Uno
*Vincent Hart en multimedia*
Voy a llegar tarde.
Y desde el momento en que desperté supe que había olvidado algo.
Anoche estudie perfectamente cada palabra, cada frase que diría en la reunión de hoy, aliste mi cartera con todo lo necesario para mi exposición frente a mi jefe y al cliente , el folder repleto de hojas impresas y también elegí que ropa me pondría luego de mi baño matutino, me compre una estúpida blusa nueva y una falda de cuero, de esas que usaba al exponer en la universidad.
¿Qué podría salir mal?
Me sentía prepara de ganar esto y luego..
¿Cómo carajos se me pudo olvidar poner la alarma?
—¡No cierren las puertas!. —Me aseguro de gritar lo suficientemente fuerte cuando veo cerrarse las puertas del ascensor.
Para mi alivio, una mano se coloca entre ellas y una sonrisa cruza mis labios, estoy a nada de agradecerle a la única persona de todos los que están ocupando el ascensor, por no decir a punto de reventar, que se atrevió a darme una mano.
—Muchas..
Mi boca se cierra y mis cejas se juntan cuando reconozco esos increíbles ojos azules desperdiciados en la persona más arrogante, cretina, engreída, repugnante, malcriada y mujeriego que hay en toda la faz de la tierra.
Dios..
Si hay fuerzas en el universo.. ¿Qué pensaban en darle tremendo físico a una persona tan despreciable como el que tengo en frente?
Vincent Hart.
Ya lo dije, maravillosos ojos azules.
Cabello corto, café y recto, piel clara y poca barba que va por ambos costados de la cara hasta su mentón, no me agradan los hombres con barba, pero a él se le adapta muy bien, además cuando sonríe, los hoyuelos marcan por completo su rostro.
Ese es el atractivo de Vincent Hart, pero como dije, no pasa de ahí porque en el instante en que abre la boca...
—Pero si es Hanna Ross, tan tarde como siempre. —Su voz ronca resuena en mis oídos.
Mis cejas se juntan más.—Que llegaras un minuto antes no te hace la persona mal puntual de los dos.
Sus dientes hacen un chasquido molesto.— Yo creo que sí, Hanna.
Miro la hora en la parte superior, no tengo tiempo que discutir con él y menos caer en su juego hoy, cuando estamos compitiendo por un cliente.
El señor Anderson ha solicitado su divorcio y ya que para mí tan excelente suerte ambos nos especializamos en el mismo rango "Abogados por derecho familiar", estamos compitiendo juntos.
Doy un paso para entrar al ascensor, pero él hace otro horrible ruido con los dientes, cuando levanto la mirada a sus ojos furiosa, creo que me pedirá terminar lo que iba a decirle, o mejor dicho, agradecerle, porque ya lo ha hecho muchas ocasiones anteriores y que he tratado de evitar, pero esta vez no, no cuando mi carrera está en juego.
"Exagerada"
—No lo detuve para ti.
¿Ah?
Vincent Hart hace un gesto indicando detrás mío, lo sigo con la mirada y ante mi aparece la rubia, una de las recepcionistas de nuestro piso.
Pasa por mi lado y ocupa el único espacio libre en el ascensor, Vincent le sonríe.
—Buenos días, Ruby.
—Buenos días, Vincent.. ¿Cómo amaneciste?
—Mejor si te hubieras quedado a dormir.
Tengo nauseas.
Y no, no le molesta que las personas sepan sobre sus relaciones de una noche, el está orgulloso de exhibirlas, es un triunfo más, todos nuestros compañeros saben el número de victorias que tiene Vincent Hart con las chicas dentro de la oficina y es otra cosa que detesto, nos veo como alguna clase de trofeo que consigue cada vez que se acuesta con una, es posible que si existieran esa clase de premios, su estúpido departamento tendría un solo estante para ellos.
O tal vez dos.
O tres..
Mejor tres.
¿Pero que eso?
A las mujeres que se acuestan con él , ni siquiera les importa.
Solo yo y mi mejor amiga nos salvamos de eso, yo porque lo detesto y ella porque tiene su atención solo en una persona que no es el.
Carraspeo buscando su atención, Ruby me mira de pies a cabeza, pero dejando de lado su mirada despectiva, es Vincent quien se dirige a mí.
—Es una lástima que el ascensor este lleno.
Mi boca se abre y el me guiña su estúpido ojo.
—Suerte para la próxima, bruja.
Las puertas se cierran, las jodidas puertas se cierran.
De verdad lo hizo.
Realmente me cerró la puerta.
Tengo ganas de gritar y maldecir a lo grande, pero no tengo tiempo para gastar mi odio en él, espero el otro ascensor y cuando se detiene, soy la primera en ingresar junto a un par de trabajadores más.
Veo el reloj dentro del ascensor y respiro aliviada.
Aún es temprano, Hanna.
Tomo un respiro y hasta podría perdonarlo solo porque llegare antes de lo acordado.
Y sucede.
El ascensor se detiene.
—¿Qué sucede?. —Pregunta una mujer.
Todos murmuran preocupados y a los pocos segundos escuchamos el altavoz dentro del ascensor.
"Estamos experimentando fallas técnicas, por favor mantengan la calma, los sacaremos en 10 minutos"
Ese hijo de perra.
—¡Ya estoy aquí!. —Grito ingresando al salón de reuniones para los clientes.
Los técnicos dijeron 10 minutos y fueron 40.
40 malditos minutos.
Las tres personas en la habitación, incluidas el cliente y mi jefe están dentro, también el desesperante e insoportable de Vincent Hart, que trato de no ver porque si lo hago me lanzare sobre su estúpido rostro.
Mi jefe suspira. —Acabamos de terminar, Hanna.
Me detengo frente a ellos. —¿Qué?
—El Señor Anderson ya eligió a Vincent como su abogado.
Pongo los ojos en Vincent, está sonriendo, claramente él ha ganado esto, pero no está feliz de haberlo ganado, sino de haberlo hecho sobre mí.
—Sera para la próxima.
—Señor. — Me dirijo a mi jefe y luego al señor Anderson. —El ascensor se malogro, sé que no es un excusa, pero si solo me diera unos minutos, quizás le guste mí..
—Lo lamento, Hanna. —Me interrumpe mi jefe y suspira. —Estoy seguro que tienes buenas propuestas, pero esto no funciona así y lo sabes, no puedo darme el lujo de esperarte, no sería justo para Vincent, quien si llegó a la hora pactada.
Trago saliva.
—Si hubiera llegado antes quizás le hubiera ganado el caso al señor Hart.
—Quizás. — Recalca Vincent.
Lo fulmino con la mirada y él sonríe más.
—Lo siento, Hanna.
El jefe sale del salón de reuniones acompañando al señor Anderson y Vincent va detrás de él, pero se detiene solo para fastidiarme.
—Suerte para la próxima, Señorita Ross.
Solo da un paso porque yo agrego algo más.
—Te odio.
—El odio es deseo escondido.. — Me dice arrogante y se vuelve hacia mí. — ¿Me deseas, Hanna?
—Lo que deseo es estrellar mi puño en tu cara, hijo de perra.
—La envidia no es buena, Hanna. — Me dice con una sonrisa, realmente está disfrutando esto. —Y no es un lenguaje digno de una señorita.
—Te voy a enseñar que señori..
—Así arruines mi rostro, no vas a conseguir nada, solo aprende a ser profesional y supéralo.
—¿Profesional?. — Me rio. —¿Hablas de cómo me saboteaste?
—Esa es una acusación grave, Señorita Ross. — Suspira. —Yo solo fui amable con nuestra recepcionista, creo que ambos estamos de acuerdo que el asistir de Ruby antes es más importante que tu puntualidad.
No puedo creer lo que mis oídos están escuchando.
Se encoje de hombros.
—La próxima vez levántate más temprano. — Me guiña antes de salir. —Pero si necesitas mi ayuda, puedo prestarte una escoba, bruja.
— ¡Vincent!
He subido el volumen al máximo, está en un 100% y aun así puedo escuchar los gritos de la chica pelirroja que Vincent Hart trajo a su departamento.
¿Algo peor que Vincent Hart y yo trabajemos juntos?
Que sea mi vecino y viva en el departamento al lado mío.
—¡Más rápido, Vincent!
Cojo el cojín de mi mueble y me cubro los oídos, aun así escucho atravez del mármol que conecta a su departamento y que solo los separa una delgada pared golpearse con fuerza.
Hay momentos en los que creo que lo hace para no dejarme descansar.
—¡Vincenttttttt!
Esa chica si tiene voz.
Suficiente.
Me pongo de pie y apago el televisor, salgo de mi departamento y sin controlarme golpeo con fuerza su puerta, un par de minutos después y de escuchar "ya voy, ya término", desagradable, por cierto, el aparece frente a mí.
Solo en pantalones de dormir.
Mis ojos recorren su pecho y rápidamente me golpeo mentalmente por distraerme, me obligo a subir mi mirada de reproche a su rostro.
—¿Qué?
—¿Callas a tu amiguita?. — Hablo rápido. —Estoy tratando de ver la televisión.
Él sonríe y apoya el brazo en la madera de la puerta.
—Lo siento, no es un fetiche mío taparles la boca mientras me las follo.
No necesitaba oír eso.
—Me gusta escucharla gritar mi nombre, me la pone más dura.
Abro la boca asqueada. —Eres asqueroso.
—Al menos tengo una vida sexual, diablos, Hanna, ya dije que dejaras la envidia.
Me rio. — ¿Envidia? ¿Por qué? ¿Por qué te has acostado con más mujeres de los que mis dedos han podido contar?
Deja la puerta y se cruza de brazos.—No es mi problema que tengas problemas con las matemáticas..
Mi boca se abre.
—¿Así te graduaste?. — Se burla.
—¡Eres imposible!, ¡Llamare a la policía!
—¿Y de qué vas a acusarme?
Voy de regreso a mi departamento.
—Créeme que se exactamente qué voy a decir y para tu información ¡Yo si tengo una excelente vida sexual!
Escucho sus pasos detrás de mí, enseguida me vuelvo hacia él.
— ¿Así? . — Esta sonriendo de nuevo. —Porque no he visto a nadie ingresar a tu departamento más que a ese tipo que renuncio hace meses y creo que fuiste la principal causa de que se fuera, salio asustado luego de que quemaras su camisa.
—¡Es... eso fue un accidente!.. y no tiene que ver contigo.. —Tartamudeo, mi boca se abre. —¿Qué sucede? ¿Andas espiando quien viene a verme, pervertido?
—Sí, lo hago.
Mis ojos se abren y él se me acerca, lucho nuevamente para no mirar su abdomen desnudo.
—Te vigilo todo el tiempo, Hanna.. ¿No te has dado cuenta? Siempre tienes mi atención.
¿Qué carajos es esto?
¿Está hablando en serio?
No veo mentiras en su rostro.
Se atreve a tocarme y coloca un mechón de mi cabello, detrás de mi oreja, baja la mirada por un momento a mi ropa de casa.
Estoy hecha un desastre y frente a cualquier hombre me importaría que me viera así, pero Vincent es Vincent, un hijo de puta de quien no me importa su opinión.
—Esa falda de cuero me excito mucho esta mañana.
¿Qué me está diciendo este pervetido?
Junto ambas cejas. —Aun así no me dejaste entrar al ascensor.
—¿Donde el 90% dentro eran hombres?. — Sonríe mirando mis labios. —Ni soñarlo.
Se acerca tanto a mí, que mis manos pueden tocar su pecho desnudo, su calor me invade y nuestras miradas se encuentran, entonces el vuelve a hablar.
—Me gustas, Hanna.
Mi corazón se acelera y sus estúpidos ojos comienzan a brillar, dejo escapar una sonrisa y separo los labios.
—Tú también me gustas.
Sus ojos se abren.
— ¿Así?.. — Alza las cejas. — Qué tanto te gusto, Hanna?
Me muerdo el labio provocándolo—.Prefiero demostrártelo.
El parece encantado, se acerca a besarme y lo tomo de los hombros.
Mi rodilla golpea su entrepierna con toda la fuerza que tengo, lo empujo fuera de mi departamento y Vincent Hart cae al suelo, en medio del pasillo.
—"Mi Gistis, Hinni".
Sus ojos muestran dolor.—¡Mierda! Pero.. ¿Que carajos?
—¿¡Realmente crees que soy estúpida, Vincent Hart?!
— Hanna, joder...
—¡Escúchame cuando te digo que serias el último hombre en este planeta al que le diría "Me gustas", idiota!
Cojo mi puerta con la mano.
—¡O callas a tu amiguita o llamo a la policía , hijo de puta.!
Lo último que veo antes de cerrar la puerta es como Vincent Hart esta sostienen adolorido y con ambas manos su entrepierna en el suelo.
Pudo haberme ganado al cliente, pero esta noche.
Esta noche es una victoria para mí.
Hola..
Primer capitulo de Juegos del destino.
¿Cómo están?
¿Qué les pareció?
¿Qué les pario Vincent y Hanna?
Compartanme su opinión y que esperan de esta novela.
Como puede ver esta historia no empezara desde el embarazo y no es una spoiler porque para empezar esta en la sinopsis y es una saga de embarazos xDD
Pero es cierto, sera como Golpe de suerte, que el embarazo surgió mientras avanzaban los capítulos, no desde un inicio como fue en otras historias.
Además, recuerden que solo nos quedan tres libros de la saga: Mis tres papás, mi mamá y yo, La ultima pieza de mi puzzle y Juegos del destino.
Para todas las personitas que me preguntas porque no he publicado aun el libro 7 "Mis tres papás, mi mamá y yo" , es porque aun me faltan cambiar algunas cosas con las que no estoy conforme,pero cuando termine de ajustar los detalles, lo subiré.
Por ahora empezamos con este libro y probablemente el libro 7 sera el ultimo que escriba de la saga.
Nos leemos.
>> Yiemir.
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