Capítulo 10: Consecuencias

Todos salían muy apresurados de la escuela. 

Yo estaba apoyada en el muro al lado de la puerta principal. Mica me había dicho que le espere aquí para poder irnos juntas.

— Lo siento por tardar — Mica aparece al lado mío un poco agitada — El profesor nos hizo quedar un poco más y tuve que correr.

— No importa — le digo de una manera desganada — Vayámonos.

— ¿Estás bien? — mi amiga entrelaza nuestros brazos.

— No — bajo la mirada — Greg está muy raro desde la primera clase. Siento que sabe que le estamos ocultando algo.

— Pero deberías contarle — Mica encoge los hombros.

No sabría cómo contarle. Sé que si le cuento se enojara aún más, ya que a él no le agrada para nada Matt.

— Sabes que a él...

— No se lleva bien con Matt — me interrumpe — Sabes que esa no es la verdadera razón. Greg se te declaró hace dos años. Eso esta en pasado.

— ¿Por qué sacas eso al tema? — me sentía incomoda.

— No se lo dijiste y no se lo dices porque piensas que lo vas a lastimar — me suelta y se para enfrente de mi — Lo rechazaste hace dos años. No creo que le sigas gustando.

— Pero en la mañana me has dicho que cuando alguien te gusta es dificil olvidarlo. 

— Eso es distinto... — Mica piensa una respuesta— Él sabe que es algo no correspondido y es por eso que puede avanzar y olvidar el sentimiento.

— Tienes respuesta para todo, ¿no?— Mica me sonrie orgullosa.

Greg era mi mejor amigo desde que éramos niños. 

Cuando se me declaro, tarde una semana en responderle. Tenía miedo de lastimarlo y perder su amistad. Por suerte cuando le dije que no sentia lo mismo, él se la tomó muy bien. Creo que hasta nos volvimos más unidos aun.

— ¿Crees que ya no le guste a Greg? — le pregunto.

— Sí — me sonríe — Te voy a ser sincera amiga. Hay chicas más linda que tú.

— Que grosera eres — le doy un pequeño empujón.

Se ríe.

— Pero igual se molestara — la miro preocupada — Sabes que ninguno de los dos se lleva bien.

— Él es tu amigo y lo aceptará.

Un día tenía que enterarse. Es mi mejor amigo y tal vez se enojé un poco, pero después todo volverá a la normalidad.

— ¿Por qué estamos hablando como si me fuera arreglar con Matt? — sacudo mi cabeza como para volver a la realidad — Ni siquiera sé si me gusta. Todo es tú culpa por meterme ideas a mi cabeza.

— Si lo dudas, es porque te está volviendo a gustar — me mira de reojo.

— Ya deja de poner ideas en mi cabeza — empiezo a caminar rápido.

La verdad hace tiempo que no pensaba en Matt de esta manera. 

Me dejó de gustar cuando me enteré que el novio de mi mamá era el papá de Matt. 

Me sentía rara con la idea y por eso decidí que tenía que buscar a alguien más. No puede ser que cuando me entero que va a ser mi hermano me vuelve la idea de que me guste de nuevo.

Llegamos a la esquina de una avenida.

— Bueno — suspiro — de aquí me voy a mi...casa.

— ¿Qué?...Yo quiero ir contigo — me pone ojos suplicantes — quiero conocer a los hermanos sexys que tienes.

— ¡Mica! — le reclamo — No digas eso. Por esos comentarios nunca te llevaré a mi casa.

— Eres tan aburrida, amiga — se ríe de mí.

Una bocina nos interrumpe. 

El mismo auto de la bocina se parquea al lado de la acera donde estábamos.

— Niña — la ventana del copiloto se abre — ¿Te llevo a casa?

— Ian... — digo sorprendida — No quiero ser una molestia.

— Serias una molestia si no aceptas, después de que haya parado el auto para preguntarte.

— Bueno... — Mica me pellizca el codo disimuladamente — Ah, ella es Mica. Mi amiga.

— Hola — le sonríe y agrega un guiño.

— Hola — mi amiga trataba de disimular su emoción.

Sin decir más me subí al auto de Ian. Le hice una seña a mi amiga para despedirme y ella hace lo mismo.

— Gracias.

— La verdad es que hoy tenía que llevarte a ti y a Rob a la escuela en la mañana, pero me dormí — se gira para mostrarme una sonrisa de disculpa — Y llevarte a casa es una forma de que mis hermanos no estén tan molestos en especial Matt.

— En la mañana no se veía molesto — Dejo caer mi cabeza sobre el espaldar — Así que no te preocupes.

— Tal vez contigo, pero conmigo seguro que lo está — gira el volante a la derecha — quedamos que nos turnaríamos para llevarlos.

— No se preocupen por mí — le digo rápidamente — Creo que ya soy grande para ir sola a la escuela.

— No es problema. De todos modos vamos a la misma escuela. Sería descortez de nuestra parte no llevarte — presiona un botón para que las puertas del garaje se abran.

— Gracias.

Entramos por el garaje y estaciona el auto en su puesto.

— Esta semana me toca llevarlos — salimos del auto — Intentaré no dormirme.

— Eso espero.

Se acerca a mí y me quita mi bolso de las manos.

— ¿Qué haces? — me quedo parada y confundida.

— Parece pesado — sigue caminando al ascensor — Vi que muchos chicos llevan las mochilas de sus novias o de las chicas que les gusta. Nunca lo hice, así que lo hare contigo.

— Entonces deberías hacerlo con una chica que te guste — intento quitarle mi bolso, pero él lo impide. 

— No hay alguien que me guste— Muestra una cara de decepción— Son lindas, pero se que solo me buscan por interes y no para algo serio.

No me esperaba un comentario como ese. Se veía muy serio y madu...

— Así que solo salga con ellas un día. Tú sabes para divertirme — Sonríe de un lado.

Todos son iguales. 

Por su comentario, con mayor razon quería quitarle mi bolso.  

— No es necesario que lleves mi bolso — intento quitarselo de nuevo, pero él me esquiva.

Niega con la cabeza. Presiona el botón del ascensor para que baje.

— No te sientas mal, Niña — levanto la cabeza para poder verlo — Lo hago con gusto. Hasta me parece divertido.

— ¿Por qué me dices niña? — las puertas del ascensor se abren — Siento que soy tu menor cuando lo dices.

— Es que lo pareces — se ríe — La verdad pareces una pequeña muñeca de porcelana.

Ahora si que me siento ofendida. Ya es el tercer hermano que me dice eso.

Me hace una seña para que presione el botón de un piso para que el ascensor suba. 

Decidí ir primero al quito para no encontrarme con nadie y viera a Ian llevando mi bolso.

— No me parece una buena definición para mí — el ascensor empieza a subir — Una muñeca de porcelana es delicada.

— Por eso. Parece que con cualquier movimiento te vas a romper — cruzo los brazos enojada — No lo tomes a mal.

— Pero no me gusta que me vean de esa manera — me apoyo en una pared del ascensor — La verdad soy muy fuerte y te lo puedo demostrar.

Flexiono mi brazo para mostrar mi musculo y él se ríe.

— Es la mitad de mi brazo — las puertas del ascensor se abren — Pero acepto tu propuesta de demostrarme lo fuerte que eres.

Cuando salíamos del ascensor, alcé la vista y note que Patrick, Matt, Adam y Rob estaban en la pequeña sala.

¿¡Que hacen todos aquí!?  

— Lo harás ahora — me giro sorprendida por lo que Ian me dice.

— ¿¡Que!? — alce mi voz tan alto que los demás también se giraron en nuestra dirección.

— Hace rato parecías segura de "tu fuerza", Niña — intenta provocarme.

Lo logro. 

No quería que los hermanos me vean como una niña y si podía demostrarselo a uno de ellos, lo haría.

— Está bien — lo miro desafiante — Tú dime cual quieres que sea la prueba.

Nunca me había sentido tan seguro, pero tambien me estaba arrepintiendo de lo que dije.

— Me gusta tu seguridad. Solo por eso la primera prueba será fácil.

— ¿La primera? — me siento preocupada.

— Si. No me puedes mostrar tu fuerza con solo una prueba — me extienda la mano para devolverme mi bolso — Ve a ponerte cómoda. Nos vemos aquí dentro de cinco minutos.

Me dio la espalda y empezó a caminar hacia su cuarto.

— Ese ya no es tu cuarto — Patrick le dice desde el sofá.

Ian se para en seco. Alza la vista y lanza un gruñido.

— Lo recuperaré — le mira a su hermano — Es mejor que no te acostumbres.

— Yo nunca apostaría un cuarto — lo dice entre risas.

— Tú me hiciste apostarlo — le dice alzando un poco la voz.

— Podías negarte.

Ian le iba a gritar algo, pero se contiene e intenta calmarse.

— Subiré en cinco minutos — me mira — Espero que estés preparada.

Me sentía tan arrepentida de lo que había aceptado. A veces se me sale mi lado competitivo y cada vez que pasa los resultados no son buenos para mí.

— ¿Qué está pasando? — la voz de Adam me devuelve a la realidad.

— Creo que me metí en problemas — empiezo a caminar hacia mi cuarto.

— ¿Qué te hizo? — Patrick se gira para verme.

Note el tono de voz de Patrick un poco alterada.

— Nada — le respondo rápidamente — Creo que yo me la busque.

— Si necesitas mi ayuda — Patrick me mira fijamente — Solo pídemela.

La mirada de Adam iba de Patrick a mí. 

El parecía extrañado por el comentario de su hermano.

— También a mí — la voz de Rob tranquilizó el ambiente.

Le respondí a Rob con una sonrisa y sin decir nada más me dirigí a mi cuarto para prepararme para mi primera prueba... 

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