez no?
— No te preocupes — seguía evitando mirarlo — Solo entremos a la piscina.
— ¿No te incomodo? — su voz sonaba dulce.
— Para nada — Reí de manera nerviosa, pero al parecer él no lo noto.
— Genial — Salto a la piscina — ¡Entra!
Entre a la piscina. Al principio estaba muy nerviosa y no me acercaba mucho a ellos. Pero más pasaba el tiempo, más me sentía en confianza. Al final terminamos jugando como unos verdaderos hermanos.
Rob y Patrick se parecían mucho. Ambos son muy tiernos y tratan de hacerme sentir en confianza. Antes pensaba que me iba a llevar bien solo con Rob, pero ahora sé que Patrick también es de confianza.
— Cuidado, hermana — Rob me grita — Patt está detrás de ti.
Me gire y me choque con él. Sus brazos me rodeaban. Podía sentir sus manos en mi espalda. Lo único que nos separaba era la pelota.
— Lo siento — no parecía estar incomdo — Yo solo quería quitarte la pelota.
— No te preocupes — solte una risita nerviosa — Pero no creas que te la daré facil.
Lo empuje y me di la vuelta para nadar hacia el otro lado, pero él se movio rápido y me agarró por la cintura y me atrajo hacia él.
— No te soltaré hasta que me des esa pelota.
Estábamos completamente juntos. Mi espalda estaba pegada a su abdomen.
Intenté volver a escapar, pero esta vez me estaba agarrando con más fuerza.
— Hermana, pásame la pelota — Rob me gritaba desde el otro lado de la piscina.
Levanté mis manos para lanzarle la pelota a Rob, pero Patrick rapidamente me giro para que no pueda darle la pelota a su hermano menor.
— No es justo dos contra uno — me apretó más fuerte contra él — Dame esa pelota y te dejaré ir.
Vi que Rob habia nadado hacia el lado que su hermano mayor daba la espalda para que le pueda pasar la pelota. Antes que Patrick se diera cuenta tiré la pelota en dirección a Rob.
Por el movimiento que hice, mis brazos terminaron apoyados en los hombros de Patrick. Hasta parecía que le abrazaba el cuello.
— Eso es trampa. Me has distraído — Me miró enojado.
— No hagas puchero — me reí — Tú te distrajiste solo.
Ninguno de los dos nos movimos. Él seguía teniendo sus brazos alrededor de mi cintura y yo aún estaba con mis brazos en sus hombros. Nuestros rostros estaban peligrosamente juntos.
Después de unos segundos nos dimos cuenta de la situacion y nuestras sonrisas se fueron.
Sentía que mi cara estaba ardiendo.
— Se nota que se están divirtiendo — Ryan apareció al lado de la piscina — Tengo que decir que estoy celoso.
Patrick rápidamente se separó de mí.
— ¿De qué estás hablando? — Patrick se acercó a la orilla de la piscina para salir — solo estábamos jugando.
— Esos juegos no son apropiados para que Rob los vea — Ryan le tiro una mirada de enojo a Patrick.
— ¿Por qué? — Rob los miro muy confundido
— Olvídalo — Ryan soltó una risita — David me mando a llamarlos. Sam y Armie llegaron.
¿Sam y Armie? Creo que son los dos últimos hermanos que me falta conocer.
Patrick camino hacia la casa y Ryan lo siguió de cerca.
De lejos noté que Ryan seguía molestando a su hermano. Después de un momento desaparecieron al entrar a la casa.
Rob salió de la piscina y empezó a correr hacia la casa. Parece que Rob quiere mucho a sus hermanos, ya que cada vez que uno llega él va a recibirlos con mucha emoción.
Salí de la piscina. Fui hacia la caseta y busque mi ropa para cambiarme.
Mientras más me acercaba a la puerta más escuchaba las voces de los hermanos. Subí las gradas y entre por la puerta que daba directo a la sala.
Al entrar todos se giraron para verme.
— ¿Por qué tardaste tanto hermana? — Rob se acercó a mí.
— Me estaba cambiando — alcé la mirada para buscar a los hermanos que no conocía.
— Hola, soy Sam — Una voz ronca se escuchó — Me alegra que estés acá.
Sam llevaba un traje y eso le hacia lucir mayor, pero cuando vi su cara no parecia mayor a David.
— Hola, soy Arlene — Me estoy cansado de esa frase, ya la dije muchas veces — A mi igual me alegra estar aquí.
— Lo siento por no haber llegado al almuerzo — me mostro una sonrisa apenada — Armie y yo teníamos mucho trabajo en la oficina.
— Sí, lo sentimos mucho — Armie salió de la cocina.
Cuando Armie apareció no pude evitar poner una cara de sorpresa. Mi expresión debió ser muy obvia, ya que todos me miraron extrañados.
— ¿Qué pasa? — Armie me pegunta.
— Eres idéntico a Ryan y Adam — Los demás empezaron a reír.
— Creo que sí — Armie trataba de evitar reír — Bueno, somos trillizos es algo normal.
¿Trillizos? Pero en el colegio a mí me habían dicho que solo eran Ryan y Adam.
— Pensé que Ryan y Adam eran gemelos — me sentí avergonzada — En el colegio solo los veía a los dos.
— ¿Me veías en el colegio? — Ryan se acerca a mí y me rodea los hombros con un brazo — Armie estudio en el extranjero. Supuestamente es inteligente.
— Al menos más inteligente que tú — Armie se acerca más al grupo — Volví apenas termine el colegio. Hace tres años.
Los trillizos eran completamente iguales. Lo único que los diferenciaba era sus personalidades. Ryan es más inquieto y juguetón. Adam era más callado y tranquilo. Armie tenía un aire maduro y serio.
— Entonces, volviste para la universidad — pregunte
— No — pone una cara seria — En el lugar donde estaba había mejores universidades, pero por la oferta de trabajo que tenía acá volví.
Nos quedamos hablando en la sala por horas. Ellos me compartieron más historias familiares. Las risas no faltaron.
Siento que me va a ser fácil entrar en confianza con ellos.
— Bueno, creo que es hora de dormir — David se pone de pie.
— Se nota que eres del hermano mayor — Ryan como siempre molesta a uno de sus hermanos.
— ¿Todos se quedaran a dormir? — Rob lo dice en medio de un bostezo.
— Sí — le responde Sam mientras le pone la mano en la cabeza — Nos quedaremos aquí hasta que sea el día de la boda.
La cara de sueño de Rob cambio de un rato para otro. Su sonrisa era realmente grande.
— ¡Genial! — Rob empezó a saltar de la emoción — Otra vez seremos los 10 hermanos — Todos los hermanos sonrieron por el comentario — Bueno, ahora tenemos una hermana más — me sonreí.
Todos los que estábamos ahí mirábamos a Rob con mucha ternura.
— Me alegra volver a mi cuarto — Patrick dice mientras se para del sillón.
— Bueno... — David le pone una mano en el hombro — No podrás volver a tu cuarto. Ahora es el cuarto de Chris.
— ¿Qué!? — Patrick mira a Chris — ¿Por qué te cambiaste a mi cuarto?
— Hay una mejor señal de internet en el segundo piso — le sonríe para tranquilizarlo.
— Pues, vas a tener que irte a tu habitación — le dice con una mirada seria.
— Lo siento, nuestra futura hermana esta en mi antigua habitación — le dice con una sonrisa de victoria.
No quiero causar problemas. Tendré que ofrecer mi cuarto. ¿Pero dónde voy a dormir?
— No pongas esa cara, Arlene — Patrick me dice con una dulce sonrisa — No te botaremos de tu habitación.
— Pero por mí no hay...— Ryan me puso su dedo en la boca para callarme.
— Shh — me sonrió de una manera coqueta — Yo me arriesgaré — suspira — Patrick, yo te doy mi habitación. Yo voy a compartir habitación con mi hermanita.
Sé que es mi futuro hermano, pero eso no evita que me ponga nerviosa cada vez que Ryan tiene esa actitud conmigo.
— Ryan no es necesario compartir — Chris lo separa de mi — Hay suficientes habitaciones.
— Yo dormiré en la habitación de papá — David se dirige al ascensor — Así que Patrick puedes dormir en mi cuarto.
— Que aburridos son — Ryan sigue a David al ascensor.
Como no todos cabíamos en el ascensor. Nos dividimos por grupos. Al final solo quedamos Matt y yo. Los dos estábamos esperando que el ascensor deje a los demás antes de volver a apretar el botón para que baje.
Me sentía tan incómoda con él. Estábamos en ese silencio incómodo y yo solo miraba el suelo.
— ¿Te sientes cómoda con nosotros? — Matt presiona el botón del ascensor para que baje —Sé que algunos son molestosos.
— Sí... — no esperaba que me hable — ¿Lo dices por Ryan?
— Te diste cuenta — Ríe entre los dientes — Él es así hasta con nosotros — las puertas del ascensor se abren y entramos — No te tomes enserio lo que dice — se apoya en la pared del ascensor.
Quería responderle, pero no sabía que decir. No quería perder la oportunidad de que el me haya hablado. Quisiera poder tener una buena relación con él para que la convivencia en la casa no sea tan rara y tal vez un día poder tener una verdadera relación de hermanos.
Las puertas del ascensor se abrieron. Él salió por delante y yo lo seguí. La puerta de su cuarto estaba casi al frente de la mía.
— Arlene — Se paró en frente de su puerta — Si alguien de esta casa te molesta — Se gira para verme — Dímelo y lo arreglare — Se gira hacia su puerta y la abre — Puedes confiar en mí.
Después de que me dijo eso, entró a su cuarto y yo entre al mío. Por lo que me dijo hace unos minutos me quede echada en mi cama pensativa.
Matt me parecía distinto al que creía conocer en el colegio. Nunca me imaginé un comentario así de él, pero lo que dijo produjo algo en mí. No sabía cómo me sentía, pero no podía quitar la sonrisa de mi cara.
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